Es noticia
Radiografía del IPC en Europa: España frena la inflación pero los alimentos suben más
  1. Economía
Comparativa a nivel comunitario

Radiografía del IPC en Europa: España frena la inflación pero los alimentos suben más

España consigue un diferencial favorable de tres puntos desde que comenzó la crisis de precios gracias a la energía y a bajadas de impuestos

Foto: Fotografía de la emisión de billetes de 100, 200 y 500 euros. (Reuters/Antonio Bronic)
Fotografía de la emisión de billetes de 100, 200 y 500 euros. (Reuters/Antonio Bronic)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Las tasas interanuales en ciclos económicos que duran más de un año generan problemas de interpretación como que España sea el país de la eurozona con menor nivel de inflación. En el último año, los precios han subido un 6,7%, mientras que en la eurozona la escalada es del 10%. Sin embargo, esa tasa interanual no contempla toda la crisis inflacionista que comenzó a gestarse a inicios de 2021 con el final de las restricciones de la pandemia. En esos meses España era uno de los países que soportaba mayor inflación con la inflación disparada.

Si se observa la fotografía completa del actual periodo inflacionista, la subida de precios en España es del 12,6% (la comparativa se realiza respecto a noviembre de 2020 para evitar efectos estacionales que hacen variar los precios a lo largo del año, aunque los datos varían poco hasta marzo). En este periodo, España ya no es el país europeo con menor inflación, cosa que sí consigue con las tasas interanuales. Tanto Francia como Malta se sitúan por debajo. Pero sí es uno de los países comunitarios que menos está sufriendo la crisis de precios. En la eurozona, la subida acumulada es tres puntos superior (un 25% más). Los peores datos los registran las repúblicas del Báltico, Lituania, Estonia y Letonia, con subidas de precios superiores al 30%.

Hay dos factores que explican este mejor comportamiento de los precios en España: la energía y la demanda. El aspecto negativo lo marcan los alimentos, que han subido algo más que en la media europea; lo que está suponiendo un verdadero quebranto para los hogares españoles, en especial las rentas bajas.

La principal diferencia está en la energía, por varios motivos. El primero es evidente: los países que más están sufriendo son los que dependen del gas ruso, como es el caso de las repúblicas del Báltico y, en general, de toda la franja este del continente. Pero hay más factores. En España y Portugal, la excepción ibérica con el tope al gas ha conseguido frenar la escalada de la factura eléctrica para los hogares: mientras que en la eurozona se ha disparado un 65%, los hogares españoles pagan hoy apenas un 14% más y los portugueses, un 31%. La excepción ibérica no solo ha conseguido moderar el precio de la electricidad para los hogares, también para las empresas, lo que redunda en ganancias de competitividad por la vía de los menores costes de producción.

La factura del gas también está contenida en España, aunque en este caso solo supone posponer la subida de precios. El Gobierno intervino las tarifas del gas a los hogares tras el verano de 2021, generando consigo un déficit de tarifa. Esto ha permitido que el precio que pagan las familias haya subido un 30% en España, mientras que en la eurozona se ha disparado más de un 110%. Sin embargo, este déficit de tarifa implica que los hogares tendrán que pagar precios mayores en el futuro para devolver esta deuda que están acumulando.

La escalada de los precios ha sido más intensa en sectores con alta demanda. El mejor ejemplo es el de la hostelería, que disparó sus precios durante el pasado verano, aprovechando la gran afluencia de turistas, sobre todo a los destinos de costa. Las tarifas de los alojamientos se han disparado un 26% en este periodo, una subida que es un tercio superior a la del conjunto de la eurozona. Pero no todos los bienes y servicios se han recuperado de la misma forma, ya que muchos no se benefician de la demanda externa. Y como la demanda doméstica se ha recuperado mucho más lenta que la del resto de Europa, los sectores que venden dentro del país han tenido que competir en precios para vender. Esto explica que una buena parte de los bienes de consumo que no son de primera necesidad tengan precios más asequibles en España.

