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Los europeos cada vez trabajan menos... y no por gusto
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Las horas bajaron un 2% desde 2020

Los europeos cada vez trabajan menos... y no por gusto

Su media de horas de trabajo semanal ha disminuido desde la pandemia, mientras que la de EEUU ha crecido. La reducción de horas y los despidos frustran a los trabajadores

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Los trabajadores europeos han trabajado menos horas que los estadounidenses durante décadas. Ahora, trabajan incluso menos que antes de la pandemia: casi un día a la semana menos que los estadounidenses en 2021, según los datos de las cinco mayores economías de la Unión Europea.

Desde el comienzo de la pandemia, los estadounidenses han aumentado sus horas de trabajo en un 1% de media, mientras que los europeos las han recortado en un 2% aproximandamente, según datos de las cinco grandes economías de la UE que proceden de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.

Esto se debe en parte a que muchas empresas europeas intentaron evitar los despidos relacionados con la pandemia reduciendo las horas de los trabajadores. Casi dos millones de europeos siguen en programas de suspensión de empleo debido al covid-19, con los gobiernos, por ahora, cubriendo una parte de su salario perdido. La economía estadounidense se recuperó más rápidamente, y muchos trabajadores estadounidenses que conservaron sus empleos o encontraron otros nuevos han seguido trabajando las mismas horas o más.

Durante mucho tiempo, en Estados Unidos, Europa ha tenido fama de tener horarios de trabajo menos exigentes y unas vacaciones más generosas, lo que muchos estadounidenses atribuyen a un enfoque diferente del equilibrio entre la vida laboral y personal. El panorama laboral de la pandemia muestra que las diferencias no son estrictamente voluntarias.

Para algunos europeos, sobre todo en el norte más rico, cambiar el trabajo por el ocio es una opción. Para otros, sobre todo en el sur, no lo es

Para algunos europeos, sobre todo en el norte más rico, cambiar el trabajo por el ocio es una opción. Para otros, sobre todo en el sur, no lo es. La gente no encuentra trabajo a tiempo completo o se ha quedado en empresas débiles que recortaron su horario durante la pandemia para ahorrar en salarios.

En toda Europa, más de un tercio del trabajo a tiempo parcial es involuntario, según un informe de diciembre de la OCDE. Más de la mitad de los trabajadores a tiempo parcial en Italia, España y Grecia, y casi un tercio en Francia, quieren trabajar más horas pero no pueden, según datos de la Oficina de Estadística de la Unión Europea.

El porcentaje de trabajo a tiempo parcial involuntario en el sur de Europa ha aumentado en los últimos 15 años, agravado por las sucesivas crisis económicas. Alrededor del 10% de la población activa italiana trabaja a tiempo parcial porque no puede encontrar un empleo a tiempo completo, en comparación con el 0,6% en EEUU. En Alemania, cerca de una cuarta parte de los trabajadores trabaja menos de 30 horas a la semana, pero es sobre todo por elección, según los datos.

Foto: Varias personas, en una oficina de empleo. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

La tasa de desempleo en la eurozona está a un mínimo histórico del 6,6%. Sin embargo, trabajar menos puede traer consecuencias negativas para la economía en general. Si el trabajador medio trabaja menos horas, puede reducir la producción económica, suprimir los salarios y socavar el gasto de los consumidores.

En los últimos meses, se ha disparado la escasez de mano de obra en algunas partes de Europa. El servicio público de empleo de la región belga de Valonia publicó recientemente una lista de decenas de puestos de trabajo en los que escasean los trabajadores, entre ellos, especialistas en tecnologías de la información, enfermeros y soldadores.

Algunos altos funcionarios europeos, líderes empresariales y economistas afirman que si los europeos trabajaran más, se impulsaría la tasa de crecimiento de la región, se ayudaría a financiar el gasto público y se cubrirían las carencias del mercado laboral a medida que la población de la región envejece.

Durante su campaña de reelección, el presidente Emmanuel Macron pidió a los franceses que trabajaran más. “Al compararnos, somos un país que trabaja menos que los demás, eso sigue siendo cierto”, dijo en octubre. “Tenemos una fortaleza, que es nuestro modelo social y educativo, y una debilidad, que ya no tenemos el modelo productivo que permite financiarlo”.

Foto: Marcha de camiones organizada por el sindicato Hiru. (EFE/Juan Herrero)
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El ministro de Finanzas alemán, Christian Lindner, dijo a finales del mes pasado que los alemanes podrían apoyar la frágil economía de su país durante la guerra de Ucrania trabajando más horas. “Estamos en una situación delicada”, escribió en Twitter. “Lo que necesitamos ahora es un mayor impulso hacia el crecimiento, más empresas de nueva creación, más horas extra para asegurar nuestra prosperidad”.

La tasa de empleo de Europa —la proporción de la población en edad de trabajar que tiene un puesto de trabajo— ha aumentado por encima de su nivel prepandémico, mientras que la tasa de Estados Unidos sigue estando por debajo de ese nivel. Pero cada empleado europeo trabaja menos.

