Goyas 2024: ¿apostará el cine español por la intimidad trans o premiará la épica de los Andes?

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Será irremediablemente alargada la sombra de Carlos Vermut en la 38 ceremonia de los Goya que se celebra hoy en Valladolid, donde también planea la amenaza de las guerrillas de carreteras, con el Gobierno alerta ante una situación sin precedentes y con la idea de impedir que los tractores pudieran entrar en la ciudad bajo ninguna circunstancia.

Parece bastante claro que la presencia muda del cineasta revoloteará incómodamente por el ambiente y también es seguro que habrá multitud de referencias a este Me Too del cine español que, por ahora, solo ha destapado un caso. Por recapitular: fue el pasado viernes 26 de enero, coincidiendo con los premios Feroz (o más bien, precisamente por ellos), cuando se destaparon las acusaciones de violencia sexual al cineasta por parte de tres mujeres que han preferido mantenerse en el anonimato. ¿Las respuestas? La Academia del Cine se pronunció algunos días después (para algunas personas quizá demasiados días después) mostrando "solidaridad" y Televisión Española ha decidido retirar una de sus mejores películas: Magical Girl, provocando con ello la polémica que parece habitual con estos casos de cancelación cultural.

Las opiniones están servidas, como ya demostraron no solo distintas personalidades de la profesión (Isabel Coixet se lamentó de que se hubieran normalizado "estas conductas de mierda", mientras que José Coronado señaló que "no vale denunciar al año", teniendo que disculparse después por el revuelo que causó en redes), sino también periodistas (María Guerra también fue tajante en su condena) o incluso políticos como la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz y el ministro de cultura, Ernest Urtasun, los cuales también se mostraron muy críticos con la situación. Este año son Ana Belén y los Javis (es decir, Javier Ambrossi y Javier Calvo) los encargados de conducir la gala, y ya han señalado que la polémica de Vermut, destapada por El País, los ha llevado a cambiar el guion de los Goya.

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Y aunque el Me Too se ha colado en la función, no hay que olvidar que la Asociación de Mujeres Cineastas y Medios Audiovisuales (CIMA) también ha querido aprovechar para declarar que es la primera vez en los 38 años de vida de los Premios Goya de la Academia de Cine que un 61% de las nominaciones (individuales y compartidas) es para mujeres. El pasado año el porcentaje fue de 40%.

"El aumento de la presencia femenina en el cine y el audiovisual es consecuencia de la puesta en marcha de medidas de acción positiva. Ello es lo que han hecho posible que las mujeres demuestren su talento", indican desde la Asociación. En 2023, 12 de los 28 premios entregados fueron para mujeres cineastas, lo que supone un gran cambio si tenemos en cuenta que en la historia de los Goya la única mujer en ganar el premio a mejor dirección de arte fue Ana Alvargonzález por Pa Negre (2011) y que las únicas cineastas premiadas a mejor dirección en la historia han sido Pilar Miró, Icíar Bollaín e Isabel Coixet.

Ana Belén y los Javis, los encargados de conducir la gala, ya han señalado que la polémica de Vermut los ha llevado a cambiar el guion

Quizá este año la cosecha no sea tan fructífera como lo fue el año pasado (donde competían títulos tan potentes como As Bestas, Alcarrás o Cinco Lobitos) pero algunos títulos vienen pisando fuerte. Los Goya han establecido ya sus —aparentemente— dos claras favoritas: 20.000 especies de abejas de Estibaliz Urresola (con 15 candidaturas, el debut más nominado de la historia, por encima de El orfanato) y La sociedad de la nieve de J.A. Bayona, nominada también a los Oscar y con 13 candidaturas a los Goya a sus espaldas.

Es decir, podrá triunfar el cine sosegado y naturalista de Urresola, con su historia acerca de identidades y con una estupenda Sofía Otero en un papel tremendamente complicado, interpretando a una niña trans. Aunque Otero se alzó con el Oso de Oro a la mejor interpretación el 27 de febrero del año pasado (convirtiéndose en la intérprete más pequeña en ganarlo) no podrá competir en los Goya en la categoría de actriz revelación, puesto que los premios establecieron en 2011 que los menores de 16 años no pueden ser nominados, con la idea de proteger sus derechos.

El triunfo de Urresola significaría premiar un tipo de cine naturalista y de autor que algunos califican de "mirada femenina"

Con un presupuesto de 680.000 euros, el triunfo de Urresola significaría premiar un tipo de cine naturalista y de autor que, en los últimos años, se ha impuesto en nuestro país y que incluso algunos califican de "mirada femenina" (en la senda de Verano 1993 y Alcarrás de Carla Simón y Cinco lobitos de Alauda Ruiz de Azúa) aunque la propia autora ya se ha encargado de desdeñar dicho título. En su contra tiene, de cualquier manera, el hecho de que podría llevarse simplemente la Dirección novel y quedarse con las manos vacías en cuanto a Mejor película se refiere.

