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España confirma que no participará en una misión en el mar Rojo después de la llamada entre Biden y Sánchez
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pide preservar la operación Atalanta

España confirma que no participará en una misión en el mar Rojo después de la llamada entre Biden y Sánchez

Defensa apoya una operación específica de la UE en la zona, pero desde el Gobierno se avanza que la Armada española no se implicará

Foto: Pedro Sánchez habla con Biden y otros líderes en la última cumbre de la OTAN. (EFE/Filip Singer)
Pedro Sánchez habla con Biden y otros líderes en la última cumbre de la OTAN. (EFE/Filip Singer)

El Gobierno respalda una misión específica de la UE en el mar Rojo, para preservar la seguridad marítima de los ataques de los hutíes, la milicia yemení que apoya a Hamás, en la que participarían las Fuerzas Navales de países europeos, pero no se sumará a ella, según aseguran fuentes del Ejecutivo. Después de una semana sin que el Ejecutivo ofreciera información aclaratoria sobre su postura en torno a esta operación, que impulsa EEUU, el Ministerio de Defensa explicó, por fin, el sábado por la tarde, su postura mediante un comunicado. Rechaza la modificación del ámbito geográfico de la Operación Atalanta, la primera opción de Bruselas, y apuesta por crear una misión ad hoc con "entidad propia", en la que se impliquen los Estados miembros de la UE que así lo deseen. La nota no precisa si España se incorporaría a esa misión, pero fuentes del Gobierno lo descartan.

La decisión se conoce después de la conversación de Joe Biden a Pedro Sánchez, el viernes por la noche, en la que se trató la situación en el mar Rojo. Según el comunicado de la Casa Blanca, Biden destacó "la importancia de garantizar que el conflicto no se extienda por la región, lo que incluye condenar los continuos ataques de los hutíes contra buques comerciales ". En la nota de prensa que publicó la Moncloa no se mencionó a los hutíes, lo que apunta a un desacuerdo de fondo.

El jueves pasado, España vetó la ampliación de la misión naval Atalanta de la UE, que lucha contra la piratería en el Océano Índico, para secundar a EEUU en el mar Rojo. A principios de semana el secretario de Defensa, Lloyd Austin, anunció la conformación de una coalición naval para garantizar la libertad de navegación en esas aguas y precisó que España formaría parte de ella. No lo consultó previamente, un descuido que molestó en la Moncloa.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE)

En medio de todos estos movimientos conversaron el viernes Biden y Sánchez durante 24 minutos. Fuentes de las dos administraciones confirman que este contacto estaba ya "programado", se iba a producir hace dos semanas pero finalmente se retrasó. La conversación se centró, según fuentes diplomáticas de EEUU, sobre todo, en el conflicto entre Israel y Gaza y el presidente americano transmitió al jefe del Ejecutivo español la necesidad de avanzar en las tres principales líneas de trabajo de los estadounidenses: las pausas humanitarias en Gaza, la liberación de los rehenes de Hamás y la búsqueda de una solución para el futuro del conflicto. Pero también se habló de los riesgos que suponen los ataques hutíes a las rutas comerciales marítimas.

Desde que estalló la guerra en Oriente Próximo, Sánchez ha tenido una postura diferenciada del grueso de los países europeos, recalcando la necesidad alcanzar un alto el fuego permanente en Gaza y reactivar cuanto antes una negociación que desemboque en la creación de un Estado palestino que conviva en paz con el de Israel. Aunque es el jefe de Gobierno europeo que ha ido más lejos en sus pronunciamientos, algunos homólogos suyos se han expresado en términos muy parecidos como los de Irlanda, Bélgica y Malta. Fuera de la UE, Noruega sintoniza también plenamente con los postulados de Sánchez.

España no es partidaria de implicarse en la misión americana en el mar Rojo y el argumento que ha dado Defensa es que ese operativo para hacer frente a los hutíes, respaldados por Irán, que atacan objetivos vinculados a Israel y ponen en jaque el comercio marítimo, no puede ser una mera extensión de Atalanta, concebida para luchar contra la piratería en el Océano Índico, que hoy en día dirige desde Rota un vicealmirante español. "Es obvio que la naturaleza y objetivos de la Misión Atalanta nada tienen que ver con los que se pretende alcanzar en el mar Rojo", recalca el Ministerio.

Con este argumento, el Gobierno trata de explicar por qué, cómo contó este diario, España primero apoyó en el Comité de Política y Seguridad de la UE colaborar con EEUU en el mar Rojo, a través de un cambio en el mandato de Atalanta, y al día siguiente, en el Grupo Relex, que comprueba que si las decisiones se ajustan al derecho comunitario, el Ejecutivo se desdijo.

Foto: Lior Haiat, portavoz oficial de la diplomacia de Israel. (A.R.)

Por orden del presidente Sánchez, el representante español bloqueó entonces la modificación de los objetivos de la misión naval en el Índico. Este veto dejaba a Bruselas con la única vía de crear una misión naval ad hoc para el mar Rojo en la que cada país libremente se implicaría. Poner en marcha en estas fechas vacacionales una operación específica para respaldar la iniciativa del Pentágono es difícil, pese a que hay urgencia. Los embajadores ante la UE de los Estados miembros están todos de vacaciones hasta principios de enero.

Por mucho que EEUU les meta prisa, la UE tardará semanas en ponerla en pie, opinan fuentes diplomáticas. El Ministerio de Defensa explica además que quiere "preservar" esa misión que le incumbe en el Índico, justo ahora que se están produciendo nuevos ataques de piratas. Por eso, señala, "entendemos que para tener la máxima eficacia, a la que debe aspirarse en el Mar Rojo, es imprescindible la creación de una nueva y específica misión, con alcance, medios y objetivos propios, acordada por los organismos correspondientes de la UE y a la de que de ningún modo se opone España".

Mientras los hutíes ponen en peligro con sus ataques la navegación en el Mar Rojo, autoridades iraníes amenazan con actuar directamente en el Estrecho de Gibraltar. “EE UU y sus aliados han de esperarse a que se produzca el cierre del Mar Mediterráneo y Gibraltar después de Bab al-Mandab y el Mar Rojo si el régimen sionista israelí continúa con sus crímenes en Gaza (...)”, advirtió, el sábado por la noche, el general Mohammad-Reza Naghdi, “número dos” de los Guardianes de la Revolución iraní. La amenaza parece más bien retórica porque Irán carece de medios para bloquear el Estrecho de Gibraltar. Si lo intentase hacer con sus propias fuerzas, desencadenaría una respuesta de la OTAN.

El Gobierno respalda una misión específica de la UE en el mar Rojo, para preservar la seguridad marítima de los ataques de los hutíes, la milicia yemení que apoya a Hamás, en la que participarían las Fuerzas Navales de países europeos, pero no se sumará a ella, según aseguran fuentes del Ejecutivo. Después de una semana sin que el Ejecutivo ofreciera información aclaratoria sobre su postura en torno a esta operación, que impulsa EEUU, el Ministerio de Defensa explicó, por fin, el sábado por la tarde, su postura mediante un comunicado. Rechaza la modificación del ámbito geográfico de la Operación Atalanta, la primera opción de Bruselas, y apuesta por crear una misión ad hoc con "entidad propia", en la que se impliquen los Estados miembros de la UE que así lo deseen. La nota no precisa si España se incorporaría a esa misión, pero fuentes del Gobierno lo descartan.

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