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El divorcio Podemos-Sumar da la puntilla a la negociación para ir juntos en Galicia
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Portazo de Belarra a Díaz

El divorcio Podemos-Sumar da la puntilla a la negociación para ir juntos en Galicia

Los representantes en el territorio decidirán oficialmente sobre los pactos para las elecciones gallegas y vascas. La ausencia de confianza contamina el ambiente y las dos partes asumen que la otra no quiere pactar

Foto: Ione Belarra. (EFE/Mariscal)
Ione Belarra. (EFE/Mariscal)

"Va muy mal". Podemos ve muy poco margen para sellar un pacto electoral con Sumar en Galicia, la región de la líder de este espacio y vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. Fuentes de la dirección morada sostienen que la negociación avanza "muy lenta", y aseguran que esta etapa se asemeja a la que vivieron para acordar la coalición a las elecciones generales del 23-J. La misma a la que el partido de Ione Belarra dio portazo este martes, al romper sorpresivamente con el grupo parlamentario en el Congreso de los Diputados, para pasarse al mixto.

Dinamitaron los puentes en la Cámara Baja, pero, a juicio de fuentes de ambas partes, también lo están haciendo en lo que toca a Galicia. Teóricamente, son sus representantes en el territorio los que tomarán decisiones, pero la cúpula de Belarra se aseguró de contar con una nueva hoja de ruta que impide pactar sin celebrar primarias. Los de Díaz no se fían de un partido que ha desgarrado el grupo parlamentario menos de cinco meses después de pactar la coalición. Y distintas figuras de este espacio plantean ahora que el núcleo duro de la secretaria general no tiene interés real por pactar, independientemente de la voluntad de su dirección autonómica.

Foto: Javier Sánchez, Ione Belarra, Lilith Verstrynge y Noemí Santana. (Alberto Ortega / Europa Press)

Ya son una fuerza extraparlamentaria, y el golpe de volver a quedarse fuera sería mayor para Díaz, empeñada en ser profeta en su tierra, que para los suyos, explican. Sostienen que la prioridad para los morados está hoy en las elecciones europeas, en revivir la épica que les llevó de las calles a contar con cinco eurodiputados, y no en garantizarse la representación en unos comicios que se antojan difíciles. Y con apenas tres meses por delante, toda vez que las dos partes estiman que las elecciones se celebrarán entre finales de febrero y principios de marzo. El margen con el que cuentan es muy limitado.

En el entorno de la vicepresidenta, a pesar del viento en contra, esgrimen que volver al Parlamento es posible, "si la gente se moviliza como en las generales". Sostienen que esta movilización, construida generando "esperanza", podría permitirles llegar a la Xunta. Esgrimen que Alberto Núñez Feijóo, hoy líder nacional del PP, logró su última mayoría absoluta en Galicia con 625.000 votos. "En las generales, las fuerzas progresistas tuvimos más de 800.000", abundan. Ni se vota igual en las respectivas citas con las urnas, ni el partido de Feijóo dejó de ser el más votado.

Foto: Ione Belarra, Alberto Garzón y Yolanda Díaz. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Sumar sugiere, además, que cuenta con más apoyos que los morados. Presume de sus "3.300 inscritos", y cifra en escasos centenares los que aún hoy participarían en Podemos. Las cifras ni se aproximan a las que aporta el partido de Belarra: aseguran que en la consulta sobre la investidura de Pedro Sánchez participaron 2.764 personas. Los números también tienen su peso en la batalla por el relato, que ahora se intensifica.

De hecho, una destacada dirigente morada apunta que el rechazo de Sumar a celebrar primarias, así como el silencio oficial ante la propuesta de coalición que les remitieron hace tres semanas y media, es síntoma de debilidad: "Es porque se reconoce que el peso de Podemos es real". Es el razonamiento que aplican a nivel estatal, pero focalizado en un territorio. Sí recibieron respuesta oficiosa y pública, a través del portavoz de la formación de Díaz, Ernest Urtasun, que despachó este lunes su oferta con "no es el momento de hablar de cuotas".

Foto: Sira Rego, Mónica García, Ernest Urtasun y Pablo Bustinduy. (EFE/ Borja Sanchez-Trillo)

Podemos es capaz de descargar toda la responsabilidad en Sumar, de venderse como proclive al pacto, al mismo tiempo que defiende su abrupta salida del grupo parlamentario alegando que sus bases estaban "muy enfadadas" con el ninguneo sufrido. "La militancia de Podemos no quiere estar en Sumar", aseguran desde la cúpula.

El portazo de los morados llegó escasas horas después de haber estado trabajando con normalidad en el grupo parlamentario, aseguran fuentes de la dirección de Sumar. Y se precipitó para tapar el incendio del partido en Madrid, aseguran. En las filas moradas acusan a su vez a los de Díaz de estar retrasando las negociaciones en el otro territorio en el que habrá elecciones este mismo año, Euskadi. La confianza brilla por su ausencia.

"Va muy mal". Podemos ve muy poco margen para sellar un pacto electoral con Sumar en Galicia, la región de la líder de este espacio y vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. Fuentes de la dirección morada sostienen que la negociación avanza "muy lenta", y aseguran que esta etapa se asemeja a la que vivieron para acordar la coalición a las elecciones generales del 23-J. La misma a la que el partido de Ione Belarra dio portazo este martes, al romper sorpresivamente con el grupo parlamentario en el Congreso de los Diputados, para pasarse al mixto.

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