Belarra promete "estabilidad" en la legislatura al Gobierno, pero exige negociar con el PSOE

Podemos ya ha volado los puentes con Sumar, pero de momento asegura al ala socialista del Gobierno que su acción política no hará peligrar la "estabilidad" de la legislatura. La secretaria general morada, Ione Belarra, conversó el martes con el ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, para transmitirle que no boicoteará la actuación del Ejecutivo, según fuentes de Moncloa. Otra cosa es que exija vías de comunicación y negociación directa con el ala socialista, para pelear por sus medidas y hacer valer los cinco votos con los que cuenta en el Congreso de los Diputados.

Belarra, que presume de una buena relación con el hombre fuerte de Pedro Sánchez desde su etapa como ministra, conversó con Bolaños, mientras que el propio presidente del Gobierno lo hizo con Yolanda Díaz. La ruptura del grupo ha hecho saltar alarmas, fundamentalmente en el PSOE, si bien la vicepresidenta segunda ya reclamaba hoy a Podemos que no se equivoque de "adversario", y por tanto que no boicotee la actuación del Ejecutivo.

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Tanto el PSOE como Sumar se esfuerzan por restarle hierro a esta ruptura, la crónica de una muerte anunciada. La vicepresidenta segunda reconocía hace escasos días que no podía controlar a los cinco diputados de Podemos, pero la lectura compartida con el PSOE es que el partido de Belarra no puede retratarse votando junto al PP o Vox sobre leyes de calado. Pueden imprimir épica, radiar reuniones internas y forzar los tiempos, interpretan, pero creen que no asumirán votar en contra de iniciativas que sí respalden ERC y EH Bildu.

La secretaria general morada aseguraba que no tenían más "opción" que dejar Sumar para poder hacer política y marcar perfil propio, y el martes ya había dado pistas a Bolaños sobre las cuestiones en las que serán más insistentes. La exministra de Derechos Sociales le advirtió de que seguirían impulsando medidas "valientes", fundamentalmente relacionadas con cuestiones como igualdad o vivienda, dos de las banderas de los morados. En conversación informal con los periodistas, en los actos de celebración del 45 aniversario de la Constitución, también dejó caer que presionarán en lo que tiene que ver con la relación de España con Israel.

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Las discrepancias con la posición del Gobierno frente al Gobierno de Benjamin Netanyahu y el asesinato de civiles en Gaza es uno de los argumentos estrella de Podemos para justificar su portazo a Sumar. El PSOE asume estas presiones, las ha vivido cuando los de Belarra tenían asiento en el Consejo de Ministros, y sabe que incomodarán particularmente al partido de Díaz.

La ruptura y sus derivadas han monopolizado buena parte de las conversaciones en los actos de este miércoles. El enfado con Podemos en el espacio es tal que los Comunes han publicado un comunicado requiriendo a la madrileña Lilith Verstrynge, número tres del partido, que renuncie a su acta de diputada tras pasarse al mixto. Concurrió en uno de los puestos de salida que estaban en manos de la confluencia catalana, que asumió a regañadientes la decisión de la vicepresidenta y tragó con su presencia. Verstrynge se ha negado.

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El acta es personal. Saben que no hay forma de obligarla a renunciar al escaño, pero han decidido denunciar públicamente esta situación. La portavoz del grupo, Marta Lois, consideró ayer que la maniobra de Podemos supone una "deslealtad" a tres millones de votantes, y así lo refrendan en sus filas. Este miércoles, el líder histórico de Podemos, Pablo Iglesias, cargaba contra ella, al celebrar que por fin volverá a escuchar voces de su partido dentro de la Cámara Baja. "Sentirte representado por Marta Lois no era algo fácil de tragar". Dirigentes de Sumar criticaron el "machismo" del ex vicepresidente del Gobierno ante la portavoz parlamentaria.

En las conversaciones informales de políticos y periodistas en el Congreso, denominadas corrillos, Belarra se situaba buena parte del tiempo en una esquina, y Díaz en la opuesta. En sus filas, con distintos añadidos, reconocían cierto "alivio" por haberse separado. Ha ocurrido antes de lo previsto, pero para muchos dirigentes era inevitable.