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¿Y nuestras brigadas medias? Lecciones de historia para poner a dieta nuestros blindados
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diferentes misiones, diferentes vehículos

¿Y nuestras brigadas medias? Lecciones de historia para poner a dieta nuestros blindados

Alemania parece haber recuperado la idea de incorporar fuerzas medias a su 'mix' de vehículos blindados, algo que ya hicieron Francia y EEUU. Algo que invita a la reflexión en España y sus planes para el vehículo 8x8 Dragón

Foto: Presentación del VCR 8x8 Dragón en 2020. (EFE/Julio Muñoz)
Presentación del VCR 8x8 Dragón en 2020. (EFE/Julio Muñoz)
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El pasado mes de enero, durante la Conferencia Internacional de Vehículos Acorazados en Twickenham (Reino Unido), un representante del Ejército alemán anunció la intención de su país de dotarse de fuerzas medias, un concepto que apareció en Estados Unidos tras la guerra de Kosovo y parecía olvidado. Ahora, la idea de Berlín sería comprar vehículos de ruedas 6x6 a la empresa finlandesa Patria como parte de un programa multinacional junto a Finlandia, Suecia, Letonia y Estonia. La adquisición complementaría a los vehículos 8x8 que ya ha encargado Alemania. De ejecutarse, este movimiento debería proporcionar a España elementos para la reflexión, considerando que el Ejército de Tierra está embarcado en un ambicioso programa de vehículo de ruedas 8x8: el Dragón. Unas consideraciones que se entienden mejor poniéndolas en contexto con la historia reciente.

Fallida carrera a Pristina

El 3 de junio de 1999 entró en vigor el alto fuego entre la OTAN y la República Federal Yugoslava, en aquel entonces conformada solo por Serbia y Montenegro. El acuerdo incluía la retirada del Ejército yugoslavo de la provincia de Kosovo y el despliegue sobre el terreno de una fuerza multinacional. Si bien la KFOR llegaría a tener mandos regionales y responsabilidades bien delimitadas, el despliegue inicial en zona fue lo suficiente ambiguo como para que se convirtiera en una carrera por tomar el control del aeropuerto de Pristina, la capital kosovar.

placeholder Paracaidistas británicos en Kosovo a bordo de vehículos Supacat ATMP. (Ministerio de Defensa del Reino Unido)
Paracaidistas británicos en Kosovo a bordo de vehículos Supacat ATMP. (Ministerio de Defensa del Reino Unido)

Uno de los primeros contingentes de la OTAN en entrar en Kosovo fueron las fuerzas británicas del Primer Batallón Paracaidista. Tras tomar control del desfiladero de Kacanik, avanzaron hacia la capital apiñados sobre camiones ligeros Pinzgauer y mulas mecánicas Supacat ATMP, ninguno de los cuales ofrecía protección alguna. En el avance británico también participaron fuerzas del regimiento de caballería de los Blue and Royals, dotados de vehículos blindados de cadenas ligeros Alvis Scimitar. Cuando llegaron al aeropuerto de Pristina, las fuerzas británicas se encontraron con los rusos, que habían llegado antes. Una fuerza de 250 militares con transportes de tropa BTR-80 proveniente de las fuerzas de paz en Bosnia bloqueaban el acceso al aeropuerto.

El general estadounidense Wesley Clark, comandante supremo de las fuerzas aliadas en Europa (SACEUR), ordenó desalojar a los rusos. El teniente James Blunt, de los Blue and Royals, sabiendo las consecuencias que tendría la orden, no la ejecutó. Consultó, en cambio, a su propia cadena de mando, que terminaba en el general británico Mike Jackson, comandante en jefe del Cuerpo de Reacción Rápida Aliado (ARRC). Cuenta la leyenda que el general Jackson respaldó la inacción de las fuerzas británicas sobre el terreno y le espetó al general Clark: “No voy a comenzar la jodida Tercera Guerra Mundial para ti”. La tensión sobre el terreno se disipó tras una conversación telefónica de los presidentes de Estados Unidos, Bill Clinton, y su par ruso, Boris Yeltsin; y el joven teniente Blunt no pasaría a la historia por posiblemente evitar un incidente internacional, sino por triunfar años más tarde como cantautor con el tema "You are beautiful".

