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Cincuenta leyes de 'El padrino' para hacerte con el poder aunque seas un tarugo
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Entrevista a Alberto Mayol

Cincuenta leyes de 'El padrino' para hacerte con el poder aunque seas un tarugo

Hemos dejado de pensar las relaciones sociales y la política en términos de poder hasta convertirnos en "analfabetos del poder". Un sociólogo chileno acude a nuestro rescate con las enseñanzas de 'El Padrino'

Foto: Alberto Mayol posa para EC. (A. B.)
Alberto Mayol posa para EC. (A. B.)
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El sociólogo y politólogo chileno Alberto Mayol dice que Maquiavelo escribió El Príncipe para guiar a un noble que ya ostentaba el poder y necesitaba conservarlo. En contraste, su libro está escrito para alguien que, como Michael Corleone, todavía no ha alcanzado el poder y trata de abrirse camino. Las enseñanzas de El padrino, argumenta, son más pertinentes que nunca hoy en día, porque la mayoría de los occidentales nos hemos convertido en analfabetos sobre la materia. 50 leyes del poder en El padrino se puede leer como ensayo político o como guía de crecimiento personal y ha sido uno de los ensayos más vendidos de Latinoamérica en los últimos dos años. Ahora sale a la venta en España y quedamos para hablar del tema en el madrileño Parque del Oeste, en una terraza donde la gente grita y gesticula bastante más que en Palermo.

PREGUNTA. Dices que vivimos en una era que pretende quitarle poder a la autoridad. ¿Qué quiere decir eso?

RESPUESTA. Para responder a la pregunta necesito partir de una premisa. Nuestra civilización tiene algo que, en principio, es una virtud y es que siempre pretende resolver todo haciendo la cuadratura del círculo. Y la política es ni más ni menos que el poder desplegado. Pero en nuestra visión occidental, ese poder está totalmente modulado. Estamos llegando a un extremo en el cual nos negamos a que se ejerza el poder, partiendo de que el poder supone una maldad, de que el poder es insano, de que el poder es demoniaco. Y todo esto es cierto conceptualmente, pero también es cierto que para que una sociedad funcione, alguien tiene que tener la capacidad de ejercer el poder. Y las autoridades en los países occidentales hoy en día se ven obligadas a fundamentar todo su ejercicio del poder.

P. ¿A justificar su propia autoridad todo el rato?

R. Claro. Sucede que el poder no puede. Es el gran problema que tenemos, porque además es que es una excentricidad histórica. A mi juicio, es un gran error asumir que las cosas tienen que ser así. En política, pero no solo en política, resulta que hay que estar justificando permanentemente la acción del poder, hasta el punto de que a veces no se le deja espacio a la autoridad para tomar decisiones. En este proceso, las autoridades se van quedando sin recursos. De hecho, creo que la gran pregunta de época es precisamente esta.

placeholder El escritor y politólogo chileno, Alberto Mayol. (Ana Beltrán)
El escritor y politólogo chileno, Alberto Mayol. (Ana Beltrán)

P. Tu libro es una reivindicación del poder como algo que no es conveniente ignorar porque siempre va a estar ahí y alguien va a ocuparlo. Tú dices que no se puede negar el poder, ni vivir ajeno al poder. Hay una frase que lo resume de una manera muy gráfica. Dices: "Acumular progresos y no tener poder es una combinación pavorosa. Y lo peor es que es lógico. Si entras a una habitación y hay un cocodrilo, huyes. ¿Por qué? Porque puede matarte y no puedes matarlo. Pero si entras a la habitación y hay una araña venenosa, buscas veneno y la matas. ¿Por qué? Porque puede matarte, pero tú también a ella (y con ventaja para ti)".

R. Exacto. Todos sabemos que es muy alta la probabilidad de ejercer el poder cuando tienes el poder. Esto tiene elementos de arbitrariedad y tiene riesgos, pero genera una estructuración. Las sociedades se desestructuran con mucha facilidad, pero también se estructuran con mucha facilidad. Y todo tiene que ver con el poder. Cuando tenemos un poder que no ejercemos, lo perdemos. Y cuando lo perdemos, tenemos que tener muy claro qué es lo que estamos perdiendo. Lo que me llama la atención es que no seamos ya capaces de entender la importancia de estas cosas tan básicas.

