"La peor decisión para el futuro del PNV es no apoyar la investidura de Feijóo"
El presidente andaluz alienta una ruptura de la disciplina de partido entre los socialistas para evitar las cesiones a los independentistas. Abre la puerta a un tercer mandato en la Junta y cierra la de la política nacional: "Madrid no me seduce"
Juanma Moreno acabó con la hegemonía del PSOE en Andalucía. Hoy es el presidente de la comunidad más poblada de España y el PP de Moreno, una marca en sí misma, concentra la mayor cuota de poder alcanzada por un partido en el territorio. En las últimas semanas, se ha acercado a figuras históricas del PSOE críticas con Pedro Sánchez, como Felipe González o Alfonso Guerra, en plena polémica por la aministía. En esta entrevista, hurga en la herida del socialismo para encontrar a cuatro diputados que traicionen a Sánchez para investir a Alberto Núñez Feijóo. Ya hay quien le ve como un futuro candidato a la Moncloa. Él, como hace una década, se descarta.
PREGUNTA. Parece que Pedro Sánchez empieza a allanar el camino de la amnistía. ¿Qué supondría?
RESPUESTA. No deja de sorprender que Sánchez diga exactamente lo contrario a lo que había dicho hace 20 días. Es algo que demuestra su falta de credibilidad. Un presidente que se presenta a unas elecciones diciendo una cosa y acaba haciendo la contraria provoca inseguridad jurídica en los ciudadanos del país, en términos económicos, sociales y electorales. Esto abre la puerta a la desigualdad entre los españoles, a un club de comunidades de primera en el que no quieren a Andalucía y con privilegios en detrimento de Andalucía.
P. La reforma del modelo de financiación autonómica es una de sus grandes reivindicaciones como presidente de la Junta. Esta semana, Junts habla de una deuda histórica del Estado con Cataluña por valor de 450.000 millones de euros y ha pedido una condonación de la deuda catalana...
R. Cataluña y País Vasco han estado privilegiados durante el franquismo y la Transición. El franquismo los protegió y dotó de capacidades industriales por ese sentimiento singular. Pero, además, a lo largo de la democracia también se les ha ido privilegiando. ¿Hasta cuándo vamos a llegar a una situación que supone una asimetría? Cataluña y el País Vasco son dos tierras a las que amo y quiero que les vaya bien, pero no puede ser a costa de otros. Si condonan la deuda de Cataluña, ¿qué pasaría con el resto de comunidades? ¿Qué mensaje mandamos a los andaluces, que hemos bajado en el último año un punto la deuda? No puede haber un trato para unas comunidades y otro para otras.
"Cataluña y País Vasco han estado privilegiados durante el franquismo y la Transición. ¿Hasta cuándo esta asimetría?"
P. Usted ha posicionado la Junta frente a las posibles cesiones a los independentistas. ¿Qué mecanismos utilizará?
R. En cuanto se formalice el acuerdo, que algunos dan por hecho, incluso los líderes de ERC, todos los posibles. Mecanismos jurídicos, que los tenemos en nuestra mano y debemos usar; mecanismos sociales, con el pueblo andaluz manifestándose en contra, y el mecanismo institucional. Esto socava la Constitución, el espíritu de concordia y la igualdad entre españoles.
P. En cualquier caso, esta semana ha animado a pelear hasta el último voto para la investidura de Feijóo.
R. Estamos a cuatro escaños, pero solo hay dos opciones: el PNV, que está secuestrado por sus debilidades internas, o que algún diputado del PSOE con sentido de Estado dijera que no, algo que es improbable. Hay diputados socialistas de Andalucía, de Castilla-La Mancha o de Madrid que van a pasar a la historia como los que impulsaron que por primera vez en la historia el que gane no sea presidente. Esa ha sido una tradición política en España: el que gana las elecciones siempre ha sido presidente. Y la alternativa es pésima para el conjunto de los españoles.
