Es noticia
La mala noticia es que vives en una oligarquía. La buena es que podría ser peor
  1. Economía
entrevista a jeffrey a. winters

La mala noticia es que vives en una oligarquía. La buena es que podría ser peor

Los oligarcas han ido refinando sus técnicas de control político hasta convertirlas en una obra de ingeniería social que les permite mantener el dominio sin que nos salpique la sangre

Foto: El politólogo Jeffrey A. Winters. (Cedida)
El politólogo Jeffrey A. Winters. (Cedida)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Jeffrey A. Winters ganó en 2012 uno de los premios más respetados por los politólogos estadounidenses, el que otorga la Asociación de Ciencias Políticas. Se lo dieron por 'Oligarquía', un ensayo que acaba de ser traducido al español. Es un tocho de más de 500 páginas que parte de la base de que no ha existido nunca en la Historia una sociedad que haya tenido un sistema político estable que no sea oligárquico. Una vez digerida la noticia, disecciona y clasifica las oligarquías en cuatro tipos según su nivel de sofisticación y violencia: guerreras, gobernantes, sultanistas y civiles.

Pregunta. ¿Te parece bien empezar explicando qué es la teoría de las oligarquías?

Respuesta. Es imprescindible hacer una distinción entre élite y oligarquía. Si le preguntas a una persona con una formación básica te va a mencionar a Aristóteles y su categorización de sistemas de gobierno. Te dirá que existe la monarquía (el gobierno de una sola persona), la democracia (el gobierno de muchas personas) y la oligarquía (el gobierno de unos pocos). Pero esto no es una lectura muy profunda de Aristóteles, porque cuando hablaba de oligarquía se refería a un grupo de personas con mucho dinero. Lo que ha definido a los oligarcas desde los tiempos antiguos siempre ha sido su riqueza. La oligarquía consiste en usar el poder de la riqueza en un contexto político.

P. ¿Qué diferencia hay entonces con la élite?

R. Las élites son grupos de personas empoderadas que no tienen por qué ser necesariamente ricas. Las élites intelectuales, las élites científicas, las élites políticas, las élites funcionariales, las élites universitarias, las élites del mundo judicial, las élites periodísticas, etcétera…

P. Queda aclarado.

R. Cuando concentras cierta riqueza, empiezas a enfrentar un tipo de problema político muy especial. Necesitas mantener esa riqueza. A esto yo lo denomino “defensa de la riqueza”. Por eso la oligarquía no es un tipo de gobierno, sino que más bien describe determinadas políticas de defensa de la riqueza. La pregunta para los oligarcas siempre ha sido la misma. ¿Cuál es la naturaleza de la amenaza que se cierne sobre mi riqueza y qué acciones puedo tomar para responder a esa amenaza?

P. Argumentas en el libro que en las democracias también hay oligarquías dominantes, de la misma manera que en los estados autoritarios puede existir un cierto legalismo.

R. Es una buena pregunta porque nos permite entender que la oligarquía no es el resultado de una falta de democracia. Puedes tener una democracia plena y una oligarquía dominante simultáneamente. Es más, la solución a los problemas derivados de la oligarquía no tiene necesariamente que ver con políticas democráticas. El que piense eso es que no entiende el problema.

placeholder Portada de 'Oligarquía' (Arpa).
Portada de 'Oligarquía' (Arpa).

P. ¿Y no nos protege el Estado de derecho frente a las oligarquías?

R. Lo primero es que no debemos confundir la democracia, que es una forma de participación, con el Estado de derecho. Tenemos muchas democracias en el mundo que simplemente eligen a unos líderes, mientras los oligarcas y las élites pactan las reglas del juego.

