La crisis del mar Rojo provoca ya paros en la actividad industrial en España
Las fábricas de Michelin están desactivando turnos de trabajo como consecuencia de los retrasos en la llegada de caucho natural para sus neumáticos en los buques afectados por los ataques de los rebeldes hutíes de Yemen
La actividad industrial en España ya se está resintiendo de la crisis en el mar Rojo, donde los buques internacionales están teniendo problemas por los ataques de las milicias hutíes de Yemen con drones y misiles. Grandes compañías industriales como Michelin, que cuenta con cuatro fábricas en España y más de 7.000 trabajadores, están desactivando turnos de trabajo en alguno de sus centros de producción españoles como consecuencia de los sabotajes contra el tránsito marítimo en Oriente Medio. La situación está llevando a algunas embarcaciones a suspender la ruta mediterránea y llegar a Europa por el cabo de Buena Esperanza (Sudáfrica), un itinerario mucho más largo, al obligar a circunnavegar África por su extremo sur.
El problema para Michelin España están siendo los retrasos de la recepción de caucho natural necesario para la producción de neumáticos, señalan fuentes al tanto de la situación. Los proveedores de esta materia prima esencial para el fabricante de ruedas se están viendo afectados, al tener que dejar de utilizar la ruta habitual del mar Rojo y navegar más de 5.100 kilómetros más. Ese retraso, en destino, está afectando a la producción de las cuatro fábricas que tiene Michelin en España (Valladolid, Aranda de Duero, Vitoria y Lasarte-Oria). Desde que se inició la crisis, los fletes están disparándose más de un 70%.
En Michelin España se producirán desactivaciones totales de diversos turnos de trabajo desde este viernes, 29 de diciembre, y hasta, al menos, el 14 de enero. Tendrán que parar, por ahora, dos días en cada centro, lo que trastoca la producción de seis turnos, aseguran las fuentes consultadas, que matizan que las fechas de parada las decide cada fábrica e impactan sobre las líneas que trabajan con caucho natural, quedando de momento sin afectar las actividades que utilizan caucho sintético. Fuentes oficiales de Michelin han declinado hacer comentarios.
Sánchez se desmarcó de la operación en el mar Rojo
Este parón industrial, que está provocando problemas de abastecimiento a las fábricas en territorio nacional, se produce después de que el Gobierno de España se desmarcara de la operación militar desplegada por el Ejército de EEUU en la zona de conflicto de Oriente Medio. Después de dar por hecha la presencia de la Armada española, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, habló con Joe Biden para comunicarle que pese a que respaldaba una misión específica de la UE en el mar Rojo, el Ejército español no se sumaría a la misma.
La cuestión no es baladí, porque España es uno de los países con destacada presencia naval en la zona. El objetivo del Ejército español, en coalición con otros, es garantizar de forma habitual la seguridad del paso de los buques comerciales y evitar los asaltos de piratas somalíes y otros problemas habituales del océano Índico. Sin embargo, el conflicto ahora tiene relación con la ofensiva de Israel sobre Gaza. Las milicias hutíes de Yemen, enfrentadas a su vez con Arabia Saudí y apoyadas por el régimen de Irán, están tratando de sabotear el comercio mundial como respuesta a los ataques del Ejército israelí sobre la población gazatí.
España, en su condición de miembro de la UE, vetó que Europa participara en esta operación. No ha sido el único país europeo que ha adoptado esta posición. También Francia, país de origen de Michelin, ha preferido quedarse al margen. Entre las causas esgrimidas por expertos, está que algunos países europeos creen que una ofensiva internacional contra los hutíes podría dar oxígeno a Netanyahu en Gaza y evitar que se declare el alto el fuego y se inicie un proceso de paz entre Palestina e Israel. Este proceso de paz fue la posición que defendió en su visita el presidente del Gobierno español, que viajó recientemente a la zona de conflicto.
No obstante, este mismo miércoles, y ya cuando España está sufriendo los efectos económicos del problema, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, abrió la puerta a una nueva misión internacional en el mar Rojo. Sin embargo, ha querido dejar claro que esta sería distinta de la operación Atalanta contra la piratería en el océano Índico, que está dirigida desde Rota por un vicealmirante español.
Problema generalizado para las navieras
Los problemas en el mar Rojo están suponiendo una alerta para la cadena de suministro global. La principal firma mundial de transporte de mercancías por capacidad de carga, Mediterranean Shipping Company (MSC), vetó temporalmente el paso de sus buques por el corredor marítimo que une Asia y Europa a través del canal de Suez, una medida que replicaron la petrolera BP y las navieras chinas Cosco, OOCL y Evergreen Marine, según recogió EFE. La francesa CMA, la danesa Maersk y la alemana Hapag-Lloyd, entre otras, han suspendido también la navegación por la ruta del mar Rojo debido a los ataques de los últimos días.
La actividad industrial en España ya se está resintiendo de la crisis en el mar Rojo, donde los buques internacionales están teniendo problemas por los ataques de las milicias hutíes de Yemen con drones y misiles. Grandes compañías industriales como Michelin, que cuenta con cuatro fábricas en España y más de 7.000 trabajadores, están desactivando turnos de trabajo en alguno de sus centros de producción españoles como consecuencia de los sabotajes contra el tránsito marítimo en Oriente Medio. La situación está llevando a algunas embarcaciones a suspender la ruta mediterránea y llegar a Europa por el cabo de Buena Esperanza (Sudáfrica), un itinerario mucho más largo, al obligar a circunnavegar África por su extremo sur.
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