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¿Se puede vincular el buen dato de empleo a la contrarreforma laboral? No tan deprisa
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ARGUMENTOS A FAVOR Y EN CONTRA

¿Se puede vincular el buen dato de empleo a la contrarreforma laboral? No tan deprisa

Los datos de empleo de enero constatan un aumento de los contratos indefinidos, pero de momento no se puede establecer una relación causal entre la medida y la temporalidad laboral

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en el Congreso. (Reuters/Sergio Pérez)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en el Congreso. (Reuters/Sergio Pérez)

España ha empezado el año con otro gran dato de empleo, el mejor de toda la serie histórica en enero. Pese a que se destruyeron casi 200.000 puestos de trabajo, la tendencia positiva de los últimos meses se ha mantenido. El número de afiliaciones a la Seguridad Social creció en 72.000 en términos desestacionalizados, es decir, si se descuenta el efecto que tiene en el mercado laboral esta época del año, caracterizada por la expiración de numerosos contratos ligados a la campaña navideña.

Además, ha habido otro dato que ha atraído valoraciones: el de empleo indefinido ha batido su récord, con 238.672 nuevos contratos en este formato, el 15% del total. No se veían unas cifras similares desde 2007, antes de la Gran Recesión. Enseguida, el Gobierno ha salido a apuntarse el tanto, al relacionar este hecho con la reforma laboral aprobada el pasado 28 de diciembre. Pero ¿realmente ha tenido algo que ver? Los primeros informes de los centros de estudios creen que aún es muy pronto para que se noten los efectos. A falta de menos de 24 horas para que se convalide —o no— el real decreto que modificará el marco de relacionales laborales en nuestro país, el debate está servido.

Argumentos a favor

La primera que ha salido a defender la tesis de que la reforma ya se está notando es su principal muñidora. La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha afirmado este miércoles en el Congreso que el dato se debe "sin lugar a dudas" a su medida estrella para esta legislatura. "Por primera vez, el 15% de los contratos nuevos en España son indefinidos, favoreciendo la estabilidad en el empleo de los trabajadores", ha explicado, en un intento por meter presión a las fuerzas parlamentarias. "La reforma laboral ya está en vigor y los grupos políticos que voten en contra van a tener que explicar a los trabajadores de este país por qué el viernes se van a levantar con menos derechos de los que hoy tienen", ha añadido.

Pero también Nadia Calviño, vicepresidenta primera, ha sacado pecho por el dato y lo ha usado como prueba para apoyar la contrarreforma laboral del Gobierno. "Con 20 millones de ocupados, hemos recuperado cifras que no se conocían desde antes de la crisis financiera", ha dicho, para posteriormente pedir al PP que "se suba al carro de esta recuperación justa, sostenida y sólida".

Foto: Las contrataciones en la sanidad compensaron la caída del empleo. (EFE/Miguel Osés)

Efectivamente, la reforma laboral rige en España desde el pasado 31 de diciembre, un día después de que fuese publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Y, pese a mantener gran parte de los aspectos del texto aprobado por el Gobierno del popular Mariano Rajoy en 2012, algunos de los cambios que introduce tienen que ver, precisamente, con la temporalidad. Así, elimina el contrato por obra y servicio, reduce el abanico de contratos temporales y sanciona el abuso de los mismos. En un país donde uno de cada cuatro trabajadores tiene un contrato temporal, la tasa más alta de la Unión Europea, la lucha contra esta lacra ha sido el principal argumento del Gobierno para defender el cambio de la legislación laboral. Según Moncloa, el dato de contratación indefinida conocido este miércoles avalaría la nueva norma.

El propio presidente del Ejecutivo se ha apuntado a esta teoría. En un acto en Dubái, Sánchez ha celebrado el alza de contratos indefinidos "en el primer mes de vigencia de la reforma laboral". En una primera revisión, las cifras parecen confirmar la premisa oficial. De los 238.672 contratos indefinidos de enero, solo 6.500 son transformaciones desde contratos temporales, según ha explicado el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez, en una rueda de prensa. En otras palabras: el 97,3% del aumento de los indefinidos se corresponde con contratos de inicio. Los desincentivos que ofrece la reforma a la contratación temporal estarían consiguiendo que las empresas ofreciesen más estabilidad que nunca.

El 15% de los contratos firmados en enero fueron indefinidos, 5,5 puntos más que en el mismo mes del año pasado

Sin embargo, el dato esgrimido por el Gobierno no es absoluto, sino relativo. El hecho de que el 15% de los contratos firmados en enero fuesen indefinidos, 5,5 puntos más que en el mismo mes del año pasado y casi el doble, por ejemplo, que en 2014, podría deberse a una caída de los temporales que distorsionase la estadística. Pero en este enero se han firmado el doble de contratos indefinidos que en 2021 (124.191) y un 30% más que en los años anteriores al covid. Respecto a hace un año, crece la contratación (22,6%), pero la indefinida (92,2%) lo hace seis veces más que la temporal.

Comparar los datos con los de enero de 2021, en pleno estado de alarma durante la tercera ola de la pandemia, podría resultar engañoso. Las expectativas de las empresas sobre la evolución de la economía han mejorado notablemente, el número de personas en expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) se ha reducido y la actividad ha repuntado. Además, alegar que la reforma laboral, que solo ha estado vigente durante 32 días, es la responsable de las variaciones acaecidas durante 365 jornadas no parece lógico. El dato más adecuado para comparar la situación anterior a la norma con la posterior es el mensual. Respecto a diciembre, la contratación ha disminuido un 5%, en pleno impacto de ómicron, pero lo ha hecho de forma muy desigual: la indefinida ha aumentado un 37,3%, mientras que la temporal se ha reducido un 10%.