P. ¿Qué le pasa a quien ignora el poder?

R. El analfabetismo respecto al poder es muy peligroso y vivimos en una época de gran ingenuidad al respecto. No se trata solo de la política. A uno lo ascienden y piensa que es algo bueno porque tendrá más dinero a fin de mes y progresará profesionalmente. Pero la mayoría no está entendiendo que su vida está a punto de cambiar, ni está entendiendo lo que va a ser su vida, ni lo que implica. Tendrá que aprender rápido cómo funciona su nuevo mundo, sus nuevos equilibrios. Eso o ahí acabará todo, acabará malparado.

Foto: Marlon Brando como Vito Corleone en 'El Padrino'

P. ¿Por qué te has servido de El padrino?

R. Primero porque el poder arcaico de la Mafia, que es el poder de los Corleone, es muy pertinente para nuestra época. En épocas de crisis e incertidumbre, cuando fracasan las instituciones, suelen regresar las formas de poder más arcaicas. Ocurrió en el siglo XX y ahora estamos en una dinámica parecida a la de los años 20. Miradas tribales para problemas complejos. El padrino es la historia de alguien que tiene que construir sus recursos para lograr hacerse con el poder. Michael Corleone es alguien que tiene que crear y asentar su poder. Esa señal me parecía muy potente para nuestra época porque, de alguna manera, se nos han disuelto las estructuras de poder y hay que volver a hacerlas. Esto es algo especialmente significativo para los europeos. ¿Cuál es vuestro poder hoy en día? Puede ser un poder simbólico, histórico, ritual, pero poco más. Es un continente que tiene dinero y cultura, pero ha perdido el poder.

P. Entiendo que el poder blando no te parece un poder auténtico.

R. Es un poder, claro, es el poder que te da ser un excelente hotel, es el poder de ser un excelente museo y es el poder de ser una excelente catedral. Ese poder sirve pero no alcanza. Ya lo demostró Merkel cuando le dijo a los griegos que no les iba a pagar la deuda por mucho que tuviesen a Aristóteles. A Europa en algún momento de la historia le puede pasar lo mismo. A Alemania le puede pasar lo mismo. Y quizá más temprano que tarde.

P. Y en el mundo hay muchos agraviados por las potencias europeas esperando su momento. Con excepciones que se cuentan con los dedos de una mano, todo el planeta ha estado en algún momento bajo dominio europeo.

R. Yo tengo la impresión de que estamos en un escenario en el cual el resto del planeta nos está diciendo que Occidente ha perdido la capacidad de estructurar el poder. Es cierto que hoy la guerra es tecnología y dinero, pero si tú no tienes la capacidad de jugar el juego del poder, si no tienes élites que sean capaces de entenderlo…. A mí me llamó mucho la atención que Scholz en el momento más difícil de la guerra, cogiera un avión pasaje y se fuera a Pekín. Fue una rendición completamente pedestre, que muestra desesperación.

placeholder Portada del libro 'Las 50 leyes del poder en El padrino'.
Portada del libro 'Las 50 leyes del poder en El padrino'.

P. Yo creo que la mejor manera de abordar el resto de la entrevista es comentando algunas de tus leyes. Si te parece, vamos a empezar con esta: "La pasión es enemiga del poder". ¿Qué significa?