P. Sí, por eso te preguntaba por Estado de derecho y no por democracia.

R. En los Estados de derecho hay realmente dos categorías, la de las bajas instancias y la de las altas instancias. La primera consiste en que los ciudadanos ordinarios están sujetos a la ley. Si robas pan, tienes una sanción. Si matas a tu vecino, tienes una condena. Pero solo cuando el Estado de derecho afecta a las altas instancias, entonces es cuando la ley es lo suficientemente fuerte como para someter a los actores más poderosos a las mismas normas. Y esto es extremadamente difícil de lograr. Muchas democracias, como Tailandia, como Indonesia, como tantas, experimentan todos los procedimientos de la democracia, pero los actores más poderosos son más fuertes que la ley. Una cosa hacer una transición a la democracia y otra distinta tener instituciones más poderosas que cualquier persona.

"En las primeras sociedades, la mayor amenaza para los oligarcas provenía de otros oligarcas"

P. Vamos a hablar ahora de los diferentes tipos de oligarquías que tú identificas y qué herramientas utilizan para defender su riqueza.

R. A lo largo de la historia, las oligarquías han enfrentado diferentes tipos de amenazas. Cuando se formaron las primeras sociedades complejas, la mayor amenaza para los oligarcas provenía de otros oligarcas. Si quiero enriquecerme y hay otro oligarca cerca, trato de arrebatarle sus tierras por la fuerza. A lo largo de la mayor parte de la historia, los oligarcas estaban obligados a armarse para asegurar una capacidad coercitiva. En la actualidad, si alguien como Jeff Bezos, Elon Musk o Warren Buffett pasa de tener 100.000 millones a 200.000 millones, no están obligados a crear un ejército más grande para protegerse.

P. Esto es lo que tú catalogas como oligarquías guerreras. ¿Sigue habiendo sociedades dominadas por este tipo de oligarquías? Estoy pensando en grandes áreas de Somalia o Afganistán.

R. Sí, en la actualidad los llamamos “señores de la guerra”. Afganistán, Somalia, pero también grandes áreas de Latinoamérica o África. Son personas que no pueden confiar en la fuerza policial o militar de un estado para protegerse y entonces crean su propia fuerza coercitiva. El ejemplo más estudiado es la Europa medieval, donde caballeros y señores eran figuras militares en sí mismos. Muchos se acaban destruyendo entre sí. Otras veces se ven obligados a enfrentarse a la gente que está por debajo. A los campesinos que se levantan, a los esclavos, a los siervos...

P. Cuando estos señores de la guerra empiezan a organizarse para no estar siempre peleando, entonces entramos en un nuevo tipo de oligarquía, ¿cierto?

R. Exacto. Los oligarcas forman grupos para otorgarse una protección compartida. Siguen estando armados, pero necesitan un pacto, necesitan poder sentarse en la misma sala de manera segura para tomar decisiones conjuntas. Este es el caso, por ejemplo, de los oligarcas de Atenas y Roma. Piensa en los senadores de Roma. Cuando se reúnen no pueden ir armados. Saben que si fuesen armados, se acabarían matando. A esto es a lo que llamo una oligarquía gobernante. Significa que los oligarcas siguen gobernando y ejerciendo la coerción, pero de manera conjunta y no como individuos.

"Julio César infringió las normas de su oligarquía y los senadores las infringieron para matarle"

P. ¿Hay ejemplos en el presente? Algunas mafias y los cárteles de las drogas encajan en la descripción.

R. El tema de las mafias es complejo. Para minimizar el conflicto, o para no llamar la atención de las autoridades, crean comisiones mafiosas. La idea, nuevamente, es evitar matarse entre ellos, pactando en entornos a los que entran desarmados o donde no es lícito ejercer violencia. Si un jefe de la mafia quiere deshacerse de otro, necesita contar con el acuerdo de la Comisión. Obviamente, esto resulta muy inestable. Pero no hace falta irse a esos extremos. Los senadores, los oligarcas romanos, hicieron algo muy interesante. Levantaron un ejército juntos, las Legiones de Roma. Y se turnaron como generales para comandarlas y conquistar otros territorios. Sabían que existía el peligro de que uno de ellos se impusiera al resto, de manera que se ocuparon de sostener un ejército común más fuerte que los individuales.

