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"Dispuestos a todo": dentro de una red terrorista alemana de extrema derecha adolescente
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La extrema derecha crece en redes sociales

"Dispuestos a todo": dentro de una red terrorista alemana de extrema derecha adolescente

En los últimos años, han aumentado los casos de acciones terroristas llevadas a cabo por 'lobos solitarios' radicalizados en la red. Este reportaje investiga la radicalización de un adolescente alemán dispuesto a atentar

Foto: Manifestantes de extrema derecha en Berlín, Alemania. (EFE/Omer Messinger)
Manifestantes de extrema derecha en Berlín, Alemania. (EFE/Omer Messinger)

Cuando Lukas F. entra en el solar de un cuartel abandonado en el verano de 2021 como parte de su entrenamiento para convertirse en terrorista, tiene 16 años y es un chico delgado de pelo oscuro. El lugar está a unos 45 minutos del centro de Potsdam, ciudad al suroeste de Berlín, en Alemania. En su día, fue utilizado por la Wehrmacht, las fuerzas armadas regulares alemanas durante la Segunda Guerra Mundial; años más tarde, sería una base de soldados soviéticos. Cerca hay lagos muy frecuentados por los bañistas.

Un trueno resuena en el patio, una bola de fuego resplandece. Primero estalla una bomba, luego otra. Lukas F. graba las explosiones con su teléfono móvil. Meses antes, creó un grupo para jóvenes neonazis de varios países que creen estar librando una "guerra racial". En su chat en línea, Lukas F. —seudónimo utilizado para proteger su identidad como menor— describe estas bombas como una prueba para el grupo.

Lukas F. forma parte de una red de jóvenes de todo el mundo, adolescentes que intercambian ideas de extrema derecha, propaganda nazi y vídeos de atentados y, en el proceso, se incitan unos a otros hasta el punto de que algunos de ellos llegan a creer que deben tomar las armas contra el orden liberal.

Foto: El momento de la detención del conocido como príncipe Heinrich XIII. (Boris Roessler/Getty)

Hay docenas de grupos como este, unidos en una red internacional que se extiende desde la costa oeste de Estados Unidos hasta Europa Occidental y los rincones más remotos de los países bálticos. Los grupos se dan a sí mismos nombres marciales, inspirados en la propaganda de los nacionalsocialistas. El más destacado en cuanto a número de miembros se autodenomina Feuerkrieg, o División de Guerra de Fuego (FKD). Lukas F., de Potsdam, que ahora tiene 17 años, no es un simple seguidor: creó su propio grupo, estrechamente vinculado a la red, y lo llamó Totenwaffen, o Armas de la Muerte.

Reporteros de Welt am Sonntag, Politico e Insider pasaron más de un año investigando el funcionamiento interno de esta red terrorista de extrema derecha. Utilizando identidades falsas, accedieron a unas dos docenas de sus grupos de chat, hablaron con personas de dentro y consiguieron más de 98.000 mensajes, incluidas fotografías y vídeos. En el proceso, también descubrieron listas de muertos, amenazas de muerte contra políticos y periodistas e instrucciones sobre cómo fabricar bombas y utilizar impresoras 3D para producir piezas de armamento.

En el curso de esta investigación, los equipos de redacción pudieron identificar los nombres reales de algunos de los miembros del grupo, incluido el de Lukas F., que se ocultaba en línea tras seudónimos cambiantes. Su caso muestra cómo adolescentes tan jóvenes pueden radicalizarse hasta el punto de hablar de cometer asesinatos. También revela el papel que desempeña la red en segundo plano, y por qué a los servicios de seguridad les resulta tan difícil desarticularla.

Viaje escolar a Sachsenhausen

Según fuentes de su círculo, Lukas F. nació en Bielorrusia. Su madre es bielorrusa y su padre, kazajo de origen alemán. La familia se trasladó a Potsdam cuando Lukas F. era un niño pequeño; más tarde nacieron otros dos hijos. Aún hoy, Lukas F. comparte dormitorio con uno de ellos en la casa paterna, en un bloque de apartamentos del centro de Potsdam.

