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Asumamos lo que nos espera: "La inflación alta será persistente durante dos años"
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Entrevista a Antonio Moreno

Asumamos lo que nos espera: "La inflación alta será persistente durante dos años"

El economista, uno de los mayores expertos sobre los precios, advierte que las expectativas de inflación han subido bruscamente, lo que complica que el IPC vaya a remitir

Foto: Antonio Moreno, experto en inflación de la Universidad de Navarra. (Imagen cedida por la UNAV)
Antonio Moreno, experto en inflación de la Universidad de Navarra. (Imagen cedida por la UNAV)
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La inflación es el gran reto al que se enfrenta la economía global. Lo que comenzó siendo una crisis energética ha derivado en un proceso inflacionista que los expertos tratan de comprender para anticipar cuál puede ser su duración e intensidad. La experiencia de los años setenta enseña que es posible frenar la escalada de precios, pero a un coste elevado en términos económicos. Antonio Moreno es uno de los grandes expertos sobre inflación que hay en España. Es doctor por la Universidad de Columbia y director del máster de Economía y Finanzas de la Universidad de Navarra. Reflexionamos con él sobre las implicaciones de la escalada de los precios, la efectividad de las medidas adoptadas por el Gobierno y los ganadores de este escenario.

PREGUNTA. ¿A qué se debe la crisis inflacionista que estamos sufriendo?

RESPUESTA. Aquí tenemos tres factores. El primero es que hay más demanda que oferta, especialmente en los mercados de la energía. Eso provocó una subida en los precios del petróleo y del gas que fue el comienzo de la inflación. El segundo son las políticas expansivas que han aplicado Europa y, sobre todo, Estados Unidos, para estabilizar la demanda. El tercero es la guerra en Ucrania, que ha añadido incertidumbre y disrupción en la oferta de petróleo y gas. Todo esto tiene una serie de transmisiones a la economía real que provoca la subida de precios.

Foto: Una terraza en el barrio de Malasaña. (Getty/Carlos Álvarez)

P. En marzo llegamos a un pico de casi el 10% de inflación, ¿qué podemos esperar de cara a los próximos meses?

R. Quizás sí hemos llegado al pico, porque han sucedido varias cosas en el último año. Creo que los gobiernos lo están haciendo bien para negociar fuentes distintas de petróleo, con países como Venezuela, Arabia Saudí, etc. y aumentar la oferta. Pero también pienso que la inflación va a ser persistente y esto es más importante que saber si va a llegar al 10% o no.

P. ¿Cuánto tiempo duraría esa persistencia.

R. Creo que vamos a estar un año con tasas de inflación altas. Eso se ve bastante bien en cómo está subiendo la inflación subyacente. Es por el efecto transmisión.

P. ¿Eso significa que las empresas ya están trasladando de forma intensa los costes a los precios finales?

R. Sí, es lo que se está viendo en la industria, en los servicios… es un comienzo de efectos de transmisión que se ven muy claramente en la serie de inflación subyacente. En este indicador no ha habido bajadas en los últimos 10 meses, son todo subidas.

P. ¿El tope al gas debería generar una reducción significativa del IPC?

R. En el IPC sí, en el subyacente no. El subyacente está teniendo vida propia por la transmisión, que va con retraso. En la economía no todo se ajusta inmediatamente. El tope del gas hará que el IPC no suba tanto, pero de nuevo va a haber efectos en la inflación subyacente. La transmisión al IPC subyacente no se puede parar.

P. ¿Qué significa una inflación subyacente persistente?

R. Me refiero a que el IPC subyacente llegará al 7% y durará varios meses.

P. ¿Hasta el año 2023?

R. Exacto, hasta el 2023. Persistente significa tasas de inflación por encima del 5% durante dos años o más. La inflación depende mucho de las expectativas de inflación, porque las empresas se anticipan a lo que va a ocurrir para cubrirse. Estas expectativas están altas al menos para los próximos dos años y esto va a hacer que la inflación misma esté alta.

"La inflación va a ser persistente y esto es más importante que saber si va a llegar al 10%"

P. ¿Por qué está afectando más la inflación a las clases populares?

R. Porque un porcentaje mayor de su renta se destina a los bienes que están subiendo más: la luz, la energía, el transporte y los alimentos básicos. Una persona con ingresos medios-altos va a poder ahorrar menos, pero los que destinaban toda su renta al consumo van a tener que ‘hacer malabares’ para cuadrar sus cuentas. Lo que se está viendo es que el consumo se está reduciendo y esto es análogo al covid: en ambos casos comenzó como un ‘shock’ de oferta, pero ante esta incertidumbre, se termina convirtiendo en un ‘shock’ de demanda. Esto va a provocar que la economía se resienta.

P. Los datos de depósitos del Banco de España muestran el aumento del ahorro precautorio.

R. Así es. De hecho, los bancos son de los pocos ganadores de la inflación, porque están subiendo algunos tipos de interés y lo repercuten en las hipotecas.