P. Pero siempre vivieron con el miedo de que uno de los oligarcas se hiciese con el control de ese gran ejército, ¿no es cierto?

R. Claro. Y crearon reglas para evitarlo. Los soldados no pueden entrar en Roma sin permiso del Senado y no pueden vestir atuendos militares en la ciudad. Hasta que Julio César infringió las normas y entró capitaneando el Ejército. Para deshacerse de él, los senadores infringen a su vez sus propias reglas. Lo asesinan en el Senado, el espacio donde se dialoga sin violencia. César no habría entrado al Senado desarmado si hubiese sabido que estaban dispuestos a infringir las normas.

P. La siguiente fase es lo que tú denominas una oligarquía sultanista, que sigue plenamente vigente en muchos países. ¿En qué consiste?

R. Significa que ya existe un estado, pero el oligarca sultánico es el comandante de un aparato estatal armado. Mientras, el resto de oligarcas no están armados. Hay un líder autoritario que posee toda la capacidad coercitiva sobre el resto de los oligarcas, a quienes ofrece un pacto de defensa de su riqueza. Cuando estos equilibrios se modifican, por su debilidad o por sus excesos, hay choques, incluso se destronan líderes. Una de las cosas que aprendemos de la Historia es que cuando los oligarcas entran en conflicto y están armados, inician periodos muy peligrosos. Y así es como los sistemas evolucionan para domesticarlos, para hacer que se desarmen, que se comporten, que respeten el Estado de derecho. Nos parece sencillo, pero este salto es un gran desafío histórico.

"Por primera vez, hay personas que pueden ser increíblemente ricas sin disponer de una milicia"

P. Cuando se logra llegamos al último estadio, en el que vivimos la mayor parte de los países occidentales. Lo que llamas oligarquías civiles.

R. Una de las cosas más asombrosas de la era moderna es que las personas, por primera vez en la historia, pueden ser increíblemente ricas y no disponer de una milicia propia. Esto es único, aunque la gente no se da cuenta de lo inusual que es. Multimillonarios con enormes propiedades, con enormes riquezas, que solo disponen de unos cuantos guardaespaldas personales. Necesitamos entender la fortuna que tenemos de vivir en estados modernos, donde los oligarcas están desarmados.

P. Pero aquí la defensa de la riqueza de los oligarcas está garantizada por el estado.

R. Así es. De hecho, cuando deja de hacerlo suelen producirse conflictos serios, de diferente intensidad. Si los oligarcas ven que el estado no es capaz de defender su riqueza, de proteger su propiedad, tienden a reaccionar. Puede pasar como ocurrió en Paraguay o Uruguay, donde diferentes gobiernos progresistas dejaron de defender las propiedades oligárquicas. La reacción consistió en crear sus propias milicias armadas, a menudo alquilando las fuerzas policiales o al Ejército.

P. Otra diferencia son las reglas del juego. En las oligarquías guerreras, la propiedad se reclama por la fuerza. En las civiles, entran en juego las instituciones y el derecho.

R. Eso es. Por eso los oligarcas ahora no necesitan gobernar directamente. Insisto en que este es el gran milagro de la era moderna.

"Una manera es asegurarse el control es hacer que la democracia no funcione demasiado bien"

P. ¿Cómo protegen su riqueza los oligarcas en un estado que no controlan? ¿Qué mecanismos tienen?

R. Uno de los problemas que surge en la oligarquía civil, especialmente si es democrática, es que la riqueza puede ser atacada con un arma nueva: la redistribución. Esto es un peligro para los oligarcas porque el estado es una entidad muy poderosa y tiene el monopolio de la violencia. Si la gente se vuelve lo suficientemente poderosa y decide utilizar la coerción del estado para repartir, nacionalizar, etcétera… Obviamente, esto es problema grave para ellos.

