Es noticia
Cómo una ametralladora usada en la Guerra Civil se ha convertido en un icono ucraniano
  1. Tecnología
EL RETORNO DE LA MAXIM M1910

Cómo una ametralladora usada en la Guerra Civil se ha convertido en un icono ucraniano

Tiene más de un siglo de antigüedad, pero el ejército ucraniano las ha sacado de los museos para combatir a los rusos. La Maxim M1910 ha vuelto en el frente del Este

Foto: Un soldado ucraniano con una Maxim de doble cañón y óptica moderna. (Cedido)
Un soldado ucraniano con una Maxim de doble cañón y óptica moderna. (Cedido)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Un momento, ¿qué es eso que se adivina entre el humo? No, no puede ser. O sí… ¿Es una Maxim M1910?

Quizá algún soldado del ejército ruso se haya hecho esa pregunta durante los últimos días al toparse con una ametralladora Maxim M1910. La reconocerán por su escudo protector, por su cañón o por el afuste sobre el que se instala; la reconocerán, tal vez, porque la habrán visto en más de una película sobre la primera o la segunda guerra mundial. La "Maxim de carrito", como se la conoció en la guerra civil española, ha vuelto.

El nombre no miente: fue diseñada hace más de un siglo, antes incluso de la primera guerra mundial, después de que el zar quedase fascinado por la exhibición que su creador, el británico Hiram Maxim, ejecutó en una visita a San Petersburgo. La Maxim, un clásico de las grandes guerras europeas, hoy parecía reducida a una pieza de museo hasta que ha vuelto a ser empleada por el ejército ucraniano, ávido de cualquier clase de armamento.

La M1910 es varias cosas a la vez. Un anacronismo que enorgullece a los combatientes ucranianos, como se puede ver en las piezas de la televisión ucraniana, que ha dedicado varios reportajes a esta pieza de coleccionismo; un icono 'steampunk'; y un recordatorio de que ya no se fabrican cacharros como los de antes.

"Los oficiales ucranianos la consideran un arma muy eficiente"

Esta arma de más de un siglo de antigüedad parece estar dando buenos resultados, a pesar de las burlas de la propaganda rusa. "La ametralladora Maxim ha estado en servicio desde 1886, la variante rusa M1910 se basaba en una licencia adquirida a Vickers", explica Artur Plokšto, especialista en Logística y Defensa de la Academia Militar de Lituania, que en 2014 publicó un informe sobre el armamento del ejército ucraniano para el Ministerio de Defensa de su país. "Es un arma realmente antigua, pero las balas (7,62 x54 mm R) aún son eficientes".

El problema, añade, es su elevado peso (63 kilos). Pero se trata de "un arma efectiva si no necesitas que el soldado la mueva rápidamente". Es como lo está utilizando el ejército ucraniano, que ha proporcionado el arma a batallones de defensa terrestre como la mecanizada número 92.

"En mayo de 2022 han empezado a aparecer ametralladoras caseras en la defensa territorial", explica Plokšto. "El estilo actual de combate urbano, de disparos rápidos al enemigo sin demasiada precisión y sin mucha capacidad de escape, encaja con esta arma". En ocasiones, se instalan en carruajes de caballos, “pero sin caballos”. En otros, se le han instalado ópticas modernas.

La utilización de un arma que tiene más de un siglo de antigüedad es, también, un síntoma de la escasez de material del ejército ucraniano. La razón principal por la que han sacado a la Maxim de olvidados arsenales donde se calcula que podía haber alrededor de 35.000 piezas es "porque no tienen suficientes armas modernas, pero no solo por eso". Como el antiguo general ucraniano y jefe de Personal del ejército, Viktor Muzhenko, contó a Plokšto en 2017, "a los oficiales ucranianos les gusta enfatizar que la ametralladora Maxim es muy efectiva en las trincheras y en las fortificaciones, por lo que puede ser utilizada para disparar de manera intensa sin que se caliente rápidamente".

Salió de los arsenales para volver a ser utilizada en 2014

Las ametralladoras llegaron a Ucrania después de la segunda guerra mundial, cuando la URSS entregó grandes cantidades de material a las Repúblicas Populares de Europa Central y del Este. "Es por este motivo por el que ahora se ven en Ucrania este tipo de armas obsoletas", explica Ismael L. Domínguez, experto en historia militar y autor de libros como 'La batalla del Marne'.

"No solo Maxim M1910, también subfusiles PPSh-41, DP-27 y hasta rifles Mosin-nagant. Pueden seguir siendo útiles, ya que pueden matar como lo hacían antaño, pero esto no debe ocultar la realidad: el ejército ucraniano se está quedando sin material moderno. Que el Ejército de Ucrania use estas armas significa que la cantidad de equipamiento de última generación está disminuyendo rápidamente y que no todos pueden usar la última versión del famoso AK. En definitiva, no hay armas para todos los hombres y mujeres que quieren equipar las autoridades de Kiev".

"Fiable" y fresquita

La percepción que tiene el ejército ucraniano es que es un arma "muy fiable", el término que desde la primera guerra mundial hasta la de Ucrania se ha empleado para referirse a ella. Con una salvedad: la fallida invasión de Finlandia por parte del ejército ruso en la Guerra de Invierno durante 1940, que provocó que en los siguientes modelos se instalase una escotilla antinieve. Como han señalado los más observadores, la mayoría de armas que se están usando en Ucrania la incluyen, así que fueron fabricadas después de 1940.

