El cambio físico de Candela Peña en 'El caso Asunta' hasta convertirse en Rosario Porto

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Cada vez que encara un nuevo proyecto de ficción, Candela Peña se adueña de los personajes de una forma milagrosa. El caso Asunta no ha sido una excepción. La actriz preparó durante unas semanas muy intensas su prueba para convertirse en Rosario Porto y los responsables de casting lo tuvieron claro: tenía que ser ella. Si nadie veía a Candela, sería su mayor logro. Y así fue.

La actriz tuvo que adelgazar para transformarse en Rosario Porto y mostrar la degradación de un personaje frágil e inestable que se fue desgastando hasta su entrada en prisión. Durante los meses previos al rodaje, Candela Peña tuvo a su disposición una nutricionista para bajar de peso y un lingüista para trabajar un acento gallego que no cayera en la parodia, tal como ha revelado en una entrevista con LOS40. Tras los avances que ha lanzado Netflix para promocionar la serie, el público podrá comprobar que el resultado final es más que meritorio.

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Berto Molina

De tal magnitud y cariz trascendental fue la transformación física, tan verosímil a la realidad de Candela Peña en Rosario Porto, que, durante el rodaje de la serie, la actriz recibió numerosos insultos, a pesar de que la abogada y madre de Asunta se suicidó en la cárcel durante la pandemia y ya no está entre nosotros. En su caracterización, nos encontramos con una mujer con el pelo corto y de color oscuro que, durante sus últimas apariciones públicas, vestía de riguroso negro. La que fuera letrada era una persona incapaz de soportar la presión, de personalidad voluble y marcada inestabilidad emocional. Durante el juicio, ella se mostró destruida, mientras que Alfonso tuvo una actitud más desafiante.

La construcción del personaje

En la calle, la gente recriminó a Peña que estuviera ganando dinero con el personaje de una asesina. Sin embargo, su trabajo no consistía en tomar partido en la causa, sino simplemente retratar a una mujer que hasta el final defendió su inocencia. Tras el visionado de la serie, que siempre ha intentado ser fiel a la realidad basándose en las pruebas y en testimonios cercanos al matrimonio, será el público el que decidirá a quién cree.

La primera fotografía que subió Peña a sus redes sociales caracterizada de Rosario Porto puso de manifiesto un ferviente rencor social que, a día de hoy, sigue muy vivo y, más especialmente, por intentar entender a una mujer de familia pudiente y aparente fragilidad que es capaz de matar a su propia hija. Según confesaba la actriz en conversaciones con El País, la animadversión es menor cuando se trata de hombres villanos.

Hacia ellos, y como hemos podido ver a través de la mirada de algunos cineastas, existe una especie de morbosa admiración, como sucede con Jonathan Demme y El silencio de los corderos, Charles Manson o Ted Bundy. Estos últimos eran asesinos en serie que despertaban una fascinación especial entre gran parte de la sociedad.