El mejor ejemplo es el de la ropa. En España el sector textil ha tenido que vivir de rebajas en rebajas para conseguir elevar sus ventas. El resultado es que los precios hoy son casi un 2% inferiores a los que había antes de la crisis inflacionista. Por el contrario, en el conjunto de la eurozona el precio ha subido un 5%. Una situación similar ocurre con los muebles y aparatos para el hogar, que en España han subido casi dos puntos menos que en Europa, con un alza del 10%.

Foto: Una oficina de empleo, en una imagen de archivo. (EFE)

Pero si hay un sector en el que no ha caído la demanda es el de la alimentación. De hecho, ante la escalada de los precios en la hostelería, muchos hogares han tenido que volver a la comida casera para ahorrar. Aunque el ahorro es escaso, porque los precios del súper están disparados. Desde el inicio de la crisis inflacionista, los precios de los alimentos se han disparado un 19%, dos décimas por encima del conjunto de la eurozona. En Francia, por ejemplo, los alimentos han subido un 14%, esto es, cinco puntos menos; en Italia y Bélgica la subida es del 16% y en Países Bajos o Austria, del 17%.

La subida de la alimentación está siendo muy heterogénea por productos. En general, los productos producidos domésticos son los que más se están encareciendo en comparación con Europa. Por ejemplo, el aceite en España se ha disparado un 62%, casi 20 puntos más que en la eurozona; los huevos han subido un 33%, cinco puntos más; la leche se ha disparado un 37%, siete puntos más. En cuanto a los productos frescos, la fruta también ha subido más en España, un 14% frente al 10% de la eurozona; sin embargo, la carne ha subido casi tres puntos menos en España, con un incremento del 15%.

En general, los productos frescos están subiendo algo menos en España que en Europa. Es posible que la elevada producción dentro del país esté ayudando a contener el proceso inflacionista respecto a las cadenas que sean más largas. La carne, por ejemplo, se ha encarecido un 15%, casi tres puntos menos que en la eurozona.

Esta subida de la alimentación es ahora el principal problema para las familias. Sin embargo, la moderación de los precios energéticos en España, mucho más bajos que en Europa, permite aliviar los costes de producción de las empresas y ayudar así a frenar la inflación. De hecho, en España ya se observa que la inflación subyacente podría haber marcado máximos: en agosto alcanzó el 6,4% y desde entonces se ha mantenido estable entre el 6,2 y el 6,3%. Por el contrario, en la eurozona la inflación subyacente estaba en el 5,7% en agosto y desde entonces ha seguido escalando hasta alcanzar ya el 6,9%. Esta tendencia divergente no solo se debe a que los precios de la energía están más contenidos, también a que la energía no está generando efectos indirectos sobre el resto de la cadena de producción.

España también ha conseguido moderar el IPC bajando impuestos al consumo. Desde que comenzó la crisis inflacionista se han aprobado numerosas bajadas del IVA, así como de otras figuras impositivas, lo que ha permitido que la subida de precios acumulada haya sido del 12,6% y no del 13,7% que hubiese sido a impuestos constantes. Esto es, las rebajas de impuestos han ahorrado un punto completo de inflación, mientras que en la media europea no ha habido bajada neta de impuestos.

El país que más ha utilizado la palanca de ahorro fiscal es Países Bajos, que ha conseguido moderar el IPC en casi tres puntos. Italia y Eslovenia se han ahorrado 1,3 puntos. El siguiente ya es España, con sus 1,1 puntos de ahorro. Esta política ha sido clave para moderar la inflación, aunque ha limitado la capacidad fiscal para realizar otras políticas más concentradas en familias y empresas vulnerables.

Las tasas interanuales en ciclos económicos que duran más de un año generan problemas de interpretación como que España sea el país de la eurozona con menor nivel de inflación. En el último año, los precios han subido un 6,7%, mientras que en la eurozona la escalada es del 10%. Sin embargo, esa tasa interanual no contempla toda la crisis inflacionista que comenzó a gestarse a inicios de 2021 con el final de las restricciones de la pandemia. En esos meses España era uno de los países que soportaba mayor inflación con la inflación disparada.

Inflación IPC
El redactor recomienda