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Ramón Campos, creador de 'El caso Asunta': "Me interesa el 'true crime' como reflejo de otros temas"
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Ramón Campos, creador de 'El caso Asunta': "Me interesa el 'true crime' como reflejo de otros temas"

El coproductor ejecutivo de importantes series nacionales como 'Gran Hotel' o 'La Promesa' opina sobre la cuestión de llevar a las pantallas la historia española más reciente

Foto: Ramón Campos es cofundador y guionista de Bambú Producciones. (Valero Rioja)
Ramón Campos es cofundador y guionista de Bambú Producciones. (Valero Rioja)

Lleva más de veinte años cocreando las historias que han entretenido a todo un país, y a parte del público internacional. Sus producciones han viajado por todas partes: desde España hasta Italia, China o Rusia, pero también desde las televisiones generalistas hasta las plataformas de streaming. De la mano de Bambú Producciones, de la cabeza del guionista y productor ejecutivo Ramón Campos han salido títulos tan dispares como Las chicas del cable, Velvet, Fariña o el último éxito de las sobremesas de La 1 de Televisión Española, La Promesa, que regresa este domingo a las 22:00 horas con una doble entrega especial, en celebración de sus 300 episodios.

Ahora, Campos se enfrenta a un momento clave en su carrera, cuando quedan unos meses para que se estrene El caso Asunta en Netflix, una nueva miniserie sobre el trabajo anteriormente realizado con el documental Operación Nenúfar (2017), esta vez en tono de ficción. Previsto su estreno para el próximo 26 de abril, relatará la investigación policial y mediática llevada a cabo a partir de 2013, cuando Rosario Porto (Candela Peña) y Alfonso Basterra (Tristán Ulloa) denunciaron la desaparición de su hija Asunta.

Pero ahí no se detiene la larga lista de proyectos que quedan en el tintero de Campos: desde la próxima Tierra de mujeres, segunda colaboración con Apple TV+ para su grupo empresarial, protagonizada por Eva Longoria y Carmen Maura, hasta la nueva película de Daniel Sánchez Arévalo, e incluso una producción sobre la historia del partido político Podemos. Sobre memoria histórica, la identidad de la ficción española en la ficción y el gusto por la narración de crímenes, ha podido hablar EL CONFI TV en una entrevista con el creador.

Foto: La actriz Candela Peña, en los premios de la Unión de Actores y Actrices en 2022. (EFE/Juanjo Martín)

PREGUNTA. Poca gente conoce la figura del creador de una ficción, como en Estados Unidos, que quizás sí está más extendido el concepto de showrunner. ¿De dónde te viene este ímpetu tuyo por el storytelling?

RESPUESTA. Por contar historias, desde siempre. Por tomar el control de lo que cuento, desde el momento en el que me di cuenta de que los primeros guiones que escribí no se veían en la pantalla como yo los había imaginado. Allá por el 2004 decidí que quería controlar las series que hacía: podía salir bien o mal, pero por lo menos salía lo que yo tenía en la cabeza.

P. Desde Bambú tocáis prácticamente todos los géneros, pero llama especial atención la cantidad de proyectos de época, y también true crimes en los que os habéis embarcado. ¿Entre estos dos géneros, dónde le gusta más estar a Ramón Campos, personalmente?

R. A mí me gustan los dos, fíjate. Comenzamos con las series de época y con el género melodrama, cuando arrancamos Bambú. Nos dimos cuenta de que era un nicho de mercado que podíamos cubrir y que podíamos hacernos una empresa fuerte. Pero de formación soy periodista, y en el momento que pude, empecé a abrirme en el género true crime, tanto en ficción como en documental.

