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Artillería militar y financiera: Escribano M&E da un golpe de autoridad en la defensa nacional
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presenta su artillería lanzacohetes Silam

Artillería militar y financiera: Escribano M&E da un golpe de autoridad en la defensa nacional

Acapara titulares firmando con la Junta de Andalucía un plan para abrir una fábrica de munición en Córdoba y con la presentación de una de sus grandes apuestas: la artillería

Foto: Silam de Escribano y Expal. (Sergio Beleña)
Silam de Escribano y Expal. (Sergio Beleña)
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Escribano Mechanical & Engineering ha llegado a la Feria Internacional de la Defensa y Seguridad (Feindef) pisando fuerte. Pocos días antes del evento, la firma de defensa madrileña anunciaba la compra de un 3% en Indra por 65 millones de euros (con el objetivo declarado de llegar al 10% y tener un puesto en el consejo de la cotizada). Y durante la feria, ha acaparado titulares firmando con la Junta de Andalucía un plan para abrir una fábrica de munición en Córdoba, donde Defensa levanta una nueva gran base logística para el Ejército de Tierra, y con la presentación, este jueves, de una de sus grandes apuestas: la artillería.

Porque, cuando nos ponemos a analizar las carencias de las fuerzas terrestres españolas, uno de los temas recurrentes es la situación de la artillería de campaña. No solo es un material que envejece sin apenas recibir modernización, sino que se han perdido capacidades que antaño se tuvieron. Es el caso de la artillería lanzacohetes, unos medios reivindicados por la guerra de Ucrania, que se había convertido en objetivo prioritario. Ahora, hay un camino. para ello. La clave tiene cinco letras: Silam.

La trascendencia de la artillería lanzacohetes en el conflicto ucraniano ha sido ampliamente analizada por expertos y medios. Los rusos la han utilizado con profusión y efectos devastadores, sobre todo al inicio de las hostilidades. En el bando ucraniano, tan solo hay que mencionar una palabra, Himars, para que no haga falta ninguna explicación adicional. Todos los países de nuestro entorno se han puesto como objetivo reforzar o adquirir estas capacidades y las ventas del producto estrella de la estadounidense Lockheed Martin se han disparado. No es, ni mucho menos, la única alternativa. Y tampoco está claro que sea la mejor para las necesidades españolas.

España ya tuvo una artillería de estas características, el sistema Teruel, un lanzacohetes de 140 milímetros que fue diseñado y fabricado por la empresa Santa Bárbara, hoy integrada en la estadounidense GDELS. Estos lanzadores, de los que se adquirieron 22 unidades, se dieron de baja definitiva en 2011. Con las limitaciones y tecnologías de entonces fue considerado un sistema apto para su función. Para recuperar esta capacidad de fuego crucial, el Ejército de Tierra lanzó el programa Silam (sistema lanzador de alta movilidad), a la búsqueda de una plataforma lanzacohetes sobre base de camión.

En principio, había varias alternativas. La más sencilla era adquirir un producto en el exterior que estuviera probado. De seguir esta línea, el candidato ideal era el Himars (high mobility artillery rocket system o sistema de artillería de cohetes de alta movilidad). Pero comprar por catálogo algo que la industria española ya era capaz de diseñar y fabricar daba una imagen penosa —por muy bueno que sea, que lo es, el producto norteamericano—. Con esta nueva premisa surgieron otras posibilidades; desde una asociación con Brasil, fabricante del sistema Astros, a una colaboración con Israel y su sistema PULS (precise and universal launching system o sistema lanzador de precisión universal).

El guante del Silam fue recogido por Escribano M&E, para lo que se asoció con Expal, empresa adquirida el pasado noviembre por la alemana Rheinmetall, para hacer un producto integrado, adaptado y fabricado en nuestro país. La idea tiene sentido. La israelí Elbit cede la tecnología de su lanzador para su fabricación bajo licencia; Expal, por su experiencia, se encarga de los cohetes, y Escribano hace el resto. Es decir, adquiere la plataforma de camión que al final se elija (por el momento Iveco) y la adapta al equipo, además de fabricar el lanzador y montarlo. Por último, la compañía agrega sus módulos de alta precisión a los cohetes de Expal; unos elementos de guiado por GPS que ya están probados con óptimos resultados en proyectiles de 155 mm y municiones de mortero de 120 mm.