Foto: Protesta contra el Gobierno organizada por AfD en Berlín el pasado octubre. (Getty/Omer Messinger)

Hay fotos de la infancia de Lukas F. en internet, subidas por sus familiares. Cumpleaños con vasos de plástico, vacaciones familiares en Polonia, abuelos orgullosos. En una de estas fotos, Lukas F. aparece sentado en un vehículo militar con uno de sus hermanos y su padre, y una fuente afirma que la familia fue a un campo de tiro cuando estaban de vacaciones en Bielorrusia, y que a los niños se les permitió participar en el tiroteo. La familia sigue teniendo parientes en Bielorrusia y hay indicios de que también tienen una casa allí. Lukas F. escribió una vez que guardaba allí una pistola, que otra persona cercana dijo que era una carabina de aire comprimido de la familia.

En Potsdam, Lukas F. asistió a un instituto de enseñanza secundaria donde, según varios miembros del personal, no destacaba por su diligencia. Sin embargo, una vez se ofreció voluntario como guía para una exposición escolar, dicen. La exposición trataba sobre el extremismo de derechas, y el papel de Lukas F. consistía en guiar a los visitantes a través de un tablón de símbolos de extrema derecha. Según una fuente, Lukas F. estaba a menudo conectado a su ordenador y pasaba mucho tiempo en Discord, una plataforma social para aficionados a los videojuegos. Allí, él y otros de su calaña acosaban a gais y lesbianas.

A los 15 años, Lukas F. fue de excursión con su colegio al campo de concentración de Sachsenhausen. El objetivo de tales visitas era enseñar a los niños las atrocidades nazis y los peligros de la ideología nazi. Pero, como cuenta más tarde su hermano a los periodistas, para Lukas F. la visita al campo de concentración fue un punto de inflexión. Cuando llegó a casa, cambió la imagen del escritorio de su ordenador por una esvástica.

"Al principio, no quería pensar el que fuera real que soy nacionalsocialista. Ahora lucho por ello"

Más tarde, Lukas F. escribiría que había tomado conciencia de su "odio" por primera vez a los 14 o 15 años. "Al principio, no quería pensar que fuera real que soy nacionalsocialista. Pero ahora lucho por ello". En su grupo de chat describe el Holocausto como una "purga" y escribe que no puede entender cómo la gente puede pensar que no ocurrió realmente: "Es real y es justo".

En algún momento, Lukas F. crea un perfil en una red social rusa. En su foto de perfil aparece camuflado, con la cara cubierta por una máscara de calavera. En la parte superior de su página ha escrito: "Cubrir el mundo en un baño de sangre". Sus padres son amigos suyos en esta red, aunque no hay motivos para suponer que compartan las opiniones de su hijo. "Por desgracia, mi padre es comunista", escribe Lukas F. en un momento dado.

El ideólogo estadounidense

Para entender lo que puede estar pasando por la cabeza de jóvenes como Lukas F., tenemos que retroceder unos años y situarnos al otro lado del Atlántico, en el estado estadounidense de Colorado, hogar de James Mason, que ahora tiene 69 años. Mason se afilió a un partido nazi estadounidense cuando solo tenía 14 años. Dos años más tarde, estaba haciendo planes para asesinar a su director de escuela, aunque al final no los llevó a cabo. En la red a la que pertenece Lukas F., el libro de Mason, Siege, se considera de lectura obligada. Para muchos jóvenes extremistas de extrema derecha, es más importante incluso que el Mein Kampf de Hitler.

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En su libro, Mason pide que la sociedad liberal se sumerja en una guerra civil. Para ello, no es necesario crear organizaciones de masas, escribe: basta con asesinos individuales o células minúsculas que lleven a cabo atentados contra infraestructuras, políticos o miembros de minorías. Esto provocará el caos y preparará el terreno para una revolución de extrema derecha.