P. ¿Y qué pueden hacer para evitarlo?

R. Una manera es asegurarse de que la democracia no funciona demasiado bien. En la mayoría de las democracias se incorporan salvaguardas para proteger a los oligarcas de la gente. Todas nuestras democracias son muy limitadas en este sentido. Déjame darte un simple ejemplo que podrías aplicar a países como España o Estados Unidos. Si alguien quiere ser el líder en una democracia, necesita financiar una campaña. Y esto es algo muy costoso. ¿De dónde vienen los recursos? La gran mayoría del dinero proviene de las personas más ricas, no de las más pobres. En el fondo hay una primera criba antes del voto. Y esa criba la hacen quienes tienen dinero y escogen candidatos aceptables.

P. ¿No hay otras maneras de pagar una campaña?

Si eres un radical que quieres redistribuir la riqueza, ¿de dónde sacas el dinero para competir? Los medios de comunicación estarán en tu contra. Esta es la primera línea de defensa. A menos que el candidato se autofinancie, lo que significa que él mismo es un oligarca. Un partido político por sí mismo no es un negocio, no tiene ganancias, no tiene apenas ingresos. Depende de que alguien lo financie.

"Los oligarcas están subvencionando y comprando medios de comunicación para controlar el mensaje"

P. Con los medios de comunicación ha ocurrido tradicionalmente algo parecido. No son casi nunca negocios boyantes, pero tienen impacto e influencia en la estructura del poder.

R. Así es. Una cosa muy interesante le está sucediendo ahora a los medios. Siempre hubo familias poderosas. Lo hemos visto muchas veces. Pero generalmente no eran los ultrarricos. Rockefeller no era dueño del New York Times. Hoy en día, sin embargo, a medida que se agrava la crisis de los medios, cada vez más oligarcas están subvencionando y comprando medios para controlar el mensaje.

P. No es usual hablar de oligarcas para referirse a las personas más ricas de un país democrático.

R. Hace cuatro días, Paul Krugman escribió una columna sobre los multimillonarios que apoyan a Trump. Era una columna crítica, pero se hablaba de multimillonarios, de mega donantes… Se usaban esos términos. En el mismo artículo, de pronto, Krugman salta a Rusia. Y de pronto ya son oligarcas. ¿Por qué? Porque en EEUU no puedes llamar a nadie oligarca, aunque técnicamente lo sea. Hay sentencias judiciales por hacerlo y la justificación es que el oligarca es solo el que se ha enriquecido de manera sucia. Pero esa no es la definición de oligarca. Así que incluso la terminología es un área de batalla. Otro ejemplo. En el estado de Colorado, un oligarca estaba comprando tierras en un complejo de esquí. Cuando el periódico local lo llamó oligarca, lo que hizo fue comprar el periódico. Problema resuelto.

P. Suponiendo que toda la prensa esté bajo ese yugo y que nadie pueda lograr el dinero necesario para hacer una campaña sin recurrir a los más ricos, ¿eso basta para defender la riqueza de un magnate?

R. Hay muchas más formas. La fiscalidad es otra de las más funcionales. La Agencia Tributaria de Estados Unidos (IRS), puede realizar una auditoría a un oligarca para saber si está evadiendo impuestos. Aunque lo sospechen, no te acusarán penalmente. Te acusarán civilmente. ¿Por qué? Porque acusarte penalmente significa que el juicio se puede convertir en un proceso muy largo y el oligarca puede bloquearlo durante diez años fácilmente pagando a los mejores abogados. Gastarán mucho dinero, pero menos que en los impuestos que no abonaron.

"La complejidad fiscal es el mejor amigo del oligarca moderno"

P. ¿Algo más que puedan hacer?

R. Muchas cosas. Otra de las formas de defensa de la riqueza más efectiva es a través de la complejidad financiera. La complejidad a la hora de ubicar tu dinero. Transacciones imposibles de rastrear, paraísos fiscales, etcétera, son el mejor amigo del oligarca moderno. Las Agencias Tributarias no pueden contratar a los mejores contables, ni a los mejores abogados, para luchar contra esto. Y si el caso llega a un jurado popular, los asuntos son de tal complejidad que es imposible entenderlos.

