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El 40% del empleo indefinido creado es a tiempo parcial o fijos discontinuos
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PRIMER MES DE LA REFORMA LABORAL

El 40% del empleo indefinido creado es a tiempo parcial o fijos discontinuos

El primer mes de la reforma laboral se cierra con un aumento del empleo indefinido. Pero no todo empleo indefinido es estable o de duración ordinaria. Los cambios son todavía irrelevantes

Foto: Un camarero sirve un café en un bar de Toledo. (EFE/Ángeles Visdómine)
Un camarero sirve un café en un bar de Toledo. (EFE/Ángeles Visdómine)
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¿Qué impacto ha tenido la reforma laboral —que entró en vigor el pasado 31 de diciembre— en el comportamiento del mercado laboral durante el mes de enero? La respuesta corta es que el resultado es positivo, ya que ha aumentado el número de contratos indefinidos respecto del total de la contratación. La respuesta larga, sin embargo, es mucho más matizada. La precariedad, entendida como trabajar menos horas de lo que busca el trabajador, según la definición que hace la Encuesta de Población Activa, sigue siendo muy elevada. Un dato lo revela. De los 238.672 contratos indefinidos firmados en enero, sobre un total de 1,59 millones, apenas 96.530 son aquellos que el SEPE denomina indefinidos iniciales, y que son a tiempo completo. Es decir, solo el 40% de los firmados ese mes.

Esto quiere decir que el 60% restante tiene que ver con otras modalidades contractuales más precarias, aunque sean de carácter indefinido, o corresponde a contratos convertidos en indefinidos que venían de una situación de precariedad previa. Dos tipos de contratos destacan. En primer lugar, los contratos a tiempo parcial, y en segundo lugar, los contratos fijos discontinuos, que son aquellos que tienen la particularidad de que se desarrollan de forma intermitente en el tiempo, y que tradicionalmente se concentran en las actividades turísticas y en la agricultura en función de las tareas en el campo.

El hecho de que un contrato se denomine indefinido, de hecho, no significa que se trabaje de acuerdo a la jornada laboral ordinaria —1.724 horas al año en 2021—, sino que carece de una duración determinada. De hecho, un contrato indefinido puede llegar a ser, incluso, más precario, cuando las horas de trabajo son muy reducidas y discontinuas, que uno de carácter temporal.

Foto: Las contrataciones en la sanidad compensaron la caída del empleo. (EFE/Miguel Osés)

Lo que dice el SEPE es que en enero se firmaron 66.510 contratos a tiempo parcial de carácter indefinido, lo que supone el 28% del total; al mismo tiempo, se sellaron 26.426 contratos fijos discontinuos, lo que representa un 11% adicional. En total, cerca del 40%, a los que hay que sumar los 49.198 convertidos en indefinidos, otro 20%, y que venían de una situación contractual precaria. En total, un 60% de los contratos celebrados sería, por lo tanto, ajeno a la reforma laboral, ya que o son conversiones o mantienen un elevado nivel de precariedad (parciales o fijos discontinuos).

Obra y servicios

Aunque los datos son todavía muy incipientes y, por lo tanto, es aventurado sacar conclusiones, la señal que da la nueva reforma laboral sobre lo que puede suceder en el futuro es un aumento de la tasa de parcialidad del mercado laboral y, en segundo lugar, la transformación de los contratos de obra y servicios, que se extinguirán en nueve meses, en contratos por circunstancias de la producción, que son los más frecuentes. Tan solo en enero, el primer mes de la reforma laboral, y en relación con los convertidos en indefinidos, el número de contratos de obra y servicios ha caído en 9.743, mientras que, por el contrario, la cantidad de contratos por circunstancias de la producción creció en 8.444.

Esta tendencia, en todo caso, es anterior a la propia reforma laboral, ya que buena parte de los fraudes de ley en la contratación temporal se han concentrado, históricamente, en el contrato de obra y servicio, que ha sido la válvula de escape de muchas empresas para huir de la legislación laboral. De hecho, como sugiere la propia exposición de motivos de la reforma laboral, esta modalidad contractual ha desaparecido de la normativa después de haber sido fuertemente cuestionada por las jurisprudencias española y comunitaria.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en el Congreso. (Reuters/Sergio Pérez)

La ley, en todo caso, establece que los contratos de obra y servicios seguirán vigentes hasta el próximo 31 de marzo, pero su duración no podrá ser superior a seis meses. Esto significa que seguirán en vigor durante buena parte del año 2022, lo que hace todavía más complejo identificar con precisión los efectos de la reforma laboral sobre el mercado de trabajo. Muchas empresas tienen incentivos para seguir utilizando este contrato hasta su extinción.

El caso de los contratos a tiempo parcial es más significativo. Aunque la información que deja el SEPE es todavía muy incipiente, en enero se firmaron 41.019 contratos indefinidos a tiempo parcial iniciales, lo que supone un crecimiento del 66% respecto del mes anterior. En términos anuales, la subida es nada menos que del 134%. Esta tendencia es consistente con lo que refleja la Contabilidad Nacional, que muestra un robusto aumento del empleo (puestos de trabajo a tiempo completo) que contrasta con una caída de las horas trabajadas en 2021 equivalente al 3,8%. Es decir, hay más empleo, pero se trabajan menos horas, lo que se refleja en un aumento de la contratación indefinida a tiempo parcial, que irónicamente los sindicatos llaman contrato 486. Es decir, se pactan cuatro horas, se trabajan ocho y se pagan seis.

Estos cambios en la composición del mercado laboral son los que explican que en enero de 2021 se haya alcanzado un pico de contratación indefinida del 15%, por encima de los niveles de los últimos años. Desde 2017, la contratación indefinida se ha movido entre alrededor del 8% y el 12%, aunque con unos cambios muy erráticos, dependiendo de factores estacionales o de la propia situación económica. En noviembre de 2021, de hecho, antes de la reforma laboral, el porcentaje de indefinidos (independientemente de sus características) había alcanzado el 14%, y un nivel similar se alcanzó en marzo de ese mismo año.

¿Qué impacto ha tenido la reforma laboral —que entró en vigor el pasado 31 de diciembre— en el comportamiento del mercado laboral durante el mes de enero? La respuesta corta es que el resultado es positivo, ya que ha aumentado el número de contratos indefinidos respecto del total de la contratación. La respuesta larga, sin embargo, es mucho más matizada. La precariedad, entendida como trabajar menos horas de lo que busca el trabajador, según la definición que hace la Encuesta de Población Activa, sigue siendo muy elevada. Un dato lo revela. De los 238.672 contratos indefinidos firmados en enero, sobre un total de 1,59 millones, apenas 96.530 son aquellos que el SEPE denomina indefinidos iniciales, y que son a tiempo completo. Es decir, solo el 40% de los firmados ese mes.

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