P. ¿Alta inflación y dudas económicas nos puede llevar a la estanflación?

R. Esta es la gran cuestión para los bancos centrales y los gobiernos: cómo responder a la inflación sin producir la estanflación. La Reserva Federal ya está subiendo los tipos de interés con movimientos de 50 puntos básicos y ahora Europa sigue sus pasos. Yo creo que si se hace bien podemos evitar la estanflación porque veníamos con una inercia de crecimiento alta.

Pero lo que es más preocupante es si se producen problemas de liquidez, porque hay sectores que todavía no han podido repercutir sus costes a los precios. Si las empresas pueden pedir crédito podrán pasar esta situación, pero si no tienen liquidez van a entrar en problemas. Por eso es importante que los Gobiernos bajen el precio de la energía lo antes posible.

"Si se hace bien podemos evitar la estanflación"

P. ¿Cómo puede doblegar la política monetaria un ‘shock’ de precios energéticos?

R. En Estados Unidos hubo un momento histórico en el que cambió la política monetaria: entre 1979 y 1982 con Paul Volcker, presidente de la Reserva Federal. La inflación estaba subiendo mucho, con el segundo ‘shock’ del petróleo, y puso todos los instrumentos de política monetaria para frenar la inflación. A partir de esa experiencia tenemos una hoja de ruta muy clara para doblegar la inflación: subir los tipos de interés. Pero eso tiene un efecto colateral: la estanflación. Yo creo que hay que subir los tipos de interés para restringir la demanda, pero esto tiene efectos colaterales.

P. En paralelo vemos una política fiscal que está introduciendo medidas para subvencionar las compras y sostener la demanda. En España ha sido la subvención de 15 céntimos a las compras de carburantes. ¿Son correctas estas medidas?

R. Yo no soy muy partidario de estas medidas. Lo idóneo sería elevar la oferta de combustibles, pero eso no es sencillo. Las subvenciones tienen sus efectos distorsionadores: lo que estás haciendo es que no caiga la demanda de petróleo ni de gas. Creo que en cuanto se pueda, habría que quitar la subvención. En cuanto a la política fiscal, no creo que sea el momento de bajar los impuestos, porque estás echando más leña al fuego.

"Hay que quitar las subvenciones a los combustibles en cuanto se pueda"

P. ¿Las subidas de salarios aceleran la inflación?

R. Sí, porque son costes de empresas que se terminan repercutiendo a los precios. Al final, la inflación responde a los costes marginales de las empresas. Por eso se está hablando de los pactos de rentas, como los de los años 70. También estaría mal por parte de los empresarios que no elevaran los salarios pero que sí subieran sus precios.

P. ¿Una buena solución pueden ser los pactos de rentas a varios años?

R. Sí, ese horizonte a más largo plazo puede ser un enfoque positivo para contener los salarios ahora y distribuir la subida en más años. Ahora necesitamos ganar tiempo para controlar la inflación, tanto las empresas como los bancos centrales.

Foto: La inflación lastra el poder de compra. (EFE/David Arquimbau Sintes)

P. Hace apenas tres años hablábamos de la deflación, del estancamiento secular… un discurso muy diferente al actual. ¿Este episodio inflacionista desaparecerá y volveremos a ver caídas de precios?

R. Hay varias variables aquí. Si a partir de 2024 se termina este ‘shock’ de oferta, yo veo que Europa sí tiene un problema de crecimiento. No se consigue generar un dinamismo económico, por eso se hablaba de la ‘secular stagnation’. Yo creo que el problema es, sobre todo, de inversión, porque no es suficiente. Y eso tiene que ver con que los empresarios no ven tanta demanda. Si uno piensa en las revoluciones industriales, lo que ocurre es que las empresas ven un mercado, un consumo que vaya a subir… en ese contexto las empresas piensan en cómo mejorar su producción. Yo creo que si en el año 2024 volvemos a la situación de partida similar a la que había antes del covid, vamos a tener que volver a enfrentarnos al bajo crecimiento. La inversión, la innovación y la demografía van a ser las claves para combatir el estancamiento secular.

P. Lo que puede cambiar tras el covid es la globalización. Las empresas y los países parece que quieren tener cadenas de valor más cortas.

R. Es posible que veamos una cierta desglobalización. Todo esto va a depender mucho de la política de bloques, pero yo creo que a un país como España creo que no va a afectar demasiado. Pero lo que hemos visto tras el covid es que ha vuelto el ímpetu por el comercio.

La inflación es el gran reto al que se enfrenta la economía global. Lo que comenzó siendo una crisis energética ha derivado en un proceso inflacionista que los expertos tratan de comprender para anticipar cuál puede ser su duración e intensidad. La experiencia de los años setenta enseña que es posible frenar la escalada de precios, pero a un coste elevado en términos económicos. Antonio Moreno es uno de los grandes expertos sobre inflación que hay en España. Es doctor por la Universidad de Columbia y director del máster de Economía y Finanzas de la Universidad de Navarra. Reflexionamos con él sobre las implicaciones de la escalada de los precios, la efectividad de las medidas adoptadas por el Gobierno y los ganadores de este escenario.

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