Mason y sus ideas han ganado muchos adeptos en los últimos años: grupos, células e individuos, en Europa, Canadá y Estados Unidos. Los investigadores del extremismo llaman a esta estrategia "aceleracionismo militante". Thomas Haldenwang, presidente de la Oficina Federal Alemana para la Protección de la Constitución, dijo a los periodistas que la escena de Siege está ganando cada vez más terreno también en Alemania. "Sobre todo los jóvenes, algunos de ellos todavía menores de edad, se están convirtiendo en adeptos. Ya no es raro encontrar a menores abogando por la violencia o incluso planeando ellos mismos actos violentos".

La lista de atentados vinculados a esta ideología crece año tras año. Incluye el tiroteo masivo en el centro comercial Olympia de Múnich en 2016 y el ataque de 2019 contra una sinagoga y una tienda de kebabs en Halle. Los atacantes son ensalzados como héroes en los chats de la red, y su recuento de víctimas se convierte en un concurso, en el que el que más mata es declarado vencedor.

Una fábrica de armas en el dormitorio

En el verano de 2020, unos meses después de su visita a Sachsenhausen, Lukas F. abandona el instituto de Potsdam y comienza un aprendizaje. En noviembre de 2020 crea un grupo de chat en el servicio de mensajería Telegram y lo llama Totenwaffen. Entre sus miembros, se encuentran algunas personas con ideas afines que conoció en las plataformas de juego Discord y Roblox. Lukas F. se convierte en el líder del grupo, su Führer.

placeholder Protesta ultraderechista en la ciudad alemana de Chemnitz. (EFE/Filip Singer)
Protesta ultraderechista en la ciudad alemana de Chemnitz. (EFE/Filip Singer)

Entre noviembre de 2020 y mayo de 2021, cerca de 100 usuarios envían mensajes al grupo Totenwaffen. Proceden de países muy diferentes, como Estonia, Francia y Estados Unidos, y chatean entre ellos en inglés. Se han puesto nombres como Maschinengewehr [Ametralladora], Kriegsmann [Hombre de guerra] y Joseph Goebbels Gaming [Juego de Joseph Goebbels]. En Telegram, no tienen restricciones para compartir imágenes de cabezas cortadas entre los miembros del grupo.

Estos adolescentes han dejado atrás los videojuegos. A finales de noviembre, Lukas F. escribe: "Recuerdo cuando dije hagamos (...) un grupo terrorista de verdad" y añade que "votaron a favor de la idea más miembros del grupo que en contra". Ese mismo día, un chico que utilizaba el nombre en clave Edward publicó una foto en el chat. Mostraba un subfusil MP40 apuntando hacia un suelo laminado. Se trataba del arma estándar utilizada por la Wehrmacht de Hitler. Respuesta de Lukas F: "Buena idea".

Por sus huellas digitales, se puede identificar a Edward como un neonazi que vive en Rumanía. A finales de 2020 solo tiene 13 años. Durante un tiempo parece ser una especie de mejor amigo de Lukas F., un hermano menor en espíritu. Él y un usuario de Polonia que se hace llamar "judíos del gas", aparentemente de 11 años, fueron de los primeros en unirse al grupo de chat de Lukas F. Más tarde, Lukas F. describirá el grupo Totenwaffen como una "organización de adolescentes", una especie de unidad júnior.

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Pronto, los nuevos miembros del grupo deberán prestar juramento, jurando que obedecerán las órdenes de los dirigentes. Esto no toma la forma de una ceremonia solemne a la luz de las antorchas, sino que es un simple mensaje de chat, copiar y pegar. Los nuevos miembros también tienen que declarar si han leído o no el libro de Mason, Siege. Para los que no lo hayan hecho, la versión en audio se comparte en el chat. Dura 22 horas y 33 minutos.

Los miembros del grupo alaban al terrorista de extrema derecha que mató a tiros a 51 personas en dos mezquitas de la ciudad neozelandesa de Christchurch en 2019: "Tarrant es una leyenda". Veneran a Anders Breivik, el terrorista de extrema derecha que asesinó a 77 personas en Oslo y en la isla vacacional de Utøya en 2011. Uno de ellos le llama "santo".

