¿Por qué varios fabricantes vuelven a mostrar el nombre de la marca en sus vehículos?

Quizá sea algo en lo que la mayoría no se fije, un detalle sin aparente importancia, pero hay muchos vehículos actualmente a la venta en los que no encontraremos el nombre de la marca fabricante por ningún sitio. Ya podemos mirar en la parte trasera de la carrocería, que es el lugar más habitual para 'contar' esas cosas, o en el frontal, o en el lateral, o en el centro de las llantas... Nada, no hay nombre de marca. En cambio, sí encontraremos normalmente la denominación comercial del modelo (aunque hay algunas curiosas excepciones, como los Cupra León y Ateca), e incluso la versión; y lo que siempre hallaremos es algún emblema. Aunque para interpretar los escudos debemos tener unos mínimos conocimientos sobre el sector, y un usuario poco experto acabará perdido en ese laberinto de figuras geométricas, animales o iniciales.

No obstante, muchos logotipos empleados por fabricantes de automóviles lo ponen realmente fácil, pues incluyen el nombre de la marca. Sería el caso de Alfa Romeo, BMW, Fiat, Ford, Jeep, Mini, Rolls-Royce o Volvo, entre otros; y también el de Peugeot, que en la última generación del 308 estrenó el año pasado un nuevo escudo, de aire retro, pero que ya contiene la palabra 'Peugeot', de manera que tanto ese modelo como los que han llegado a continuación, como el 408, prescinden ya del nombre de la marca grabado en la zaga. Por contra, algunos toman el camino inverso, y ese sería el caso de Dacia, que estrenaba nueva identidad corporativa en 2021, lo que incluyó la sustitución del logotipo anterior, que contenía la palabra 'Dacia', por uno nuevo, formado simplemente por una 'D' y una 'C' a modo de eslabones de cadena, un escudo que acaba de incorporarse ya al frontal de los diferentes modelos de la gama, aunque eso haya aparejado que en la parte trasera se destaque ahora la palabra 'Dacia'.

Porque la tendencia es que todos los vehículos acaben mostrando en algún punto de su carrocería el nombre de la marca. O, para ser más precisos, el nombre 'completo' de la marca. Un ejemplo de esto último lo tenemos en el recién presentado DS 7, un SUV que nació en 2017 como DS 7 Crossback pero que afronta la segunda parte de su vida comercial (las ventas en España arrancan el 25 de julio) prescindiendo del nombre 'Crossback' que lucía en la base de su luneta posterior, donde ahora muestra el nombre de la marca, que no es DS, sino DS Automobiles. ¿Capricho de los diseñadores de la firma francesa? Pues, en realidad, no.

Y para entender qué está pasando debemos irnos a la Ley de Marcas, que en su artículo 39 obliga al titular de la marca registrada a utilizarla de forma efectiva y real para los productos o servicios para los que ha sido concedida, una medida cuyo fin es reducir el número total de marcas registradas, pues de esa 'superpoblación' derivan principalmente dos problemas: una enorme dificultad para encontrar una nueva marca que no haya sido registrada ya y una gran cantidad de conflictos entre partes. Según la autoridad encargada de gestionar los registros, no parece razonable mantener de manera indefinida marcas que no están siendo usadas realmente por sus titulares, y por eso se establecieron sanciones tendentes a acabar con esa práctica, como la caducidad del expediente.

Cinco años de margen

Para que una marca registrada caduque por falta de uso debe haber transcurrido un periodo mínimo e ininterrumpido de cinco años (con anterioridad a la presentación de la demanda de caducidad) en los que el titular no lo haya utilizado. Actualmente, la causa de caducidad solo puede ser declarada por los Tribunales, de manera que un tercero debe iniciar previamente una demanda de caducidad, pero a partir de enero de 2023 la competencia será de la Oficina de Patentes y Marcas, pues fue el 14 de enero de 2018 cuando entró en vigor el Real Decreto-ley que modificaba la Ley 17/2001 de Marcas, en transposición de la Directiva 2015/2436 relativa a la aproximación de las legislaciones de los Estados miembros de la UE en materia de marcas, y que equipara prácticamente el sistema español de marcas nacionales al de las marcas europeas.

Y una de las modificaciones tiene que ver con las llamadas 'marcas notorias', aquellas que son conocidas exclusivamente por el sector del público al que van dirigidos los productos o servicios. En su lugar, la nueva legislación aplicada desde 2018 opta por las llamadas 'marcas renombradas', que son las conocidas por el público en general y no solo por los más expertos; lo que traducido a automóviles (a cualquier producto, en realidad) significa que aparezca el nombre de la marca, con independencia de que también se empleen otros símbolos ligados a ese fabricante.

Pero el titular del registro disfruta de margen, un periodo de cinco años que empieza a contar nada más ser concedido el registro. No es realmente un periodo ideado para que el titular se tome su tiempo, pues la norma fija la obligación de uso de la marca registrada, sino un método de protección para que el titular no reciba inmediatamente demandas de caducidad, que de este modo solo podrán iniciarse al día siguiente de haberse completado los cinco años sin uso de una marca registrada. Y en caso de recibir una demanda de caducidad, será el demandado quien deba acreditar el uso realizado de su marca en esos cinco años anteriores a la fecha de presentación de la demanda.

De ahí que muchos fabricantes de vehículos se estén preocupando en los últimos meses de que sus modelos luzcan el nombre de la marca, ya sea formando parte del escudo o de manera independiente, pues en algunos casos sí habrán transcurrido cinco años 'sin uso' (no deja de resultar curioso que se ligue el uso de una marca a que aparezca en la carrocería, y no a otros 'usos' habituales) cuando llegue el 14 de enero de 2023. Audi, por ejemplo, dotó durante mucho tiempo a sus coches del nombre de la marca, pero desde hace años solo los identifica con el emblema de los cuatro aros, y será uno de los fabricantes que en breve empezarán a incluir también en sus carrocerías el nombre completo, evitando con una pequeña palabra 'Audi' en dos puntos del coche (se ha elegido un lugar muy original que todavía no podemos revelar) posibles demandas de caducidad por 'no usar' la marca.

Y quizá por eso, el fabricante sueco Polestar también ha ideado unas pequeñas etiquetas, situadas al principio de las puertas delanteras, donde aparece el nombre 'Polestar' junto al resumen de datos técnicos del vehículo. No obstante, la lista de marcas que aún hoy, como Audi, siguen sin incluir el nombre de la marca en el exterior de sus vehículos es extensa, y ahí encontramos, entre otras, a Honda (apuestan por el logo de la 'H'), Mazda (dos alas extendidas que forman una 'M'), Mercedes-Benz (la famosa estrella de tres puntas), Mitsubishi (los tres diamantes), Opel (el rayo), Renault (el rombo, actualizado recientemente), Seat (la 'S'), Toyota (las tres elipses que conforman una 'T') o Volkswagen (la 'V' y la 'W' encerradas en un círculo). Unas más conocidas, otras menos, pero sus responsables tendrán que darse prisa para ponerse al día legalmente si han prescindido del nombre de la marca en sus coches desde hace mucho tiempo, pues a partir del próximo mes de enero el registro de la marca podría darse por caducado, y el fabricante debería demostrar a la Oficina de Patentes y Marcas que el uso ha sido efectivo y real.