Arquitectura

Una escultura futurista en la zona norte de Madrid: LaFinca Grand Café, según sus arquitectos

Por EC BRANDS

LaFinca Grand Café

40.000 metros cuadrados distribuidos en tres plantas, una imponente fachada de cristal y un diseño muy alejado del resto de centros comerciales que hay en el mundo. Hablamos de LaFinca Grand Café, y nos lo enseña -y explica-, su creadora, la arquitecta Raquel Castellanos del estudio LaFinca A+D.

OFRECIDO POR LaFinca Grand Café

E El pasado jueves 14 de septiembre, el complejo residencial de LaFinca, en el municipio madrileño de Pozuelo de Alarcón, inauguró uno de sus proyectos estrella, su centro comercial Grand Café. En estos 40.000 metros cuadrados distribuidos en tres plantas (más dos sótanos dedicados al aparcamiento) y un rooftop, conviven espacios destinados al ocio, la salud, la belleza o la alimentación, además de un hub gastronómico con 11 restaurantes de todo el mundo.

“Uno de nuestros principales retos era el entorno. No es un centro comercial que esté ubicado en una parcela donde estemos acostumbrados. Se encuentra rodeado por un campo de golf de 18 hoyos y viviendas unifamiliares, ambos de una belleza visual importante. Por ello, el edificio debía tener un diseño único, no podía ser una caja de cristal que se volcara hacia el interior”, nos explica en exclusiva a El Grito, Raquel Castellanos, del estudio LaFinca A+D que ella misma dirige.

Así, ella y su equipo diseñaron un edificio de formas sinuosas, que enseñara el entorno y que además de abrirse al campo de golf, se integrara en él; es decir, “que fuera una escultura en un paisaje”. Para ello, usaron un vidrio que permitiera ver desde el interior, especialmente desde los restaurantes, las vistas del exterior, algo inusual en este tipo de edificaciones. “Se enlaza con nuestra arquitectura de viviendas en la que participamos mucho del espacio exterior; esos vidrios nos ayudan, precisamente, a unir el interior con el exterior”, añade.

LaFinca Grand Café
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Asimismo, a través de las terrazas pantalanes proyectadas para los restaurantes de la planta a pie de calle (Lobito de Mar, Mena y Finca Bandida, ya abiertos), y a su vez construidas sobre unos lagos, el estudio ha logrado esa integración con el green tan esencial en el proyecto. “Es una continuidad de nuestra idea de vivienda y de distribución en todo el entorno de LaFinca, en la que la naturaleza y el agua son dos elementos que están siempre presentes”.

Un interior inspirado en las plazas de los pueblos y las ciudades

Esa singularidad en el diseño exterior también se extrapola al interior. No es un centro comercial especialmente grande, tan solo cuenta con 10.000 metros cuadrados alquilables, pero sus grandes ventanales permiten que la luz natural llene las estancias. No obstante, su principal punto diferencial es el ágora alrededor de la cual ocurre (casi) todo. “Nos hemos inspirado en las plazas, ya que en torno a ellas suceden las actividades culturales, de ocio, donde la gente disfruta paseando, sentados en sus terrazas... Este concepto, que se produce en muchas de nuestras ciudades y pueblos, lo hemos querido traer a un edificio de nueva construcción, de una manera más vanguardista, más innovadora y dentro de un entorno diferente”, puntualiza la arquitecta. “Para ello hemos diseñado varios restaurantes en torno a nuestra plaza a la que se puede acceder directamente desde la calle, pero también otros restaurantes a pie del campo de golf”.

LaFinca Grand Café

Y es que desde el principio el estudio de arquitectura ha tenido en mente que esta construcción estaba destinada a convertirse en un hub gastronómico, en “una meca y destino gourmet” en sí mismo. Pero con el desafío de no perder esa esencia de sentirse como en casa, a pesar de ser un espacio público: “Posee muchos detalles que recuerdan a una vivienda: los baños, los techos, las esquinas, las puertas de entrada, la iluminación..”, apunta Castellanos.

Además, como desde LaFinca saben que los perros son un miembro más de la familia, es accesible para ellos. De esta forma, pueden recorrer todos los espacios y disponen de varias fuentes de agua. Incluso tienen un aseo diseñado especialmente para ellos y una clínica veterinaria equipada con la última tecnología.

Tecnología y domótica

Más allá del diseño, Raquel Castellanos reconoce que “queríamos construir un espacio donde unir eficiencia y tecnología”. Nada más entrar, una gran pantalla LED de 40 metros cuadrados (y bajo consumo) te da la bienvenida, creando ese efecto wow desde el primer momento. Sin embargo, la tecnología no solo se traduce en efectos visuales: “Hay elementos que no se ven pero que nos ayudan a gestionar el mantenimiento del edificio, como son el control del consumo, la detección de averías o la gestión de los aparcamientos y el conteo de personas”. Asimismo, la manera de iluminar y retroiluminar, cómo se controla la intensidad y se crean distintos ambientes; o la domótica, que está muy presente.

LaFinca Grand Café
LaFinca Grand Café

La simbiosis con la naturaleza que caracteriza a LaFinca también se traduce en unas prácticas sostenibles que se implementan desde los orígenes y que hacen que este espacio haya obtenido el sello BREEAM, una certificación de construcción responsable y diseño eficiente. Así, procesos como la separación de materiales, la gestión de residuos o la optimización de recursos han sido respetuosos con el medioambiente.

“Hemos tenido en cuenta en la elección de materiales que sean eficientes, sostenibles y que reduzcan la huella de carbono: en la impermeabilización del edificio, el vidrio, el mármol, la piedra, el propio krion que envuelve la edificación… En todo momento hemos tenido muy en cuenta la minimización de consumos energéticos, buenas prácticas con el consumo de agua, especies autóctonas en los jardines con bajo consumo hídrico, iluminación eficiente del edificio. Incluso el bienestar de las personas, al concebir un espacio lleno de luz natural donde poder respirar al aire libre”, afirma Castellanos.

La primera planta de LaFinca Grand Café ya está abierta al público. Nueve restaurantes, con un toque prémium, irán abriendo sus puertas en las próximas semanas. Algunos de ellos, incluso, aterrizan por primera vez en España. De este modo, se unen a Lobito de Mar, Mena y Finca Bandida, conformando una experiencia gourmet única.