Es noticia
El BCE enfría el optimismo del mercado y retrasa a 2025 tener la inflación controlada
  1. Mercados
HABRÁ MÁS SUBIDAS DE TIPOS

El BCE enfría el optimismo del mercado y retrasa a 2025 tener la inflación controlada

El banco central revisa al alza las previsiones de inflación y endurece su política monetaria pese a anticipar una recesión inminente en la eurozona

Foto: Christine Lagarde, presidenta del BCE. (EFE/Andre Pain)
Christine Lagarde, presidenta del BCE. (EFE/Andre Pain)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

El riesgo de recesión no ha hecho que al Banco Central Europeo (BCE) le tiemble el pulso. Ve probable que la eurozona sufra una contracción de la economía este trimestre y el próximo, pero no por ello va a desviarse de un endurecimiento monetario para tratar de combatir la inflación, a la que no ve controlada hasta 2025. La reunión de este jueves golpea la batería de previsiones de las casas de inversión, que muestran más optimismo para el año que viene.

Podría parecer que la subida de tipos de interés de 50 puntos básicos es una señal de moderación por parte del BCE en su camino para hacer la política monetaria más restrictiva, contribuyendo a enfriar la economía, aunque entre en recesión, y por esta vía de menos dinamismo económico que la inflación recule. Nada más lejos de la realidad. Aunque es verdad que las dos subidas anteriores fueron de 75 puntos básicos, tanto y más importante es el anuncio de que empezará a reducir balance en marzo y que habrá más alzas durante los próximos meses.

Foto: Christine Lagarde, presidenta del BCE. (Reuters/Kalnins)

En esencia, el BCE sigue drenando liquidez para ralentizar la economía. Por ello, “los tipos de interés tendrán que incrementarse aún significativamente a un ritmo sostenido hasta alcanzar niveles suficientemente restrictivos” con los que la inflación comience a moderarse. Y si bien el mercado veía con los últimos datos que podría haber tocado techo, el BCE ha lanzado un jarro de agua fría al retrasar un año, hasta 2025, la estimación de que la inflación pueda estar controlada.

Hay un matiz relevante y es que el BCE ha revisado las previsiones que tenía desde septiembre, mientras que, entre medias, el mercado ha actuado con nuevos datos y, con ellos, ha apostado porque la inflación ha alcanzado su techo y comenzará a moderarse desde el 10% de noviembre, que ya fue seis décimas menos que en octubre.

Pero tanto el comunicado del BCE como la presidenta, Christine Lagarde, han tirado por tierra este optimismo. O, cuanto menos, lo han enfriado. Lagarde recordó que la inflación bajó en noviembre por los precios de la energía, y que la inflación elevada en los alimentos y las presiones subyacentes sobre los precios “se han fortalecido y persistirán durante algún tiempo”. Además, ha destacado que con la solidez del mercado laboral el “crecimiento de los salarios se está fortaleciendo”.

Foto: Christine Lagarde, presidenta del BCE. (Getty/Thomas Lohnes)

La idea es clara. No hay motivos para la complacencia. La inflación sigue alta y cada vez está más lejos el objetivo de mantenerla cerca del 2%. En septiembre esperaba que se acercara en 2024, con una previsión del 2,3%, que la autoridad monetaria ha incrementado al 3,4%. Ahora, ha añadido por primera vez la proyección para 2025, año en el que ve la inflación en el 2,3%.

Si se cumple la previsión, la eurozona se enfrenta a dos años con inflaciones superiores al objetivo y mucha incertidumbre sobre el crecimiento del PIB, que podría sufrir una contracción este trimestre y el próximo, según el BCE. De hecho, también ha revisado a la baja la previsión de crecimiento para 2023, desde el 1% al 0,5%.

Esta medida tiene un efecto restrictivo sobre el crédito y las condiciones de financiación

Pero esta potencial recesión no evita que el objetivo del BCE, con sus miembros cada vez más convertidos en halcones decididos, sea reducir la inflación. Y tanto o más importante que las subidas de tipos es lo que haga el BCE con su balance, después de compras masivas de bonos en los últimos años, especialmente durante la pandemia. Desde marzo comenzará a reducir dicho balance, sin reinvertir todos los vencimientos, a un ritmo de 15.000 millones mensuales de forma inicial.