Una de las bazas de la M1910 es que su sistema de refrigeración con agua que permite aguantar largas sesiones sin deshacerse, con una cadencia de tiro de entre 520 y 580 disparos por minuto. Como recuerdan desde la asociación Círculo Trubia (Círculo de Amigos de las Unidades Acorazadas), este sistema le permite gastar una cantidad de munición que sería impensable en otras ametralladoras como la francesa Hotchkiss. "La Maxim rusa tenía un orificio para rellenar la camisa de agua más grande lo habitual. ¿Por qué? Porque se esperaba que en épocas invernales los soldados introdujeran nieve, algo sin duda muy ingenioso", añade Domínguez.

"Hay una fotografía curiosísima de la primera guerra mundial del equivalente inglés, la Vickers, al lado de 60, 70 u 80 cajas de munición, que es lo que gastaban en un día", explican desde el Círculo. "La robustez debía ser notable, porque con esa cantidad de proyectiles fundirían en ese tiempo tres cañones de otro tipo". La aparición de las ametralladoras automáticas Maxim a finales del siglo XIX significó toda una revolución en el concepto de la guerra, ya que permitían enfrentarse a grandes pelotones de ataque: se emplearían sin piedad en las guerras coloniales. Como escribió el historiador John Ellis en 'La historia social de la ametralladora', "sin Hiram Maxim, la historia del mundo habría sido muy diferente".

placeholder Soldados alemanes con una M1910 requisada al enemigo durante la primera guerra mundial. (Cedido)
Soldados alemanes con una M1910 requisada al enemigo durante la primera guerra mundial. (Cedido)

Su alcance es apreciable: alrededor de un kilómetro efectivo, similar al de la PKM, una de las creaciones de Mijaíl Kaláshnikov. Su principal problema es su elevado peso, alrededor de 64,3 kilogramos (la PKM rusa pesa alrededor de siete kilos y medio), lo que ha llevado a que sea utilizada sobre todo para proteger posiciones fijas. El ejército separatista del Donbás también ha recurrido a la M1910, pero no el ejército regular ruso. "No he visto la Maxim en ningún sitio más", concluye Plokšto, aunque haya quien afirme haberla avistado en Siria.

Otro buen motivo por el que esta vieja arma ha vuelto es porque la Mayak KM-7,62, que debía haber ocupado su lugar desde principios de la pasada década y que imitaba a la PKM rusa, una de las creaciones de Mijaíl Kaláshnikov, no ha dado los resultados esperados. Como recuerdan desde el Círculo Trubia, uno de los esfuerzos de Ucrania ha sido buscar licencias y armamento occidentales para deshacerse de la influencia rusa. "Pero eso requiere dinero".

"La Unión Soviética entregó al Ejército Popular Republicano 3.221 Maxim de carrito"

"En mayo de 2016, se publicó que el Ministro del Interior de Ucrania Arsen Avakov regaló ametralladoras Maxim al antiguo primer ministro Arseniy Yatsenyuk y al Secretario de la Guarda Nacional Oleksandr Turchyov", concluye Plokšto. "Eso sí que es un buen regalo...".

Un viejo conocido

La Maxim M1910 fue también protagonista durante la Guerra Civil española. Algunas fotografías de la batalla de Belchite, por ejemplo, muestran a soldados republicanos con el arma. Los historiadores José María Manrique García y Lucas Molina Franco cifran en 3.221 el número total de ametralladoras de este tipo que llegaron a España en siete envíos soviéticos entre noviembre de 1936 y enero de 1939, aunque otras fuentes las habían datado en más de 10.000.

placeholder Soldados en Belchite con una Maxim. (Cedido)
Soldados en Belchite con una Maxim. (Cedido)

Desde luego, era un arma apreciada. Como explican desde el Círculo Trubia, "una de las cosas que cuenta Antonio Mortera en sus libros es que todo el material que los nacionales capturaban debía registrarse en un servicio central de armamento, pero las Maxim no, las unidades se hacían las locas y se las quedaban, porque les tenían bastante aprecio. Eran fiables, porque podían aguantar muchos más disparos que la Hotchkiss".

Al final de la contienda, y debido a la buena fama que arrastraban, las M1910 tuvieron un nuevo destino. "Una vez acabado el conflicto, la España de Franco reutilizó este material y se lo entregó curiosamente a la Guardia Civil y a unidades concretas del ejército español", explica Domínguez. "Ahí estuvieron hasta que ametralladoras modernas, de fabricación nacional, las sustituyeron. Las Maxim M1910 que quedaron se destruyeron, guardadas en pequeños números y expuestas en museos". Como recuerdan desde la asociación, "lo más probable es que todo el armamento que no perteneciese a los tres o cuatro modelos reglamentarios se almacenase para posibles movilizaciones, porque en la mayoría de fotografías las ametralladoras que aparecen son la Hotchkiss francesa".

"Si ocurriese algo así en España, veríamos a tropas equipadas con mosquetones Mauser"

Su destino final en España han sido los museos o cumpliendo una digna función ornamental a la entrada de los cuarteles de mando. Una buena noticia para los ucranianos es que, debido a que el cartucho sigue siendo un estándar en uso, pudieron sacarlas de los almacenes y llevarlas al campo de batalla. Eso habría sido imposible si hubiese ocurrido en Francia o España, cuyas ametralladoras hoy no disponen de munición en curso.

Como concluye Domínguez, "tampoco se puede criticar la actitud ucraniana de sacar todo este armamento. La lucha es por la supervivencia de su país. Si algo igual ocurriera en Francia, Alemania o España, veríamos con seguridad a tropas equipadas con las míticas MP-40 y MAT-49 o mosquetones Mauser con los que nuestros abuelos hicieron el servicio militar".

Un momento, ¿qué es eso que se adivina entre el humo? No, no puede ser. O sí… ¿Es una Maxim M1910?

Conflicto de Ucrania Primera Guerra Mundial Segunda Guerra Mundial Historia
El redactor recomienda