El año pasado, el empleado estadounidense medio trabajaba 34 horas y media semanales, una cifra que apenas ha variado en las dos últimas décadas, según datos de la OCDE que incluyen a los trabajadores a tiempo completo y parcial.

Foto: Una terraza en el centro de Ámsterdam, en Holanda. (Remko de Waal/EFE)

La semana laboral media europea es varias horas más corta que hace 20 años. En Alemania, la semana laboral media se redujo a 25,9 horas en 2021, de las 28 horas de 2001, según los datos de la OCDE. En Italia, se redujo de 35,6 a 32,1 horas en el mismo periodo, y en Francia, de 29,6 a 28,7 horas.

En las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial, los europeos trabajaban más horas que los norteamericanos a medida que el continente se equiparaba económicamente. Pero desde la década de 1980, el europeo medio ha trabajado cada vez menos, mientras que la media de horas de trabajo se estabilizó en Estados Unidos.

Las horas de trabajo de un italiano medio disminuyeron un 8% entre 2007 y 2021, la producción económica per cápita se redujo en la misma proporción. En Estados Unidos, la semana laboral media se mantuvo prácticamente igual durante ese periodo, y la producción per cápita aumentó un 13%, ajustada a la inflación.

Los salarios de la eurozona aumentan ahora en torno al 2,8% anual, muy por debajo de la tasa de inflación del 8,6%, según el Banco Central Europeo. En Estados Unidos, en cambio, el crecimiento salarial anual aumentó al 6,7% en junio, el ritmo más rápido en al menos 25 años, según el Banco de la Reserva Federal de Atlanta.

Foto: Vista de una de las calles de Copenhague. (Getty/UCG/Giovanni Mereghetti)

Aunque algunos políticos y economistas sostienen que la reducción de las horas de trabajo puede aumentar la productividad, las reducciones de la jornada laboral en varios países europeos entre 1995 y 2007 no tuvieron un efecto significativo en la productividad laboral por hora ni en la creación de empleo, según un reciente estudio realizado por economistas, entre ellos, Andrea Garnero, de la OCDE.

TeamSystemS.p.A., una empresa italiana de 'software', dio a sus aproximadamente 2.800 empleados una nueva opción el año pasado: trabajar las mismas 40 horas semanales por el mismo salario, o trabajar 36 horas por un 10% menos (excepto el 20% peor pagado, que seguiría cobrando el mismo sueldo).

Alrededor del 40% de los empleados optó por acortar su semana laboral y, por lo general, tomarse el viernes por la tarde libre, dijo Donatella Isaia, jefa de personal y cultura de la empresa. La empresa, que crea programas informáticos de contabilidad, espera que los cambios mejoren el equilibrio entre la vida laboral y personal de los empleados y aumenten su productividad, dijo.

Foto: Foto: EC Diseño.
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Algunos gobiernos europeos, como el de Alemania, han compensado la reducción de las semanas de trabajo ampliando la mano de obra, incorporando más trabajadores de edad avanzada y mujeres, a menudo en empleos a tiempo parcial. Sin embargo, esta estrategia está llegando a su límite en muchos lugares, con escasez de trabajadores en algunos sectores.

En Alemania, donde se produjeron cerca de 1,7 millones de vacantes en los tres meses anteriores a marzo, alrededor de la mitad de las empresas afirma que la escasez de mano de obra está dificultando sus operaciones. En los Países Bajos, un órgano consultivo del Gobierno ha pedido recientemente que se amplíen las horas de trabajo en el sector público para evitar la escasez de personal.

“Personalmente, soy partidario de un aumento opcional de las horas de trabajo semanales, claro que con una compensación salarial completa”, dijo Siegfried Russwurm, presidente de la Federación de Industrias Alemanas, un grupo comercial.

Alemania se enfrenta a la pérdida de millones de trabajadores con la jubilación de los 'baby boomers'. Russwurm dijo que sería más fácil compensar ese déficit de mano de obra con semanas de trabajo más largas que aumentando la edad a la que los alemanes pueden empezar a reclamar sus pensiones estatales, actualmente con 65 años y 11 meses.

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Sin embargo, algunas empresas europeas necesitan recortar sus costes laborales debido a la caída de la demanda.

Los grande proveedores de automóviles de Alemania acordaron con los empleados durante la crisis conservar los puestos de trabajo durante varios años a cambio de una reducción de la jornada laboral. Unos 60.000 empleados de las cajas de ahorros estatales alemanas acordaron recientemente un aumento salarial del 3% y una reducción de la semana laboral en una hora, hasta las 38 horas.

El pasado otoño, Desigual, una empresa minorista española con unos 2.700 empleados, redujo la semana laboral de unos 500 trabajadores en su sede de Barcelona a 34 horas, frente a 39,5, tras el descenso de los ingresos. La empresa redujo el salario de esos trabajadores en un 6,5%, aunque su sueldo por hora aumentará porque trabajarán un 14% menos de horas. El director general, Alberto Ojinaga, dijo que la medida contaba con el apoyo de la mayoría de los empleados y pretendía mejorar el equilibrio entre el trabajo y la vida privada.

