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El adelanto electoral deja en el limbo más de 15.000M en armamento: "Se paraliza todo"
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El adelanto electoral deja en el limbo más de 15.000M en armamento: "Se paraliza todo"

Espoleado por la invasión rusa, el Gobierno inició una suerte de 'Zeitenwende' a la española, revisando y reimpulsando programas de armamento clave. Ahora, 15.000 millones están en el aire

Foto: Eurofighter, en maniobras militares. (Reuters/Lisi Niesner)
Eurofighter, en maniobras militares. (Reuters/Lisi Niesner)

Espoleada por la guerra de Ucrania, Europa entró en una suerte de introspección militar. La reflexión, en prácticamente todos los países, fue similar: las fuerzas armadas del continente están desactualizadas; los depósitos de armas y municiones, al límite, y abundan los equipos viejos o inoperativos. Ningún ejército europeo podría aguantar una guerra de alta intensidad como la que se libra en el este del continente, concluyeron altos mandos y analistas. Esta sensación de debilidad militar la encapsuló el canciller alemán, Olaf Scholz, con su promesa de un Zeitenwende —un cambio de era— en materia de defensa. Se acabaron los dividendos de la paz.

España es uno de esos casos paradigmáticos. Desde la crisis económica de 2008 fue laminando los presupuestos de Defensa y armamento hasta los mínimos históricos de 2014, dejando las capacidades de las Fuerzas Armadas severamente mermadas en varios frentes. Pero, forzado por la invasión rusa, el Gobierno de Pedro Sánchez había iniciado una suerte de Zeitenwende a la española, revisando y reimpulsando una veintena de programas de armamento clave —nacionales, europeos y compras en el extranjero— para recuperar capacidades perdidas y poner al día el poder de disuasión nacional.

Foto: EC Diseño

Varias fuentes de la industria comentan que se había ganado una inercia positiva entre las empresas, las Fuerzas Armadas y el Ministerio de Defensa en algunos de los programas clave. Ahora, el adelanto elector anunciado por Sánchez para el 23 de julio podría frenar en seco muchos de estos planes. La sensación general, comentan en el sector, es se viene un parón de varios meses en el peor momento. Son unos 15.000 millones de euros que se esperaba comenzaran a fluir por la industria y ahora están en punto neutro. Algunos tienen inercia suficiente para salir adelante. Otros tendrán que pasar por la revisión de los próximos responsables de Defensa.

"Se estaba avanzando a buen ritmo. Quedaban muchas cosas por discutir, pero ya se habían tomado muchas decisiones importantes y ahora venía la parte de la aprobación en el Consejo de Ministros, la más fácil, pero imprescindible para que arranquen los contratos. El adelanto paraliza todo esto", comenta un ejecutivo del sector cuya empresa participa en algunos de estos proyectos. "Si hay cambio de gobierno, la revisión puede ser importante y podríamos tener que esperar meses. Pero incluso si no hay cambio de gobierno, es muy probable que haya nuevo ministro, y también se alargue la cosa. Si hay que repetir las elecciones, damos el año por perdido".

Máximo en 20 años

Las negociaciones de qué programas especiales de armamento (PEA) se financian y qué fondos van para cada programa son complicadas. Primero, estos proyectos suelen tardar muchos años en desarrollarse —y varios acumulan importantes retrasos—, así que todas las administraciones heredan una serie de planes en marcha que hay que sostener y finalizar. En paralelo, se busca poner en marcha nuevos programas, más modernos y acordes con la visión estratégica del momento. Ahí persisten algunos enconados debates que obedecen a diferentes intereses entre industria y militares, o a distintas visiones sobre material más adecuado o las prioridades a dirimir entre los propios ejércitos. "Podríamos distinguir dos tipos de PEA. Los que necesita la Fuerza y los que necesita la industria", comenta un analista del sector.

