El PSOE expulsa a Nicolás Redondo Terreros por "menosprecio a las siglas"

El expediente disciplinario abierto contra el socialista Nicolás Redondo ha terminado en expulsión. La ejecutiva del PSOE aprobó en su reunión del pasado lunes la suspensión de militancia del histórico dirigente socialista, quien fue secretario general del PSE, según ha adelantado Eldiario.es y han confirmado fuentes de la dirección a este diario. La comisión de Garantías ya había abierto un expediente al exdirigente vasco por entender que había pedido el voto para la popular Isabel Díaz Ayuso.

Redondo, junto al también expulsado Joaquín Leguina, acompañaron en un acto de campaña a la presidenta de la Comunidad de Madrid. Sin embargo, aquel primer expediente no acabó en expulsión al entender que Redondo no fue tan explícito como el expresidente socialista de la Comunidad de Madrid. Ahora, fuentes de la dirección explican que los motivos de su expulsión "los ha dejado negro sobre blanco en varias ocasiones él mismo". Concretamente, la decisión se centra en su reiterado "menosprecio a las siglas", indican fuentes de Ferraz. Un extremo que estas mismas fuentes constatan como "probado" y público, en base a lo recogido en distintos medios de comunicación. En la misma línea, concluyen que los militantes tienen derechos y obligaciones y llaman la atención sobre el hecho de que tienen "ocho millones de votantes y miles de afiliados a los que no se puede menospreciar".

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Nicolás Redondo: "La responsabilidad de lo que pasa en el PSOE no es de Sánchez, es de los que callan"

Pilar Gómez Fotografía: Olmo Calvo

En una entrevista con este diario el pasado mes de mayo, el ex secretario general del PSE censuró los pactos con Bildu y el papel de Pedro Sánchez al frente del partido, al tiempo que animaba a una suerte de rebelión interna. "La responsabilidad de lo que pasa en el PSOE no es de Sánchez, es de los que callan", alentaba. Asimismo, defendía que "he demostrado clarísimamente mi vocación de seguir en el PSOE, a pesar de que a veces me ha resultado ciertamente inhóspito".

En la dirección del PSOE defienden las garantías de este procedimiento con un segundo expediente de expulsión que ha pasado los informes preceptivos y la ratificación de la ejecutiva en aplicación del régimen disciplinario. Entre las infracciones que se imputan en los estatutos para determinar la suspensión de militancia se encuentra "la realización de actos de comunicación política, propaganda o petición de voto públicamente, a través de cualquier forma o ámbito de difusión, en favor de otras formaciones políticas o agrupaciones de electores, cuando el PSOE concurra al mismo proceso electoral que entren en contradicción con los intereses electorales del PSOE". Por otra parte, la suspensión de militancia es fruto también de "ser sancionado/a por el órgano competente con la expulsión del PSOE tras la tramitación del preceptivo expediente disciplinario razonado, motivado y contradictorio, de acuerdo a lo establecido" en los Estatutos.

El PSOE está buscando los mecanismos para desactivar la oposición de la vieja guardia del partido, encabezada por Felipe González, por la disposición de Pedro Sánchez a negociar con JxCAT bajo la premisa de una ley de amnistía. Obtener la ratificación de las bases es uno de los principales para encuadrar el rechazo de una parte de los históricos del partido fuera del sentir mayoritario de la organización.

Tras la ejecutiva del pasado lunes, la vicesecretaria general y ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero, trató de minimizar también las críticas de históricos socialistas situándolas dentro de la "diversidad y pluralidad" de su partido. "Lo único que puede decir es que en este PSOE el que se mueve sí sale en la foto", ironizó Montero cambiando el clásico atribuido a Alfonso Guerra. Desde el respeto, dijo, encuadró las críticas a Pedro Sánchez de históricos socialistas en una minoría oponiéndolas con el sentir tanto de la actual dirección como de los militantes y el resultado de las urnas el pasado 23-J. "Más allá de cualquier cuestión, este partido confía en el equipo de Sánchez para la articulación de un gobierno progresista. La dirección del partido se siente respaldada por los militantes y el conjunto de hombres y mujeres que quieren construir una España de futuro, progreso y moderna".

Ante la "diversidad y pluralidad" con la que adjetivó a su partido, subrayó que existen "mecanismos democráticos para asegurar que la posición de su dirección en la posición respaldada por la mayoría del partido". Si hay acuerdos, adelantó, se articulará una consulta para avalarla.

Más allá de los mensajes críticos lanzados por Felipe González y Alfonso Guerra, así como los exministros Ramón Jáuregui y Jordi Sevilla, en este escenario también ha alzado la voz el presidente de Castilla-La Mancha. Emiliano García-Page ha situado la amnistía fuera de la Constitución y reprochado al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, que a las elecciones del 23-J "el PSOE y todo el Gobierno fue con el planteamiento de que no cabía" en la carta magna. Por otra parte, ha criticado que se busque un acercamiento con los de Puigdemont porque "es la derecha catalana, es más que el PP en Cataluña y ha sido el rival permanente del Partido Socialista de los catalanes".