Dos días después de que Edward publique su foto de la ametralladora, sus pensamientos se han vuelto hacia la adquisición de más armas. Escribe que quiere una impresora 3D para poder imprimir pistolas. Lukas F. sugiere algunos modelos que serían adecuados. En un mensaje publicado en diciembre de 2020, Lukas F. deja claro hasta dónde está dispuesto a llegar él mismo: "Apuesto a que alguna vez me enfadaré tanto que pondré una bomba en el próximo lugar donde Jewgela pronuncie su discurso". Más tarde aclara que "Jewgela" se refiere a Angela Merkel, un juego antisemita con su nombre de pila.

"Apuesto a que alguna vez me enfadaré tanto que pondré una bomba en el próximo lugar donde Jewgela [Angela Merkel] pronuncie su discurso"

A finales de febrero de 2021, Lukas F. se hace un uniforme para un vídeo de propaganda que lleva meses planeando. Publica una serie de fotos en las que se le ve recortando una esvástica de un trozo de cartón para utilizarla como plantilla. "Ahora tengo que pintarla", escribe. Sigue una foto de botes de espray y otra de un trozo de material rojo con un círculo blanco y una esvástica negra pintados. Ese mismo día, Lukas F. publica una foto suya con la esvástica como brazalete en su habitación de Potsdam. Una noche de principios de marzo, Lukas F. sale a difundir su propaganda en Potsdam. Pone un cartel con las palabras: "Rebélate contra el sistema judío".

Los guerreros de fuego

Para entender cómo funciona esta red de terroristas adolescentes, no tenemos más que mirar a Estonia. A finales de 2018, un joven que vive en la isla estonia de Saaremaa crea un grupo de extrema derecha. Lo llama Feuerkrieg Division y se da a sí mismo el alias de Comandante. Solo tiene 11 años. El grupo crece, con miembros en todo el mundo.

Estos miembros, en su mayoría adolescentes y hombres jóvenes, charlan sobre sus fantasías de asesinato, a menudo con todo detalle. Se ha demostrado que la División Feuerkrieg está detrás de una larga lista de atentados planeados e intentados en todo el mundo:

Estados Unidos, 2019: Conor Climo, de 23 años, es detenido en Las Vegas por planear atentados contra una sinagoga y un bar gay. Es condenado a dos años de prisión.

Reino Unido, 2019: la policía detiene a Paul Dunleavy, de 16 años, después de que intentara hacerse con un arma. Ha estado planeando atentados terroristas. Es condenado a cinco años y seis meses de prisión.

Estados Unidos, 2019: Jarett William Smith, un soldado de Kansas, es detenido por planear un atentado contra un canal de noticias. Es condenado a 30 meses de prisión.

Lituania, 2019: Gediminas Berzinskas, de 20 años, es detenido en Vilna tras intentar volar un edificio de oficinas. Es condenado a dos años y cuatro meses de prisión.

Reino Unido, 2019: Luke Hunter, de 21 años, incita a cometer atentados terroristas. Es condenado a cuatro años y dos meses de prisión.

Alemania, 2020: en el distrito de Cham, fuerzas especiales detienen en su lugar de trabajo a Fabian D, electricista de 22 años, por intentar construir un fusil de asalto para utilizarlo en un atentado. Es condenado a dos años de prisión.

Foto: El pleno constituyente de Ripoll. (EFE/David Borrat)

Todos estos jóvenes eran miembros de la División Feuerkrieg, clasificada como amenaza grave por las fuerzas de seguridad de todo el mundo. En el Reino Unido fue clasificada como grupo terrorista en 2020, y otros países han seguido su ejemplo. También figura en el último informe anual de la Agencia Federal Alemana de Seguridad Interior. La División Feuerkrieg es la principal fuente de inspiración de Lukas F. Se refiere a ella con frecuencia en el grupo de chat Totenwaffen. En marzo de 2021, por ejemplo, escribe que el grupo necesita su propio logotipo y que debería basarse en el de la División Feuerkrieg: una calavera.

