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Malestar entre altos cargos del PSOE por la guerra civil provocada por la amnistía
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Críticas internas

Malestar entre altos cargos del PSOE por la guerra civil provocada por la amnistía

Lamentan el trato a Redondo Terreros y lo atribuyen a los "nervios" de Moncloa ante la falta de relato para justificar el pacto con Puigdemont. "¿Se van a atrever con Felipe"?, se preguntan

Foto: Nicolás Redondo Terreros, en una entrevista para El Confidencial. (Olmo Calvo)
Nicolás Redondo Terreros, en una entrevista para El Confidencial. (Olmo Calvo)
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Elena Valenciano, exvicesecretaria general del PSOE y miembro del Consejo de Estado, ha sido la última en sumarse al goteo de exdirigentes socialistas que se han pronunciado en contra de la amnistía y los pactos con Junts: "El PSOE está en manos de la derecha supremacista", sentenciaba en una entrevista a Carlos Alsina en Onda Cero, donde descartaba que se conceda la medida de gracia a Carles Puigdemont porque "no es posible". Las declaraciones de la que fuese mano derecha de Alfredo Pérez Rubalcaba resonaban en un PSOE que se esfuerza en digerir la expulsión de Nicolás Redondo Terreros. Altos cargos del partido han trasladado a El Confidencial su "malestar" por la decisión de Ferraz que tachan de "error".

La posibilidad de que se apruebe una amnistía a los encausados por el 1-O a cambio de que Junts facilite la investidura de Pedro Sánchez, ha desencadenado una guerra civil en el partido entre la conocida como "vieja guardia" y los "sanchistas". Abrió la veda el expresidente, Felipe González, que reconoció que le había costado votar al partido que lideró en los mejores años del socialismo, le siguió Alfonso Guerra y una ristra de exministros de diferentes etapas. La consigna de Moncloa era "ignorar" a los "dinosaurios" bajo la premisa de que la militancia está alineada con Sánchez. Las reuniones y movimientos de los veteranos no inquietan en lo orgánico. Si el presidente en funciones quiere verse refrendado, solo tiene que someter su acuerdo con Puigdemont a la militancia. En Ferraz no hay duda de que apoyarán cualquier texto que se les proponga.

Foto: Nicolás Redondo Terreros, en su despacho de Madrid, posa para la entrevista con El Confidencial. (Olmo Calvo)

¿Qué ha cambiado para que se decidiera expulsar a Redondo Terreros? Fuentes socialistas reconocen que en los últimos días han percibido que la contestación social a la amnistía había crecido. El discurso del PP estaba ganando terreno ante la ausencia de un argumentario oficial por parte de Moncloa. Los ministros esquivaban el debate sobre la posibilidad de un indulto generalizado. Sánchez ni lo ha mencionado. Ayer se limitó a garantizar que buscará un acuerdo de amnistía que respete el "espíritu y la letra" de la Constitución.

El silencio público chocaba con el ruido interno en las filas socialistas y la dirección encontró en Redondo Terreros una cabeza de turco a modo de aviso a navegantes. Si la intención era silenciar a los discrepantes, el efecto ha sido el contrario. "Le han robado el corazón", lamentaba un cargo socialista que atribuía a los "nervios" del equipo del presidente la medida disciplinaria. "Nicolás lleva años discrepando. Todos sabemos que es de derechas. No ha dicho ni hecho nada nuevo", apostilla otra fuente consultada.

Más allá de la expulsión, las críticas también se centran en el momento elegido. Son mayoría los que piensan que se debió esperar a que se despejase la previsible investidura de Sánchez. El análisis es que se ha hecho de Redondo Terreros un "mártir" de la causa de la "vieja guardia" que según las mismas fuentes ha visto amplificado su mensaje. "¿Se van a atrever con Felipe?", se pregunta un dirigente territorial preocupado por la fractura del socialismo.

Foto: El expresidente Felipe González. (EFE/Isaac Esquivel)

Lejos de amainar la tormenta por la amnistía amenaza con subir de intensidad. El calendario no favorece a los deseos de Ferraz. El próximo día 20, Alfonso Guerra presenta su libro La rosa y las espinas junto a González en el Ateneo de Madrid. Se espera que estén arropados por muchos de los que estos días han estado alzando la voz contra el pacto con Junts. La otra fecha que pondrá a prueba las costuras del PSOE es el 8 de octubre, donde los constitucionalistas están llamados a manifestarse en Barcelona contra la amnistía de la mano de Sociedad Civil Catalana.

La marcha pretende conmemorar el aniversario de la primera gran protesta contra el referéndum en 2017. En aquel momento el PSC lideró la convocatoria con la asistencia del actual líder de los socialistas catalanes, Salvador Illa, y el ministro de Cultura en funciones, Miquel Iceta. Hoy, con la negociación con los soberanistas sobre la mesa no podrán colocarse detrás de la pancarta. Fuentes de los socialistas catalanes ya han mostrado su rechazo a la convocatoria bajo la excusa de que "los ciudadanos votaron convivencia". En el partido inquieta cómo puede penalizar el abrazo a Puigdemont de cara a las elecciones catalanas del 2025. Una parte importante del electorado que llevó a Illa a ganar los últimos comicios procede de Ciudadanos y rechaza el diálogo con Junts.

En los cuadros socialistas esperan que las cesiones a Puigdemont se expliquen bien a los ciudadanos. Pese a que Moncloa siempre dio por amortizado el efecto de los indultos, en los territorios recuerdan que fue lo que "nos mató" en las municipales y autonómicas. Esta vez los independentistas han subido la apuesta y solo queda saber si el PSOE resistirá el órdago.

Elena Valenciano, exvicesecretaria general del PSOE y miembro del Consejo de Estado, ha sido la última en sumarse al goteo de exdirigentes socialistas que se han pronunciado en contra de la amnistía y los pactos con Junts: "El PSOE está en manos de la derecha supremacista", sentenciaba en una entrevista a Carlos Alsina en Onda Cero, donde descartaba que se conceda la medida de gracia a Carles Puigdemont porque "no es posible". Las declaraciones de la que fuese mano derecha de Alfredo Pérez Rubalcaba resonaban en un PSOE que se esfuerza en digerir la expulsión de Nicolás Redondo Terreros. Altos cargos del partido han trasladado a El Confidencial su "malestar" por la decisión de Ferraz que tachan de "error".

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