Incluso con datos desestacionalizados, los contratos temporales han caído un 9% mensual y los indefinidos han aumentado un 8%

También puede alegarse que el primer mes del año se caracteriza por fuertes caídas de los contratos temporales, tras el fin de la temporada de Navidad, marcada por una gran cantidad que empleos provisionales en la hostelería y el comercio. Es cierto, pero, como apunta la fundación de las antiguas cajas de ahorros (Funcas) en un análisis publicado este miércoles, incluso con datos desestacionalizados los contratos temporales han caído un 9% respecto a diciembre y los indefinidos han aumentado un 8%. Las cifras apuntan a favor del Gobierno, pero no es tan sencillo.

Argumentos en contra

El debate suscitado este miércoles en el ámbito académico indica que las explicaciones simplistas de Moncloa, aunque intuitivas, no pueden darse por demostradas. Como nos recordó hace unos meses el jurado del Premio Nobel de Economía al otorgar el galardón a David Card, Joshua Angrist y Guido Inbens, correlación no siempre significa causalidad: aunque dos hechos coincidan en el tiempo, esto no significa que uno explique el otro, ya que puede haber otras variables que intervengan en la ecuación.

En el caso del aumento de la contratación indefinida, se desconoce cuáles pueden ser esos factores, pero tampoco hay estudios que permitan establecer una causalidad entre el cambio legal y los nuevos contratos, como da por hecho el Gobierno. Nos movemos, pues, en un territorio de incertidumbre, en el que los datos disponibles permiten describir la evolución de la situación, pero resultan insuficientes para entender el porqué de la misma. Y ahí es donde aparecen los argumentos en contra.

Foto: El presidente Pedro Sánchez. (EFE/Mariam A. Montesinos)

La propia Yolanda Díaz ha apuntado, involuntariamente, la clave que podría estar distorsionando la interpretación de los datos. "El 15% de los contratos, a pesar de que estamos en la 'vacatio', son indefinidos". El 'a pesar de' es un ejercicio valorativo de la ministra, que sugiere que a partir del 31 de marzo, cuando termine el proceso transitorio para que las empresas se adapten a la nueva legislación laboral, la contratación indefinida aún se va a acelerar más. Habrá que esperar a los datos de abril para comprobar que eso es así. Pero, precisamente debido a esa interinidad, muchos economistas creen que no es el momento de establecer conclusiones precipitadas.

Los expertos de Funcas llaman a la prudencia: "Aún es pronto para saber cuál es el impacto de la reforma laboral en la contratación, habida cuenta del periodo transitorio previsto en la nueva normativa". En el mismo sentido, el director del centro de estudios de Adecco, Javier Blasco, se muestra escéptico: "Aún tendrán que pasar meses para ver el impacto de la reforma laboral en la creación de empleo neto", apunta en unas declaraciones recogidas por Europa Press. Según Blasco, el incremento de la contratación indefinida puede ser una señal de un cambio en la cultura de la contratación. En otras palabras: más allá de los incentivos a la estabilidad laboral que contiene en su articulado, la reforma habría alumbrado un nuevo clima empresarial, al situar en el centro del debate la cuestión de la temporalidad. Es importante recordar que la propia patronal ha apoyado la norma, pese a ciertas divergencias en su seno.

El descenso de la ratio de temporalidad es mucho más modesto de lo que podría parecer a juzgar por el triunfalismo del Gobierno

Sea por voluntad propia, para adelantarse al escenario que se avecina cuando acabe el periodo de gracia o por los efectos que ya está teniendo la propia norma, lo cierto es que las empresas han hecho más contratos indefinidos este enero. Pero hay una trampa: tener una vinculación laboral de estas características no significa escapar de la precariedad, ya que los contratos a tiempo parcial y los fijos discontinuos —que se dan de alta o de baja en la Seguridad Social intermitentemente a lo largo del año— también se incluyen estadísticamente en este grupo.

Por todas estas razones, algunos economistas, como Rafael Domenech —jefe de Análisis Económico de BBVA Research—, consideran que es más útil emplear como referencia la ratio de temporalidad del conjunto del mercado laboral, antes que el porcentaje de contratos indefinidos firmados en un solo mes. El descenso del primer indicador es mucho más modesto de lo que podría parecer a juzgar por el triunfalismo del Gobierno: baja menos de un punto desde diciembre y se sitúa en un 85,7%, según un informe del centro de estudios ligado al banco. En una publicación en su cuenta de Twitter, Domenech recomienda esperar a ver qué pasa con este dato en los próximos tres meses. Cuando finalice la 'vacatio', todos podrán extraer conclusiones más certeras sobre la efectividad de una de las medidas estrella de la legislatura. Siempre que el Congreso no la tumbe este jueves, claro.

España ha empezado el año con otro gran dato de empleo, el mejor de toda la serie histórica en enero. Pese a que se destruyeron casi 200.000 puestos de trabajo, la tendencia positiva de los últimos meses se ha mantenido. El número de afiliaciones a la Seguridad Social creció en 72.000 en términos desestacionalizados, es decir, si se descuenta el efecto que tiene en el mercado laboral esta época del año, caracterizada por la expiración de numerosos contratos ligados a la campaña navideña.

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