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La crisis financiera española 2008-2012: ¿Quién tuvo la culpa?
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los principales responsables, en el congreso

La crisis financiera española 2008-2012: ¿Quién tuvo la culpa?

Todavía no se han depurado las responsabilidades de la crisis que obligó a inyectar 122.000 M en la banca y a pedir el rescate. Todo el mundo echa la culpa a los demás

Foto: Los exministros de Economía Rodrigo Rato y Pedro Solbes, en 2009. (EFE)
Los exministros de Economía Rodrigo Rato y Pedro Solbes, en 2009. (EFE)

La victoria tiene muchos padres pero la derrota es huérfana, decía Napoleón. Y es lo que ocurre en el caso de la gravísima crisis financiera que vivió España desde 2008 y que desembocó en el rescate de 2012, con una inyección total de dinero público de 122.000 millones, de los que ya hemos perdido 60.700. Casi seis años después, por fin hemos podido escuchar en el Congreso las explicaciones de los entonces responsables de las instituciones. Y lo cierto es que han sido bastante sonrojantes. Con la excepción parcial de Pedro Solbes, todo el mundo echa la culpa a los demás. Como dijo uno de los miembros de la comisión que investiga la crisis, "esto es el pío, pío, que yo no he sido". Pero todos ellos, en mayor o menor medida, tienen parte de culpa.

En el origen de la crisis, claro está, se encuentra la burbuja de crédito e inmobiliaria que estalló en 2008. Una burbuja que se había desarrollado desde finales de los 90 y que se aceleró en los años inmediatamente anteriores. Cuando comenzó, el ministro de Economía era Rodrigo Rato, pero este niega que hubiera ninguna burbuja antes de 2004, sino una "demanda embalsada de creación de hogares que se pudo satisfacer con la creación de empleo y el crecimiento del crédito fácil". A su juicio, fue el abandono por parte del PSOE de las reformas del PP —incluyendo la de las cajas—, la menor exigencia de provisiones a la banca y la politización del Banco de España lo que provocó el desastre.

Rodrigo Rato acusa al PSOE de abandonar las reformas

Su sucesor tras la victoria socialista, Solbes, reconoce su responsabilidad por no ser capaz de frenar "un tren que se iba acelerando y que no logramos desacelerar a tiempo". La quiebra de Lehman Brothers fue lo que le dejó sin margen. También admite que deberían haber sido más valientes para generar mayores superávits presupuestarios durante las vacas gordas y para meterle mano al desmadre de la gobernanza de las politizadas cajas de ahorros, aunque en este caso se escuda en el poder que tenían las comunidades autónomas sobre ellas.

Pedro Solbes entona el 'mea culpa' en el Congreso

Ahora bien, el exvicepresidente olvida otras muchas medidas que no adoptó y que habrían evitado o, al menos, suavizado la crisis: podía haber cambiado las normas bancarias para restringir el crédito, haber buscado vías para que las cajas captaran capital, haber regado al sector con un 'manguerazo' de capital como hicieron los principales países europeos en 2009 o haber pactado una cúpula del Banco de España más independiente. O haber prohibido, como la venta de preferentes a clientes minoristas, y aquí Solbes sí echa la culpa a los demás: el Banco de España (BdE) y la CNMV. También podía haber explicado a Zapatero (en dos tardes, según la célebre frase de Jordi Sevilla) que era necesario tomar medidas. Ahora se queja de que no le hizo caso. Pero como el exvicepresidente considera "irrelevante" quién tuvo la culpa, ancha es Castilla.

MAFO y Segura echan balones fuera

No se puede dejar fuera de la lista de responsables al entonces gobernador del BdE, el socialista Miguel Ángel Fernández Ordóñez, quien compareció en esta comisión en noviembre. MAFO sí que dio una lección de echar la culpa a todo el mundo menos a sí mismo: los problemas ya estaban en las cajas cuando él llegó, se habían generado por los bajos tipos del BCE, el Gobierno no fue capaz de atajarlos por no inyectar suficientes recursos públicos en el sector, los gobiernos autonómicos no permitieron privatizar las cajas... ¿Y el Banco de España no podía hacer nada? "No, porque no tenía competencias". Pero claro que podía haber hecho muchas cosas, como exigir más provisiones para el ladrillo o recapitalizaciones, intervenir entidades inviables o haber hecho caso a sus propios inspectores cuando le alertaron del desastre (como les ignoraron, se dirigieron a Solbes... que tampoco les tomó en serio). Y, ya en el último momento, no forzar las fusiones de cajas como si de la unión de dos entidades enfermas fuera a salir una sana.

MAFO critica que no se inyectara dinero público a la banca

El tercero en discordia es la CNMV, el otro gran supervisor, en este caso de los mercados. Su entonces presidente, Julio Segura, era el responsable de supervisar que las preferentes no se vendieran entre los particulares, según Solbes. Él responde que no lo hizo porque —¿lo adivinan?— no tenía competencias para ello. La pescadilla que se muerde la cola. Y la CNMV tampoco podía ir a los miles de sucursales bancarias a comprobar cómo se vendían estos productos. No consta que fuera a ninguna. De hecho, Segura presume de que "forzó la ley" para proteger a los inversores en este caso (puso unas advertencias en los folletos de 500 páginas que nadie se lee) y en el de la salida a bolsa de Bankia, donde contribuyó a bajar el precio. Algo que a la postre dio lo mismo porque Bankia no valía ni 3 ni 4 euros, sino cero (en realidad, -19.000 millones negativos).