"En el PSOE hay diputados que no están de acuerdo, ahogados por la disciplina del partido"
P. ¿Su partido debe negociar con esos diputados socialistas?
R. Solo podemos apelar a la conciencia de Estado. El diputado tiene un acta personal, se presenta a través de una formación política, pero el acta es suya y él toma las decisiones. Más allá de la lógica disciplina de partido, que debe haberla, a veces se llega a extremos en los que los diputados deben rebelarse por sus propios principios. Yo he escuchado a muchos diputados, no uno ni dos, sobrarían [para hacer presidente a Feijóo], que no están de acuerdo con las tesis de Sánchez, pero van a quedar ahogados por la disciplina de partido y el miedo. Sánchez ha provocado que el que hable salga del partido expulsado de manera inmediata y sea condenado al ostracismo dentro del PSOE.
P. También se intentó la vía del PNV. Usted fue crítico con la propuesta de Urkullu y su idea de una España plurinacional.
R. El PNV no quiere acordar, está terriblemente incómodo con Sánchez porque le ha engañado mil veces, pero tiene problemas internos serios, debilidades electorales y debates no resueltos. La peor de las decisiones para el futuro del PNV es no apoyar la investidura de Feijóo.
P. ¿Sería más fácil pactar si el PP se distanciara de Vox?
R. Nosotros hemos tomado distancias. Somos dos partidos distintos y a veces llegamos a acuerdos y otras veces no. Pero no podemos aceptar que nos impongan no pactar con Vox y ellos pacten con Bildu, Junts y prófugos de la Justicia. Eso no es asumible en términos democráticos.
P. ¿Tiene sentido convocar un acto como el de este domingo a las puertas de una investidura?
R. Sí. Para llevar la voz de los ciudadanos a esa investidura y revestirse del respaldo social. Una gran parte de la sociedad española es muy crítica con el posible acuerdo con Puigdemont y la amnistía general, así como un futuro referéndum en Cataluña. Debemos encauzar ese movimiento hacia la investidura.
"El uso de pinganillos en el Congreso es de los mayores ridículos que he visto"
P. ¿Acudirá usted a la convocada por Sociedad Civil Catalana en Barcelona?
R. Estaré en Cataluña los días previos por un acto programado por la Casa de Andalucía en Barcelona al que voy a asistir. Sobre la manifestación del día 8, aún no puedo decirle qué haré. Cuando se acerque la fecha tomaré una decisión.
P. ¿Cree que Ayuso se precipitó pidiendo una repetición electoral?
R. Ella interpretaba, como yo, que si la investidura no sale, lo mejor es que se dé la palabra a los españoles. Si el que gana no puede gobernar y la alternativa es el pacto con Puigdemont y la abdicación del Estado frente a los independentistas, la mejor salida es esa.
P. ¿Qué opinión le merece el uso de pinganillos en el Congreso?
R. Es un disparate en pleno siglo XXI, cuando el mundo camina hacia una comunicación estándar, con grandes líneas de comunicación como el chino, el inglés o el español. No tiene sentido tener uno de los ejes de comunicación más poderosos del mundo y que en las Cortes Generales estemos hablando con pinganillo. Todos tenemos un idioma oficial y nos entendemos en español.
Esas segundas lenguas oficiales están perfectamente integradas en sus comunidades autómomas, sus parlamentos autonómicos, se educan en sus colegios, se hablan en sus televisiones públicas… ¿Por qué en las Cortes Generales, donde se representa a otra parte del Estado, tienen que estar presentes? La estupidez máxima llega en que todo tenga que ser traducido al español. Da igual que hable en euskera porque el independentista catalán le va a escuchar en español. Es de los mayores ridículos que he podido contemplar porque, además, se hace exclusivamente por interés electoral, por una imposición de Puigdemont. Que cambien el reglamento a toda máquina, sin informes jurídicos, costando un dineral… Es tan burdo. Sánchez está llevando la política a los niveles más bajos en términos de calidad institucional.
P. ¿Y qué le pareció la decisión de Sémper de hablar euskera?
R. Entendí su explicación. Quería reconocer que ya era posible expresarse en el idioma que quisieras con una traducción previa. Las lenguas cooficiales no son monopolio de nadie y ya existía una flexibilidad para hablarlas. Era lo que quería poner en valor.
P. Pasemos a Andalucía. La comunidad ha sido el feudo histórico del PSOE, pero ha habido un vuelco político. Un mes como este, hace 10 años, descartaba tajantemente la posibilidad de ser candidato a la Junta. Hoy es presidente y el PP andaluz suma tres victorias históricas consecutivas. ¿La sociedad andaluza ha cambiado en estos años o el PP ha sabido adaptarse a ella?
