La intervención del Gobierno en la RFEF es un paripé y la amnistía a Rocha tiene truco... y trato

En previsión de que, como efectivamente pasó, las medidas adoptadas por la Comisión Directiva del Consejo Superior de Deportes (CSD) no fueran bien acogidas por quienes están más o menos al corriente de la situación de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), un día antes de su reunión el Gobierno filtró a toda Prisa (no, la P en mayúscula no es una errata) que iba a intervenirla.

Esto es algo que ni puede ni tampoco se atrevería a hacer el CSD, aunque había que hacer el paripé, al tiempo de no incomodar a la FIFA y la UEFA, a la que esta misma mañana llamaron desde la RFEF para chivarse, de ahí las habituales intoxicaciones para meter miedo. Eso sí, ambos organismos emitieron un comunicado conjunto para señalar que siguen "de cerca y con gran preocupación la situación de la RFEF" y pedirán información adicional para que no pierda su independencia.

Además, y como casualmente hace unos días se rumoreaba en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, se confirmó la decisión de, al menos provisionalmente, amnistiar a Pedro Rocha y el resto de miembros de la Comisión Gestora de la RFEF. ¿El motivo? Pues que el extremeño, imputado en el caso Brody, pueda ser proclamado presidente de la RFEF, por más que Miguel Galán presentara este mismo jueves un recurso ante la Comisión Electoral, el cual lo único que hará es retrasar su nombramiento.

De esta forma, después de dejar claro que la Comisión Directiva del CSD es en realidad una comisión dirigida, pues sus miembros se encontraron con todo decidido en una reunión que lideró Carmen Acedo, abogada del Estado en el Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes, José Manuel Rodríguez Uribes se limitó a hacer una introducción y posteriormente no compareció ante los medios.

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El presidente del CSD, quizás temeroso de una posible denuncia por prevaricación, se remitió a un comunicado en el que anunció "la creación de una Comisión de Supervisión, Normalización y Representación para tutelar la RFEF durante los próximos meses, en respuesta a la crisis de la entidad, en defensa del interés general de España y para que la entidad pueda iniciar una etapa de regeneración bajo un clima de estabilidad e institucionalidad". Como puede comprobarse, un brindis al sol.

La verdad es que, por más que lo anticiparan a través de sus medios afines, la decisión suena, más que a salomónica, a estrambótica. Sobre todo porque, al mismo tiempo, Uribes instaba a los miembros de la Comisión Gestora de la RFEF "a limitarse en sus funciones a la mera administración ordinaria de la entidad". Es decir, exactamente lo que no hicieron desde que dicha comisión fue constituida tras la dimisión de Luis Rubiales, hasta el punto de que el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) les ha incoado un expediente sancionador que el CSD dejó en suspenso.

¿A qué Comisión Gestora de la RFEF se refiere el CSD?

Claro que la explicación puede ser que el CSD no se refiera a la actual Comisión Gestora de la RFEF, sino a la próxima que se nombre. De hecho, como certeramente se apunta en Iusport, en el momento en el que el amnistiado Pedro Rocha tome posesión de su cargo de presidente de la RFEF, el extremeño nombrará una Junta Directiva. Por lo que no solo la actual comisión gestora quedará automáticamente disuelta, sino que dichos directivos ya podrán ejercer sin limitación de clase alguna las funciones que los estatutos confieren a ambos órganos.

Aunque así se quiera hacer ver, no está de más repetir que la FIFA siempre tuvo claro que no haría suya la chapuza protagonizada por el anterior secretario de Estado para el Deporte, Víctor Francos, y el amnistiado Pedro Rocha, quien, como buen florero (Tebas dixit), se tragó el informe Cueto. El posteriormente detenido, y solo entonces despedido, cerebro jurídico del rubialismo, se permitió argumentar que "unas elecciones a Presidente en este momento, con una Asamblea a la que le quedan poco más de tres meses de mandato, no sería ejemplo de buena gestión ni de democracia real". De aquellos barros, este lodazal.