El Gobierno de coalición, pese a su componente antimilitarista, ha impulsado en esta legislatura unos 25 nuevos programas de armamento (más de 26.000 millones de euros para ejercicios futuros), además de destinar recursos más de una docena de los que estaban curso. Pero sacarlos adelante necesita su burocracia. Los planes de armamento deben pasar dos veces por el Consejo de Ministros, una para recibir luz verde y otra para la autorización del contrato. Defensa había impulsado desde el inicio de la invasión 18 nuevos proyectos y el sector se preparaba para digerir más de 15.000 millones de euros pendientes de luz verde definitiva. Además, algunos programas que ya en marcha necesitan ampliar techos de gasto o la asginación de créditos del Ministerio de Industria para arrancar.

"Margarita Robles entró en el Ministerio diciendo que los PEAs eran excesivos y que no se iniciaría nada adicional. Al final, ha terminado siendo la máxima aprobadora en los ultimos 20 años. Pareciera que llegó con un punto de vista y ha terminado con otro", explica el analista. "Los presupuestos de 2020-2021-2022 fueron decepcionantes (en 2019 fueron prorrogados de 2018). Los presupuestos de 2023 sí han sido una sorpresa mayuscula y positiva en montos y programas. No creo que haya sido por voluntad del Gobierno. La guerra ha demostrado el estado real de las Fuerzas Armadas españolas, con sus luces y sombras. y ha obligado a poner en marcha todo lo que estaba en la lista de pendientes", agrega.

Foto: Sánchez, en la cumbre de la OTAN en Madrid en 2022. (EFE/Lavandeira jr.)
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A continuación, hacemos una revisión del estado e inversión en algunos de los programas de armamento más relevantes agrupados cuatro bloques: los anunciados para 2023, los aprobados en 2020-2022, los que quedan pendientes de incorporar y los que ya estaban en marcha. La lista no pretende ser exhaustiva, pero permite hacerse una idea de las capacidades que tiene pendiente adquirir las Fuerzas Armadas.

Programas de armamento para 2023

Caza y sistema de combate aéreo de 6ª generación (FCAS): probablemente, el proyecto más ambicioso en el que está implicada España, asociada con Alemania y Francia a partes iguales. El FCAS (future combat air system) o futuro sistema de combate aéreo, incluye un caza de sexta generación acompañado un enjambre de drones y controlado por una nube digital de combate. Aunque es un proyecto al que el Gobierno se sumó en 2019, es en 2023 que está ganando impulso. El año pasado se firmó el contrato y en abril recibió el espaldarazo político de los ministros de Defensa de los países socios. El Gobierno ya ha comprometido 2.500 millones de euros para las fases 1B y 2. No hay cifras definitivas, pero el desembolso final podría rondar los 100.000 millones de euros, con un horizonte de lanzamiento a 2040. En España, Indra lidera el proyecto en el que participan también Airbus, ITP Aero, GMV, Sener y Tecnobit. En el presupuesto de 2023, ya había una primera partida de 525,7 millones de euros.

Foto: Bruno Fichefeux, jefe del proyecto FCAS en Airbus Defence & Space. (Airbus)

Vehículo de apoyo cadenas (VAC): este programa tiene como misión reemplazar progresivamente al menos la mitad de la veterana flota de 1.250 vehículos transporte oruga acorazado M113 TOA, algo que el Ejército de Tierra comenzó a hacer en 2021. El pasado mes de abril, el Consejo de Ministros aprobó la primera fase que contempla 2.000 millones de euros por 394 vehículos para comenzar este año, con etapas previstas hasta 2035.

Helicópteros de lucha antisubmarina MH-60R Romeo: de los cuatro nuevos programas de armamento de 2023, el único que ha recibido el visto bueno definitivo es la adquisición de ocho helicópteros multipropósito MH-60R Romeo de la compañía estadounidense Sikorsky Aircraft por 820 millones de euros (2023-2029). Estos equipos, competencia directa del NH-90 de Airbus, son vistos por militares y analistas como cruciales para revertir la crítica situación de poder antisubmarino de la Armada.

Foto: Un MH-60R Sea Hawk de la Marina de EEUU. (Reuters)

Dron táctico (Sirtap): Defensa propuso la adquisición de nueve sistemas aéreos remotamente tripulados tácticos de altas prestaciones (Sirtap) por 500 millones de euros 2023-2031, con un desembolso de unos 100 millones en 2023. El equipo de gran tamaño, diseñado por Airbus, está equipado con cámaras eleptroópticas e infrarrojas, así como radares, para misiones de inteligencia, reconocimiento y vigilancia. Estos sistemas reemplazarán al Searcher en servicio el Ejército de Tierra y también entrarían en servicio en el Ejército del Aire y del Espacio, que no tiene drones de gran tamaño en la actualidad.