R. Ha habido una adaptación del partido, que hoy es mucho más transversal y pegado a la tierra, más identificable a las peculiaridades de Andalucía. Hemos ocupado la centralidad de la vida andaluza y somos una referencia apetecible para el electorado. Además, los andaluces estaban cansados de cuatro décadas de gobierno socialista, falta de gestión, soberbia y casos de corrupción. Había cansancio y cuando vieron un proyecto político creíble y que gobierna mejor que el anterior, le han dado la confianza. Ahora mismo, el PP es el partido con más responsabilidades institucionales de la historia de Andalucía. Siento una hiperresponsabilidad, incluso ansiedad por el compromiso.
"Ocho años sería lo ideal, pero si soy la mejor garantía, seguiré una legislatura más"
P. Este es su segundo mandato y usted dijo que gobernaría ocho años. ¿Se presentará a la reelección en las próximas autonómicas?
R. Ocho años sería lo ideal para mantener la ilusión, no agotarse y dar procesos de renovación. Pero en las situaciones que vivimos es complicado. La Junta es una maquinaria muy grande, con 300.000 empleados públicos, un presupuesto de 46.000 millones de euros… En aprender dónde está todo, qué pasa y diagnosticar los problemas se nos fue un año. Luego se fue otro año y medio o dos años en el covid. La legislatura pasada no desarrollamos plenamente nuestras políticas porque hubo otras emergencias, y ocho años se pueden quedar cortos.
Además, hay que tener cuidado con otras cosas: cuando uno dice que se va, abre la caja de Pandora y empieza a haber movimientos sucesorios que llevan a perder al partido lo que había conquistado. Por encima de todo, seré responsable con Andalucía. Si hay proyectos que se tienen que culminar y entre mis compañeros soy la mejor garantía, seguiré. También por mis compañeros, no puedo dejarles tirados. Nos ha costado cuatro décadas llegar a ser el primer partido y si mañana estoy cansado, echo de menos a mi familia o me apetece recuperar mi tiempo libre, no puedo dejar tirados a mi partido y mi comunidad. Ahora bien, más de tres legislaturas no entra en mis planes.
P. ¿Qué le diría a quien le ve como un gran relevo para Feijóo?
R. Le daría las gracias por el halago por pensar que tengo características políticas y personales para liderar un proyecto nacional. Pero se equivoca. Primero, porque creo profundamente en Alberto. Es amigo personal y un gran gestor, como ha demostrado. Además, es la persona idónea para estos momentos completamente alocados. Es una persona madura y con experiencia, la única que puede poner orden en el país. Y voy a estar con él apoyándole al 110% para que consiga su objetivo. Y estoy convencido, si no al tiempo, de que será presidente.
"La política nacional no me seduce. Mi sitio está en Andalucía: aquí empiezo y aquí acabo"
P. ¿Y en un futuro, no se ve como posible candidato a la Moncloa? Recuerde sus declaraciones hace 10 años. “Ni quiero ni voy a ser candidato”, dijo entonces. ¿Esta vez tampoco?
R. No me veo. El proyecto de Andalucía me ilusiona, era mi sueño desde chiquitillo. Además, he estado 18 años en Madrid, ya he estado en la política nacional y no es algo que ahora mismo me seduzca. La política nacional es muy compleja en términos personales y políticos. Mi sitio está en Andalucía: aquí empiezo y aquí acabo.
Juanma Moreno acabó con la hegemonía del PSOE en Andalucía. Hoy es el presidente de la comunidad más poblada de España y el PP de Moreno, una marca en sí misma, concentra la mayor cuota de poder alcanzada por un partido en el territorio. En las últimas semanas, se ha acercado a figuras históricas del PSOE críticas con Pedro Sánchez, como Felipe González o Alfonso Guerra, en plena polémica por la aministía. En esta entrevista, hurga en la herida del socialismo para encontrar a cuatro diputados que traicionen a Sánchez para investir a Alberto Núñez Feijóo. Ya hay quien le ve como un futuro candidato a la Moncloa. Él, como hace una década, se descarta.