La pereza de Luis Enrique para ir al sorteo en Qatar y los daños de quedarse sin Mundial
Luis Enrique, que comentó con desgana que irá al sorteo en Doha, cumple con su plan. Clasifica a España como un equipo y otras estrellas del fútbol verán el Mundial por televisión
El encuentro entre España e Islandia en Riazor acabó con goleada (5-0) y cánticos de los aficionados coreando el nombre de Luis Enrique. La estrella de la Selección está en el banquillo. Lo que hay en el césped es un amplio grupo de futbolistas, una mezcla de veteranos y jóvenes, que forman un equipo. Luis Enrique está en el Mundial de Qatar como él quería. No hay un crack en el césped. El sello es el colectivo y el líder va en zapatillas. De esta manera, se vanagloria con que tiene un grupo de buenos jugadores que son competitivos. España caza en manada, se podría decir. Sobresale la figura del entrenador por encima de cualquier futbolista, algo que no sucede en otras selecciones con futbolistas que son referentes y verán el Mundial por televisión.
Al final del partido en La Coruña, Luis Enrique tuvo un ataque de sinceridad y dijo, en 'Teledeporte', que le da pereza ir al sorteo del Mundial que se celebra este viernes en Doha. Son las cosas de una personalidad diferente, que va a contracorriente y tiene a la Federación en vilo por conocer sus planes de futuro. Estos días se ha hablado más de su contrato, que acaba tras el Mundial, que de fútbol. Luis Enrique acapara el foco mediático de la Selección. La bola de España estará en el bombo de cabezas de serie en el que se conocerá la composición de las 32 Selecciones en ocho grupos. Estará la España de Luis Enrique, que se ganó su clasificación de manera directa en el último partido del grupo, como una de las favoritas.
Luis Enrique no ha hecho más que cumplir con el deber de clasificar a España para el Mundial. Lo dábamos por hecho. De no haberlo conseguido, se habría considerado como un fracaso del fútbol español. Pero, ¿se puede hablar de batacazo perderse un Mundial? Lo que España tiene como algo normalizado, en otros países es una tragedia. Selecciones que tienen futbolistas que marcan las diferencias como Italia, Suecia, Austria, Colombia, Chile, Egipto, Argelia y Noruega se han quedado fuera. Otras como la Portugal de Cristiano Ronaldo y la Polonia de Lewandowski han necesitado de la repesca. La Gales de Bale está pendiente del partido contra la vencedora del Escocia-Ucrania. España tiene el billete y Luis Enrique siente el reconocimiento, aunque el elogio le incomode, tras la respuesta masiva de aficionados que llenaron el estadio de Cornellà en el regreso a Barcelona dieciocho años después y cómo fue aclamado en La Coruña, ciudad a la que España no acudía desde hace trece años.
Daños emocionales y económicos
Quedarse fuera del Mundial tiene consecuencias que van desde el fracaso colectivo hasta el individual de futbolistas que son estrellas. Abarca a la decepción de los aficionados de un país que pierden la ilusión, el desprestigio y una importante pérdida económica para las Federaciones y el negocio en torno al marketing que se genera en un país. Esto es lo que le debemos a Luis Enrique. Entre la fecha de inicio, 21 de noviembre, a la final,18 de diciembre, en España estaremos conectados a una cita futbolística que genera ilusión y dinero.
No sucederá en otros países que están eliminados y supone un drama. Las últimas estrellas que se han quedado fuera son el colombiano James Rodríguez, el egipcio Mohamed Salah, el sueco Zlatan Ibrahimovic, los chilenos Alexis Sánchez y Arturo Vidal y el argelino Riyad Mahrez. En este grupo de ausentes estaban los noruegos Erling Haaland y Martin Odegaard y los futbolistas italianos (Donnarumma, Jorginho, Verratti...) que fueron a la repesca y fallaron contra Macedonia del Norte. La misma decepción tiene el austríaco David Alaba. Es la cara triste, la del fracaso, de estrellas que no han sido capaces de clasificar a su Selección para el Mundial y que tendrán que esperar otros cuatro años. En algunos de los casos, como puede ser el de Ibrahimovic, es un final doloroso.
Qatar respira y celebra que podrá contar con Messi y Cristiano Ronaldo. Es el quinto Mundial para el argentino y el portugués. Puede ser el último y el país que tanto apostó por organizar esta competición en estas fechas fuera del calendario normal, con la incertidumbre por el estallido de la pandemia, explotará su Mundial. La presencia de Messi y Cristiano, el duelo eterno, más la de otras figuras como Neymar, Mbappé, Benzema, Griezmann, Lewandowski, Luis Suárez... Qatar tiene lo que buscaba. Vender un Mundial de estrellas del fútbol en la que contará con la de Luis Enrique como el seleccionador que le da pereza acudir al sorteo en Doha.
El encuentro entre España e Islandia en Riazor acabó con goleada (5-0) y cánticos de los aficionados coreando el nombre de Luis Enrique. La estrella de la Selección está en el banquillo. Lo que hay en el césped es un amplio grupo de futbolistas, una mezcla de veteranos y jóvenes, que forman un equipo. Luis Enrique está en el Mundial de Qatar como él quería. No hay un crack en el césped. El sello es el colectivo y el líder va en zapatillas. De esta manera, se vanagloria con que tiene un grupo de buenos jugadores que son competitivos. España caza en manada, se podría decir. Sobresale la figura del entrenador por encima de cualquier futbolista, algo que no sucede en otras selecciones con futbolistas que son referentes y verán el Mundial por televisión.
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