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El INE ha 'aflorado' 30.000 millones de PIB desde que llegó la nueva presidenta
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Revisión de la contabilidad nacional

El INE ha 'aflorado' 30.000 millones de PIB desde que llegó la nueva presidenta

El INE ha realizado importantes cambios en la serie de contabilidad nacional. Tantos que se cambian algunos relatos, como el peso de los salarios en la recuperación o el retraso de España frente a Europa

Foto: El INE ha 'aflorado' 30.000 millones de PIB. (Pixabay)
El INE ha 'aflorado' 30.000 millones de PIB. (Pixabay)
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Las dificultades para medir los datos de actividad económica durante la pandemia fueron máximas. Primero porque la recopilación de datos se complicó gravemente. Segundo, porque algunos de los modelos que se utilizaban para estimar las variaciones del crecimiento perdieron sus niveles de correlación históricos. Y tercero, porque la magnitud y la velocidad de los cambios en los indicadores no tiene parangón en las series históricas modernas. Esto explica que las revisiones de las series actuales de contabilidad nacional hayan sido una constante desde 2020. En España los cambios han sido casi siempre al alza y su magnitud ha sido muy relevante.

Hasta 2022 estos cambios no generaban ningún debate, ya que formaban parte de la acción ordinaria del Instituto Nacional de Estadística. Sin embargo, desde que el Ministerio de Economía cesara al anterior presidente del Instituto, Juan Manuel Rodríguez Poo (más exactamente le enseñó la puerta para que dimitiera), las revisiones han venido acompañadas de polémica. Precisamente porque el desencuentro entre la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, con el entonces presidente del INE se debía a sus cálculos del PIB y de la inflación.

Foto: El líder de Junts, Carles Puigdemont. (EFE/EPA/Olivier Matthys)

La sucesora de Poo, Elena Manzanera, revisó por primera vez la serie de contabilidad nacional unos meses después de su llegada al cargo. Pero desde entonces ha seguido subiendo su cálculo del PIB hasta llegar a la doble revisión de esta semana, anual y trimestral. La suma de todas ellas ha supuesto elevar el cálculo del PIB de España que dejó Rodríguez Poo en casi 30.000 millones de euros (la suma desde el tercer trimestre de 2021 hasta el segundo de 2022). Aunque Poo ya no estaba en el cargo cuando se publicó el PIB de la primavera del 22, su sucesora todavía no había entrado en el cargo. Fue, por tanto, su equipo quien completó el cálculo del avance de la contabilidad nacional de ese trimestre.

Este afloramiento de casi 30.000 millones de euros se ha realizado en varias subidas paulatinas a medida que el INE disponía de estadísticas estructurales con las que afinar sus cálculos. Con la nueva serie, en el verano de 2022 España recuperó los niveles de actividad previos a la pandemia, coincidiendo con la llegada de Manzanera al cargo.

El cálculo del PIB no cambia la vida de los ciudadanos. Una revisión al alza no les da mayores salarios ni les permite gastar más en consumo. Sin embargo, para el Gobierno sí que es un indicador clave, no solo por mostrar una evolución económica más relevante, sino porque muchas partidas del gasto y de la deuda se calculan en porcentaje del PIB. De ahí que una revisión al alza del tamaño de la economía española implique la reducción de ratios clave que son seguidas de cerca por la Comisión Europea, como son las del gasto en pensiones, de déficit y de deuda pública se reducen todas. Esto significa que las revisiones del PIB no solo le sirven al Gobierno para presumir de gestión económica, sino también para mejorar los indicadores fiscales.

En defensa del INE

Las instituciones independientes del Estado han salido en los últimos días en defensa del INE justificando estos saltos en los cálculos de la contabilidad nacional. El director de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán, ha explicado que no hay nada excepcional en estas revisiones: se trata de "business as usual". Y la magnitud de los cambios es consecuencia de las dificultades de la pandemia para recopilar todos los datos. Lo mismo ha explicado la presidenta de la AIReF, Cristina Herrero, "si algo hemos aprendido es que las técnicas habituales de medir la economía se han visto temporalmente o permanentemente trastocadas".

Foto: Imagen de una fábria de Aedas Home en Toledo. (EFE/Ismael Herrero)

Hay tres factores que dan credibilidad a las revisiones que ha realizado el INE. El primero, que España era una isla dentro de Europa en el retraso de la recuperación económica, sobre todo en lo tocante a la demanda interna. El segundo, que algunos de los indicadores clave de la contabilidad nacional no encajaban con otros indicadores similares pero con fuente distinta. Por ejemplo, la rápida creación de empleo chocaba con la lentitud de las rentas salariales, o el incremento de la recaudación del IVA no concordaba con la ralentización del consumo de los hogares. En palabras de Herrero, "esta revisión nos hace encajar mejor ciertas diferencias que no sabíamos explicar respecto a cómo estaba evolucionando la economía, el mercado de trabajo y la recaudación".

Y el tercer factor es que otros grandes institutos de estadística han actualizado sus cálculos en las últimas semanas, también con grandes movimientos. Los institutos de estadística de Países Bajos, Reino Unido y Alemania han revisado el PIB de 2021 en 1,4%, 1,1% y 0,6% respectivamente. España no es una excepción en esta oleada de revisiones.

El principal cambio afecta al consumo privado. La última serie de Rodríguez Poo dibujaba una caída del consumo de los hogares del 1,2%, un descenso tan fuerte que provocaba una contracción del PIB de más de medio punto. Posteriormente, el INE ha ido revisando ese cálculo y ahora estima que la caída fue de apenas el 0,2% en los meses que coinciden con el inicio de la invasión de Ucrania.

Foto: Un hombre con la bandera de Portugal en la Avenida da Liberdade de Lisboa. (EFE/EPA/Jose Sena Goulao)

Un cambio de tal magnitud altera toda la contabilidad nacional. La nueva serie del INE también muestra un crecimiento más intenso de los salarios en España, que están en la base de la recuperación del consumo y que encaja con la rápida creación de empleo experimentada desde los mínimos de la pandemia.

Es de esperar que, en los próximos trimestres, las revisiones vayan siendo de menor cuantía, ya que la vuelta a la normalidad permite recuperar la medición tradicional de los indicadores económicos, con las mejoras incorporadas durante la pandemia. A medida que el INE y otros institutos de estadística consigan reducir la volatilidad de las revisiones del PIB, estos indicadores irán recuperando el prestigio perdido durante la pandemia.

Porque el problema de las revisiones tan grandes es que cambian por completo el relato económico. En el caso de España, ni el consumo de las familias estaba tan hundido ni la salida de la crisis fue mucho más lenta que la europea. Cuando las revisiones de los datos cambian la película, se deteriora el nivel de confianza en ese indicador. Al menos, en los datos adelantados. Por ello es clave que vuelvan los años en los que las revisiones de la serie no superaban el medio punto porcentual. De lo contrario, los avances del PIB serán tomados con pinzas por los agentes económicos.

Las dificultades para medir los datos de actividad económica durante la pandemia fueron máximas. Primero porque la recopilación de datos se complicó gravemente. Segundo, porque algunos de los modelos que se utilizaban para estimar las variaciones del crecimiento perdieron sus niveles de correlación históricos. Y tercero, porque la magnitud y la velocidad de los cambios en los indicadores no tiene parangón en las series históricas modernas. Esto explica que las revisiones de las series actuales de contabilidad nacional hayan sido una constante desde 2020. En España los cambios han sido casi siempre al alza y su magnitud ha sido muy relevante.

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