Por el momento, el presupuesto que contempla el Ministerio de Defensa es una pequeña partida de 22 millones de euros dentro del apartado Programas Especiales de Modernización del presupuesto de este año para lanzar el programa, aunque la previsión es destinar casi 300 millones entre 2023-2028.

placeholder El prototipo del Silam, rodando por una de las pistas de pruebas en las instalaciones de El Viso. (Escribano)
El prototipo del Silam, rodando por una de las pistas de pruebas en las instalaciones de El Viso. (Escribano)

40-150-300

El PULS israelí es un lanzador muy versátil, funcional y con capacidades probadas. Aporta una gama de cohetes de diferentes calibres y alcances con un elevado grado de compatibilidad. Se constituye como un sistema modular, con dos módulos (o pods) en el lanzador. Cada módulo se puede configurar con un tipo de cohete, de tal manera que puede llevar tipos diferentes en cada módulo y podrán utilizarse con o sin elementos de guiado.

De momento, se utilizarán tres clases: Accular, Extra y Predator Hawk. El Accular es un cohete ligero de 122 mm con un alcance de alrededor de 40 kilómetros, pudiendo llevar 18 unidades por módulo. El Extra es un modelo de 306 mm y 570 kg de peso, con una ojiva de 120 kg de carga explosiva. Es un equipo muy potente y con un alcance de hasta 150 kilómetros.

placeholder Los tres tipos de cohetes con los que contará el Silam, expuestos en Feindef. (Juanjo Fernández)
Los tres tipos de cohetes con los que contará el Silam, expuestos en Feindef. (Juanjo Fernández)

El Predator Hawk es el más potente y de mayor alcance. Tiene un calibre de 370 mm y un peso de 800 kg, pero su principal característica es que alcanza los 300 km, lo que supone una capacidad notable. Por comparación, el famoso ATACMS —que el presidente Volodímir Zelenski lleva pidiendo desde hace meses— tiene el mismo alcance, pero pesa prácticamente el doble. Esto significa que tiene mucha mayor capacidad destructiva unitaria, pero menos versatilidad de empleo. Es así porque en el módulo del Himars solo cabe uno —y este modelo dispone de un solo módulo—, mientras que en cada módulo del PULS caben dos Predator Hawk. Así pues, un lanzador PULS será capaz de duplicar la potencia destructiva de un Himars a igual distancia.

Los cohetes originales dan una precisión CEP de 10 metros. Esto significa que se garantiza que al menos el 50% de los proyectiles caigan dentro de ese radio respecto al blanco. Las pruebas de los módulos de guiado desarrollados por Escribano hablan de una precisión mucho mayor, incluso de un CEP de cinco metros. Hay que tener en cuenta que, al ser un guiado aerodinámico, cuanto mayor es el tiempo de vuelo del cohete —paradójicamente— mayor precisión se alcanza.

Foto: Silam de Escribano M&E. (Sergio Beleña)

En cuanto a su capacidad de supervivencia, se espera muy elevada. Cuenta con un sistema de autoposicionamiento capaz de ubicarse y abrir fuego en menos de un minuto y, una vez realizado el último disparo, ponerse en marcha de nuevo en menos de un minuto. Esto hace muy complicado alcanzarle con fuego de contrabatería.

Aunque de momento solo se va a trabajar con los cohetes Accular de 122 mm, existe también una versión intermedia en 160 mm. Tienen mayor alcance y carga ofensiva, pero entre los 40 km del Accular de 122 mm y los 150 kilómetros del Extra, el espacio es demasiado grande. Hay muchas situaciones en las que la artillería trabaja a distancias de 50-70 km de sus objetivos. A ese rango, utilizar cohetes Extra sería casi un desperdicio, por lo que se va a estudiar implementar los Accular de 160 mm, que podrían cubrir ese importante hueco. Esto, siempre, a futuro.