Valentina Bazzarin, psicóloga en Bolonia (Italia), no pudo encontrar un trabajo fijo tras obtener su doctorado en 2009. Durante nueve años, su contrato para dar clases en la Universidad de Bolonia se renovaba cada año, intercalando periodos de dos o tres meses sin cobrar. Dejó la universidad en 2018 para trabajar como docente autónoma y consultora. Su pareja trabajaba aproximadamente la mitad de sus horas normales después de que su cliente se las recortara.

Foto: Representantes del CGAE, Demoscopia y la Fundación Wolters Kluwer, en la presentación del 'XVI Informe del Observatorio de la Justicia gratuita'.

Durante la pandemia, la semana media de trabajo de Bazzarin se redujo a unas 15 o 20 horas al agotarse los contratos de enseñanza y consultoría. Eso mermó sus ingresos anuales normales, que son de unos 30.000 euros al año.

Bazzarin, de 42 años, y su pareja han decidido no tener hijos. “No podemos darles un futuro decente. La economía no es lo suficientemente sólida”, dijo. “La incertidumbre es la protagonista de esta vida”.

Más de un tercio de los 3,3 millones de puestos de trabajo creados en Italia en el primer semestre de 2021 era a tiempo parcial, normalmente definidos como menos de 30 horas a la semana, sobre todo debido a la reducción de costes por parte de las empresas y no a la elección de los trabajadores, según el Instituto Nacional de Análisis de Políticas Públicas de Italia. En toda Italia, alrededor del 2% de los trabajadores estaba de baja en diciembre, según los últimos datos de la OCDE.

El líder sindical Marco Lomio, que representa a los empleados de la fábrica de automóviles Stellantis en Melfi (Italia), dijo que los trabajadores han tenido que quedarse en casa durante tres días a la semana, de media, desde el comienzo de la pandemia, en parte debido a las paralizaciones de producción. El programa italiano de suspensión de empleo ha cubierto el 80% de sus salarios por hora perdidos. Muchos trabajadores, dijo, querrían trabajar más.

Foto:

En Alemania, casi medio millón de trabajadores —y alrededor del 4% de los trabajadores del sector del automóvil— están de baja. Los gobiernos de Austria, Francia, Alemania y España han ampliado recientemente su programa de permisos, en parte para amortiguar el golpe económico de la guerra en Ucrania.

Patrick Kämmerling da Silva, pintor comercial y barnizador en Alemania, fue despedido al comienzo de la pandemia. No trabajó en absoluto durante casi dos años, y en los últimos meses trabajó una cuarta parte de sus horas anteriores. El Gobierno le pagó el 87% de su salario normal por las horas perdidas, pero el aumento de los precios hizo más difícil llegar a fin de mes, señaló.

Kämmerling da Silva, de 38 años, dijo que la mayoría de las veces se quedó en casa. “Todo es cada vez más caro”, explicó. “Las aficiones cuestan dinero. O es un 'hobby' o es comida para la familia”.

Su jefe, Ralph Ebben, construye estands en las ferias alemanas, un sector que se vio afectado por la paralización de los viajes internacionales. Ebben dijo que sus empleados han estado trabajando un 30% de sus horas normales. Su plantilla se ha reducido a medida que los empleados se cansaban de estar de baja, añadió, lo que ha comprometido la capacidad de su empresa para conseguir nuevos trabajos.

Foto: EC.

Hace dos semanas, Kämmerling da Silva volvió a trabajar a tiempo completo después de que el Gobierno alemán prorrogara a la vez que endurecía las condiciones de su programa de permisos. Ebben dijo que su carga de trabajo había aumentado últimamente, pero que le preocupaba que el trabajo volviera a agotarse pronto.

En Europa, la mayoría de los trabajadores gozan de una fuerte protección contra el despido, lo que disuade a las empresas de contratar y hace que los trabajadores cambien de trabajo con menos frecuencia que en Estados Unidos, incluso cuando se reducen sus horas.

La reconversión profesional en Europa es complicada y costosa. En Alemania, por ejemplo, para ser cuidador de ancianos se requiere un aprendizaje de dos a tres años, con miles de horas de estudio en el aula. Para ser panadero, fontanero o pintor, se necesitan varios años.

Bazzarin dijo que su doctorado italiano en psicología le permite ejercer como psicóloga clínica en Estados Unidos, pero no en su país. Para ejercer en Italia, explicó, también necesitaría un máster en psicología clínica. En Estados Unidos, donde trabajó entre 2010 y 2012, su doctorado le permitía ejercer tras unos pocos días de formación.

En Italia, dijo, “no puedes hacer planes, y tienes que estar al tanto de miles de reglas estúpidas y contradictorias”.

*Contenido con licencia de 'The Wall Street Journal'.

Los trabajadores europeos han trabajado menos horas que los estadounidenses durante décadas. Ahora, trabajan incluso menos que antes de la pandemia: casi un día a la semana menos que los estadounidenses en 2021, según los datos de las cinco mayores economías de la Unión Europea.

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