R. Esa es fundamental. El poder se lleva muy, muy mal con las decisiones emocionales, con las respuestas intempestivas. El poder requiere un cierto método, una cierta distancia, una cierta impersonalidad. Después del análisis ponderado no es malo inyectarse un poco de pasión para ejecutarlo. Pero todo el diagnóstico requiere mucho reposo y cero pasión. Esta es una ley que contravienen muchos, es uno de los pecados contemporáneos más fuertes. Estamos viviendo una época neorromántica, en el sentido más ingenuo posible. La política española nos dejó hace poco un ejemplo muy gráfico con Pablo Casado. Se desesperó cuando se dio cuenta de Díaz Ayuso lo había pasado, de que ella era la estrella del firmamento. Él podría haber defendido su posición burocrática. En estas situaciones, normalmente los burócratas ganan. Esa pelea es bastante normal, porque romper la estructura burocrática requiere un acto de violencia que los partidos evitan realizar si las necesidades no son demasiado grandes. En una situación normal, nadie lo habría descabalgado. Pero él toma la decisión de salir al ataque. Y, claro, matar a Cristo nunca fue buena idea. Lo hace mucho más grande. Desesperado, con ínfulas que provenían de ese temor, se acabó destruyendo.

P. Otra ley, la número cuatro: "Las decisiones relevantes solo se discuten con quienes toman parte de la decisión".

R. A los políticos de repente se les ha ocurrido que es buena idea escuchar consejos de mucha gente. Si tienes la capacidad para escuchar y dejar que el tiempo haga la criba correspondiente, quizá es una buena estrategia. Pero si tienes que tomar una decisión de un momento para otro, las personas que no tienen nada que ver con esa decisión no van a comprender la estructura de los intereses que están en juego. Hoy día esto se hace muy difícil, muy difícil, porque en la promesa de la transparencia, en la promesa de la democratización de las organizaciones, normalmente se pretende que esas decisiones se tomen abiertamente. Y eso es bastante difícil. La guerra de Ucrania es el caso de estudio perfecto. Hay muchos países participando en defensa de Ucrania, pero es una locura pensar que todos los aliados tienen que estar de acuerdo en cada decisión.

"Estamos viviendo en una época en que las emociones y las pulsiones están muy desatadas y se pierden a menudo los estribos"

P. Vamos a la siguiente: "Si un estúpido controla un Imperio, tú puedes tomar ese Imperio. A menos que seas más estúpido que aquel que controla el Imperio (y no lo sepas)". Se explica sola.

R. Es posible que Vladímir Putin haya caído en ese error. Tenía razones para pensar que estratégicamente era superior al resto de líderes, salvo quizá Merkel, y por eso esperó a que se fuese. Putin controlaba formidablemente la situación. El conflicto con Siria le había salido espectacularmente bien en términos políticos y militares y se sentía con la fortaleza suficiente. Pero cayó en el error, y creyó que efectivamente estaba frente a un conjunto de estúpidos de marca mayor. Y la verdad es que no sabemos quién gobierna realmente en Estados Unidos, pero el que sea que gobierne no lo hace tan mal. Respecto a la guerra, tenían toda la información relevante y le han dado una capacidad de acción a Ucrania que ha sido respetable.

P. Va otra ley, la número ocho: "Un gran táctico puede ser un pésimo estratega".

R. El táctico sabe que es muy bueno ganando pequeñas batallas y cree que con eso avanza. El táctico confía en la acumulación lineal, pero las cosas no funcionan casi nunca así. La táctica se empieza a transformar en una especie de ritual y ya no sirve. Si no tienes un horizonte estratégico bien diseñado, no vas a ningún lado. El horizonte estratégico de Michael Corleone era llegar a convertir a su familia en una gran corporación. Y lo logra. Al revés, cuando sube Sonny, su única tesis era ganarle a todos los demás. Eso significa ir batalla tras batalla, asumiendo que eres bueno en la batalla y tienes posibilidades. Pero eso no tiene recorrido. Y esta ley es importante porque hoy día vivimos en una época en que los diseños estratégicos son casi una extravagancia. Casi todo está centrado en el día a día, en el horizonte a corto plazo. Las grandes compañías piensan en ciclos cortísimos.

