Suben los casos de covid y un informe avisa: no estamos preparados para otra pandemia

Por mucho que nos empeñemos, el covid aún no es historia. Mientras en España vivimos una séptima ola con datos oficiales difíciles de comparar con anteriores picos de la pandemia (una incidencia acumulada a 14 días en mayores de 60 años de 846, cifra casi estancada en lo que llevamos de mayo), en lugares como Nueva York el repunte es tan importante que las autoridades recomiendan recuperar la mascarilla. Sin embargo, no nos vamos a engañar: a casi nadie le importan estos coletazos. Ciudadanos y gobiernos parecen haber decidido pasar página. ¿Estaríamos mejor preparados ahora si todo volviera a empezar?

Hace ahora un año, en mayo de 2021, el Panel Independiente de Preparación y Respuesta a la Pandemia, puesto en marcha por la Organización Mundial de la Salud (OMS), emitió un informe en el que pedía una reforma urgente de los sistemas de prevención frente a nuevas emergencias globales, como el covid. Un año más tarde, los expertos hacen balance a través de un nuevo informe que resumen en un artículo publicado en 'The Lancet' y el resultado es más que decepcionante: a pesar de que tenemos el conocimiento y la hoja de ruta para tomar las medidas adecuadas, el mundo no está mejor preparado que cuando el SARS-CoV-2 irrumpió en nuestras vidas por primera vez. La Asamblea Mundial de la Salud, que se celebrará la próxima semana en Ginebra (Suiza), tiene material para la discusión.

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“Si surgiera una nueva amenaza para la salud este año, el mundo tendría que recurrir en gran medida a las mismas herramientas que tenía a fines de 2019”, ha declarado Helen Clark, ex primera ministra de Nueva Zelanda y copresidenta del Panel Independiente. “Los eslabones débiles que identificamos entonces todavía existen hoy”, advierte. “Podrían pasar años antes de que exista un sistema internacional confiable que identifique y contenga rápidamente una nueva amenaza pandémica, que podría surgir en cualquier momento”, según la otra copresidenta de esta entidad, Ellen Johnson Sirleaf, expresidenta de Liberia.

Los responsables del informe reconocen que ha habido avances en este último año, pero advierten de que se quedan cortos, que van demasiado lentos o frenados por la burocracia. “Hay progresos, pero no son suficientes y muchos se centran en procesos que van a tardar años en implementarse”, apunta en declaraciones a Teknautas la española Helena Legido-Quigley, profesora de la London School of Hygiene and Tropical Medicine (Reino Unido) y de la Saw Swee Hock School of Public Health de la Universidad Nacional de Singapur, una de las autoras del trabajo.

Entre lo positivo, el documento destaca que ha creado un grupo de trabajo para negociar un nuevo tratado de la OMS sobre pandemias. “Lo único que hay parecido es sobre tabaco”, comenta la experta. El problema es que ese nuevo instrumento legal no estaría listo hasta 2024 y, por el momento, se desconoce el contenido. Algo parecido sucede con la creación de un nuevo fondo mundial para la preparación ante crisis sanitarias globales: el G-20 lo ha aprobado y probablemente funcionará a través del Banco Mundial, pero aún no se han establecido cantidades concretas.

Los expertos del Panel Internacional también abogaban por reforzar la propia OMS para que sea más independiente, esté mejor financiada y tenga más autoridad. La idea es que los países miembros lleguen a cubrir el 50% de su presupuesto básico (en la actualidad, las cuotas de afiliación obligatorias cubren menos del 20%), de manera que no dependa tanto de la voluntad de los Estados o de donaciones externas, que incluyen fundaciones filantrópicas y al sector privado. Aunque se ha iniciado ese camino, no se prevé llegar a ese porcentaje antes de 2030.

Aspectos clave por mejorar

Al igual que ocurre con la OMS, el acceso a las vacunas en esta pandemia también ha dependido en gran medida de la caridad de los más ricos, y el informe considera que es imprescindible crear un mecanismo distinto y realmente equitativo, puesto que a estas alturas solo un 13% de la población de países de bajos ingresos se considera completamente vacunado. “En África hemos visto que la clave no está solo en la cantidad de vacunas, sino en distribuirlas en el momento y en el lugar adecuados. En algunos países no llegaron al principio y a estas alturas la población ya no se quiere vacunar, se ha perdido la ocasión por haber tardado”, señala Legido-Quigley.