La carrera de rusos y aliados de la OTAN por llegar a Kosovo tuvo un gran ausente. El Ejército estadounidense intentó trasladar fuerzas de la 1ª División Acorazada desde Alemania al corazón de los Balcanes y se encontró con que mover vehículos pesados por carreteras de montaña y estrechos puentes sobre riachuelos era todo un desafío. El fiasco de la carrera por Pristina dejó huella en la Fuerza Armada estadounidense, que ya había vivido repetidas experiencias donde lo inadecuado de sus tropas pesadas o ligeras ante las circunstancias requería de un nuevo tipo de unidad y material.

El virtuoso término medio

El Ejército de Estados Unidos había salido de la Guerra Fría con dos tipos de unidad: pesadas y ligeras. Las primeras estaban dotadas, fundamentalmente, de carros de combate M-1 Abrams y vehículos de combate de infantería M-2 Bradley. Algunas estaban desplegadas en Alemania pero, en caso de que estallara una Tercera Guerra Mundial en las llanuras centroeuropeas, el plan era trasladarlas por mar desde Norteamérica, atravesando el Océano Atlántico. Las ligeras eran, principalmente, unidades paracaidistas como la 82ª División y helitransportadas como la 101ª División. Como fuerza de contingencia, se esperaba de ellas que pudieran trasladarse rápidamente por avión a la zona de operaciones. Los planes actuales establecen que la 82ª División debe ser capaz de activar un batallón reforzado a las 18 horas de recibir la orden y una brigada entera en pocos días.

Cuando Saddam Hussein invadió Kuwait el 2 de agosto de 1990, Estados Unidos lanzó un despliegue militar en Arabia Saudí para prevenir una posible invasión iraquí. Según pasaron los días, se vio que las fuerzas iraquíes se habían atrincherado en la frontera del emirato kuwaití y el reino saudita. No hubo indicios de que Saddam Hussein tuviera planes de lanzar más operaciones ofensivas. Pero siempre quedaría la duda: ¿qué hubiera pasado si las fuerzas iraquíes llegan a avanzar para encontrarse con las fuerzas ligeras estadounidenses que defendían Arabia Saudí? La incógnita de enviar rápidamente fuerzas con poca pegada para, a cambio, tener lista en pocas semanas, o meses, una fuerza combatiente con medios resolutivos quedó sin resolver.

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Casi una década después, en 1999, el general Eric Shinseki, entonces jefe del Estado Mayor del Ejército estadounidense, lanzó un programa de adquisición de un nuevo tipo de vehículo de combate de peso medio. En principio se evaluaron vehículos de ruedas y cadenas de todo tipo. El programa nació con el nombre de vehículo blindado medio (MAV) y terminó denominándose vehículo blindado interino (IAV). Estaba claro que el programa no pretendía entrar en el largo proceso de diseñar un vehículo desde cero, algo que la industria estadounidense tendía a convertir en una pesadilla de retrasos y recargos en el precio. Además, se tuvo la mente suficientemente abierta para probar vehículos muy diferentes, e incluso vehículos diseñados fuera de Estados Unidos, en lugares como Francia, Alemania y Singapur. El único requisito era que los vehículos tuvieran un peso y dimensiones comedidas.

Una piraña fuera del agua

Finalmente, el ganador fue una adaptación específica para el concurso del ejército estadounidense de una variante canadiense de un diseño suizo. El nuevo vehículo M1126 Stryker nació originalmente como el Mowag Piranha, un transporte de tropas 6x6 que fue evolucionando sucesivamente hasta convertirse en un vehículo de 8x8 ruedas. El diseño fue adaptado en Canadá, donde en 1999 se presentó la variante LAV III de 8x8 ruedas. Y así, el LAV III llegó a tiempo para ser modificado y presentado como el candidato al programa IAV por la empresa General Dynamics, cuya división europea cerró el círculo adquiriendo años después a la suiza Mowag.

Entre las características destacadas por el ejército estadounidense del diseño del LAV III modificado estaba la autonomía y velocidad punta viajando por carretera, la capacidad de resistir los impactos de ametralladora pesada en su arco delantero y la posibilidad de transportarlo al campo de batalla mediante un avión de transporte C-130 Hércules.

placeholder Dos vehículos de infantería Stryker embarcan en un C-5 Galaxy. (Julianne Showalter/Fuerza Aérea de EEUU)
Dos vehículos de infantería Stryker embarcan en un C-5 Galaxy. (Julianne Showalter/Fuerza Aérea de EEUU)

La incorporación del vehículo M1126 Stryker implicó la reorganización de brigadas de infantería en un nuevo tipo de unidad llamada brigada media, dotada de 300 vehículos Stryker de distintas variantes y formada por 4.5000 militares. Una unidad así debía ser capaz de ser desplegada en su totalidad en 96 horas, lo que da idea de la capacidad logística de las Fuerzas Armadas estadounidenses. Los vehículos Stryker entraron en servicio en Afganistán e Irak, donde fueron sumamente valorados por los soldados de unidades ligeras, que hasta aquel entonces solo habían contado con todoterrenos y camiones.

