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Jóvenes en vías de radicalización jalean en las redes sociales los atentados de Cataluña
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Jóvenes en vías de radicalización jalean en las redes sociales los atentados de Cataluña

El análisis del perfil en Facebook del detenido Driss Oukabir no tenía nada de islamista, pero estaba repleto de insultos al rey de Marruecos y de apoyo a la revuelta del Rif

Foto: El ISIS trabaja las redes sociales para captar adeptos. (E.Villarino)
El ISIS trabaja las redes sociales para captar adeptos. (E.Villarino)

“¡Que Alá acoja en su paraíso a los hermanos de Ripoll!”. Fares es un ingenuo. Ha escrito esta frase en español, al día siguiente de los atentados de Cataluña, en su perfil de Facebook, que no es ni siquiera anónimo. Indica incluso dónde vive y su fecha de nacimiento. Es un adolescente musulmán que estudia Formación Profesional en una provincia del sureste de España. Ha sido detectado de inmediato por el radar del servicio secreto. Pasa a engrosar el fichero de los radicales.

Nassim también alaba desde la misma red social a los “hermanos mártires” de Cataluña que han matado a los 'kuffar' (infieles) infligiéndoles así “una mínima parte del daño que ellos han provocado a los musulmanes” de Siria. Afirma incluso que otros “hermanos” deberían, “con la ayuda de Alá”, continuar la tarea que ellos no pudieron acabar. ¿Alude a la voladura de un monumento emblemático de Barcelona que no lograron llevar a cabo? A diferencia de Fares, Nassim se esconde desde un perfil anónimo y su lista de amigos en Facebook está oculta.

La abrumadora mayoría de los musulmanes han condenado los atentados y, por primera vez en España, sobre todo en Cataluña, han bajado en buen número a la calle para expresar su repulsa. Hay, sin embargo, un puñado de jóvenes extremistas repartidos por la geografía española que los jalean a través de internet en árabe, español y catalán.

La radicalización de algunos de ellos parece indicar que están a punto de caramelo para convertirse en terroristas y golpear con lo que tengan más a mano

El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) tiene ahora como prioridad detectarles, seguirles la pista y, si es necesario, provocar su detención por enaltecimiento del terrorismo. La radicalización de algunos de ellos parece indicar que están a punto de caramelo para convertirse en terroristas y golpear con lo que tengan más a mano, un vehículo, armas blancas, etcétera. Hay que pararles cuanto antes. Para desarrollar esta tarea, los medios tecnológicos y los recursos humanos del principal servicio secreto español son muy superiores a los de la Policía Nacional, de la Guardia Civil y de los Mossos d’Esquadra.

Los grandes atentados, y los del 17-A en Cataluña lo fueron, suscitan vocaciones. Después de que una célula terrorista causase, en París en noviembre de 2015, 130 muertos en una noche, se produjeron en Francia, en enero de 2016, tres pequeños ataques terroristas, uno con un hacha, otro con un machete y, por primera vez, un atropello con un vehículo.

'Mix' de técnicas

Sergio de los Santos. (Foto: ElevenPaths)Averiguar quién se esconde detrás de Nassim, el anónimo de Facebook, no es una tarea fácil. “Se efectúa combinando informática con la labor manual de agentes”, explica Sergio de los Santos, coordinador de innovación y del laboratorio de seguridad de ElevenPaths, una empresa puntera de Telefónica. “Se puede empezar con un buen uso de Google introduciendo palabras clave utilizadas por los extremistas”, señala.

Cuando se detecta, por ejemplo, que el perfil anónimo Mosul Man las emplea en Facebook, “se puede echar mano de programas como OSRFramework, de ElevenPaths, que averiguan qué otras redes frecuenta ese usuario y cómo se llama en ellas”, continúa. “El investigado tiene un perfil anónimo en varias redes sociales, pero a veces en otras —en LinkedIn siempre— desvela su verdadera identidad y por ahí se le puede pillar”, prosigue De los Santos.

Si no está apuntado en esta red profesional, como sucede casi siempre con los adolescentes o personas con escasa formación, “una dirección de correo electrónico puede también conducir a una página web donde haya dejado rastro de su verdadera identidad” tras hacer una gestión administrativa 'online' para renovar el paro o pedir una cita en la Seguridad Social, continúa el responsable de ElevenPaths. Si el sospechoso navega por la 'deep web' (internet profunda), aquella a la que no llega Google, “existen también programas específicos que la rastrean”, revela.

Foto: Moussa Oukabir.

La IP, el número que identifica la conexión a internet de un dispositivo, puede también ayudar a localizar al investigado. “Facebook y WhatsApp la proporcionan con cierta facilidad a petición de las fuerzas de seguridad; Google ya se resiste más, y Telegram, una empresa rusa, responde con un 'niet”, indica De los Santos. “De ahí que el yihadismo profesional haya emigrado a los canales de la aplicación de Telegram”, constata. A veces, la obtención de la IP “sirve de poco si el internauta utiliza Tor, un navegador que la modifica constantemente saltando de un país a otro, o un 'virtual private network' (red privada virtual)” que mediante el cifrado garantiza la privacidad.