Buques hidrográficos costeros (BHC): entre los nuevos programas de adquisición anunciados este año se contempla la renovación de las unidades hidrográficas que opera la Armada, que se encargan de levantar nuevas cartas marinas y explorar el relieve submarino. Defensa contempla un presupuesto de 162,7 millones de euros para la adquisición a Navantia de dos unidades entre 2023-2026. La partida para 2023 es de 40 millones.

Foto: Buque hidrográfico militar Malaspina, encallado en Ibiza. (EFE/Sergio G. Cañizares)

Avión de vigilancia marítima (Vigma): el Ministerio de Defensa también podría comprar diez aviones para la vigilancia marítima, especializados en tareas de búsqueda o rescate, para sustituir a los viejos CN-235 del Ejército del Aire. El contrato sería de 560 millones de euros y todavía no hay detalles del modelo, aunque el favorito es una variante C-295.

Vehículo militar táctico todoterreno (VMTT): aunque no se trata de un programa especial de armamento, el Ministerio de Defensa lanzó en abril una licitación por 315,7 millones de para la adquisición de vehículos militares tácticos todoterreno para sustituir los Anibal Santana del Ejército de Tierra

Programas aprobados en 2020-2022

Aviones cisterna A330: Defensa compró en noviembre de 2021 tres aviones cisterna y transporte multimisión Airbus A330 MRTT (multi-role tanker transport) por 675 millones de euros (2021-2025). Los aviones se compraron a Iberia y son reconvertidos en aeronaves militares en las instalaciones de Airbus en Getafe. Esta flota será operada por el Grupo 45 del Ejército del Aire, en la base de Torrejón de Ardoz, para tareas de reabastecimiento en vuelo y operaciones de evacuación médica. Para 2023, hay una partida de 270 millones.

Buque de acción marítima (BAM-IS): en noviembre de 2021, Defensa y Navantia firmaron la orden de ejecución de un buque de acción marítima de intervención subacuática por 166,5 millones de euros. Esta unidad es una variante de los seis BAM que ya opera la Armada, pero especializado en inteligencia, investigación oceanográfica y apoyo y rescate para los submarinos S-80. El proyecto del A-21 Poseidón superó en octubre del año pasado la revisión inicial de diseño y se le asignaron 70 millones para 2023.

Eurodrón (EuroMALE): se trata de un programa multinacional europeo (Alemania, Francia, Italia y España) para el desarrollo de un sistema aéreo tripulado remotamente (RPAS, por su sigla en inglés) que pueda cumplir misiones de vigilancia y, más adelante, ser armado para operaciones de combate. En enero de 2022, el Consejo de Ministros aprobó el compromiso de gasto por unos 1.740 millones de euros hasta 2035 y en diciembre se autorizó el préstamo a Airbus. Se espera que el programa, en el que España tiene un 22% de participación, entre en servicio en 2028. En los presupuestos se contemplan 38,7 millones para 2023.

Modernización del helicóptero Tigre Mk-III: España y Francia adjudicaron a Airbus Helicopters la modernización de los helicópteros Tigre (18 en servicio en las Fuerzas Armadas españolas) en marzo de 2022. Alemania prefirió no participar y puede que sustituya sus aparatos Tigre por el AH 64 Apache. El contrato contemplaba el desarrollo y modificación de los aparatos por 6.000 millones de euros, de los que España aportaría unos 1.900 millones. En diciembre de 2022, se firmó el préstamo con Airbus Helicopters por 707 millones de euros. Sin embargo, este año han surgido voces en Francia que piden abandonar este programa. En los presupuestos de 2023 se incluyeron 29,3 millones de euros en I+D+i.

Foto: El alcalde de Sevilla y dos consejeros de la Junta, ante una maqueta del Eurodrone.

