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Lo que iba a ser una crisis de unos meses terminará durando un lustro en España
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La vuelta al PIB precrisis se retrasa a 2024

Lo que iba a ser una crisis de unos meses terminará durando un lustro en España

Las previsiones de la OCDE ponen España frente al espejo: solo el turismo y la inversión de los fondos europeos tiran ahora de la economía, mientras el resto de los motores se paran

Foto: Un paracaidista con la bandera de España, en Zaragoza. (EFE/Toni Galán)
Un paracaidista con la bandera de España, en Zaragoza. (EFE/Toni Galán)
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Cuando estalló la pandemia del coronavirus y los gobiernos se vieron forzados a imponer el 'gran confinamiento', el consenso de políticos y economistas coincidía en que la clave era proteger la renta de hogares y empresas para recuperar rápidamente los niveles de actividad. El Gobierno llegó a describir este proceso como "meter la economía en el congelador" para volver a la normalidad inmediatamente después de doblegar al virus. Pero lo que iban a ser solo unos meses de dificultades se ha convertido en años, que han empalmado con otra nueva crisis, y la economía va así encadenando malas noticias en bucle.

La OCDE puso números el miércoles a la crisis con su actualización de las previsiones económicas en un informe con un título elocuente: 'El precio de la guerra'. Para España, los números son especialmente negativos, no tanto por las relaciones comerciales con Rusia, sino porque ya arrastra un gran retraso en la recuperación posterior a la pandemia. El organismo ha recortado en casi 2,5 puntos su previsión del PIB de España para 2023, lo que implica que la salida efectiva de la crisis en términos de producción no se completará hasta un año más tarde, en 2024. La OCDE cree que España será el único país de los más de 40 que analiza que no recuperará el PIB precrisis hasta 2024.

Foto: La inflación se come el poder adquisitivo de los hogares. (EFE/D. A. Sintes)

Algunos pocos países, con China a la cabeza, consiguieron cerrar el año 2020 con un nivel de PIB superior al de 2019 (datos en términos reales, esto es, descontada la inflación). La mayor parte no lo hizo hasta 2021, entre ellos Estados Unidos, que salió fortalecido de la crisis gracias a la capacidad de adaptación que tiene su tejido productivo y a las políticas fiscales expansivas aprobadas por la Administración Trump. El resto de grandes países desarrollados ha tenido que esperar hasta este año 2022, como es el caso de Canadá, Australia, Reino Unido o Francia, para recuperar el PIB prepandemia. Un puñado de economías no lo hará hasta 2023, entre las que se encuentran Alemania y Japón (muy golpeadas por la crisis de suministros), Italia o México. Y en el último puesto se sitúa España, que tendrá que esperar a 2024. Una crisis de la que el país tardará en salir un lustro si se cumplen las cifras de la OCDE.

España fue el país más golpeado por la pandemia en el año 2020, tanto en términos económicos como sanitarios. Esto es, tenía que crecer mucho más que el resto para volver a los niveles de actividad precovid. La recuperación, que comenzó en 2021, estuvo lastrada continuamente por las sucesivas olas del virus que impidieron el regreso del turismo internacional. En 2022 debería haber comenzado la reedición de 'los felices años veinte' gracias al despegue de la demanda, pero otro 'shock' económico terminó por descarrilar las esperanzas de un rápido crecimiento.

En su informe de perspectivas, la OCDE constata que el consumo de los hogares se ha frenado en seco y espera que se mantenga así durante el resto del año. Esto es, el otro gran motor de la recuperación, junto al turismo, se ha detenido bruscamente. En este sentido, la espiral inflacionista que sufre España, sumada a la incertidumbre de las familias, ha terminado por provocar un parón en la recuperación. Según el INE, el PIB creció únicamente un 0,3% en el primer trimestre del año, pese a la gran inercia que llevaba de 2021, después de registrar un avance del 2,2% en el final del año.

La otra gran esperanza de una rápida recuperación en España pasaba por el éxito del plan de recuperación. Este año está acelerando definitivamente la ejecución de los fondos europeos, sin embargo, su capacidad para atraer inversión privada en un entorno de elevada inflación e incertidumbre es mucho más limitada. Ya lo advirtió la Autoridad Fiscal (AIReF) en su último informe macroeconómico: "Los recursos van a llegar a la economía en un contexto sustancialmente más adverso". Inicialmente, estimó que el multiplicador fiscal de la inversión sería de 1,2, de modo que si se ejecutan 25.000 millones aportarían 30.000 millones al PIB gracias a la movilización de recursos privados.

Sin embargo, la coyuntura en la que se ejecutan los recursos europeos está marcada por los cuellos de botella, la inflación y la incertidumbre. De ahí que la AIReF estime ahora un multiplicador fiscal del 0,9%. Esto es, el impacto sobre el PIB será inferior al volumen de recursos movilizados. Esto explica que la OCDE haya recortado el crecimiento de la inversión en España para este año 2022 del 8,1% al 7,4%, y la de 2023 del 7% al 4,7%. Más malas noticias para la recuperación de España. Y en este caso, no solo son problemas de corto plazo, sino que tienen implicaciones importantes en la transformación del tejido productivo.

La gran duda respecto a todos estos datos es hasta qué punto los datos de contabilidad nacional pueden no estar recogiendo la realidad económica de España y que se esté minusvalorando el ritmo de la recuperación. Esta es la gran esperanza para que España no salga en la 'foto' como el país a la cola de la recuperación. Los registros de afiliación a la Seguridad Social y de comercio declarado en el IVA muestran que la recuperación ha sido mucho más rápida y que ya estaría completada. Sin embargo, diversos indicadores del INE todavía muestran que el país está aún lejos de la salida de la crisis, tanto desde el punto de vista de la renta de los hogares como del consumo, el turismo o los beneficios empresariales.

Solo el tiempo despejará esta incógnita. Lo que es indudable a día de hoy es que "el ritmo de la recuperación va a moderarse" una vez más, en palabras de la OCDE. Esto es, no termina de llegar el año del gran rebote posterior a la pandemia. Ese año tampoco será 2022 y cada vez hay más dudas sobre 2023. "El mundo está preparado para pagar un alto precio por la guerra de Rusia contra Ucrania", sentencia la OCDE. Toca seguir esperando a los buenos tiempos.

Cuando estalló la pandemia del coronavirus y los gobiernos se vieron forzados a imponer el 'gran confinamiento', el consenso de políticos y economistas coincidía en que la clave era proteger la renta de hogares y empresas para recuperar rápidamente los niveles de actividad. El Gobierno llegó a describir este proceso como "meter la economía en el congelador" para volver a la normalidad inmediatamente después de doblegar al virus. Pero lo que iban a ser solo unos meses de dificultades se ha convertido en años, que han empalmado con otra nueva crisis, y la economía va así encadenando malas noticias en bucle.

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