Volviendo al comunicado del CSD, decir que al frente de la citada Comisión de Supervisión, Normalización y Representación "se situarán personas independientes de reconocido prestigio", tampoco parece muy serio, además, por supuesto, de que está por ver qué funciones pueden desempeñar. Y no solo por no dar sus nombres, algunos de los cuales también fueron debidamente filtrados para tantear el terreno, sino porque el hecho de que vayan a ser nombrados por el Gobierno deja clara de antemano su nula independencia.

Del Bosque, una exfutbolista y un abogado del COE

Se habla de Vicente del Bosque, a quien cabe recordar que el meditabundo Pedro Sánchez ya intentó reclutar. "Mi padre me decía siempre: pórtate bien y no te metas en política", fue la respuesta que le dio el salmantino, a quien es difícil imaginar embarcándose en este cambalache. Por aquello de la manoseada paridad, también se habla de una exfutbolista, sin importar su preparación. Y, por último, de un abogado propuesto por el Comité Olímpico Español (COE). O sea, su presidente, Alejandro Blanco, de ahí que probablemente sea Alberto Palomar.

Además de confirmar que fue él quien recientemente juntó a Uribes y Rocha, basta con leer entrelíneas algunas informaciones para ver la mano de Blanco, aunque en este caso más bien sea negra, detrás de las decisiones del presidente del CSD. "Para evitar que la FIFA le acuse de injerencias en el fútbol español, algo por lo que podría sancionar y expulsar a la Selección de las competiciones, el Gobierno seguirá el ejemplo de Italia, donde decidieron tomar las riendas a través del comité olímpico italiano", podía leerse en el AS, en alusión al famoso CONI que tanto entusiasma y envidia Blanco.

Tal y como está contado en El Confidencial, el presidente del COE guarda una estrecha relación con el presidente del Gobierno desde que su hijo fuera uno de los miembros del tribunal de su famosa tesis. De hecho, fue el nexo de unión entre Sánchez y Rubiales, como quedó demostrado en algunos mensajes del expresidente de la RFEF a su común amigo Pedro. En cuanto a Uribes, Blanco se fraguó una buena amistad con él durante su etapa de ministro, cuando entre ambos y el mencionado Rubiales lograron que Irene Lozano dejara la presidencia del CSD, la cual casualmente el valenciano, aunque con alma conquense, ocupa ahora.

Una nueva reunión por si no hay trato con Rocha

Para rematar el paripé, Uribes informó que su Comisión Directiva volverá a reunirse este martes "para analizar la situación general de la RFEF y llevar a cabo, en su caso, nuevas actuaciones en relación con el expediente disciplinario abierto al señor Rocha, sobre el que se pronunciará el TAD en las próximas semanas". ¿Nuevas actuaciones? ¿Y cuál es exactamente la que ha tomado? Cabe recordar que es al CSD al que le compete suspender cautelarmente, algo que de momento no ha hecho, de ahí que pensar que el TAD puede inhabilitarle suena a que la amenaza sigue latente.

Claro que es esto es precisamente lo que explicaría el pacto al que, según algunas informaciones, el CSD quiere llegar con Rocha. De manera que su vicepresidente sea una persona de la confianza del Gobierno, pues no en vano, este será el encargado de presidir la Comisión Gestora de la RFEF desde el momento en el que se convoquen elecciones. Es por ello que si este pacto no llegara a buen puerto, el CSD tenga prevista una segunda reunión de la Comisión Directiva en la que podrían acordar las suspensiones que este jueves no acordaron.

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Decir que "la situación de la RFEF exige altura de miras y el Gobierno está actuando con seriedad, determinación y responsabilidad" no concuerda con las decisiones adoptadas. Lo mismo que cuando Uribes presume de que con la creada comisión, "el CSD preserva el interés general, con el fin de restituir la reputación, el buen nombre y la imagen del fútbol español y culminar el proceso electoral con una Asamblea renovada para el periodo 2024-2028".

Mientras el clientelismo siga vigente, no habrá ni regeneración posible ni unas elecciones limpias. Cuanto más, con Alejandro Blanco de por medio. Parafraseando a James Carville, "¡es el sistema, estúpido!".