Un combate desigual

Para las autoridades estatales no se trata de una batalla en igualdad de condiciones. Los grupos desaparecen y vuelven a surgir. Los nombres y alias de los grupos se reutilizan. Las conexiones entre los miembros del grupo no son tanto el producto de una organización rígida como de una ideología compartida. La fuerza de la red reside en el hecho de que no es un grupo fijo, sino simplemente una colección de individuos que pueden estar en cualquier parte del mundo. Todo lo que necesitan es un ordenador, un teléfono móvil y una habitación. Y lo único que tienen en común es su ideología y su odio: odio a los judíos, odio a los políticos, odio a los periodistas.

Según Europol, la agencia europea encargada de luchar contra el crimen y la delincuencia organizadas, es este paso de una jerarquía clara a un conjunto disperso de individuos lo que dificulta tanto la persecución de estos grupos: "En estas situaciones complejas tenemos que tratar con individuos, ya que uno o dos individuos actuando por iniciativa propia pueden suponer una amenaza real".

Foto: People protest the white supremacist unite the right rally held in downtown washington, dc, u.s.

Miro Dittrich es experto en terrorismo de extrema derecha en el Centro de Vigilancia, Análisis y Estrategia de Berlín, que vigila sistemáticamente las comunicaciones de extrema derecha en Telegram. Afirma que las autoridades tardaron años en empezar a tomarse en serio los espacios digitales y que, incluso ahora, falta aplicación de la ley. Esto ha permitido que allí se desarrolle sin trabas una subcultura terrorista de extrema derecha, a la que acceden fácilmente los menores. "Los jóvenes empiezan a radicalizarse mucho antes", afirma. "A los 14 o 15 años a menudo ya han llegado al final de una espiral de odio". La estrategia de células poco conectadas y atacantes lobos solitarios propuesta por James Mason puede ser fácilmente puesta en práctica por adolescentes.

En los países democráticos, también está la cuestión de la edad de responsabilidad penal: las autoridades estonias no pudieron procesar al joven Comandante de la División Feuerkrieg (FKD) porque solo tenía 13 años. En febrero de 2020, después de que la policía visitara al chico, la FKD anunció su disolución. Un año después, sin embargo, volvió a aparecer, tanto en carteles y folletos propagandísticos como en Telegram. Ahora tenía un nuevo líder, otro adolescente de Estonia, que seguía usando el alias de Comandante. En estas redes, todo el mundo es reemplazable.

La Orden del Hierro

A las 5:45 de la mañana del 8 de mayo de 2021, Lukas F. escribe en su grupo que acaba de salir de patrulla. Comparte algunas fotos de carteles de propaganda de los Totenwaffen que ha estado pegando. Uno de ellos consiste en una lista de nombres: activistas judíos que hacen campaña por los derechos de los transexuales. Encima se lee: "Muerte a".

Ha colgado uno de estos carteles en el exterior de su antiguo colegio, que abandonó aproximadamente un año antes. A la mañana siguiente, cuando el personal descubre el cartel, lo denuncia y acude la policía. Ahora la policía tiene un expediente sobre el grupo Totenwaffen, pero parece que por el momento no saben que fue Lukas F. quien lo montó.

placeholder Manifestantes de extrema derecha en Dortmund. (EFE/Stringer)
Manifestantes de extrema derecha en Dortmund. (EFE/Stringer)

Menos de dos semanas después, Lukas F. recibe en su casa paterna de Potsdam un paquete cargado de productos químicos: un kilo de azufre, 250 gramos de magnesio en polvo y similares, comprados por menos de 60 euros en Amazon. Estos son los productos químicos que utilizará para fabricar las bombas que más tarde probará en el solar abandonado del ejército.

