Felipe González defiende que gobierne la lista más votada para evitar el bloqueo político

El expresidente del Gobierno Felipe González ha irrumpido de lleno en el debate sobre los pactos electorales posicionándose a favor de seguir la fórmula de la lista más votada. El modelo que demanda Alberto Núñez Feijóo, para no tener que depender de Vox, y que rechaza Pedro Sánchez al considerar que el 23-J se vota un proyecto del PP con los de Santiago Abascal o del PSOE con la plataforma de Yolanda Díaz. Para Felipe González, sin embargo, la tendencia a romper los "pactos de centralidad" tiene como resultado que "el país se debilita, se polariza, pierde fuerza y credibilidad tanto interna como internacionalmente". Este es el escenario en el que estamos ahora, lamenta, para pedir que "busquemos soluciones en las que la lista más votada sea aceptable cuando no haya otra opción. ¿Qué pedimos a cambio de permitir gobernar? No pedir nada. Si no pides nada, tendrán que llegar a acuerdos en cada proyecto de ley y en el presupuesto".

Esta es la reflexión que el expresidente socialista lanza en el prólogo del monográfico de Nueva Revista, editada por UNIR en colaboración con la Fundación Felipe González, y que lleva por título Pactos. González propone la fórmula de la lista más votada como mal menor ante el hipotético bloqueo político que impide explorar otros grandes acuerdos entre PSOE y PP que tilda como "pactos de centralidad". Todo ello a pesar de que, según percibe, "los ciudadanos sienten un enorme alivio cuando ven que, en lugar de estarse peleando por cuestiones personales, por destruir al otro, los políticos se ponen de acuerdo". Desde la dirección del PSOE rehúyen de este escenario, acogiéndose al hecho de que los populares han sumado con Vox para desbancar a candidatos socialistas que el pasado 28-M fueron primera fuerza.

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Sin pacto no hay convivencia y, sin esta, la democracia está en peligro, según el escenario que ha dibujado González este mediodía durante su intervención en la presentación del monográfico. "Maduro u Ortega no necesitan pactar", ejemplificó para diferenciar que la línea entre la democracia y los autoritarismos la trazan los grandes pactos entre diferentes "para poder seguir conviviendo en paz y en libertad". Como viene siendo habitual, el expresidente ha cargado contra los populismos, independientemente de su signo político, porque se trata de "respuestas simples a problemas complejos".

González lanza también en clave interna del PSOE una petición para no romper puentes con el pasado: "Tenemos que renovar nuestra caja de herramientas, pero no podemos abandonar nuestra historia, porque eso significa abandonar nuestra identidad y de dónde venimos. Nuestro pasado condiciona nuestro futuro. Hay espacios para hacerlo". En esta línea, pone como ejemplo el trasfondo del lema 'Futuro con historia', elegido por el Partido Socialista portugués para la celebración de su 50 aniversario.

"Tenemos que renovar nuestra caja de herramientas, pero no nuestra historia, eso significa abandonar nuestra identidad"

Es por ello por lo que ha reivindicado la "importancia sistémica del PSOE en democracia", deslizando la necesidad de estar a la altura para seguir preservándola. Sin mencionar en ningún momento a Pedro Sánchez, ha argumentado que este papel "merece la pena cuidarlo".

El monográfico reúne a un total de 16 autores que analizan los principales pactos entre las grandes fuerzas políticas a lo largo de la democracia, sus razones y consecuencias. Como explica el coordinador, Ignacio Torreblanca, "de lo que se trata es de entender que, con los mimbres que nos ha dejado la historia reciente, las diferencias (legítimas) que nos caracterizan, y los desafíos que nos plantea el presente y futuro, solo los acuerdos son capaces de movilizar las energías para progresar, individual y colectivamente". El objetivo del volumen se centra así "en diseccionar dichos pactos, entender cómo funcionaron, qué aportaron al progreso del país, qué aprendemos de ellos y cómo mantenerlos vivos y renovarlos de cara al futuro".

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El bloqueo político es una constante desde la irrupción del multipartidismo en 2015 y el consiguiente ocaso de las mayorías absolutas. Todas las elecciones generales se han repetido desde entonces por la falta de grandes acuerdos. La primera vía de escape se produjo mediante la traumática abstención del PSOE para facilitar la investidura de Mariano Rajoy tras la repetición electoral de 2016. La segunda solución, tras la repetición electoral de 2019, fue la de un Gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos.

Las encuestas de los últimos días para el 23-J coinciden en alejar las mayorías absolutas y que la primera fuerza, el PP, necesitará del apoyo de Vox para gobernar. Vox gana peso en una potencial coalición que Feijóo insiste en descartar, aunque hoy no tiene otra opción, según la encuesta de IMOP-Insights para El Confidencial publicada este lunes. A tres semanas de la cita con las urnas, el PP se mantiene como la fuerza más votada, con una estimación del 32,6% del voto y 132-135 escaños. En segunda posición aparece el PSOE (26,2% y 97-100 escaños). Tercero quedaría Vox (15,3% y 44-47 escaños), y en cuarta posición estaría Sumar, con un 13,3% y 35-37 escaños. El resto (38) iría a parar al conjunto de fuerzas nacionalistas y regionalistas. En concreto, los nacionalistas catalanes (ERC, Junts y la CUP) obtendrían 20 diputados, los nacionalistas vascos (PNV y Bildu) se repartirían 11, el BNG conseguiría tres y las fuerzas regionalistas (Coalición Canaria, UPN, Teruel Existe y Soria ¡Ya!), los cuatro restantes.

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El exministro socialista Jordi Sevilla defendió durante la presentación del monográfico que la ausencia de grandes pactos alimenta las alternativas populistas, desde la fragmentación de lo común y el enfrentamiento en el que sale del terreno de juego el interés general. "Nos estamos jugando la democracia", alertó para poner en valor la importancia capital de no perder de vista el interés general con pactos con los distintos.

En el volumen participan perfiles de diferente signo político, como el socialista Ignacio Urquizu o la exvicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. El primero examina la dinámica de los gobiernos de coalición y remarca que, en ocasiones, puede ser más rentable pactar el Gobierno con los diferentes que con los afines, ya que los socios de Gobierno corren menos riesgo de entrar en disputas que supongan trasvase de votos entre ellos. La segunda reivindica, como ha resumido Torreblanca, "la capacidad y voluntad de pactar precisamente en los momentos y temas más divisivos y de mayor enfrentamiento como vía para resolver los problemas de gran complejidad que enfrentamos y así desinflamar y prestigiar de nuevo la política".