Hicimos series como Bajo sospecha, que fue una vuelta a Desaparecida años después, y luego ya las series documentales como Operación Nenúfar, que me tocó muy cerca. Yo soy un gran aficionado a ver true crimes, y con El caso Asunta intenté hacerlo como lo que a mí me gustaban. Me interesa el true crime en la medida que es un reflejo de otros temas. El caso Asunta habla en realidad sobre los medios de comunicación; El caso Alcàsser, claramente sobre el nacimiento de la televisión amarillista en España; y 800 metros es el proceso de radicalización. La ficción es, por un lado, la trama y por el otro, el tema. La trama es lo que hace avanzar, lo que hace que el espectador se enganche, y el tema es la reflexión que queda.

Los primeros guiones que escribí no se veían en pantalla como yo los había imaginado

P. ¿Por qué te pillaba de cerca El caso Asunta?

R. Aparte de porque soy de Noia, y presencié cómo impactó mucho en la sociedad gallega, un día llegó mi hermana, psicopedagoga en un colegio de Santiago, y me contó que varios niños se le habían acercado a preguntarle si sus padres podían asesinarles. Me di cuenta de que más allá del crimen, los medios de comunicación estaban provocando algo con la información que estaban dando, y con los giros y la imagen que se estaba dando de Rosario y de Alfonso.

De repente vi que había algo más interesante que el propio crimen: se hablaba de padrastros y madrastras, y casi parecía un cuento clásico, que con su narración, minuto a minuto, estaba afectando muchísimo a una generación. Siempre tengo ganas de retomar como documental Asunta para contar ahora, diez años después, cómo afectó el caso Asunta a los que eran preadolescentes.

En el documental quisimos indagar mucho toda esta parte, y no fue posible. A los niños no se les podía entrevistar. Cuando se emitió, muchísima gente se tranquilizó por el tratamiento que hicimos del caso, empezó a llamarme y a contarme cosas. Gente que conocía a Rosario y Alfonso, que había convivido con ellos, de amigos, de psicólogos y psiquiatras que habían estado cerca de Rosario. Por eso hicimos la serie de ficción, pero creo que habría material para un segundo documental, de cómo afectó a esta generación desde su crecimiento hasta hoy.

Foto: Hovik Keuchkerian, María Pedraza y Miguel Herrán, en una imagen promocional de 'Asalto al Banco Central'. (Netflix)

P. ¿Habéis podido consultar fuentes cercanas al caso para esta nueva versión de los hechos?

R. Casi todo lo que hemos podido contar ahora en la ficción tiene que ver con cosas que nos contaron entonces y que no había forma de contar porque no queríamos dar opinión, sino solo hechos. Todo lo que tenemos ahora en la serie de ficción son cosas que surgieron a partir de esas voces.

Es muy impresionante la serie, a nivel de realismo y veracidad, y no lo digo porque mi equipo esté involucrado. Hemos trabajado con los guardias civiles que investigaron el caso, hemos tenido reuniones con gente cercana a ellos, y los actores han podido investigar muy profundamente la documentación que había. Creo que al final el espectador, cuando acabe de verlo, se va a dar cuenta de que todo lo que tiene delante es verdad.

Una ficción sobre los días de Pablo Casado me parecería un thriller increíble

P. ¿Qué os ha impulsado a volver a la ficción de época como La favorita, 1922 o Manual para señoritas?

R. Nosotros nunca nos fuimos. Se paró un poco en España. Fue muy curioso, porque después de Las chicas del cable, que había funcionado muy bien en todo el mundo, de repente hubo un frenazo de producción de series de época, que a nosotros nos llamaba mucho la atención e intentábamos empujar mucho y parece que el mercado ahora se ha reactivado de nuevo.

Nosotros entendemos el melodrama como un monolito al que puedes ir dando vueltas, y vueltas, y puedes seguir encontrando aristas. Hay mil formas de encontrar en el melodrama nuevas aristas para contar historias nuevas. A día de hoy, es fácil que cualquiera se enamore de uno de clase alta o de clase baja y no hay conflicto. Pero cuando lo llevas a época, sí que puedes potenciar todos esos problemas, y hace que el espectador viva historias que es difícil encontrar en nuestro día a día.