Pocos días después de que Lukas F. publique las fotos de sus productos químicos en el chat de Totenwaffen, anuncia una nueva coalición: "Me alegra tener a la División Feuerkrieg de nuestro lado, ¡Sieg Heil a nuestra alianza!". Pero hay más, el nuevo Comandante de la FKD es miembro del grupo Totenwaffen, y nuestras investigaciones han revelado que estaba en contacto directo con Lukas F. En la época en cuestión, la FKD estaba creando una especie de organización paraguas terrorista bajo el nombre de "Orden del Hierro". Un documento interno de 2021, visto por los reporteros que llevan a cabo esta investigación, incluye los logotipos de 11 grupos que se habían inscrito. Se describen a sí mismos como una "coalición nacionalsocialista". Uno de ellos es el Totenwaffen de Lukas F.

Foto: Unos 300 miembros de la ultraderecha se manifiestan en Barcelona en 2019 para defender la unidad de España. (EFE)

Muchos miembros de los grupos de la Orden de Hierro participan activamente en varios grupos de chat; es una red poco rígida y los límites son difusos. Lukas F., por ejemplo, también envía mensajes a Inject Division, otro miembro de la coalición. Inject Division fue creada por un tejano que fue detenido en mayo de 2021 por planear un ataque terrorista contra una tienda Walmart.

Lentas investigaciones

Más tarde, Lukas F. empieza a pensar en cómo puede adquirir él también un arma de fuego. Un vendedor de armas le ha enviado fotos de dos pistolas y él las publica en el chat.

"¿La primera o la segunda?", pregunta.

"Si consigues la primera, consigue también cargadores de repuesto", escribe Edward.

En el verano de 2021, la policía de Brandeburgo recibe un soplo de otra autoridad. Poco después, los agentes registran el apartamento familiar y se incautan del ordenador portátil y el teléfono móvil de Lukas F., junto con una bandera del Partido Nazi y productos químicos aparentemente sobrantes de su experimento para fabricar bombas.

Foto: Un manifestante contra las vacunas en Alemania. (EFE/Clemens Bilan)

Los agentes llevan a Lukas F. a comisaría, le interrogan y le dejan marchar. Gracias a la incautación de sus dispositivos, Lukas F. ya no puede acceder a sus grupos de chat. Edward le sustituye como jefe de las Totenwaffen. En otoño de 2021, él también desaparece, seguido por el resto del grupo. En los chats de extrema derecha circula el rumor de que la madre de Edward le ha quitado el móvil.

Las investigaciones se prolongan durante meses. Las investigaciones de los reporteros muestran que, en el momento de escribir estas líneas, la policía todavía no ha conseguido ninguna prueba del lugar donde Lukas F. hizo estallar sus bombas. Una de las bombas destrozó una base de hormigón en pedazos que todavía están allí. Y la escuela a la que Lukas F. regresó una noche nunca fue advertida del peligro potencial por la policía, a pesar de que la escena de extrema derecha ha producido varios atacantes de escuelas.

El pasado agosto, por ejemplo, un chico de 15 años de un colegio de la ciudad sueca de Eslöv acuchilló a un profesor en el estómago. En enero de este año, un chico de 16 años hirió a un profesor y a un compañero en un colegio de Kristianstad, en el sur de Suecia, también con un cuchillo. Los dos adolescentes estaban en contacto entre sí, y los documentos de las investigaciones suecas muestran que se movían en el mismo tipo de círculos que Lukas F. Ambos se enmascararon con bufandas tubulares en las que estaban impresas las mandíbulas inferiores. Esta máscara es utilizada por muchos miembros de la red que rodea a Lukas F. y de la escena más amplia. Sirve tanto para identificar como para ocultar la identidad de quien la lleva.

Foto: Manifestantes frente al juzgado a la espera del veredicto sobre el partido ultraderechista Amanecer Dorado (EFE)

Una respuesta a una pregunta de una diputada del Bundestag por el Partido de Izquierda, Martina Renner, reveló que el Centro Conjunto de Prevención del Extremismo y el Terrorismo de la República Federal de Alemania, que incluye a los servicios de inteligencia y a la policía, habló del grupo Totenwaffen cuatro veces el año pasado y de nuevo en repetidas ocasiones en 2022. El contenido de esas conversaciones fue estrictamente confidencial.