Proyecto Halcón y Eurofighter-2000: en junio de 2022, el Ministerio de Defensa firmó con Airbus una orden de compra de 20 aviones Eurofighter por 2.000 millones de euros para reemplazar a los F-18 Hornet del Ala 46 que operan en la base aérea de Gando, en Canarias. Esto llevará la flota de Eurofighter española a 90 unidades entre 2026 y 2030. Además, España contribuye en el programa de modernización, evolución y apoyo logístico del caza EF-2000 (III), junto con Alemania, Italia y Reino Unido, que el Ministerio de Industria financiará con 1.700 millones de euros (mientras que la partida aprobada en el presupuesto es de 620 millones de euros).

Helicópteros ligeros H135: el Consejo de Ministros autorizó en noviembre de 2022 la adquisición de 36 helicópteros ligeros multipropósito Airbus H135 para las flotas del Ministerio de Defensa y del Ministerio del Interior, por importe de 310 millones de euros. El Ministerio de Defensa le asignó 38 millones en 2023.

Vehículo de combate sobre ruedas VCR 8x8 Dragón: el Consejo de Ministros autorizó en abril aumentar el techo de gasto para la producción de los primeros 348 vehículos de combate sobre ruedas (VCR) 8x8 Dragón en 420 millones de euros entre 2024-2028 (ya se habían aprobado 190 millones en el presupuesto de 2023). Este vehículo, producido por el consorcio TESS Defense (Escribano, GDELS/Santa Bárbara, Indra y Sapa) todavía lidia con problemas técnicos que están demorando su entrada plena en servicio y lleva inversiones de 2.000 millones de euros desde 2020.

Foto: Presentación del VCR 8x8 Dragón en 2020. (EFE/Julio Muñoz)
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Programas pendientes

Lanzacohetes de alta movilidad (Silam): una de las prioridades del Ejército de Tierra, reivindicada por la experiencia en Ucrania, es la necesidad de recuperar la capacidad artillera. Con una inversión estimada en unos 300 millones de euros, hay varias opciones sobre la mesa. La favorita es la que impulsan Escribano y Expal, con el lanzacohetes israelí PULS (precise and universal launching system), sobre un camión de varios ejes con munición (cohetes y misiles) producida por la industria nacional.

Avión de despegue vertical para sustituir al Harrier AV-8B: quizás el debate más intenso entre Fuerzas Armadas e industria es el reemplazo de los cazabombarderos Harrier de la Armada. La inversión prevista es de 6.250 millones y, aunque no hay confirmación oficial, se especula que podría acabar siendo el F-35B de Lockheed Martin. Esta versión de la aeronave estadounidense tiene la capacidad de despegue y aterrizaje vertical y, por tanto, capaz de operar desde el LHD Juan Carlos I.

Misil contracarro Spike LR2: para esta segunda fase del MCC se contempla la compra de 1.680 misiles Spike LR2 y 168 puestos de tiro para sustituir al misil Tow por unos 290 millones de euros. El Ejército de Tierra y la Infantería de Marina llevan más de una década utilizando la versión anterior LR. El sistema de quinta generación está equipado con guiado electroóptico y es ligero, portátil, multiplataforma y multipropósito (para infantería, vehículos blindados, buques de guerra y helicópteros de ataque).

Foto: Silam de Escribano y Expal. (Sergio Beleña)
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Modernización sistema misiles Patriot: otro gran plan de Defensa es la actualización del sistema de misiles tierra-aire Patriot en servicio en el Ejército de Tierra por 1.400 millones de euros. El programa aspira a actualizar los equipos la configuración 3+ y adquirir la última versión del misil, el Patriot Advenced Capability-3 (PAC-3).

Avión de patrulla marítima (MPA): este programa tiene como fin la adquisición de cuatro C-295 de Airbus en su versión de patrulla marítima y con capacidad de guerra antisubmarina. Se estima un presupuesto de casi 600 millones de euros y sustituirán a los P.3 Orion del Ejército del Aire y del Espacio a punto de acabar su vida operativa.