P. Algunas de vuestras series de época son diarias, y suponen un esfuerzo continuo, como Dos vidas o La Promesa. Ahora que estamos en la temporada de premios, ¿crees que hay suficiente reconocimiento mediático para este tipo de series?

R. La Promesa ha calado mucho más que muchas series de plataformas o de abierto que ha habido últimamente, y es una serie que la gente la conoce, tanto gente mayor como jóvenes que están enganchados a la serie. En Bambú nos dimos cuenta de que los premios están muy bien, pero lo que nos hace avanzar es tener audiencia. Eso nos permite afrontar proyectos nuevos y proyectos arriesgados. Fariña la hicimos gracias a que hemos hecho Velvet o Gran Hotel. Yo cuando hago en Netflix El caso Alcàsser es porque hemos tenido éxito con Las chicas del cable. De vez en cuando, los críticos entienden que nosotros llegamos al gran público y que ahí hay premios. Pero no es una cosa que a mí me quite el sueño. Desde el principio tuvimos mucho éxito con nuestras primeras series, y no teníamos reconocimientos. Entre tener un 20% de share en aquella época, u obtener premios, preferimos la audiencia.

Foto: La actriz Ana Garcés y el creador y productor ejecutivo de 'La Promesa', Josep Cister Rubio. (Bambú Producciones)

P. Parece que estemos asistiendo a un revisionismo sobre la historia inmediata de nuestros días: desde el documental del Pequeño Nicolás hasta el nuevo proyecto de Los Javis sobre la cantante Yurena, por poner algunos ejemplos. ¿Estamos buscándonos a nosotros mismos, como identidad nacional, en las ficciones?

R. Creo que es un desarrollo natural del poder de la ficción española. Tuvimos un momento en el que afortunadamente pudimos mirar atrás. Al principio eran muy pocas cadenas y muy pocas productoras, y a medida que han ido creciendo las plataformas de exhibición, se ha contado más sobre la historia de España. En cuanto a la ficción, yo creo que todavía nos quedan unos años para perderle el miedo a todo lo que tenemos que contar sobre la España de hoy. Lo más cercano de lo que se puede hablar es del 11-M, pero nos quedan muchas cosas. Me encantaría ver una serie de ficción sobre los días de Pablo Casado y su caída del PP. Me parecería un thriller increíble. Pero creo que estamos en un país ahora mismo en el que la política es complicada de contar en una serie de ficción, porque estamos muy polarizados y hay mucha tensión, y cada plataforma debe tener mucho cuidado de dónde se mete.

P. En relación con esto, estáis preparando una producción sobre Podemos. ¿En qué punto está el proyecto?

R. Estamos en desarrollo, escribiendo los guiones. Es una de las producciones que nos cuesta avanzar porque, por un lado, a la gente hablar de cosas cercanas le da mucho miedo, como ha sucedido también con Asunta. Contar cosas que han pasado en los últimos diez años cuesta bastante más que contar cosas de 1980. Y luego las plataformas también tienen su miedo a enfrentar determinados temas, porque no podemos ser ilusos con eso: todas las plataformas y los medios de comunicación tienen una tendencia política, o tienen unas cercanías a grupos de comunicación, y tratar de determinados temas no es fácil.

Lleva más de veinte años cocreando las historias que han entretenido a todo un país, y a parte del público internacional. Sus producciones han viajado por todas partes: desde España hasta Italia, China o Rusia, pero también desde las televisiones generalistas hasta las plataformas de streaming. De la mano de Bambú Producciones, de la cabeza del guionista y productor ejecutivo Ramón Campos han salido títulos tan dispares como Las chicas del cable, Velvet, Fariña o el último éxito de las sobremesas de La 1 de Televisión Española, La Promesa, que regresa este domingo a las 22:00 horas con una doble entrega especial, en celebración de sus 300 episodios.

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