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El extraño caso de Morata, de estar perdido a ser la esperanza del fútbol español
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otra 'final' contra el brujas

El extraño caso de Morata, de estar perdido a ser la esperanza del fútbol español

Álvaro Morata enfila la cuenta atrás para el Mundial con la garantía de ser un fijo de Luis Enrique. El delantero que no apasiona en sus clubes es fundamental para la Selección

Foto: Morata celebra el gol contra el Sevilla en el Sánchez Pizjuán. (Reuters/Marcelo Del Pozo)
Morata celebra el gol contra el Sevilla en el Sánchez Pizjuán. (Reuters/Marcelo Del Pozo)

Álvaro Morata es un delantero que le cuesta encontrar su sitio en el fútbol español. Se ha marchado dos veces a Italia para jugar en la Juventus y otra a Inglaterra para hacerlo en el Chelsea. En el Real Madrid no quiso vivir a la sombra de otras estrellas y en el Atlético entró en conflicto con Simeone. La reconciliación funciona en estos momentos. La relación está en calma, pese a que el Cholo no lo quería y Morata buscó otro destino. Durante el verano ha estado en el limbo, perdido por un futuro incierto. En la cuenta atrás para el Mundial de Qatar, las cosas le van más bien que mal y con esto es suficiente para que Luis Enrique le considere la esperanza del fútbol español en Qatar.

A finales de mayo de 2018, Álvaro Morata recibió una de las noticias más duras de su carrera. Julen Lopetegui comunicó que no le veía para ir con la Selección al Mundial de Rusia. "Es una decisión muy dolorosa", explicó el entrenador. Morata había bajado su rendimiento en lo deportivo, por motivos físicos y anímicos. Era uno de los delanteros preferidos por el exseleccionador, pero no le quedó más remedio que dejarle fuera. Morata tuvo una reacción que le honra. "Muchísima suerte en el Mundial. Desde ya estaré apoyando y animando hasta el final como siempre", escribió el jugador en sus redes sociales. Hoy Morata es el delantero de referencia de Luis Enrique. Fijo e indiscutible en los planes del seleccionador para el Mundial de Qatar que empieza dentro de un mes y medio.

placeholder Morata celebra el gol de la victoria de España contra Portugal
Morata celebra el gol de la victoria de España contra Portugal

La vida te suele dar una segunda oportunidad y en el caso de Morata ocurre en diferentes situaciones. Con el Real Madrid, Atlético y Juventus ha pasado por dos etapas en cada club. Ha tenido de todo. Momentos destacados, otros nefastos y de tensiones con los entrenadores. Con España tiene esa segunda oportunidad de convertirse en una de las estrellas que necesita una Selección para hacer algo importante en el Mundial. La semana pasada confirmó que está en un momento dulce. Marcó el gol, en la 'final' de Braga contra Portugal, que sirvió para que España se clasificara para la fase final de la Liga de Naciones y con el Atleti hizo un golazo al Sevilla.

El interés del Barcelona

Es un Morata más maduro y experimentado. Es un caso inaudito. Lo que llama la atención de este futbolista, con todos los cambios de equipo, cesiones, vueltas, gestos y declaraciones que ha hecho, es que se trata de un futbolista que no pertenece a nadie. Morata ha jugado en el Real Madrid, lo hace en Atleti, pero podría estar defendiendo los colores del Barcelona. Si no le vemos con la camiseta culé es porque Miguel Ángel Gil Marín reaccionó en el pasado mercado de invierno y no quiso reforzar al Barça. Era un rival directo para ocupar una plaza de Champions. Simeone no le quería. Xavi le llamó y Morata estaba como loco por dar el paso de la Juventus al Barcelona. "Uno tiene que estar en un sitio donde le quieran, le valoren y donde juegue", es el recado que le mandó al Cholo desde Turín.