P. O piensan en hinchar la vaca y venderla.

R. En Europa esto es un poco menos exagerado, pero en Estados Unidos y América Latina la lógica pasa por vender cuanto antes. Los ejecutivos están un par de años en cada compañía y su objetivo es hacerla crecer rápido y luego deshacerse de ella. Eso puede significar que en diez años esa compañía está totalmente destruida. Nadie planifica nada a largo... Nadie construye los valores esenciales para que dure... Y en política ocurre lo mismo. Llevo un tiempo viviendo en España y esa sensación es constante. La discusión pública de este país es tremenda. Tendrían que estar ustedes pensando en Europa, en su sistema burocrático, en los retos del gasto público... Pero en el debate público solo se escuchan cosas banales. Por cierto, creo que Pedro Sánchez ha demostrado ser un estratega, no un táctico.

P. ¿A qué te refieres?

R. Se ha movido bien en Europa, ha tenido visión para el tema catalán, incluso moviendo fichas hacia arriba del tablero como hizo con Borrell, ha sabido administrar fenomenal la alianza con Podemos, que era muy difícil porque había muchas almas estridentes. Entendió que no podía tomar decisiones de coyuntura, que tenía que comerse lo que hubiese que comerse pero sin perder poder. Al revés, acumulando poder. Hasta el punto de que la gran crítica hoy día por parte de incluso de la derecha, es por qué tiene tanto poder y por qué anda ostentando ese poder. Si no lo hubiese hecho, el gobierno habría durado pocos minutos. Él ha subsumido lo táctico a lo estratégico y le ha servido para llegar hasta aquí.

"Sánchez entendió que no podía tomar decisiones de coyuntura, que debía comerse lo que hubiese que comerse pero sin perder poder"

P. Otra de tus leyes dice: "En una negociación, nadie debe salir humillado".

R. Si pretendes ganar completamente en una negociación es que no sabes nada sobre negociar. Para empezar, si tiene una posición totalmente dominante, ¿para qué fuiste a negociar? Y si no la tienes y te sientas a negociar es porque entiendes que hay que dibujarle una salida al otro. Si durante la negociación te encuentras con una posición dominante, no fabriques un mártir. Y si estás en una posición dominada, vas a tener que entender que no puedes faltarle el respeto al otro para que te permita ese espacio de supervivencia y ser sumiso durante un tiempo, aunque evitando que te humillen. Esos pactos son normales, se dan en el trabajo, incluso se dan en las sociedades en el ámbito de las clases sociales. Son pactos lógicos en una empresa.

P. Las siguientes dos leyes se comentan juntas: "Piensa como tus enemigos… y que nadie sepa lo que estás pensando".

R. Una de las claves del poder es la ventaja posicional. Hay un argumento de Hobbes que es fundamental para su creación del concepto del Leviatán. Una persona puede ser físicamente muy superior a otra, pero el más débil puede acabar ganando en una riña si tiene ventaja posicional. En inteligencia es lo mismo. Cuando tú construyes tu poder no puedes revelar tus posiciones porque le das ventaja a tu contrincante. Hay cosas que está bien que se sepan porque tranquilizan el escenario, son buenas en tiempos de paz. Pero cuando tienes un conflicto es fundamental la reserva. Que nadie sepa lo que estás pensando es fundamental. Y, por el contrario, tienes que ser capaz de pensar como tu enemigo, entender a tu enemigo. En ese sentido, China nos ha dado una clase al resto. Xi Jinping tiene muy claro quiénes somos y lo que nos importa a cada uno. Sabe que Occidente ha entrado en un estado civilizatorio en el cual sus vulnerabilidades son muy evidentes. Sabe que nos quitan el WhatsApp y estamos desesperados. Somos una cultura muy debilitada en términos de afrontar procesos que requieren resiliencia. Nos entienden y conocen, pero nosotros a ellos no. Y eso les otorga una enorme ventaja posicional.

placeholder El escritor y politólogo chileno Alberto Mayol. (Ana Beltrán)
El escritor y politólogo chileno Alberto Mayol. (Ana Beltrán)

P. La siguiente ley también se puede aplicar a China hoy. Dice: "Desconfía de los mediadores, suelen tener un bando".

R. Desde que empezó la guerra, China ofreció la mediación. A estas alturas es bastante claro que es mediador y parte. China ha desplegado todo su poder de mediación, se reunió con Putin y luego se reunió con Sánchez, con Macron y ya estructuró una conversación con Europa. Al mismo tiempo hacen un ensayo militar frente a Taiwán. Están mostrando que no hay alternativa, que van a ser los mediadores y que se van a imponer como mediadores, aun sabiendo todos que han elegido un bando. Henry Kissinger, muchos años atrás, ya señaló que los dos lugares donde podían emerger conflictos eran Ucrania y Taiwán.