Foto: Un Santana Aníbal del Batallón del Cuartel General de la Brigada XII, subiendo por un terreno difícil. (Juanjo Fernández)

Mortero embarcado: Defensa también tiene un programa de 125 millones de euros para comprar 80 nuevos morteros embarcados en vehículo (60 para Tierra, 17 para la Infantería de Marina y seis para el Ejército del Aire). La Infantería de Marina ya recibió las primeras unidades del sistema de mortero Eimos de Expal instalado sobre un Vamtac de Urovesa.

Otros proyectos: hay varios programas más en el tintero, incluyendo el Sistema Conjunto de Radio Táctica (SCRT), estimado en 740 millones de euros; el plan de mando, control y comunicaciones (MC3), por 970 millones de euros.

Programas en curso

Vehículo de combate de infantería Pizarro: los vehículos de combate a cadenas Pizarro, fabricado por GDELS/Santa Bárbara Sistemas, llevan operativos desde 2003. El Gobierno autorizó este mes de abril un aumento de 16,3 millones de euros para su programa de modernización entre 2024-2025, tras los 58,2 millones asignados en los presupuestos. Entre las posibles mejoras, la posibilidad de montar un misil contracarro en la torre que pueda disparar proyectiles como los Spike LR que ya tiene el Ejército de Tierra. Actualmente, hay 261 ejemplares de distintas versiones y variantes en servicio, incluyendo los desplegados en Letonia que incoporan el sistema de gestión de combate BMS-Lince de Indra y Thales.

Helicóptero táctico NH-90 (II): los presupuestos destinan una partida de 444,7 millones para el programa NH-90 de Airbus Helicopters, que busca la renovación de helicópteros medianos de transporte táctico del Ejército y la Armada. Para la segunda fase ya se analizó en Consejo de Ministros este año una inversión de 40 millones de euros adicionales entre 2024-2027.

Foto: El S-81 Isaac en superficie. (EFE/Marcial Guillén)

Avión de carga A400-M: en el presupuesto de 2023 se adjudicó una partida de casi 270 millones de euros para inversiones tecnológicas en esta aeronave de Airbus, pero el total del proyecto ya supera los 5.000 millones de euros desde su arranque en 2001. El Ejército del Aire ya cuenta con 14 unidades de este modelo que se ensambla en Sevillay prevé incoporar tres nuevos ejemplares entre 2026-2027 (todavía quedarían 10 para vender a otros países, si no se modifica el pedido original de 27). Estas aeronaves con capacidad para transportar 70 toneladas más de 3.000 kilómetros, han sido utilizados para llevar armamento a Ucrania (lanzagranadas, municiones, fusiles y ametralladoras ligeras), así como en las operaciones de evacuación en Afganistán y Sudán.

Submarino S-80: la joya de la corona del armamento nacional lleva muchos años de retraso y urge a una Armada que está a punto de perder sus capacidades submarinas. Navantia, líder del proyecto, podría entregar el S-81 Isaac Peral, la primera de las cuatro unidades previstas, para finales de este ejercicio o comienzos del próximo. Actualmente está enfrentando las pruebas críticas de inmersión. Para 2023, el programa se llevó una partida presupuestaria de 200 millones de euros. El monto total desde 2004 ronda los 4.000 millones.

Fragata F110: el programa, cuya orden de ejecución se firmó en 2019, cuenta con una inversión directa de 4.400 millones de euros. En 2022, Navantia comenzó con la construcción de la primera unidad, la Ramón de Bonifaz, de las cinco previstas. Se estima que entrarán en servicio paulatinamente en torno a 2026 y hasta 2032. En los presupuestos de 2023 hay 488,6 millones de euros para la fragata.

Espoleada por la guerra de Ucrania, Europa entró en una suerte de introspección militar. La reflexión, en prácticamente todos los países, fue similar: las fuerzas armadas del continente están desactualizadas; los depósitos de armas y municiones, al límite, y abundan los equipos viejos o inoperativos. Ningún ejército europeo podría aguantar una guerra de alta intensidad como la que se libra en el este del continente, concluyeron altos mandos y analistas. Esta sensación de debilidad militar la encapsuló el canciller alemán, Olaf Scholz, con su promesa de un Zeitenwende —un cambio de era— en materia de defensa. Se acabaron los dividendos de la paz.

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