Foto: Tchouaméni, Rodrygo y Benzema en el partido contra Osasuna. (Reuters/Isabel Infantes)

No es un futbolista que esté en el corazón de los aficionados madridistas ni de los rojiblancos. Mientras haga goles y sean importantes, los del Atleti estarán calmados. Pero no se puede decir que en las gradas del Metropolitano hay pasión por Morata. No lo ha conseguido, pese a que ha tenido gestos importantes. Morata sufrió el rechazo de los aficionados que no le querían por su pasado madridista. Se esmeró en hacer ver que es del Atleti de niño, que su padre le llevaba al Vicente Calderón y fue recogepelotas. Ni aun así generó entusiasmo. En la histórica remontada en Anfield (2-3) marcó el tercer tanto al Liverpool y lo celebró de rodillas y pidiendo perdón. Un gesto potente que sirvió de poco. Chocó con Simeone por ser suplente en el partido contra el Leipzig en Lisboa, se dejaron de hablar y se marchó cedido a la Juventus.

Durante el verano, el club tenía en venta a Morata por 35 millones de euros y no lo compraba nadie. Se quedó y la relación con Simeone tenía que recuperarse de la manera más profesional. Le convenía a los dos. Al Cholo porque se quedó sin Cristiano Ronaldo y a Morata para convencer a Luis Enrique que está para ir al Mundial. Al seleccionador lo tiene más que convencido. Morata es de los fijos en la lista. Le da mucho al juego que demanda el seleccionador. Es un delantero que se sacrifica en la presión, un primer defensor, trabajador y eficaz.

La relación con Simeone

Con Simeone la cosa va más despacio, pero se lo está ganando poco a poco. Morata lleva cuatro goles en este inicio de la temporada y todos los ha marcado como visitante (dos al Getafe, uno a la Real Sociedad y otro al Sevilla). No jugó el derbi. El Cholo decidió que no era un día para sacar la calculadora con los minutos de Griezmann y el francés fue titular junto con Joao Félix. Morata entró tarde al partido. Cuando el Real Madrid ya iba por delante (0-2) y estaba cerrado. A Morata le sigue costando que el Cholo le dé el valor y los galones que tiene con Luis Enrique.

El caso es que Álvaro Morata parece más un jugador de Selección que de club. España entera necesita que esté inspirado y con puntería en el Mundial. Es el goleador. No lo tiene sencillo porque en la pasada Eurocopa ya estuvo en el ojo del huracán por algún fallo. Morata no es Lewandowski, ni Mbappé, Neymar, que estarán en el Mundial. Por supuesto que no es Haaland. Pero es el delantero titular de España y con la confianza de Luis Enrique transmite que en la Selección tiene lo que le ha faltado en el Real Madrid y el Atleti: confianza en los días grandes.

Foto: Javier Clemente, exseleccionador de España. (Efe/Alejandro García)

Tampoco es que levante pasiones entre los aficionados españoles. No acaban de identificarse con él, ni tiene categoría de figura. No solo influye una cuestión de deportiva y credibilidad con el gol, sino porque un día lloró en su regreso al Real Madrid en el palco del Bernabéu en 2016 y otro dijo que es atlético desde que estaba en la cuna. Lo que sea, lo que sienta, queda para él y lo que tiene por delante es un Mundial y que toda España se haga de Morata.

Morata evita cometer errores del pasado que le puedan perjudicar a su puesta a punto con la Selección y quiere paz con el Cholo. "Ya le dije a Simeone que es un placer trabajar con él", comentó antes de jugar el partido contra el Bayer Leverkusen. Acabó en derrota, el grupo se complica y el entrenador necesita que Morata siga su racha contra el Brujas. El Atleti tiene una 'final' en Bélgica, contra el líder, y conviene no tropezar. La 'final' de Braga la ganó España con gol de Morata. Lo mismo necesita Simeone.

Álvaro Morata es un delantero que le cuesta encontrar su sitio en el fútbol español. Se ha marchado dos veces a Italia para jugar en la Juventus y otra a Inglaterra para hacerlo en el Chelsea. En el Real Madrid no quiso vivir a la sombra de otras estrellas y en el Atlético entró en conflicto con Simeone. La reconciliación funciona en estos momentos. La relación está en calma, pese a que el Cholo no lo quería y Morata buscó otro destino. Durante el verano ha estado en el limbo, perdido por un futuro incierto. En la cuenta atrás para el Mundial de Qatar, las cosas le van más bien que mal y con esto es suficiente para que Luis Enrique le considere la esperanza del fútbol español en Qatar.

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