El CNI dispone de otra baza eficaz para cazar a extremistas: el agente encubierto que se infiltra en las redes sociales haciéndose pasar por un radical o un yihadista. La legislación española lo permite desde 2015. “Son las cuentas cebo para atraer a los malos”, explica De los Santos. “Hasta que sea creíble y funcione como señuelo, hay meses, a veces años, de trabajo”, asegura. Tras los atentados, los agentes que operan esas cuentas han recibido mensajes de jóvenes que querían compartir con ellos su regocijo por la matanza.

Foto de perfil de Driss Ouakir en Facebook.Los perfiles en Facebook, la red social más potente, de los integrantes de la célula de Ripoll fueron cerrados rápidamente, pero justo antes los servicios secretos se descargaron su contenido.

Su análisis ha llevado a modificar la imagen de los radicales, que ya no tienen que ser forzosamente barbudos, llevar chilaba ni tener un callo en la frente por tocar con ella el suelo al rezar cinco veces al día.

“Tenemos los de antes, radicales 'hard', y radicales nuevos de aspecto 'light”, comentan fuentes conocedoras de la operación de rastreo del CNI.

“Ahora hay chavales con pantalón muy corto, a los que se les ve el ombligo y que se pasean con un perro, que se han convertido en radicales”, añade. “Antes eso era inimaginable y esta novedad complica nuestra labor”, concluye.

El perfil en Facebook de Driss Oukabir, de 28 años, uno de los dos encarcelados por el juez Fernando Andreu, ha dejado atónitos a los investigadores. En él aparece haciéndose selfis, posa junto a un perro —algunos 'ulemas' (teólogos islámicos) consideran que poseer ese animal es pecado— y, sobre todo, arremete contra los judíos, contra la familia real saudí e insulta en términos muy groseros al monarca Mohamed VI de Marruecos, a su esposa y a su padre, el difunto rey Hassan II.

Oukabir no es rifeño, pero considera que “el trato de la [dinastía] alauita con la gente del Rif es equivalente al que dan los budistas a los musulmanes”. Se refería probablemente a la discriminación de las minorías musulmanas en China, Tailandia y Birmania. “La diferencia entre el rifeño y el marroquí está en la lucha”, continuó escribiendo en árabe. “El rifeño lucha por sus derechos y el marroquí lucha (no generalizo) por ser proxeneta (…)”.

Foto de perfil de Driss Oukabir a finales de la primavera y principios del verano. En ella aparece Nasser Zefzafi, líder de la revuelta del Rif, hoy en día encarcelado, y la bandera de la República del Rif (1921-1926) que encabezó Abdelkrim el Jatabi.'Post' de Driss Oukabir con el retrato de Abdelkrim el Jatabi y el siguiente texto : “Hermanos, hermanas, se acabó la paz. Es el momento de coger las armas. O estamos o no estamos presentes. El que quiera armas que me responda en privado (…)” y “pactaremos el día de la entrega”.El grado de identificación con los rifeños lleva a Oukabir a sustituir durante unos días su foto de perfil por la de Nasser Zefzafi, el líder de la revuelta del Rif encarcelado en Casablanca desde finales de mayo. Con cierta chulería, prodiga incluso un consejo a los jóvenes rifeños: “Hermanos, hermanas, se acabó la paz. Es el momento de coger las armas. O estamos o no estamos presentes. El que quiera armas que me responda en privado (…)” y “pactaremos el día de la entrega”. Era una fanfarronada porque Oukabir no tenía armas de fuego.

En las páginas de su Facebook consultadas por este periodista no hay ni una sola invocación a Alá, pero sus injurias en abierto al soberano alauí y sus arengas sobre el Rif sí habrán probablemente llamado la atención de los servicios secretos marroquíes, cuya prioridad en Europa es, desde hace unos meses, identificar a los que se solidarizan con la rebelión rifeña, que no tiene nada de islamista. Oukabir habrá pasado entonces a engrosar la lista de los enemigos de la monarquía, pero aquellos policías marroquíes que le debían vigilar detrás de la pantalla de sus ordenadores tampoco podían sospechar que sus planes iban por otros derroteros.

“¡Que Alá acoja en su paraíso a los hermanos de Ripoll!”. Fares es un ingenuo. Ha escrito esta frase en español, al día siguiente de los atentados de Cataluña, en su perfil de Facebook, que no es ni siquiera anónimo. Indica incluso dónde vive y su fecha de nacimiento. Es un adolescente musulmán que estudia Formación Profesional en una provincia del sureste de España. Ha sido detectado de inmediato por el radar del servicio secreto. Pasa a engrosar el fichero de los radicales.

Atentado Cambrils Centro Nacional de Inteligencia (CNI)
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