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Las cinco razones por las que España rehúsa apoyar a EEUU en la misión del mar Rojo
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Las cinco razones por las que España rehúsa apoyar a EEUU en la misión del mar Rojo

El Gobierno español no ha explicado los motivos de su decisión, pero estos son achacables a la posición del presidente Sánchez sobre la guerra en Gaza, alejada del grueso de la UE

Foto: El Cantabria, dando petróleo a la fragata Victoria. (Armada)
El Cantabria, dando petróleo a la fragata Victoria. (Armada)
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El Gobierno español no ha explicado los motivos que lo impulsaron a desdecirse el jueves 21 en Bruselas. Ese día, su representante en el comité Relex se opuso a la ampliación de la misión naval Atalanta de la UE para que pudiera secundar la iniciativa de EEUU de poner en pie una coalición naval para garantizar la libertad de navegación en el mar Rojo, amenazada por la milicia de los hutíes que controla gran parte de Yemen. En la práctica, fue un veto porque esa decisión requiere la unanimidad de los Veintisiete.

Cuarenta y ocho horas después, la víspera de Nochebuena, el Ministerio de Defensa español confirmó que rechazaba la modificación del mandato de Atlanta en un comunicado. Propuso crear una misión naval específica de la UE para respaldar al Pentágono en esas aguas, una tarea difícil de improvisar en estas fechas navideñas en que la burocracia de Bruselas está paralizada.

El comunicado no lo precisa, pero fuentes de Defensa indicaron que, si se llegaba a poner en pie esta nueva misión, España no participaría en ella. No aclararon los motivos. Diplomáticos españoles y agregados militares extranjeros en Madrid consideran que puede haber cinco motivos detrás de la negativa del presidente Pedro Sánchez.

1. España dirige hoy en día, desde Rota, la misión Atalanta, que desde 2008 lucha con éxito contra la piratería frente a las costas de Somalia. Al frente está el vicealmirante Ignacio Villanueva Serrano. Si se modificase su mandato, España seguiría probablemente mandando esta misión. Estaría en primera fila, junto con EEUU, de la operación Guardián de la Prosperidad, puesta en marcha por el Pentágono y a las órdenes de la Combined Task Force. Ese protagonismo puede dar vértigo al Gobierno de coalición.

Foto: Pedro Sánchez habla con Biden y otros líderes en la última cumbre de la OTAN. (EFE/Filip Singer)

2. Los hutíes afirman llevar a cabo sus ataques e intentos de secuestro —solo se han apoderado de un carguero— para perjudicar a Israel y en solidaridad con Hamás y, en general, los palestinos. Enfrentarse a los hutíes equivale, en el fondo, a echar una mano a Israel. Cuanto más se complazca al Gobierno de Benjamín Netanyahu, menos sensible será a la presión de la comunidad internacional para que acepte un alto el fuego definitivo en Gaza. Esa es una de las reivindicaciones formuladas desde hace dos meses por el presidente Sánchez. Ayudar, aunque sea modesta e indirectamente a Israel, sería incurrir en una contradicción.

3. A día de hoy, las condiciones del desarrollo de la estadounidense operación Guardián de la Prosperidad no están claras. Se desconocen, por ejemplo, sus reglas de enfrentamiento. Hay un riesgo de que EEUU acabe no solo enfrentándose a los hutíes en el aire, parando sus misiles y sus drones, sino que trate de golpear sus bases en Yemen. Se pasaría de proteger la navegación a entrar en guerra y quizá no solo con la milicia yemení. El Pentágono anunció el sábado que el carguero japonés Chem Pluto, con bandera liberiana, había sido atacado con un dron que despegó de Irán.

Foto: Israel aumenta su ofensiva en Jan Yunis. (Reuters/Ibraheem Abu Mustafa)

4. Para participar en la operación Atalanta, la Armada ha destacado a la fragata Victoria. Es más que suficiente para esa tarea, pero si su misión consistiese en destruir drones y misiles, necesitaría quizás enviar a la zona a una fragata más moderna como la Álvaro de Bazán o la Blas de Lezo.

5. Reconvertir Atalanta puede suponer abrir la vía a su fusión con Agenor, otra misión naval de la UE que arrancó en 2020. Partió de una iniciativa francesa, pero hoy en día la encabeza Italia desde Abu Dabi. Su objetivo es preservar la libertad de navegación en el golfo Pérsico y el estrecho de Ormuz. Francia apuesta por fusionar las dos misiones porque, hasta el secuestro del carguero búlgaro Ruen a mediados de diciembre, Atalanta apenas tenía actividad.

A juzgar por las declaraciones de la vicepresidenta Yolanda Díaz, Sumar, el socio minoritario de la coalición de gobierno, no ha debido de condicionar lo más mínimo a Sánchez en su toma de decisiones. En su declaración más completa, la que hizo el jueves 23 a la Cadena SER, Yolanda Díaz no dudó en decir que España "debe intervenir en los procedimientos, todos en los que se respete la legalidad internacional".

"Reconvertir Atalanta puede suponer abrir la vía a su fusión con Agenor, otra misión naval de la UE que arrancó en 2020"

La vicepresidenta subrayó, sin embargo, que le parecía "de una enorme hipocresía que, cuando se trata de defender intereses económicos, comerciales, se actúa con rapidez, con una eficacia sorprendente", mientras que en Gaza, donde se está "vulnerando la legalidad internacional, (...) no son tan rápidos".

Aunque España es el único miembro de la UE que se negó, el pasado jueves, a ampliar el mandato de Atalanta, otros países europeos no han dado una respuesta entusiasta a la iniciativa de Lloyd Austin, el secretario de Defensa. Este lanzó su propuesta y enumeró a las potencias que iban a secundarla sin siquiera consultarles.

Esta operación lanzada por EEUU "permitirá la coordinación de las diferentes naciones que se asocien a ella", señaló un comunicado del Ministerio de los Ejércitos francés, pero "en el caso de Francia, [los buques] seguirán estando bajo mando nacional y se garantizará así nuestra libertad de acción". Italia anunció, por su parte, que enviará la fragata Virginio Fasan al mar Rojo, pero en el marco de otra misión, aunque podrá apoyar la operación naval estadounidense. Alemania, Grecia y, fuera de la UE, el Reino Unido sí han sido más receptivos al llamamiento de Lloyd Austin.

El Gobierno español no ha explicado los motivos que lo impulsaron a desdecirse el jueves 21 en Bruselas. Ese día, su representante en el comité Relex se opuso a la ampliación de la misión naval Atalanta de la UE para que pudiera secundar la iniciativa de EEUU de poner en pie una coalición naval para garantizar la libertad de navegación en el mar Rojo, amenazada por la milicia de los hutíes que controla gran parte de Yemen. En la práctica, fue un veto porque esa decisión requiere la unanimidad de los Veintisiete.

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