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La banca cae en el pesimismo con su impuesto y asume que Sánchez lo cronificará
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ASPIRA A SUAVIZARLO

La banca cae en el pesimismo con su impuesto y asume que Sánchez lo cronificará

Las entidades creen que el impuesto especial seguirá en 2025 y estudian una nueva estrategia para suavizarlo como ha ocurrido con las eléctricas

Foto: Carlos Cuerpo, ministro de Economía. (EFE/JJ Guillén)
Carlos Cuerpo, ministro de Economía. (EFE/JJ Guillén)
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La banca cree que ya no hay marcha atrás con el gravamen sobre sus márgenes. Las entidades, que han apostado por guardar silencio estos días ante la reflexión de Pedro Sánchez sobre si seguir o no en el Ejecutivo, dan por hecho que el Gobierno hará permanente el impuesto.

Así, reina el pesimismo en el sector, que hasta hace poco aún se mostraba beligerante con el impuesto, y estaba recuperando todos sus argumentos en contra del gravamen para trasladarlos al ministro Carlos Cuerpo, tras la salida de Nadia Calviño. Este lunes, Cuerpo defendió la continuación y aseguró que está contribuyendo a mejorar la reputación del sector.

Tras verse con Cuerpo y tantear las sensibilidades al respecto del Gobierno, los bancos han asumido que continuará el gravamen. Al menos, es lo que creen que perseguirá el Ejecutivo, más aún con la victoria de Sánchez y con el potencial peso de Sumar como socio cuando se elaboren los presupuestos del año que viene.

Fuentes financieras apuntan a que los bancos dan por hecho que el impuesto seguirá en 2025 tras dos años de temporalidad, y que se convertirá en permanente, siendo el único ejemplo de la eurozona. En Italia hay un tributo que se puede esquivar si se eleva el capital, fórmula que gusta en el Banco de España, pero que no serviría a Hacienda para recaudar más.

Foto: Ana Botín y Carlos Torres. (EFE/Luca Piergiovanni)

Las entidades y las patronales han trabajado en los últimos meses en deslizar el argumentario de que es un gravamen contraproducente para la economía. También han usado las dudas de algunos supervisores y del FMI, que cuestionó su diseño y aconsejó que se definan los “beneficios extraordinarios” que se gravan.

Sin embargo, con la decisión de Sánchez de seguir al frente del Gobierno y la presencia en el mismo de Sumar, más beligerante en su discurso con la banca, se da por hecho que continuará el tributo. Tampoco hay mucha esperanza de que se suavice, pese a que Cuerpo abrió la puerta a ello, porque desconfían del peso del ministro en el gabinete y de si Sumar está dispuesta a ceder en este asunto.

El impuesto está diseñado como un gravamen del 4,8% sobre el margen neto que obtienen los bancos a través del diferencial del crédito y los depósitos y las comisiones. Solo grava a las entidades que superan un margen de 800 millones en España, centrándose en el negocio local. Por ello, es un mordisco mayor sobre el beneficio para las entidades grandes que solo operan en España.

Los bancos están presentando resultados que vuelven a mostrar un incremento de los beneficios sobre cifras que ya eran récord

Durante estos días, los bancos están presentando resultados que vuelven a mostrar un incremento de los beneficios sobre cifras que ya eran récord. En este primer trimestre, en el que aún han elevado los márgenes al capturar efecto positivo del nuevo escenario de tipos más altos sobre la cartera de crédito, también han reportado el pago del impuesto sobre los números del año pasado. La banca paga una parte en febrero y otra en septiembre.

Este martes han publicado resultados BBVA, Unicaja y Abanca. BBVA obtuvo un beneficio de 2.200 millones, un 19% más, y ha asumido un gravamen de 285 millones. En el caso del banco andaluz, el beneficio se ha triplicado hasta 111 millones, y el mordisco por el impuesto ha sido de 79 millones. Abanca, por su parte, ha elevado el beneficio un 50%, hasta 158,4 millones, y ha abonado 38,8 millones.

Foto: Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España, y Carlos Torres, presidente de BBVA. (EFE)

La semana pasada se confesaron ante el mercado Bankinter y Sabadell. El primero ganó un 8,7% más, hasta 200 millones, y abonó a la Agencia Tributaria 95 millones en concepto de gravamen. En el banco catalán, el aumento de ganancias fue del 50%, hasta los 308 millones, y el gravamen soportado por las cuentas del año pasado, de 192 millones.

El año pasado, la banca soportó un pago de 1.200 millones, con 1.120 millones desde las entidades del Ibex. El sector sigue siendo crítico con el impuesto argumentando que es un lastre para dar financiación. "No es bueno para España. Lo que España necesita es crecimiento de la economía. Cuando analizas las economías que crecen, se ve que se necesita inversión privada. Imponer este tipo de impuestos limita la capacidad de los bancos para canalizar la inversión hacia España", advirtió este lunes Onur Genç, consejero delegado de BBVA.

Los bancos tienen prohibido trasladar el impuesto a los bancos. El Gobierno encargó a la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC) evaluar si estaban pasando el coste a los clientes, y el organismo presidido por Cani Fernández validó que los bancos actuaron de forma correcta.

Algunos responsables de la banca explican fuera de micrófonos que el impuesto no tiene impacto a corto plazo en los flujos crediticios

Algunos responsables de la banca explican fuera de micrófonos que el impuesto no tiene impacto a corto plazo en los flujos crediticios, pero que sí puede tenerlo a largo plazo, en la medida en que detrae recursos que irían destinados, al menos parcialmente, a reforzar el colchón de capital y, con ello, la capacidad de prestar.

Por ahora no hay propuestas de cambio, y los bancos temen que el impuesto sea permanente y con el mismo impacto en sus cuentas. El ministro Carlos Cuerpo deslizó este mes la posibilidad de suavizar el impuesto con la financiación a pymes, algo así como lo ocurrido con las energéticas, donde el tributo se ha moderado con la inversión a renovables. También abrió la puerta a que se vincule a la evolución de los tipos. Aunque el hecho de que grave los márgenes ya lo vincula, de forma implícita, a los ciclos de los tipos de interés.

El impuesto a la banca, por su diseño actual, puede tener otros efectos indeseables que preocupan en el Banco de España. Uno de ellos es que se incentive unas actividades frente a otras para evitar el impuesto. Por ejemplo, apostar por negocios internacionales frente al local, o segmentos del crédito con márgenes más bajos, como las hipotecas –y también menor consumo de capital–, frente a otros como la financiación al consumo o a empresas donde por tamaño y solvencia, el tipo de interés de los préstamos es más alto.

La banca cree que ya no hay marcha atrás con el gravamen sobre sus márgenes. Las entidades, que han apostado por guardar silencio estos días ante la reflexión de Pedro Sánchez sobre si seguir o no en el Ejecutivo, dan por hecho que el Gobierno hará permanente el impuesto.

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