Las investigaciones llevadas a cabo por las autoridades de Brandeburgo aún no han dado ningún resultado. Sin embargo, ha habido detenciones en otros lugares. Según un informe de los servicios de inteligencia estonios, dos jóvenes vinculados a la División Feuerkrieg fueron detenidos en la nación báltica en octubre de 2021. La información obtenida por los reporteros revela que uno de ellos es el segundo Comandante. A continuación, dos estadounidenses se hacen cargo del grupo y un holandés crea un grupo disidente con el mismo nombre.

A finales de diciembre de 2021, cuando las investigaciones siguen su curso, Lukas F. vuelve a aparecer en los grupos de chat de la red. Está intentando ponerse en contacto con la División Feuerkrieg y quiere ser admitido en un chat interno. Los reporteros han visto un mensaje privado que envió en ese momento a un socio de confianza: "Tenía y sigo teniendo grandes planes para Totenwaffen".

Foto: Manifestantes iraníes queman una bandera sueca en una protesta contra la "desecración" del Corán, en Teherán. (Reuters/Majid Asgaripour)

A principios de 2022 se devuelven a Lukas F. su teléfono móvil y su ordenador portátil. Las autoridades de Brandeburgo implicadas en la investigación se niegan a responder a las preguntas de los periodistas sobre todo esto. "El derecho de la prensa a la información", escribe el fiscal general local, "está limitado por los intereses de las personas en cuestión, que tienen prioridad y derecho a protección".

La entrevista

En marzo de 2022, los periodistas se ponen en contacto con Lukas F. Éste les escribe que no quiere una reunión cara a cara, pero que los periodistas pueden enviarle sus preguntas por mensaje de texto. Así que los mensajes van y vienen, primero durante un día entero, luego durante varias semanas. Escribe que cooperó con la policía cuando registraron su casa y que "desgraciadamente" les dio sus contraseñas, "porque mi madre me estaba presionando". Pero al menos ahora sabe cómo "esconderse del gobierno", escribe.

Sin embargo, no se esconde con mucho éxito: en abril encarga una copia del manifiesto de 35.000 palabras de Theodore Kaczynski, el Unabomber que envió al menos 16 paquetes bomba en Estados Unidos entre 1978 y 1995, matando a tres personas. Ese mismo mes, Lukas F. deja una reseña del manifiesto en internet... utilizando su nombre completo.

"Estaba dispuesto a mucho"

La fiscalía de Brandeburgo sigue investigándole en este momento, pero no toma acciones concretas. En su opinión, no representa una amenaza inminente. En sus mensajes a los periodistas, Lukas F. escribe:

"Estaba dispuesto a mucho".

¿Cuánto?

"Sin comentarios".

¿Ha cambiado desde entonces?

“Sin comentarios”.

A la pregunta de por qué sigue enviando mensajes a los antiguos chats, responde: "Conozco a algunos, son muy simpáticos, me caen bien". Escribe que es "nacionalista". Escribe que podría probar el activismo legal, quizá unirse a un partido. Pero primero tendrá que encontrar un punto de apoyo. Escribe que siempre ha tenido que arreglárselas solo: incluso hizo su declaración policial sin la presencia de un abogado.

¿Y si le acusan?

"Entonces estoy jodido".

Policías alemanes mientras registran a asistentes a un concierto de 'skinheads' y una persona viste una sudadera en la que se lee

Más recientemente, ha habido cierto movimiento entre las autoridades internacionales de investigación. Poco antes de la semana santa de 2022 fue detenido en Dinamarca un joven de 15 años, acusado de ser miembro de la División Feuerkrieg. Por la misma época, varios miembros clave de la red desaparecieron y los canales de propaganda enmudecieron. Desde entonces, ha habido algo menos de actividad en muchos de los chats. La gente del movimiento supone que varios de sus camaradas fueron todos detenidos al mismo tiempo, en Estados Unidos, en Holanda. Pero hace tiempo que se han creado nuevos grupos.

