El PDeCAT sale al rescate de la reforma laboral y deja a ERC en fuera de juego
La formación sigue la senda de la patronal catalana Foment del Treball, que finalmente ha decidido alinearse con el gran acuerdo. A cambio obtendrá mayor visibilidad en el Congreso
Punto uno del manual de política básica: si algo pone de acuerdo a patronal y sindicatos tienes que apoyarlo. Parece fácil, pero no debe serlo tanto cuando los dos partidos que gobiernan en coalición la Generalitat no han sido capaces de respaldar el decreto de reforma laboral. En lo que están JxCAT y ERC de acuerdo es en oponerse al proyecto. Sin embargo, Pedro Sánchez ha conseguido armar un rescate 'in extremis' que curiosamente vuelve a pasar por Cataluña. El PDeCAT será vital con sus cuatro votos a favor, aunque no son suficientes para el Ejecutivo, y los comunes ya han advertido que si ERC no apoya la medida, eso tendrá consecuencias en el Parlament, donde los de Jèssica Albiach son el principal sostén de una coalición independentista en minoría desde que rompió con la CUP.
Así que de nuevo, Pedro Sánchez se apoya en Cataluña para salvar la medida legal de la legislatura. Una reforma laboral que no pasa de mero retoque, pero que sus impulsores están defendiendo como una de las normas estrella del mandato.
El PDeCAT ha anunciado esta tarde el voto positivo de los cuatro diputados que encabeza Ferran Bel. Para Pedro Sánchez es otra muestra de fuerza, de baraka o de su habilidad para salir de situaciones endemoniadas. Para Podemos y la vicepresidenta Yolanda Díaz, la prueba de que se puede ser de izquierdas y practicante de la 'realpolitik' al mismo tiempo. Todos ganan menos los partidos que mandan en Cataluña, más enredados en absurdas crisis del Parlament que en las cuestiones donde verdaderamente se juega la partida del poder.
Los neoconvergentes se han apuntado al carro siguiendo el punto uno del manual. Igual que hizo el presidente de la patronal catalana Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, cuya primera reacción fue abstenerse en el seno de la CEOE, pero que con el paso de los días vio que había que alinearse con el gran acuerdo, y más en un momento en el que la economía está todavía boqueada para superar el gran socavón que ha supuesto el covid. Foment apoya a Antonio Garamendi y la condición es que no se toque ni una coma del acuerdo. Los empresarios, muy presionados por el PP, sólo necesitan una excusa mínima para saltar del tren. Y eso es lo que quieren evitar Pedro Sánchez y Yolanda Díaz. El PDeCAT, por su parte, logra una visibilidad entre los grupos catalanes de la que ahora sólo goza el republicano Gabriel Rufián.
Coincidencia imposible
Alguien podría bromear sobre que esta reforma laboral ya ha conseguido el milagro de que por fin ERC y JxCAT coincidan en alguna cosa: en oponerse al decreto de Yolanda Díaz. Pues tampoco porque son dos oposiciones de muy diferente corte.
JxCAT, liderados en Madrid por la diputada Míriam Nogueras, plantea su oposición como algo mucho más visceral. “Es un parche”, sentenció en TV3 a principios de semana y con eso saldó el debate.
La posición de ERC es otra. Literalmente no han sabido qué transaccionar con los grupos que mandan en este momento en el Gobierno central, un tanto escaldados del saldo de la negociación Netflix para los Presupuestos Generales del Estado. Sin incentivos, los de Rufián han preferido instalarse en el “no” para intentar rascar algunos votantes de los comunes. Pero estos no han tardado en recordarles que son su principal socio parlamentario en Cataluña y esta mañana amagaban con retirarles todo apoyo en el Parlament.
Prioridades diferentes
Yolanda Díaz se ha trabajado Cataluña. Ha visitado Seat, se ha reunido con los sindicatos CCOO y UGT en esta comunidad autónoma, mantuvo un encuentro con el 'conseller' de Empresa, Roger Torrent… Nada de esto ha conseguido que ERC cambie de posición. El partido ha marcado otras prioridades: hacer ver que evita que el 25% de las clases se impartan en castellano, dotar de contenido una futura reunión de la Mesa de Diálogo o la ronda de contactos de Pere Aragonès con formaciones y colectivos independentistas para volver a dar un impulso a la movilización soberanista desde la calle. La reforma laboral para ERC pasa a segundo plano. Ahora se trata de que parezca que es por los derechos de los trabajadores.
Sin embargo, la preocupación por que los convenios sectoriales no se impongan sobre la mayor parte de las empresas, es un enfoque que más correspondería a Pimec que a los sindicatos. Y la petición de que las CCAA puedan dar su visto bueno a los EREs como antes de la reforma defiende el margen de actuación de estas administraciones, pero tampoco se puede vincular de manera propiamente dicha a los derechos laborales.
Punto uno del manual de política básica: si algo pone de acuerdo a patronal y sindicatos tienes que apoyarlo. Parece fácil, pero no debe serlo tanto cuando los dos partidos que gobiernan en coalición la Generalitat no han sido capaces de respaldar el decreto de reforma laboral. En lo que están JxCAT y ERC de acuerdo es en oponerse al proyecto. Sin embargo, Pedro Sánchez ha conseguido armar un rescate 'in extremis' que curiosamente vuelve a pasar por Cataluña. El PDeCAT será vital con sus cuatro votos a favor, aunque no son suficientes para el Ejecutivo, y los comunes ya han advertido que si ERC no apoya la medida, eso tendrá consecuencias en el Parlament, donde los de Jèssica Albiach son el principal sostén de una coalición independentista en minoría desde que rompió con la CUP.