P. Vamos a juntar otras dos leyes para la siguiente pregunta: dices que "no sabemos si el enemigo explícito es el enemigo último". Y que "el culpable debe ser del tamaño del problema".

R. Esto se entiende mucho mejor en la dinámica personal, por ejemplo en la empresa. Cuando llevas una temporada con problemas y tratas de averiguar cuál es tu situación, siempre te nombran un asunto que no parece revestir mucha importancia. Tú piensas que es ridículo, que no te puede estar yendo mal por esto, pero tiendes a creerlo porque la explicación ofrece un revestimiento oficial. En realidad, siempre hay algo o alguien detrás. Esto en los partidos políticos es muy evidente. Se producen ataques casi siempre soterrados, jabonosos y que normalmente están orquestados desde lugares con más prestancia de lo que parecen. Se manifiestan como asuntos muy menores. Y todos a tu alrededor te invitan a minimizarlo. Te dicen que no te preocupes, que no tiene importancia. Pero la cosa sigue y sigue y sigue. Así que es muy importante entender cuál es el tamaño de tu problema y si hay un responsable detrás. Y tratar de medir si tú has tenido alguna responsabilidad en crearlo. En definitiva, tienes que identificar a una persona que sea del tamaño de tu problema. Esto te puede pasar en cualquier dimensión de la experiencia, pero a nivel laboral nunca falla.

Foto: Pedro Sánchez y Xi Jinping, en el Palacio de la Moncloa durante una visita del líder chino a España. (Getty/Pablo Blázquez Domínguez)

P. Vamos con la siguiente: "Cualquier característica personal puede ser susceptible de convertirse en un recurso para acumular más poder". Esta no es tan sencilla de entender sin una explicación.

R. Hay una escena en la novela en la que una organización necesita a un asesino capaz de ponerse a dar tiros en una reunión si las cosas salen mal. Necesitan encontrar a alguien que sea estúpido y violento, dos atributos de lumpen. La lección es que cualquier recurso, cualquier capacidad personal, cualquier cosa por extraña o negativa que sea, puede convertirse en un recurso para administrar el poder. Yo el ejemplo que te daría es el de Gabriel Rufián. Empezando por su apellido y su aspecto físico. Pero además es una persona altisonante, histriónico y desbordante, que se ha mostrado muy útil para estar en Madrid y hacer política performativa. Esquerra es un partido mucho más sobrio que Rufián, pero Rufián tiene una misión que hacer para incrementar su poder.

P. La ley número 20 dice que "la prudencia es la mayor virtud del gobernante". Esta se entiende sola. ¿Vamos al ejemplo?

Veamos. David Cameron, primer ministro del Reino Unido, cedió a las presiones de los sectores euroescépticos de su partido. Y apostó a la incertidumbre, incumpliendo esta ley. Pensemos y situémonos en el pasado. Él está recién reelecto, no necesita ningún baño de masas, no necesita nada más que avanzar con su proyecto. Pero no quiso verse duro con un sector de su partido y abrió la puerta a una discusión que, simplificada, podía ser de alto riesgo. Es la imprudencia clásica. Quería deshacerse de un problema, de una discusión, sin tener que pagar precios, haciendo que la realidad tome una decisión que es propia. Es decir, no quería cumplir su rol de liderazgo. Ya sabemos el final. La postura de abandonar la Unión Europea triunfó y esa decisión ha ido debilitando fuertemente tanto a Inglaterra como al Reino Unido.