Además, distingue entre dos cosas distintas: donar vacunas y ponerlas no es lo mismo. Por eso, también parece importante producir vacunas a nivel local, cerca de donde vayan a utilizarse. En este sentido, la pandemia de covid ha mostrado con crudeza que el aspecto económico de la investigación científica es determinante, puesto que está orientada al mercado. Las farmacéuticas desarrollan las vacunas y los países ricos acceden primero. “Ese sistema hay que reformarlo a través de propuestas concretas”, comenta la experta en salud pública.

Una de las cuestiones clave para avanzar es el liderazgo político, según los autores del informe. “La preparación pandémica debe abordarse en la Asamblea General de la ONU y es raro que no se haya hecho todavía”, comenta la experta española. Sin embargo, Panel Internacional considera aún más importante la creación de un consejo mundial formado por primeros ministros o jefes de Estado para coordinar a todas las organizaciones. En este aspecto, la OMS se ha ofrecido para hacerlo, pero los expertos consideran que los gobiernos deben estar por encima porque son los que tienen una verdadera capacidad de decisión.

¿Y la evaluación independiente de España?

Todas estas cuestiones tienen un carácter internacional, pero ¿qué pueden hacer los países dentro de sus competencias nacionales? Lo primero es realizar una evaluación de la respuesta que han dado frente a la pandemia. “Hemos visto que algunos países han identificado las lecciones, pero también hay que aplicar cambios”, destaca. En este sentido, está en marcha un proceso liderado por la OMS para crear un nuevo sistema que mide si los países están preparados para hacer frente a una pandemia, pero su implementación depende de cada uno de ellos.

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¿Qué sucede en España? Esa famosa evaluación independiente de la respuesta a la pandemia, reclamada reiteradamente por epidemiólogos y expertos en salud pública, aún sigue pendiente. “España aceptó realizar esa evaluación y eso es muy buena noticia, pero todavía no conocemos los resultados ni sabemos qué es lo que ha pasado”, apunta Legido-Quigley. En su opinión, ese examen de lo sucedido debería venir acompañado por una propuesta de reformas estructurales, lo que puede requerir más tiempo, sobre todo a la hora de recoger los datos. No obstante, “en el Panel Independiente nosotros comunicábamos periódicamente los progresos que realizábamos, la transparencia es muy importante”.

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Otra de las claves debe ser incorporar la opinión de la sociedad civil. En ese sentido, este último informe apuesta por involucrar a la comunidad en la toma de decisiones y por proteger a los más vulnerables (especialmente, colectivos como inmigrantes o refugiados). Para ello, hay que tener en cuenta las inequidades en materia de salud, puesto que las condiciones sociales determinan el acceso que pueden tener las personas a los servicios o la capacidad de adaptarse frente a una crisis sanitaria.

Por otra parte, al comienzo del covid se echaron de menos muchos recursos, desde material sanitario a personal o la tecnología necesaria para el seguimiento de los casos. ¿Hemos mejorado? La iniciativa Covax trataba de recoger vacunas, pruebas diagnósticas u oxígeno, pero “sugerimos que hace falta mucha más financiación y una evaluación independiente de estos mecanismos porque no ha funcionado todo lo bien que debería”. Con los nuevos tratamientos o futuras vacunas, puede volver a suceder lo mismo.

Últimamente, las preocupaciones en materia de salud se han desplazado hacia otros asuntos, como la hepatitis infantil de origen desconocido o la viruela de los monos. ¿El informe del Panel Internacional de la OMS es válido para hacer frente a enfermedades muy distintas al covid? “Nuestras recomendaciones son estructurales, el objetivo es que existan las infraestructuras”, apunta la experta, así que servirían para cualquier pandemia, por muy diferente que fuese con respecto a la actual. De hecho, los autores del informe también consideran que la OMS debería mejorar su sistema de vigilancia e investigación de patógenos para detectar cuanto antes los nuevos peligros.

Sin embargo, “si miramos los instrumentos que tenemos ahora mismo, son casi los mismos que antes de la pandemia”, lamenta Legido-Quigley, “se han puesto en marcha algunos procesos de cambio, pero nosotros proponíamos fechas en el anterior informe y estamos viendo que no hay ningún tipo de urgencia en las reformas”. Antes de este Panel Internacional, existieron otros 12 de cuestiones tan variadas como el ébola o el primer SARS. Sin embargo, nadie hizo caso a las recomendaciones. Ahora los expertos temen que vuelva a suceder lo mismo, sobre todo porque otros problemas como la guerra de Ucrania y todas sus consecuencias sociales y económicas han vuelto a desplazar el foco de atención. En cualquier caso, “nosotros vamos a seguir insistiendo”, asegura, “porque estos años son clave, hemos aprendido mucho y podemos poner las lecciones en práctica”.

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