A vueltas con la plataforma

La empresa trabajó contrarreloj, cuentan fuentes de la compañía, para tener el prototipo listo para la Feria, por lo que no se pueden sacar conclusiones del prototipo que se llevó de exposición. Decidieron utilizar una plataforma de camión Iveco de ocho ruedas, modelo que aún no está decidido y se trata de una primera aproximación. Ni siquiera está claro si será al final de ocho o de seis ruedas, ambas alternativas viables con sus pros y contras.

placeholder El prototipo del Silam, junto a uno de los prototipos del 8x8 Dragón. (Escribano)
El prototipo del Silam, junto a uno de los prototipos del 8x8 Dragón. (Escribano)

A favor de la plataforma de seis ruedas está el menor tamaño y el ahorro en peso. Esto supone que sería más sencillo que el lanzador se desplegase mediante los aviones A-400M. Por el contrario, la plataforma de seis ruedas obligaría a una mayor carga por eje, lo que supondría reforzar y revisar el diseño. La plataforma de ocho ruedas es más versátil y exigiría menos trabajo sobre el chasis del camión. Por el contrario, tendrá mayor peso, y sobre todo mayor volumen, lo que complicaría su embarque por vía aérea. El debate está abierto.

En cualquier caso, una plataforma de ocho ruedas debería ser aerotransportable. Hay soluciones que ayudan a rebajar la altura —el principal escollo— como es el inflado y desinflado automático de ruedas. Pero el mayor tamaño aporta una ventaja clave y es la posibilidad de incorporar una grúa al propio lanzador. No es algo baladí pues permitiría unos menores tiempos de recarga al no necesitar de un camión grúa de apoyo, como le ocurre al Himars. Esta operación, en cualquier caso, estará por debajo de los diez minutos.

El auge de Escribano

Detrás del proyecto está Escribano, una empresa peculiar que, en tiempo récord, ha pasado de ser un pequeño negocio familiar a adquirir un 3% de un campeón nacional como es Indra. Los planes son adquirir el 10% y ocupar puesto en su Consejo, aumentando enteros su influencia en uno de los motores tecnológicos de la defensa española. En origen la empresa se basa en el conocimiento de Ángel Escribano y en el trabajo de Constancia, padres de los actuales dueños, Ángel y Javier Escribano, que comenzaron la empresa en 1989. Su secreto —en palabras de Ángel Escribano— se resume de forma sencilla: "trabajar, trabajar y reinvertir durante muchos años hasta el último euro —antes pesetas— de los beneficios".

placeholder Javier Escribano, entre el consejero de la Junta, José Carlos Gómez Villamandos, y el alcalde de Córdoba, José María Bellido.
Javier Escribano, entre el consejero de la Junta, José Carlos Gómez Villamandos, y el alcalde de Córdoba, José María Bellido.

Esto, junto con la mentalidad emprendedora de los dos hermanos, hijos de tornero que, sin pasar por escuelas de negocios ni universidades de élite, han dirigido la empresa hasta convertirla en un referente industrial en el sector defensa y, además, 100% española.

Una combinación singular, dicen en la industria, de gran agilidad en la toma de decisiones, una gran ambición en todas las gamas de producto que han decidido emprender y poca aversión al riesgo. Una firma con pocos lujos, mucha innovación y ningún reparo a la hora de emprender, inventar o investigar sin complejos. "Si alguien lo podía hacer, por qué nosotros no", asegura Ángel.

Escribano Mechanical & Engineering ha llegado a la Feria Internacional de la Defensa y Seguridad (Feindef) pisando fuerte. Pocos días antes del evento, la firma de defensa madrileña anunciaba la compra de un 3% en Indra por 65 millones de euros (con el objetivo declarado de llegar al 10% y tener un puesto en el consejo de la cotizada). Y durante la feria, ha acaparado titulares firmando con la Junta de Andalucía un plan para abrir una fábrica de munición en Córdoba, donde Defensa levanta una nueva gran base logística para el Ejército de Tierra, y con la presentación, este jueves, de una de sus grandes apuestas: la artillería.

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