Pero en ambos conflictos, los vehículos Stryker se enfrentaron a un entorno y a misiones que no estaban en mente de los planificadores que habían requerido este equipo. Los bajos fueron modificados para resistir minas y artefactos explosivos improvisados (IED). Y el frontal y laterales fueron reforzados con un enrejado que servía para atrapar o detonar prematuramente granadas anticarro de carga hueca, pero que también impedían introducir el vehículo en el avión C-130 Hércules. El Stryker se volvía así más grande, pesado y aparatoso, resintiéndose sus capacidades todoterreno. Las medidas tomadas para aumentar la resistencia de los Stryker frente a las armas más efectivas de las insurgencias iraquíes y afganas redujeron así su condición original de vehículo ágil y fácilmente transportable.

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En 2014, la primera invasión rusa a Ucrania (Donbás y Crimea) motivó un despliegue militar excepcional estadounidense en Europa. Los vehículos Stryker del 2º Regimiento de Caballería estadounidense se trasladaron por carrera desde Alemania a Estonia, atravesando República Checa, Polonia, Lituania y Letonia, hasta llegar por sus propios medios a la frontera de Estonia y Rusia, donde se pasearon banderas al viento.

Por aquel entonces ya había empezado la reconversión de los Stryker hacia una nueva variante que cambiaba su armamento principal —un montaje teledirigido de ametralladora pesada de 12,7 mm— a una torre no tripulada dotada de un cañón de 30 mm, aliviando las preocupaciones de si un vehículo que había nacido con las crisis de los años noventa en mente tendría lugar en una nueva era de conflictos de alta intensidad. Mientras tanto, los vehículos de ruedas 8x8 se convirtieron en un estándar en las fuerzas armadas europeas de Irlanda a Rumanía y de Portugal a Finlandia.

Diseñar en tiempos de paz para la guerra

Afirma Robert M. Citino en su libro De la Blitzkrieg a Tormenta del Desierto: la evolución de la guerra a nivel operacional que el vehículo Stryker es el típico resultado de los periodos pacíficos en los que no se vislumbra una guerra de alta intensidad en el futuro próximo y los planificadores demandan diseños de vehículos más ligeros y rápidos. Esto es, más baratos.

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Sin embargo, podíamos encontrar en Europa dos filosofías opuestas. Por un lado, en Francia se adoptó el Vehículo Blindado de Combate de Infantería como vehículo 8x8 pero también el Griffon, un vehículo 6x6 muchísimo más simple y económico pensando para operaciones como las que desempeña el Ejército francés en África.

Por otro lado, tenemos el Boxer, un enorme y pesado vehículo 8x8 desarrollado por un consorcio germano-holandés que han comprado Alemania, Holanda, Reino Unido y Lituania. El Boxer, en la variante A3 que ha encargado el Ejército británico, pesa 38,5 toneladas y cuenta con un motor de 805 caballos. A modo de comparación, el T-55, el carro de combate más producido por la Unión Soviética durante la Guerra Fría, pesaba originalmente unas 36 toneladas y su motor rendía 581 caballos. La idea de un vehículo medio fácilmente transportable por avión quedó completamente atrás.

Un Dragón enorme

España, mientras tanto, parece haber seguido la estela de la filosofía alemana inicial de incorporar un enorme vehículo de ruedas 8x8. El Ejército de Tierra español lanzó un concurso para dotarse de un nuevo vehículo 8x8 denominado Vehículo de Combate de Ruedas Dragón. Desde el comienzo hubo abundantes pistas de las preferencias. Por ejemplo, el Ministerio de Defensa firmó en 2015 un contrato con General Dynamics Land Systems Europe (GDLSE) para que entregara un total de cinco vehículos Piranha V que sirvieran de bancos de prueba tecnológicos para los equipos y sistemas que se incorporarían al vehículo definitivo. En la primera edición de la Feria Internacional de la Defensa y Seguridad (FEINDEF), celebrada en Madrid en 2019, no apareció ninguna de las empresas competidoras para promocionar su vehículo 8x8. Sí aparecieron en cambio las empresas que ofrecían una torreta con cañón automático para el mismo concurso.