P. Ley número 29: "Quien perdona una traición siempre estará en peligro".

R. Isabel Díaz Ayuso lo sabe. Por eso ha decidido que en sus dominios, ningún cercano a Pablo Casado puede beneficiarse de cupos para candidaturas. No está dispuesta a perdonar una traición y aunque Pablo Casado no existe en el horizonte, asume que todo su entorno debe cargar esa cruz. Con eso convertirá las instituciones de gobierno local y regional en una fortificación.

Foto:  La presidenta de la comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. (EFE/Chema Moya)

P. Ley número 21. "La arrogancia es el mayor pecado del que administra el poder".

R. Albert Rivera fue un líder que hizo crecer rápido y con aparente consistencia su proyecto. Miró su tablero de ajedrez y consideró que su posición era la mejor en el país, miró su posición en Cataluña y pudo ratificar que su posición era la mejor. Miró al PSOE y asumió que tendrían que negociar con él, miró al PP y vio que no podrían resistir las ganas de hacerle una oferta, se miró al espejo y se consideró guapísimo. Pero la historia dio un soplo y, entre Sánchez y Ayuso, su proyecto se tornó irrelevante. Su posición era excelente para triunfar y comodísima para ser aplastado. No lo vio. Confió hasta la irracionalidad en sí mismo. No ha terminado con las dos Españas, ni con los partidos históricos. Más bien, como suele ser probable, la historia ha terminado con él.

P. Esta ley es más enigmática. "Hay cosas que simplemente se hacen y luego se olvidan".

R. Ratzinger filtró los archivos conocidos como Vatileaks. Lo hizo su camarlengo, Paolo Gabriele. Dice Borges que Judas es el más santo entre los santos, pues decidió no ser santo y ser traidor para cumplir la escritura. Ratzinger no vio opción de purgar la Iglesia católica sin traicionarla. Él no podía pagar el precio. La Iglesia castigó al ejecutor. Luego Ratzinger lo visitó para perdonarlo (o para pedirle perdón). No hay más palabras. Hay cosas necesarias, que se hacen, pero no enorgullecen. Y por ello luego se olvidan. Como Atila asesinando su hermano (y sumándose el nombre de él), como un Papa asumiendo luego el crimen del Papa anterior (y tomando también su nombre). Se hace y se olvida. Ya está.

P. De la siguiente se me ocurren algunos ejemplos sobre la excepción, pero ninguno sobre la regla. Dice: "Nunca aceptes una humillación a menos que tengas posición dominante".

R. Veamos. Hu Jintao, ex presidente chino, fue retirado de la sala del Gran Salón del Pueblo por dos funcionarios que obligaron por la fuerza al expresidente a abandonar el lugar ante la mirada de los 2.300 delegados que asisten al principal evento político en Pekín. Fue humillado. Y en ese acto dicha humillación, sin capacidad defensiva, se transformó en su funeral político. Los medios occidentales habían tenido autorización minutos antes para entrar a la sala. Y quien tomó a Hu para llevarlo fuera sería un funcionario de confianza de Xi, que oficia entre otras cosas de conductor de su vehículo. Fue una acción privativa de Xi Jinping. Con ello el actual líder dejó en claro que no hay conversación occidental posible con los occidentalistas del partido, que solo existe él. Hu Jintao no tenía cómo defenderse. Intentó patéticamente quedarse, pero su fuerza física y su potencia política eran como él, delgadas y antiguas. Tuvo que rendirse a los hechos y con ello rendirse para siempre. La humillación, si es total, es definitiva en sus consecuencias.

