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Feijóo alienta ante los barones una repetición electoral y reconoce que el error fue fiar todo a "derogar el sanchismo"
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Unión de cara al mes de investidura

Feijóo alienta ante los barones una repetición electoral y reconoce que el error fue fiar todo a "derogar el sanchismo"

Hubo cena reducida el sábado y almuerzo multitudinario el domingo con líderes territoriales y cargos del PP. La estrategia es cerrar filas con Feijóo y usar la investidura como acto de campaña

Foto: Feijóo, en la apertura del curso político en el Castillo de Soutomaior. (EFE/Lavandeira jr.)
Feijóo, en la apertura del curso político en el Castillo de Soutomaior. (EFE/Lavandeira jr.)
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El PP volvía a celebrar su tradicional cita de final del verano en el Castillo de Soutomaior después de que el bipartito del PSOE-BNG prohibiese actos políticos. "La reconquista" de este espacio simbólico fue para muchos de los asistentes el "preludio" de lo que ocurrirá en España si acaba habiendo una repetición electoral en enero. Alberto Núñez Feijóo recuperó el ánimo mitinero en su discurso y entre los suyos se recuperaba el tono previo al varapalo del 23-J. En público, dio a entender que Pedro Sánchez logrará amarrar la Moncloa, al vaticinar que cederá ante todas las exigencias de los soberanistas; en privado, en una comida con barones, miembros de la dirección nacional y el expresidente Mariano Rajoy, mantuvo la esperanza en que haya una segunda vuelta.

Ante los suyos, el líder habló en tono distendido sobre lo que ocurrió antes del domingo electoral y lo que vendrá después. La intervención más optimista, según relatan los asistentes, fue la de la eurodiputada Dolors Monserrat, que desde su conocimiento de la política catalana aventuró que Carles Puigdemont acabaría forzando una vuelta a las urnas. De qué llevó a los populares a quedarse muy por debajo de las expectativas, la conclusión más compartida por varios de los comensales es que fue un error fiarlo todo a "derogar el sanchismo".

Foto: Feijóo, junto a Rueda, en el acto de apertura del curso político de esta mañana en Galicia. (EFE/Lavandeira Jr.)

En la autocrítica, salió la necesidad de haber explicado, y explicar ahora, cuál es la alternativa a Sánchez que propone el PP. El plan B que se diluyó en la campaña. Les faltó anunciar medidas, desgranar el programa y, según trasladó el gallego, es lo que hará este mes en sus encuentros con los grupos para su investidura del 26 y 27 de septiembre. Asume que será fallida, pero ve la oportunidad de aclarar asuntos como el de las pensiones, donde se falló. Los populares han sido castigados en las urnas por los pensionistas ante el miedo a los recortes. La entrevista en TVE donde Feijóo se encaró a la periodista Silvia Intxaurrondo, con datos erróneos, fue letal y ahora la reflexión es que hay que trasladar que el PP apuesta por la revalorización de las pensiones.

En su discurso de investidura, también reforzará su papel de hombre de Estado con mano tendida a los socialistas en temas clave como la sanidad o la educación, que al entender de Feijóo deben estar al margen de la pugna partidista. Sus palabras sonaron a música celestial entre unos líderes territoriales que reconocieron al "Feijóo de antes". El ambiente en el almuerzo fue cordial. No era el lugar ni el momento para los reproches. Como publicó ayer El Confidencial, no será hasta que se despeje la incógnita sobre el Gobierno cuando se pidan cambios en Génova.

En los corrillos, hubo unanimidad en que el "más afectado" era el vicesecretario de Organización, Miguel Tellado

En los corrillos, hubo unanimidad en que el "más afectado" era el vicesecretario de Organización, Miguel Tellado. La sensación es que no se ha recuperado de ganar pero no poder gobernar. Por el contrario, los asistentes destacan lo "unidos" que se ve a la secretaria general, Cuca Gamarra, y al coordinador general, Elías Bendodo. Precisamente en el partido se le atribuye a Tellado la estrategia de "inflar" las expectativas filtrando encuestas con más de 150 escaños, mientras el andaluz instaba a ser más prudentes.

A los comentarios por las ausencias de Isabel Díaz Ayuso o Carlos Mazón se sumó que la lideresa extremeña, María Guardiola, no se quedase al almuerzo. En el caso del segundo, se ha instalado en el partido que su celeridad a la hora de pactar con Vox en la Comunidad Valenciana fue lo que descabalgó a Feijóo de la Moncloa. Con Guardiola, el comentario generalizado es que no se "han cerrado las heridas" después del pulso para no meter a Vox en la Junta de Extremadura.

El sábado, hubo una cena más reducida en la que estuvieron el andaluz Juanma Moreno, el gallego Alfonso Rueda o el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco. Hay unanimidad en que ningún líder territorial intentará mover la silla al gallego. El objetivo sigue siendo Sánchez, porque en las apuestas gana por goleada que, si hay legislatura, será corta. Feijóo dará la batalla y contará con Mariano Rajoy una vez más. El expresidente declinó hablar en el almuerzo. "Él ya se ve como el rey emérito", bromea un barón. La incógnita es qué hará Aznar.

El PP volvía a celebrar su tradicional cita de final del verano en el Castillo de Soutomaior después de que el bipartito del PSOE-BNG prohibiese actos políticos. "La reconquista" de este espacio simbólico fue para muchos de los asistentes el "preludio" de lo que ocurrirá en España si acaba habiendo una repetición electoral en enero. Alberto Núñez Feijóo recuperó el ánimo mitinero en su discurso y entre los suyos se recuperaba el tono previo al varapalo del 23-J. En público, dio a entender que Pedro Sánchez logrará amarrar la Moncloa, al vaticinar que cederá ante todas las exigencias de los soberanistas; en privado, en una comida con barones, miembros de la dirección nacional y el expresidente Mariano Rajoy, mantuvo la esperanza en que haya una segunda vuelta.

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