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Sigourney, la chica alta que luchó contra los 'aliens', los fantasmas (y los de la oficina)
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Premio Goya Internacional 2024

Sigourney, la chica alta que luchó contra los 'aliens', los fantasmas (y los de la oficina)

La actriz norteamericana tiene títulos icónicos como 'Alien, el octavo pasajero', 'Armas de mujer', 'Gorilas en la niebla' o los 'Cazafantasmas'. Para los más jóvenes, es la directora del proyecto 'Avatar'

Foto: La actriz Sigourney Weaver. (Getty/Emma McIntyre)
La actriz Sigourney Weaver. (Getty/Emma McIntyre)

Se plantó en el mundo del cine con sus 1,82 metros de altura y un lanzallamas, y todavía no se ha bajado. Y a ver quién la tose ya a sus 74 años y como protagonista de algunas de las películas más icónicas de los últimos 50 años, que son las décadas que jalonan toda su trayectoria. Sigourney Weaver (Nueva York, 1949), estrella de Hollywood y una de esas actrices globales y que no son efímeras (como ahora), aparecerá por España estos días para recibir el Goya Internacional el próximo sábado. No es una mala sucesora de Cate Blanchett y Juliette Binoche, las ganadoras en las pasadas ediciones de este galardón.

El lanzallamas de la teniente Ripley, el personaje de Alien, el octavo pasajero (1979), es hoy ya un objeto de museo. Había que tener mucho carisma para hacer frente a esa cosa viscosa y salir indemne sin entrar en el catálogo de las pelis kitsch directas al videoclub para no salir jamás de allí. Le fue tan bien que protagonizó una segunda parte en 1986 que le valió su primera nominación al Oscar (se lo llevó Marlee Matlin por Hijos de un Dios menor, de la que nunca más se supo), y una tercera (1992) y una cuarta (1997) y hasta puso su voz en videojuegos. El terror convertido en obra de arte.

A decir verdad, su primera película había sido con Woody Allen, un pequeño papelito en Annie Hall (1977). Venía de estudiar en Yale. Quería ser escritora y, de hecho, su nombre real no es Sigourney, que tomó de un personaje de El gran Gatsby cuando lo leyó con 14 años. Eso también es personalidad.

Pero fue Ripley la que le abrió las puertas del cine por las que enseguida se colaron otras cintas como El año que vivimos peligrosamente (1982), sobre los disturbios en Indonesia junto a un guapísimo Mel Gibson (antes de que se le fuera la cabeza); y otros supertaquillazos como Cazafantasmas (1984) y su segunda parte (1989), con otro icónico como Bill Murray. Los 80, desde luego, eran suyos.

placeholder La actriz como la teniente Ripley en 'Alien'.
La actriz como la teniente Ripley en 'Alien'.

No podía faltar en la comedia feminista por excelencia de la época: Armas de mujer, junto a Harrison Ford y una estupenda Melanie Griffith como esa secretaria de estética de anuncio de Farala. Eso sí, aquí le tocó bailar con la más fea —era la jefa mala— y mostrar que la sororidad no es una cosa que viene de serie en los genes de las mujeres. Por esta película fue nominada también al Oscar, pero se lo llevaría Jodie Foster por otra cinta también muy feminista: Acusados.

Pero ese mismo año tendría otro papel agradecido, el de la científica Dian Fossey en Gorilas en la niebla, que catapultó los billetes de avión a África. Logró también la nominación como actriz de reparto, pero aquí se lo birló Geena Davis por El turista accidental. En los 90 bajó el ritmo de trabajo, aunque siguió con filmes destacables como la hermosa La tormenta de hielo, de Ang Lee (1997).

placeholder La actriz en 'Avatar', de James Cameron.
La actriz en 'Avatar', de James Cameron.

Y después de todos estos personajes llegó el que la daría a conocer entre los millennials, la doctora Augustine, directora del proyecto Avatar. Volvió a rodar con James Cameron en 2009 y hace solo un par de años presentó su segunda parte. Ha confirmado que aparecerá en una tercera.

Weaver es una actriz a la que se la quiere en España. Ya se le dio el premio Donostia del Festival de San Sebastián en 2016. Rodó con J. A. Bayona Un monstruo viene a verme. No es de titulares altisonantes (tampoco para la prensa rosa: lleva 40 años casada con su marido, el director Jim Simpson), pero siempre ha dejado muy claras sus posturas, sociales y políticas. Por ejemplo, defendió a Roman Polanski, con quien rodó La muerte y la doncella. Se ha mostrado distante con respecto a la tiranía de la cirugía plástica (“Me gusta envejecer. Es interesante”). Está totalmente en contra de Donald Trump (“¿Trump? No hay ni que mencionar ese nombre”), y a favor del derecho al aborto (“Espero que se restaure el derecho al aborto en EEUU”). Precisamente, su última película es Todas somos Jane, sobre una activista proabortista. Sigourney mide 1,82. A ver quién se mete con ella.

Se plantó en el mundo del cine con sus 1,82 metros de altura y un lanzallamas, y todavía no se ha bajado. Y a ver quién la tose ya a sus 74 años y como protagonista de algunas de las películas más icónicas de los últimos 50 años, que son las décadas que jalonan toda su trayectoria. Sigourney Weaver (Nueva York, 1949), estrella de Hollywood y una de esas actrices globales y que no son efímeras (como ahora), aparecerá por España estos días para recibir el Goya Internacional el próximo sábado. No es una mala sucesora de Cate Blanchett y Juliette Binoche, las ganadoras en las pasadas ediciones de este galardón.

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