Foto: Momento en el que se producía la salida del expresidente chino Hu Jintao del XX Congreso del Partido Comunista de China. (EFE/Mark R. Cristino)

P. Vamos con la 31: "Nadie es inmune a la transformación del poder. Y si eres inmune, sencillamente morirás".

R. Por ejemplo, hay que entender que al llegar al poder eres parte del orden. Si no lo entiendes, perderás el poder. El arribo de Podemos al gobierno fue tomado por la colectividad como un nuevo momento de impugnación, otro espacio para la especialidad de la casa. Pero gobernar es ordenar. Y han sido una fuente de caos. No han querido transformarse, no han querido comprender la razón de Estado, no han aceptado mirar al frente y tener que asumir el gesto modesto y a veces mediocre de la renuncia a un deseo. Irene Montero es hoy el símbolo de esa incapacidad de aceptar la transformación del poder. La esposa de Vito Corleone, cuando él comenzaba su camino, lo vio un día convertirse en otro ser, muy fuerte, muy decidido, quizás cruel. Comprendió entonces que sería ella quien tendría que interceder por el alma de Vito, porque éste necesariamente no podría respetar los valores de la fe. Irene Montero no lo ha comprendido. El poder es orden, son instituciones, tribunales, el poder no radica en ti, está en muchos sitios.

P. La posición es más importante que las piezas.

R. El gran problema estratégico de la izquierda española era lograr armar una mayoría integrada y no unida con un pegamento de mala calidad. En ese desafío ha trabajado Yolanda Díaz. Entendió que su posición en el gobierno sería más importante que mostrarse como una jugadora hábil. Y eso ha hecho. Irene Montero ha jugado a destacar, no le ha servido. Pablo Iglesias es un jugador avezado, no le sirvió. Yolanda Díaz apostó a la posición. Y siempre hay que recordar que el peón puede convertirse en reina. Pero habrá que decir que el camino no se dará fácil. El triunfo posicional ya ha ocurrido, pero luego de ello es necesario comprender que Yolanda Díaz tiene un nuevo rol como líder de un sector político y que esa posición implica cambiarse de tablero de juego.

P. Vamos a terminar con esa ley que dice algo así como que si un accidente se repite, es mejor ser supersticioso. Es esta: "Desconfía de las situaciones extrañas".

R. Volvamos a Pedro Sánchez. En 2020, no asistió a la entrega del Premio Cervantes ni tampoco al almuerzo que los Reyes ofrecieron en el Palacio Real. Luego, admitió a trámite una proposición de ley del PSOE —que luego decayó— para endurecer la Ley de Memoria Histórica e incluir una revisión de los títulos nobiliarios que fueron concedidos entre 1948 y 1977. En 2021, Sánchez llegó 50 minutos tarde al despacho de verano con el Rey en el Palacio de Marivent de Palma de Mallorca y ni siquiera expresó una disculpa por el retraso. Después plantó a los Reyes en el Palacio de Aranjuez para ir a un mitin en Valencia. Y ha habido más: tras asistir a una reunión, no se quedó al almuerzo ofrecido a los patronos del Instituto Cervantes y a los embajadores iberoamericanos. En 2022, Sánchez caminó delante del Rey y hace homenaje a Azaña con Macron. En fin, yo creo que el Rey ya habrá tomado nota. Los accidentes son demasiados. La monarquía puede sobrevivir mucho más, pero los ataques no se detendrán. La crisis de legitimidad que dejó Juan Carlos pesará sobre los hombros de los vivos.

P. Y el que quiera conocer más leyes que compre el libro, ¿no?

R. Sí, yo creo que ya ha sido suficiente.

El sociólogo y politólogo chileno Alberto Mayol dice que Maquiavelo escribió El Príncipe para guiar a un noble que ya ostentaba el poder y necesitaba conservarlo. En contraste, su libro está escrito para alguien que, como Michael Corleone, todavía no ha alcanzado el poder y trata de abrirse camino. Las enseñanzas de El padrino, argumenta, son más pertinentes que nunca hoy en día, porque la mayoría de los occidentales nos hemos convertido en analfabetos sobre la materia. 50 leyes del poder en El padrino se puede leer como ensayo político o como guía de crecimiento personal y ha sido uno de los ensayos más vendidos de Latinoamérica en los últimos dos años. Ahora sale a la venta en España y quedamos para hablar del tema en el madrileño Parque del Oeste, en una terraza donde la gente grita y gesticula bastante más que en Palermo.

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