Segura reconoce que las preferentes "se vendieron fatal"

La sucesora de Solbes, Elena Salgado, admite que hubo "errores", pero asegura que la crisis española fue consecuencia de la crisis financiera internacional, de los rescates de Grecia e Irlanda y de los malvados mercados. Y, en general, está convencida de que la mayor parte de las decisiones de Zapatero fueron acertadas, incluyendo el Plan E (que critica ahora hasta el propio Solbes), porque contribuyeron a "preservar el futuro de España", nada menos. Respecto a su gran lunar, la OPV de Bankia, se llama andana: asegura que Guindos miente cuando dice que "fue una cuestión de Estado, se forzaron voluntades y se hizo que los supervisores mirasen para otro lado" e incluso niega que el Gobierno y el BdE llamaran al resto de la banca para que acudiera a la colocación, en contra de los múltiples testimonios de esta práctica, que denunció El Confidencial.

Elena Salgado contribuyó a preservar el futuro de España

Bankia: el único inocente fue Rato, según Rato

¿Y quién tuvo la culpa del desastre de Bankia, el elefante en la habitación de la crisis financiera? Todo el mundo menos su presidente, Rodrigo Rato. Al menos, eso es lo que él dice. La responsabilidad fue de MAFO por obligar a Caja Madrid a fusionarse con Bankia, de Guindos por sembrar el pánico sobre la banca española y disparar la prima de riesgo al decir que le faltaban 60.000 millones, de Deloitte por auditar mal las cuentas, de la EBA (Autoridad Bancaria Europea) por aprobarles en los test de estrés... Pero de Rato no. Si hasta dejó la entidad con un 'rating' más alto que el anterior. Entonces, ¿por qué hubo que inyectarle otros 19.000 millones? A él que le registren; eso es cosa de su sucesor, José Ignacio Goirigolzarri.

Rato: los 19.000 millones son responsabilidad de Goiri

Es decir, no hacía falta ni mucho menos ese dinero para arreglar el desaguisado. "Nunca consideré que fuera necesario ese dinero para sanear Bankia. Si se quería tener el banco más capitalizado de España, es otra cosa. El que lo diseñó, que lo explique". ¿Por qué no era necesario? Pues porque no había tal desaguisado. "No es que las cosas se hicieran mal y que la culpa fuera del Banco de España, es que estaban bien hechas porque así lo certificaba el Banco de España". Por tanto, la reformulación de las cuentas de 2011 que realizó Goirigolzarri para reflejar enormes pérdidas es "ilegal".

Linde, Restoy, Carrascosa y Guindos

En esta relación de culpables falta el sucesor de MAFO en el Banco de España, Luis Linde, quien fue el primero en comparecer en esta comisión y cargó contra MAFO y Solbes diciendo que podían haber hecho más para frenar la burbuja de crédito y haber actuado antes cuando estalló la crisis. También debe figurar Fernando Restoy, un personaje que fue segundo de Segura en la CNMV y de Linde en el BdE. También compareció en diciembre y, sorpresa, dijo que la CNMV no tenía competencias para prohibir la venta de preferentes y que la información pública en la salida a bolsa de Bankia no permitía adivinar que las cosas iban a acabar como lo hicieron. Y el gran olvidado de la comisión, Antonio Carrascosa, responsable de vender las cajas nacionalizadas con ingentes pérdidas para el contribuyente.

El próximo martes comparecerá el último de esta lista, Luis de Guindos. Aunque es fácil adivinar cuál será su argumentación: él heredó el enorme problema de las cajas a quien nadie se había atrevido a meter mano y, dados los extremos a los que había llegado, que ponía en peligro incluso la pertenencia de España al euro y que el país tenía que financiarse a un coste disparado, no le quedó más remedio que pedir el rescate. Por supuesto, toda la culpa fue de Zapatero, de MAFO y de Segura, la salida a bolsa de Bankia fue un disparate provocado por el Gobierno, y Rato estaría más guapo calladito.

La victoria tiene muchos padres pero la derrota es huérfana, decía Napoleón. Y es lo que ocurre en el caso de la gravísima crisis financiera que vivió España desde 2008 y que desembocó en el rescate de 2012, con una inyección total de dinero público de 122.000 millones, de los que ya hemos perdido 60.700. Casi seis años después, por fin hemos podido escuchar en el Congreso las explicaciones de los entonces responsables de las instituciones. Y lo cierto es que han sido bastante sonrojantes. Con la excepción parcial de Pedro Solbes, todo el mundo echa la culpa a los demás. Como dijo uno de los miembros de la comisión que investiga la crisis, "esto es el pío, pío, que yo no he sido". Pero todos ellos, en mayor o menor medida, tienen parte de culpa.

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