El PIB crece un 0,3% en el trimestre gracias a la demanda interna y enfila un 2,4% en 2023
La economía española vuelve a mostrar una fortaleza inesperada en un escenario de atonía en la zona euro y ya está un 2,1% por encima de los niveles previos a la pandemia
La Encuesta de Población Activa (EPA) conocida este jueves ya apuntaba a que los peores augurios tampoco se cumplirían esta vez, y la contabilidad nacional lo ha confirmado. España creció en el tercer trimestre del año un 0,3%, según los datos publicados este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Es menos de lo que lo hizo en el primer trimestre (0,6%) y en el segundo (0,4%, pues el INE lo ha revisado una décima a la baja), pero suficiente para confirmar, una vez más, la resiliencia de la economía española en un escenario de turbulencias internacionales y escapar de la tendencia contractiva a la que se asoma la eurozona. Ante la atonía de sus principales socios comerciales, la demanda interna ha tomado el relevo del sector exterior como motor del crecimiento.
Los datos conocidos en las últimas semanas habían devuelto la desconfianza, e incluso el indicador a tiempo real de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal llegó a detectar una posible contracción del 0,2%, la primera desde lo peor de la pandemia. Pero la economía española resiste, de momento, el envite, en un escenario de ralentización generalizada por las subidas de tipos de interés de los bancos centrales, y va camino de cumplir previsiones del Gobierno para este año, que se situaban en un 2,4%. La ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, ha afirmado este viernes que el dato está alineado con el cuadro macroeconómico que maneja el Ejecutivo.
Tras la revisión al alza en septiembre de la contabilidad nacional de 2021, 2022 y el primer semestre de 2023, el PIB está ya un 2,1% por encima de los niveles previos a la pandemia. Si la primera fase de la recuperación estuvo marcada por la fortaleza del sector exterior, en parte gracias a la competitividad ganada por la economía española durante la devaluación salarial de la década pasada, en esta nueva fase, iniciada durante el segundo trimestre, la demanda interna es la que impulsa la economía, con un crecimiento del 0,8% en los últimos tres meses. O, mejor dicho, la que la sostiene.
La recuperación de una parte del poder adquisitivo, en un momento de moderación de la inflación y subida de sueldos, ha convertido el consumo de los hogares en el nuevo motor de crecimiento: se incrementó un 1,2% en el tercer trimestre, y acumula tres alzas consecutivas desde el comienzo del año, sostenido, también, en los buenos datos del mercado laboral. Según la EPA, por primera vez en la historia, más del 70% de la población española está ocupada. En cambio, las exportaciones volvieron a caer con fuerza por segundo trimestre consecutivo (-4%), y la inversión también se retrajo (-0,8%).
Los servicios, motor económico
Por sectores, los servicios (0,9%) tiraron de la economía en plena temporada de verano, mientras que las actividades más exportadoras, como la industria (-0,6%) y la agricultura (-3,4%) la lastraron, aquejadas también por el incremento de los precios de la energía y, en el último caso, por la sequía.
En términos interanuales, es decir, comparando el dato con el de hace 12 meses, España frena su ritmo de crecimiento, y pasa del 2% del segundo trimestre al 1,8%. Es precisamente esa fotografía más amplia la que permite apreciar con mayor claridad el cambio en las bases de la expansión económica que está viviendo nuestro país: la contribución de la demanda nacional fue de 1,7 puntos, mientras que la demanda externa solo aportó dos décimas.
De momento, se trata de datos provisionales. Los definitivos no se conocerán hasta el 22 de diciembre. Entonces se podrían producir importantes revisiones, como ya ha ocurrido durante el último año. Así lo reconoce el propio INE en su nota de prensa: "Dada la dificultad inherente a la medición estadística de cambios de coyuntura en un contexto como el actual, todavía marcado por una alta incertidumbre resultante de los posibles efectos en la economía del contexto internacional (guerra derivada de la invasión rusa de Ucrania, rápido endurecimiento de la política monetaria en los últimos períodos, alta volatilidad de los precios...), hace prever que las futuras revisiones de los resultados hoy publicados puedan ser de una magnitud mayor que la habitual".
La Encuesta de Población Activa (EPA) conocida este jueves ya apuntaba a que los peores augurios tampoco se cumplirían esta vez, y la contabilidad nacional lo ha confirmado. España creció en el tercer trimestre del año un 0,3%, según los datos publicados este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Es menos de lo que lo hizo en el primer trimestre (0,6%) y en el segundo (0,4%, pues el INE lo ha revisado una décima a la baja), pero suficiente para confirmar, una vez más, la resiliencia de la economía española en un escenario de turbulencias internacionales y escapar de la tendencia contractiva a la que se asoma la eurozona. Ante la atonía de sus principales socios comerciales, la demanda interna ha tomado el relevo del sector exterior como motor del crecimiento.
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