"En España se busca más tener un sello en un papel que enfrentar el riesgo de un incendio"

• ​Incendio de Valencia: última hora de Campanar, muertos, heridos y noticias sobre el edificio, en directo

El arquitecto Juan Bautista Echeverría Trueba, profesor del Departamento de Construcción, Instalaciones y Estructuras de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra, es experto en las áreas de instalaciones en la edificación, seguridad en caso de incendio y política reguladora de la edificación. A lo largo de su carrera, ha investigado y ha publicado artículos y libros sobre la seguridad contra incendios en la edificación en España. De hecho, en los últimos tiempos, no le han faltado casos para reflexionar sobre la protección frente al fuego que tenemos en este país.

En abril de 2023, el incendio de un restaurante en Madrid, que finalmente dejaría tres víctimas mortales, le llevó a asegurar que el nivel de riesgo de ese local era “inaceptable”. Tras el suceso que se cobró 13 víctimas mortales en las discotecas de Murcia el pasado mes de octubre, este experto aseguraba que el cumplimiento de las normas en España es “más formal que efectivo”. En una entrevista con El Confidencial, Echeverría ​da varias claves para entender qué ha ocurrido en la tragedia que ha arrasado dos bloques de viviendas en el barrio de Campanar de Valencia.

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PREGUNTA. Está siendo muy comentada la rápida propagación de las llamas en el exterior del edificio de Valencia, que tenía una fachada ventilada con aluminio exterior y una capa de un material sintético sobre el muro de ladrillo. ¿Explica esto la voracidad del fuego?

RESPUESTA. Sí, claramente, una fachada ventilada es una chimenea. Si los materiales del revestimiento y el aislamiento son combustibles, la propagación es rapidísima porque el aire caliente va hacia arriba. Además, parece que el viento también colaboró en esa propagación.

P. Si la construcción del edificio corresponde a la década de los 2000, ¿los materiales utilizados encajarían en la normativa de aquel momento? ¿Ya no sería así en un edificio actual?

R. Puede ser que sí, eso habrá que comprobarlo. La parte de Seguridad en Caso de Incendio del Código Técnico de la Edificación de 2006 entró en vigor en septiembre de ese año y era de aplicación a edificios que solicitaron licencia a partir de esa fecha. Es posible que, aunque el edificio se terminara después, ya que pueden pasar varios años, la licencia se hubiera solicitado antes de septiembre de 2006. En cualquier caso, es importante la prudencia en aseveraciones tales como "el edificio no cumple la normativa de Seguridad en Caso de Incendio", porque es posible que en su momento sí la cumpliera.

P. En este tipo de casos, si una construcción cumple con la legalidad del momento en que fue construida, pero se ha comprobado posteriormente que supone un riesgo, ¿no se aplica algún tipo de medida para disminuir el riesgo?

R. No necesariamente, porque la normativa no tiene carácter retroactivo.

P. ¿Hay otros edificios construidos de forma similar y que, por lo tanto, tengan el mismo riesgo en España?

R. Sí, porque era habitual ese tipo de construcción. Habrá que ver si se usó finalmente poliuretano y no se indicó. Este material se utilizó mucho en los años 90 y en los primeros años del siglo XXI. Lo mismo el material de revestimiento, que es una lámina de aluminio sobre un soporte también combustible.

P. Entonces, ¿cómo se podría mejorar su seguridad?

R. En este sentido, los edificios de viviendas tienen una complejidad mayor que los destinados a otros usos. Al propietario de una vivienda es muy difícil convencerle de que tiene que renovar una fachada de 2006 por ese motivo. Es más fácil en edificios de otros usos, como hoteles o residencias, que pueden tener, además, normativas sectoriales que pueden forzar a realizar cambios en determinadas circunstancias.

P. El caso recuerda mucho a la torre Grenfell de Londres. ¿Qué similitudes y diferencias encuentra?

R. Hay muchísimas similitudes. Además de la combustibilidad de la fachada, evidente en ambos casos, ha habido, aparentemente, dificultades en la evacuación y en el acceso de los bomberos al interior del edificio. Es prácticamente un calco de aquel suceso. En Grenfell hubo que esperar mucho tiempo para conocer las consecuencias del incendio, incluso el número de fallecidos.

P. ¿Se pueden construir fachadas ventiladas con otros materiales menos inflamables? ¿Cuáles son los más habituales?

R. La normativa española se adaptó nuevamente tras el suceso de Grenfell. Hoy en día, se ha limitado mucho la combustibilidad de los elementos de la fachada y de los aislamientos. No quiero hablar de materiales concretos, porque con ello siempre se favorece a algunos fabricantes y se perjudica a otros. Cualquier material que tenga una combustibilidad muy baja y cumpla la normativa actual puede ser adecuado.

P. ¿Hay materiales expresamente prohibidos en la construcción de edificios residenciales?

R. Sí, todos los que no cumplen los criterios de reacción al fuego de la regulación actual.

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F. S. B.

P. Recientemente, hemos asistido a incendios importantes en un restaurante en Madrid, en las discotecas de Murcia y ahora este de Valencia. ¿Hay algún elemento en común en todos estos casos?

R. El problema de fondo, ya lo he expresado en algún otro caso, es el sistema regulatorio considerado globalmente. Esto se refiere no solamente a la normativa en vigor, sino a otros aspectos que son tan importantes como ella o más. Me refiero a la percepción del riesgo por parte de los usuarios, al conocimiento real del problema por parte de los diseñadores, de los constructores, de las autoridades que otorgan las licencias, de los mantenedores, de los seguros, etc. En nuestro país se busca más tener un sello en un papel que realmente enfrentar el problema en su raíz.

P. Más allá de la legislación, el mundo de la construcción está constantemente incorporando innovaciones. ¿Las nuevas tecnologías o los nuevos materiales pueden ayudar a reducir los riesgos contra el fuego?

R. Es una pregunta difícil de responder. La innovación y el conocimiento pueden ayudar a un mejor entendimiento de los problemas, también del problema del fuego. Pero la sociedad cada vez es más compleja. Los edificios cada vez son más altos y los usos de los mismos están cambiando; por ejemplo, ahora nos gusta tomar una copa en la cubierta de un rascacielos. Además, hay que tener en cuenta que la población está envejeciendo y que las aglomeraciones son cada vez mayores.