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Quizá gane entonces el cine épico y (por qué no decirlo) mainstream de J.A. Bayona, que ha decidido contar la historia de la tragedia de los Andes que ya se contó en Viven, esta vez con extra de realismo y caras poco conocidas, entre las que ha destacado un fantástico Matías Recalt (ojo, argentino y no uruguayo, que interpreta al médico Roberto Canessa en el filme y que ya ha contado que vivió su drama personal mientras rodaba la película, con la muerte de su padre), que sí está nominado a Mejor Actor Revelación, con quizá pocas posibilidades, pues parece que el premio lleva este año el nombre de Brianeitor (Campeones) o, incluso, de La Dani (Te estoy amando locamente).

Bayona tiene en contra que también está nominado a los Oscar y que compite en la categoría de Mejor dirección contra Erice

La epicidad majestuosa de Bayona (mucho menos épica que Viven, de cualquier manera, y realista y minuciosa hasta el extremo) es la cara opuesta a ese cine naturalista de Urresola, con un espectacular presupuesto de 60 millones (es el filme más caro de la historia de nuestro cine), que, según ha indicado recientemente Bayona era "tan caro" que su equipo "no pudo financiarlo" y finalmente fue Netflix el que tuvo que apostar por el proyecto. Los problemas de Bayona son varios y podría acabar siendo el perdedor de la noche: por un lado, la nominación de la película a los Oscar podría suponer más un detrimento que una baza a su favor en los premios españoles (no sería la primera vez) y, por otro, no tendría mucho sentido volver a premiar otro año más a Bayona con mejor dirección y dejar a un lado la Mejor película, sobre todo cuando compite contra él también uno de los directores más importantes del panorama español.

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Y es que siguen a estas dos grandes favoritas Cerrar los ojos de Víctor Erice, el regreso del aclamado director de El sur tras 30 años, que parece claro que tendrá que rascar algo (quizá una mejor dirección y/o actores de reparto para Ana Torrent y José Coronado). La película de Erice es un testamento filmográfico y, aunque quizá no sea su mejor largometraje, parece una clara despedida (tiene 83 años) por parte de un director mítico al que han llegado a calificar como el mejor realizador de nuestro país (con permiso de Buñuel) o a comparar con Tarkosvky, y sería muy decepcionante que se fuera con las manos vacías.

Después va Saben aquell, la historia de Eugenio que ya le ha valido a David Verdaguer un premio Feroz, otro Gaudí y también competirá en los Goya como mejor actor protagonista. Ambas tienen 11 nominaciones. Les pisa los talones Un amor de Isabel Coixet, basada en la novela del mismo nombre de Sara Mesa, que tiene menos posibilidades (Laia Costa se llevó la estatuilla el año pasado por Cinco Lobitos) pero no hay que olvidar que cuenta con siete nominaciones. Podrían dar la sorpresa quizá las dos grandes tapadas de la ceremonia, El maestro que prometió el mar, de Patricia Font, y Creatura, de Elena Martín, que tienen 5 y 4 nominaciones en apartados de interpretación y dirección, pero en general parece que las abejas podrían ser las afortunadas de la noche.

Sería muy decepcionante que Erice no se llevara nada, teniendo en cuenta que 'Cerrar los ojos' es su despedida cinematográfica

Mencionables también son el Goya de honor, que recae sobre el mítico director de fotografía Juan Mariné, cuya lente ha filmado algunas de las anécdotas más importantes de nuestra historia contemporánea, el Goya internacional a Sigourney Weaver (que sigue en la estela de sus precursoras de otros años, Cate Blanchett y Juliette Binoche) o la nominación del documental de C. Tangana, Esta ambición desmedida.

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Tampoco hay que olvidar la mejor película de animación que a todas luces se llevará probablemente la aclamada Robot Dreams de Pablo Berger —también nominada a los Oscar—, que compite con otra delicia del cine de animación que es Dispararon al pianista de Fernando Trueba (centrada en la historia real de un músico de bossa nova) y en ningún modo menor en calidad a su rival, aunque con más papeletas para quedarse con las manos vacías. Sin hacer de menos a las mejores películas extranjeras, en las que la francesa Anatomía de una caída parece la clara ganadora, aunque compite con otros huesos duros de roer como la alemana Sala de profesores o (especialmente) la británica —y exquisita— Aftersun. Las cartas están sobre la mesa, esta noche se mostrarán finalmente.