El florero de Rubiales se hace añicos y deja al fútbol español a un paso de ser intervenido

"Pedro Rocha era un florero", aseguró Javier Tebas el pasado jueves, la víspera de que la Comisión Electoral proclamara al extremeño candidato a la presidencia de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) tras ser el único que presentó los avales necesarios para ser elegido como sustituto del inhabilitado y dimitido Luis Rubiales. "Allí había una guardia pretoriana y él no formaba parte de ella", añadió el presidente de LaLiga para justificar que avalara su candidatura.

Sin embargo, lo que Tebas no se esperaba era que, casual o causalmente, este viernes Rocha entrara a declarar en el Juzgado de Instrucción Número 4 de Majadahonda como testigo y saliera como investigado. Y no solo eso, sino que, poco después, tal y como adelantó este diario, se conociera que el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) le había incoado expediente sancionador, de manera que, a partir del próximo lunes, la Comisión Directiva del Consejo Superior de Deportes (CSD) podría suspenderle cautelarmente, para después ser el mencionado TAD quien tendría en su mano inhabilitarle.

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Aunque este cambio procesal en sí mismo no impide que Rocha pueda ser proclamado presidente de la RFEF, toda vez que aún no ha sido condenado penalmente ni sancionado en la vía deportiva, parece evidente que el florero de Rubiales se hizo añicos y deja al fútbol español en una situación crítica. De hecho, la posibilidad de que la RFEF pueda ser intervenida empieza a cobrar fuerza, algo que dejaría en evidencia a quienes acostumbran a intoxicar en lugar de informar.

El inteligente movimiento de Rodríguez Uribes

Para ello, las autoridades competentes, entendiendo por estas al Gobierno de España y una FIFA a la que inteligentemente el presidente del CSD, José Manuel Rodríguez Uribes, hizo partícipe de la situación que vive el fútbol español para que nadie le venga con las famosas injerencias, pueden ampararse en la nueva orden ministerial que regula los procesos electorales.

Así, según su Artículo 17.11, "cuando la persona que ostente la presidencia de una federación deportiva española sea suspendida o inhabilitada por resolución definitiva un período igual o superior al que resta para agotarse el mandato, siendo este igual o superior a seis meses, procederá la convocatoria de elecciones a la presidencia de dicha federación, salvo que se suspenda la ejecutividad de la resolución sancionadora".

Como quiera que Rocha todavía no ha sido proclamado oficialmente presidente de la RFEF, además de que, ya sea porque, por más que el extremeño proclame su inocencia, se vea forzado a presentar la dimisión por una mera cuestión de dignidad y coherencia o sea suspendido cautelarmente por el CSD, podría considerarse que no tiene que ser él quien convocara elecciones.

Solo así se podría salir de este bucle en el que el fútbol español lleva siete meses y parece evidente que nadie quiere, además de que se abriría una vía para que el Gobierno intervenga la RFEF, quizás a través de una mediación de la FIFA, con la que este viernes el CSD volvió a mantener contactos.

La FIFA no entra de oficio, sino que la mediación hay que solicitársela y ella dispone de una lista de 19 mediadores entre los que elige al más idóneo

Además de que, como ya informamos en este diario, el máximo organismo del fútbol mundial siempre ha tenido claro que en ningún caso iba a hacer la chapuza que provocó el anterior secretario de Estado para el Deporte, Víctor Francos, en cuestiones de mediación nunca entra de oficio. Para que su servicio intervenga, el cual, por cierto, es gratuito, se lo tendrían que solicitar las partes implicadas, en este caso, el CSD y la RFEF.

Si uno lo pide y el otro lo acepta, la FIFA dispone de una lista de 19 mediadores entre los que elegir. Entre ellos, seis de habla hispana. A saber, el venezolano Luis Manuel Gómez Naranjo, el argentino José Emilio Jozami, el suizo Jorge Ibarrola, el ecuatoriano Nicolás Solines y los españoles Francisco Rubio y Marisa Santana, aunque es importante destacar que prefiere un mediador neutral.

La ADDE ya denunció la situación ante la FIFA

Tal y como informamos en este diario, la recientemente constituida Asociación de Directores Deportivos Españoles (ADDE) envió el pasado 29 de marzo una carta a la FIFA en la que, entre otras cosas, pidió la intervención de la RFEF, con la colaboración del CSD, "para que ordene y encauce la situación antes de que sea irreparable". Su presidente, Queco Huerta, denunció a la FIFA que "la RFEF está en manos de una Comisión Gestora que incumplió la normativa aplicable a procesos electorales al no convocar elecciones para agotar el mandato 2020-2024 tras la inhabilitación del presidente".

Aunque ellos no le nombraban, al frente de la citada comisión estaba en ese momento Pedro Rocha, de quien explicaron que "participó activamente en el sostenimiento de un expresidente de la RFEF que está bajo la lupa judicial, pues validó con su voto a favor acuerdos de la Asamblea General de la RFEF de contenido económico favorable a los intereses particulares de Luis Rubiales". En este sentido, está por ver si el expediente sancionador del TAD es extensivo a todo los miembros de la Comisión Gestora, pues ello también podría afectar a otros barones.

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Que hasta 107 miembros de la Asamblea de la RFEF, entre ellos todos los presidentes de las territoriales, hayan avalado a un candidato imputado en el caso Rubiales y al que el TAD incoará expediente sancionador una vez que sea proclamado presidente, en ambos casos gracias a las denuncias del infatigable Miguel Galán, vuelve a dejar patente que la única solución de regenerar el fútbol español pasa por cambiar el sistema.

Sirva el ejemplo de lo sucedido con el sindicato AFE, donde este viernes se rasgaron las vestiduras con un nuevo comunicado, aunque su presidente, David Aganzo, reunió avales para Rocha, tal y como denunció Carlos Herrera, quien contaba con el apoyo de los futbolistas para, al menos, haberse podido presentar. Y, visto lo visto, quién sabe si incluso aspirar a presidir la RFEF en lugar del florero de Rubiales.