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España gana competitividad a costa de los trabajadores por la moderación salarial
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Pierden poder adquisitivo

España gana competitividad a costa de los trabajadores por la moderación salarial

La holgura del mercado laboral permite subidas salariales muy contenidas. Los salarios suben más en las empresas que en las administraciones públicas

Foto: Un empleado de una fábrica de casas prefabricadas. (EFE/Ismael Herrero)
Un empleado de una fábrica de casas prefabricadas. (EFE/Ismael Herrero)
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La invasión de Ucrania ha provocado un cambio estructural en la economía europea. La era del gas barato ruso se ha terminado y, previsiblemente, no volverá. El boicot mutuo que han hecho la Unión Europea y Rusia para el comercio de hidrocarburos no tiene visos de ser temporal. Al contrario, incluso aunque la guerra se resuelva pronto con acuerdo multilateral, es probable que Bruselas no vuelva a autorizar la compra sin restricciones de gas y petróleo ruso. Este cambio en los flujos energéticos globales implica precios más altos en Europa, no solo del gas, sino de toda la cesta de la compra, lo que está provocando un reajuste de los costes a nivel europeo.

Hasta el pasado verano, los precios de los bienes intermedios y finales de las empresas habían subido rápidamente, pero no se había trasladado a los salarios. Sin embargo, en los últimos meses las retribuciones están empezando a crecer con fuerza en algunos países europeos. Sin embargo, no lo hacen a un ritmo homogéneo, sino que los salarios suben más allí donde las tasas de paro son más bajas y donde hay más inflación. Esto provoca un cambio en la competitividad relativa de los países europeos, ya que los costes salariales están creciendo a un ritmo ya elevado en unos estados, mientras que están parados en otros.

Foto: El precio de los alimentos sigue escalando. (EFE/Cereijido)

En esta fotografía, España sale como uno de los países que está ganando más competitividad en los costes laborales. Eso sí, quien paga esta mejora son los trabajadores, puesto que los salarios apenas se están revalorizando desde que comenzó la crisis inflacionista.

Según los últimos datos de Eurostat, los salarios por hora de trabajo aumentaron en España un 3,4% desde el inicio del ciclo inflacionista (desde el segundo trimestre de 2021) hasta el pasado verano. Esta subida se sitúa por debajo del promedio de la eurozona, donde se han incrementado un 3,7%, y muy por debajo de la Unión Europea, donde han subido un 4,6%. En todos los casos son cifras muy inferiores a la inflación, que es de doble dígito en todos los países del euro, salvo en Francia y Finlandia.

Este pobre desempeño de los salarios en España se debe, principalmente, a la moderación de la subida en el sector público. El Gobierno decidió congelar el alza de las retribuciones de los trabajadores públicos en el 2%, de modo que el salario por hora es uno de los que menos ha subido de toda la eurozona, un punto menos que en el conjunto de países que conforman la moneda común.

Por el contrario, la subida que están aplicando las empresas es levemente superior a la del promedio de la eurozona, con un incremento del 4% frente al 3,7% del conjunto del área comunitaria. Esta diferencia de salarios en el sector público y el privado contrasta con la escasez de manifestaciones y protestas contra el Gobierno convocadas por los sindicatos respecto a las movilizaciones ya celebradas contra las patronales.

La mayor subida de salarios se ha producido en los países del Báltico, quienes están sufriendo una inflación disparada por la ruptura de las relaciones comerciales con Rusia. En Lituania los salarios han subido un 17%; en Estonia, un 12%, y en Letonia, un 10%. Por el contrario, las menores subidas se han producido en Eslovenia, donde los salarios están congelados. Y los siguientes son Alemania, Italia y Finlandia, donde la subida es inferior al 3%.

La subida de los salarios es claramente insuficiente para compensar la inflación, lo que está implicando una rápida pérdida de poder adquisitivo para los trabajadores. En España, la inflación está siendo algo más moderada que en la mayor parte de países europeos, y esa es la única ventaja que consiguen los trabajadores. Las medidas adoptadas por el Gobierno para contener el precio de la electricidad y el gas, así como la menor dependencia de los hidrocarburos de Rusia, están dando una tregua a España. Además, el consumo de los hogares españoles se ha recuperado mucho más lento que en otros países europeos, por lo que no existen tantas tensiones de demanda.

Foto: Fotografía de la emisión de billetes de 100, 200 y 500 euros. (Reuters/Antonio Bronic)

Todos estos factores han mitigado la subida de los precios en España, que acumulan una escalada del 13% desde que comenzó la crisis inflacionista. Un dato preocupante, pero muy inferior al 30% de Estonia o al 26% de Letonia y Lituania. Esto significa que los trabajadores han perdido más de 10 puntos de poder adquisitivo durante la actual crisis inflacionista, ocho puntos en el sector privado y más de 12 en el público. Y esto no es todo, ya que la persistencia de la inflación hará que durante el próximo año los salarios sigan subiendo menos que los precios.

En España, las mayores subidas salariales se han producido en la hostelería y el transporte, con alzas acumuladas de más del 5% en la retribución por hora trabajada. Estos dos sectores fueron los más afectados por la pandemia y muchos de sus trabajadores tuvieron que buscar recolocación en otras actividades. El resultado fue que, tras la pandemia, estas empresas no encontraban mano de obra suficiente y tuvieron que terminar recurriendo a las subidas salariales para conseguir contratar.

En la construcción, la subida de salarios es de casi el 5% y en el sector manufacturero, del 4%. En el extremo opuesto, las actividades profesionales, científicas y técnicas tienen ahora un salario por hora que es casi un 1% inferior al de inicios de 2021. El motivo puede estar en un efecto composición, ya que se trata de actividades que han crecido intensamente en los últimos años y es posible que los nuevos trabajadores hayan entrado con contratos peores que los que ya estaban, tirando así a la baja del salario medio.

Estos datos salariales muestran que España tiene una gran oportunidad para ganar competitividad respecto a la eurozona en salarios y así atraer inversiones. Sin embargo, esta contención salarial se produce a costa de los trabajadores y, por extensión, de la demanda interna (si pierden renta real, tarde o temprano tendrán que consumir menos). Por este motivo, la clave para que la moderación salarial no tenga efectos secundarios tan negativos está en que España salga de esta crisis energética y comercial con una inflación más moderada. Así, los salarios perderán menos poder de compra y serán capaces de mantener las ganancias de competitividad.

La invasión de Ucrania ha provocado un cambio estructural en la economía europea. La era del gas barato ruso se ha terminado y, previsiblemente, no volverá. El boicot mutuo que han hecho la Unión Europea y Rusia para el comercio de hidrocarburos no tiene visos de ser temporal. Al contrario, incluso aunque la guerra se resuelva pronto con acuerdo multilateral, es probable que Bruselas no vuelva a autorizar la compra sin restricciones de gas y petróleo ruso. Este cambio en los flujos energéticos globales implica precios más altos en Europa, no solo del gas, sino de toda la cesta de la compra, lo que está provocando un reajuste de los costes a nivel europeo.

Salarios de los españoles Inflación
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