Visita a domicilio

A finales de mayo de este año, los reporteros llaman al timbre de un piso situado en la octava planta de un bloque de apartamentos en el centro de Potsdam. Los padres de Lukas F. abren la puerta. Su madre es una mujer menuda que sonríe mucho pero habla poco. Su padre, que lleva una camiseta de una marca deportiva, es el único que habla y exige saber quiénes son esas personas y por qué se han presentado sin avisar. Los periodistas le dicen que saben lo del registro policial por las charlas. Y que quieren hablar con Lukas.

"Ya estamos conversando", dice su padre, "pero bueno", y desaparece dentro del piso. Un momento después aparece Lukas F. en la puerta. Ahora tiene 17 años, es delgado, casi larguirucho. Tiene la mirada perdida y el pelo oscuro le llega hasta las orejas. "No me interesa", dice, y cierra la puerta de un portazo. Después envía un mensaje de texto a los periodistas, diciéndoles que no vuelvan nunca más.

Sus padres tampoco dicen nada ese día. Más tarde escriben para rechazar la petición de entrevista de los periodistas, aunque responden a algunas preguntas por SMS. En estas respuestas, el padre de Lukas dice que su hijo es víctima de la pubertad y de las circunstancias. Lo minimiza: "Nunca ha hecho daño a nadie". La madre de Lukas responde en ruso, diciendo que está conmocionada, horrorizada y que no entiende cómo puede estar pasando todo esto.

Foto: Imagen de la marcha en Chemnitz (Mathhias Vollmer)

Varios miembros de la familia cuentan que ese mismo día había habido una discusión y que el padre había tirado a la basura la literatura nazi de Lukas, incluido el Mein Kampf, diciendo que le estaba volviendo estúpido.

A principios de junio, las autoridades de Brandeburgo entran en acción. Una unidad especial de la policía detiene a Lukas F. en el piso de sus padres. Ahora está en prisión en algún lugar de Märkisch-Oderland. El servicio de seguridad del Estado lo ha clasificado como peligroso, alguien que supone una amenaza real para el público. Las autoridades siguen investigando. Sospechan que ha estado preparando un "grave acto de violencia contra el Estado": un atentado terrorista, en otras palabras.

Poco después, los periodistas escriben a Lukas F. a la cárcel, ofreciéndole otra oportunidad de hacer comentarios. La carta sigue sin respuesta. En los últimos meses se ha formado en Brandeburgo una nueva banda de adolescentes de extrema derecha. Su base es una casa abandonada a la que han tenido acceso. Se saludan entre ellos formando una L con los dedos de la mano derecha y gritando "L libre": libertad para Lukas.

Esta investigación es el resultado de una colaboración periodística entre reporteros de Politico, Insider y Welt am Sonntag, junto con Axel Springer Investigations. Los reporteros utilizaron identidades falsas para infiltrarse en la red. También hablaron con informadores, científicos, expertos en terrorismo, servicios de inteligencia, autoridades de seguridad y personalidades de la red, así como con sus familias. Este reportaje fue galardonado con el European Press Prize (PPE) en 2023. Voxeurop ha participado como socio de sindicación. Texto traducido del inglés por El Confidencial.

Cuando Lukas F. entra en el solar de un cuartel abandonado en el verano de 2021 como parte de su entrenamiento para convertirse en terrorista, tiene 16 años y es un chico delgado de pelo oscuro. El lugar está a unos 45 minutos del centro de Potsdam, ciudad al suroeste de Berlín, en Alemania. En su día, fue utilizado por la Wehrmacht, las fuerzas armadas regulares alemanas durante la Segunda Guerra Mundial; años más tarde, sería una base de soldados soviéticos. Cerca hay lagos muy frecuentados por los bañistas.

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