Por ahora, el anuncio llega desde marzo a junio. Son cuatro meses en los que el banco central drenará de liquidez la economía en 60.000 millones netos. Si se compara con el balance total esta cifra, es algo modesto, pero ya es una señal. Esta medida tiene un efecto restrictivo sobre el crédito y las condiciones generales de financiación, como también las subidas de tipos de interés. Para el tercer trimestre de 2023, el BCE decidirá cómo sigue reduciendo el balance, pero todo apunta a que será más agresivo si las expectativas de inflación no mejoran.

Foto: La presidenta del BCE, Christine Lagarde. (Reuters/Johanna Geron)

La reunión de este jueves ha sido un golpe frontal contra muchas previsiones de gestoras de fondos y otras casas de inversión. En el sector hay cierto consenso de que la inflación ha tocado techo, y en ese sentido también los tipos de mercado, que habrían descontado ya las futuras alzas del BCE, y hay potencial en renta fija. Especialmente en deuda pública, con rentabilidades ya atractivas en Estados como España o Italia.

Puede que se cumpla a lo largo del año que viene y que sea uno de los activos ganadores, después de la histórica debacle de 2022, con pérdidas de dos dígitos para los inversores conservadores. Pero la reacción a la reunión del BCE ha sido de pérdidas para estos bonos, con caídas de precio y subidas de rentabilidad de entre 10 y 30 puntos básicos. El español ha escalado 20 puntos básicos y sobrepasa el 3,1% un mes después.

Foto: Christine Lagarde, presidenta del BCE. (EFE/Pool/Ronald Wittek)

“Los mercados lógicamente han pasado de pensar en que los tipos de interés se quedan en el 3% a pensar que superen el 3,5%. O incluso más”, señala Víctor Alvargonzález, director de Estrategia y socio fundador de Nextep. Esta es la respuesta del mercado al anuncio de más subidas del BCE, que podrían seguir siendo de 50 o más puntos básicos, “y esto tiene que ver con sus —ahora— muy pesimistas expectativas en relación con la inflación futura, que han incrementado al alza”.

Los bancos centrales tienen entre sus herramientas de política monetaria el propio uso del lenguaje, al que el exgobernador del Banco de Inglaterra Mervyn King denominó efecto Maradona, dado que el exfutbolista argentino marcó un histórico gol contra Inglaterra en 1986 driblando a varios jugadores ingleses corriendo en línea recta, a través de varias fintas.

No hay una visión muy positiva hacia medidas como el abaratamiento de la gasolina

Podría ocurrir que ante el optimismo reciente del mercado, el BCE haya querido mostrarse duro para contribuir por esta vía a un endurecimiento de las condiciones de financiación. Sea como fuere, la renta variable ha reaccionado a la baja, ha habido ventas de bonos y el euro ha escalado respecto al dólar. Al otro lado del Atlántico, la Reserva Federal (Fed) va más adelantada en la normalización monetaria, con más subidas de tipos, y ahí sí empieza a verse el final de este camino.

Hay otra razón que obliga al BCE a mostrarse restrictivo, y es el compendio de políticas públicas de los gobiernos europeos para mitigar el impacto del shock energético y la inflación de alimentos en las familias. “Las medidas de apoyo fiscal para proteger a la economía del impacto de los altos precios de la energía deben ser temporales, específicas y adaptadas para preservar los incentivos para consumir menos energía”, ha indicado el BCE.

Es decir, no hay una visión muy positiva hacia medidas como el abaratamiento de la gasolina y de la luz en España. “Es probable que las medidas fiscales que no cumplan con estos principios exacerben las presiones inflacionarias, lo que requeriría una respuesta de política monetaria más fuerte”, ha añadido el banco central. También ha pedido reformas estructurales para mejorar la capacidad de suministro energético de la eurozona.

El riesgo de recesión no ha hecho que al Banco Central Europeo (BCE) le tiemble el pulso. Ve probable que la eurozona sufra una contracción de la economía este trimestre y el próximo, pero no por ello va a desviarse de un endurecimiento monetario para tratar de combatir la inflación, a la que no ve controlada hasta 2025. La reunión de este jueves golpea la batería de previsiones de las casas de inversión, que muestran más optimismo para el año que viene.

Banco Central Europeo (BCE) Tipos de interés Inflación
El redactor recomienda