placeholder La ministra Robles junto al VCR Dragon. (Ministerio de Defensa)
La ministra Robles junto al VCR Dragon. (Ministerio de Defensa)

El programa del Vehículo de Combate de Ruedas Dragón no dio sorpresas y el 25 de agosto de 2020 se firmó el contrato de compra de los 348 vehículos de la primera fase encargado a un consorcio formado por la filial española de GDLSE y las empresas españolas Indra, SAPA Placencia y Escribano Mechanical & Engineering. El nuevo vehículo será un derivado del Mowag Piranha V dotado de una torreta diseñada en España junto a otros equipos. El peso y dimensiones del vehículo, 33 toneladas nada menos, parece que supondrán un desafío para su traslado en avión, sobre plataforma remolcada por cabeza tractora y en tren. Para empezar, la rampa trasera del avión de transporte Airbus A-400M con el que cuenta el Ejército del Aire y del Espacio español tiene un límite de 32 toneladas. El peso del vehículo parece que también ha supuesto un problema para la suspensión.

Los planes del Ejército de Tierra es que el nuevo vehículo sustituya al veterano vehículo de ruedas 6x6 BMR, al vehículo de cadenas M-113 y también a los vehículos a pruebas de minas RG-31. Esto significa que se espera que el Dragón sustituya a vehículos con misiones y perfiles muy diferentes. Es más, al principio se esperaba que los M-113 en unidades mecanizadas fueran sustituidos por las siguientes fases del programa de vehículo de combate de infantería Pizarro. Ahora, los planes son comprar un total de 1.000 vehículos Dragón de múltiples variantes en el que es el programa más ambicioso del Ejército de Tierra.

Foto: Columna de zapadores de la Legión con vehículos BMR en cabeza. (Juanjo Fernández)

Es significativo que el programa Dragón naciera como el sustituto del BMR y ahora casi lo doble en peso. Paradójicamente, el diseño BMR ha tenido una nueva vida lejos de España. Su licencia de producción fue comprada por Austria, donde se denominó Pandur. El deseo del Gobierno austriaco de mantener los puestos de trabajo de la fábrica llevó a encargar un lote de una versión puesta al día: el Pandur EVO. Aparte del Ejército austriaco, el Pandur EVO tendrá un usuario muy especial. La unidad más secreta y elitista del ejército estadounidense, conocida generalmente como la Delta Force, contará con el Pandur EVO como sustituto de los Pandur de primera generación que venían utilizando.

La experiencia nos enseña que cuando en las Fuerzas Armadas españolas se embarcan en planes ambiciosos, con varias fases prolongadas en el tiempo, la realidad económica se impone. Es pronto para saber si el Ejército de Tierra dispondrá de recursos para dotarse de los 1.000 vehículos Dragón. Pero resulta llamativo que se haya decidido que un solo modelo de vehículos de ruedas se convierta en el vehículo universal, que ocupará tanto el lugar que estaba reservado a los blindados de cadenas como a las misiones internacionales en lugares remotos en condiciones de trabajo espartanas. Franceses y alemanes, cada uno en su momento, han terminado por entender que hacen falta vehículos diferentes para diferentes misiones. Y que algunas las pueden desempeñar vehículos más sencillos y económicos.

El pasado mes de enero, durante la Conferencia Internacional de Vehículos Acorazados en Twickenham (Reino Unido), un representante del Ejército alemán anunció la intención de su país de dotarse de fuerzas medias, un concepto que apareció en Estados Unidos tras la guerra de Kosovo y parecía olvidado. Ahora, la idea de Berlín sería comprar vehículos de ruedas 6x6 a la empresa finlandesa Patria como parte de un programa multinacional junto a Finlandia, Suecia, Letonia y Estonia. La adquisición complementaría a los vehículos 8x8 que ya ha encargado Alemania. De ejecutarse, este movimiento debería proporcionar a España elementos para la reflexión, considerando que el Ejército de Tierra está embarcado en un ambicioso programa de vehículo de ruedas 8x8: el Dragón. Unas consideraciones que se entienden mejor poniéndolas en contexto con la historia reciente.

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