P. ¿Las cosas no se están complicando para mover el dinero por el mundo impunemente? Se han aprobado muchas leyes en los últimos años, especialmente desde EEUU y la UE.

R. Es cierto que se está haciendo más difícil para los oligarcas ocultar su dinero, pero no porque los gobiernos los estén persiguiendo. Es porque los gobiernos están persiguiendo a terroristas. Pasó durante los años de la lucha contra la mafia y la droga, y ha vuelto a pasar ahora con el terrorismo. No es que fueran a por los oligarcas a las Islas Caimán o en Panamá. Iban a por los narcos y los terroristas… y se encontraron a infinidad de oligarcas. Esta infraestructura de transparencia global impulsada por el miedo al terrorismo, se ha convertido en un dolor de cabeza para los oligarcas actuales.

P. Estaba pensando en cosas más recientes, como las leyes de Obama y de Biden, impulsadas explícitamente para buscar dinero de magnates en paraísos fiscales.

R. Sí, Biden pidió 80.000 millones de dólares para reforzar la Agencia Tributaria estadounidense (IRS) y perseguir a los ricos, pero los republicanos se opusieron. Una de las conclusiones que podemos sacar de esto es que hay políticas que se pueden sacar adelante para intentar limitar el poder de los oligarcas. Y ojo, porque tenemos ejemplos de democracias hiperactivas que responden a la gente hasta tal grado que los oligarcas realmente se sienten amenazados. Y cuando esto sucede, la democracia entra en peligro. El caso más abrupto es el de Salvador Allende en Chile.

"La oligarquía moderna es muy dinámica, en parte porque se acabó la primogenitura"

P. ¿Hay movilidad dentro de las oligarquías? ¿Se puede entrar y salir?

R. La composición es bastante dinámica. No deberíamos confundir oligarquía con dinastía. En el pasado, dinastía ha sido igual a oligarquía muchas veces. Pero en el mundo moderno, en el sistema de mercado, los nombres de los oligarcas van cambiando. En EEUU no quedan muchos de los que había hace medio siglo. La oligarquía moderna es en realidad muy dinámica, en parte porque se acabó el concepto de primogenitura, que fue precisamente creado para eso. Cuando se empiezan a dividir el patrimonio, las fortunas tienden a desintegrarse en tres o cuatro generaciones. Y esto es interesante. No importa el nombre, la familia, sino la concentración de riqueza. Una vez que la acumulas, automáticamente vas a buscar cómo defenderla.

P. ¿Existe alguna sociedad sin oligarquías o es una cuestión de intensidad, de grado? ¿Es utópico pensar en sociedades sin oligarquías?

R. No quiero ser pesimista, pero hoy en día toda sociedad es una oligarquía, incluidos los países escandinavos. Allí existe un sistema del bienestar potente, pero no está financiado por los aristócratas, por los más ricos, sino por una tributación muy fuerte. En ninguna parte, en ningún estado, se ha logrado gravar con éxito a los ultrarricos. Diría que hay maneras de restringir el poder de la riqueza, pero, aún no hemos encontrado la manera de neutralizarlo completamente. Por eso creo que vivimos en un sistema que podría llamarse desigualdad participativa. Una combinación del derecho a participar y desigualdad rampante.

Jeffrey A. Winters ganó en 2012 uno de los premios más respetados por los politólogos estadounidenses, el que otorga la Asociación de Ciencias Políticas. Se lo dieron por 'Oligarquía', un ensayo que acaba de ser traducido al español. Es un tocho de más de 500 páginas que parte de la base de que no ha existido nunca en la Historia una sociedad que haya tenido un sistema político estable que no sea oligárquico. Una vez digerida la noticia, disecciona y clasifica las oligarquías en cuatro tipos según su nivel de sofisticación y violencia: guerreras, gobernantes, sultanistas y civiles.

Geopolítica Paraísos fiscales
El redactor recomienda