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El Real Madrid anestesia el derbi con el balón y los zarpazos de Rodrygo y Valverde (1-2)
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Tuvo un plan más claro

El Real Madrid anestesia el derbi con el balón y los zarpazos de Rodrygo y Valverde (1-2)

El Real Madrid gana el derbi con un plan más claro y contundente. Con la pelota narcotizó al Atleti y con dos acciones explosivas consiguió los goles de Rodrygo y Fede Valverde

Foto: Fede Valverde celebra el segundo gol al Atleti. (Reuters/Susana Vera)
Fede Valverde celebra el segundo gol al Atleti. (Reuters/Susana Vera)

Los derbis no se juegan solo con el corazón. Se ganan por muchas cosas. Entre ellas, está tener la cabeza fría y un buen plan. El Atleti tuvo intensidad, pero poco fútbol y un juego que sigue anclado en la indefinición. El Real Madrid es uno de los mejores equipos del mundo, por no decir el mejor, que interpreta cómo hay que desenvolverse en las citas grandes. Es un equipo que juega de memoria, que tiene muy claro lo que le interesa. Al Atleti lo anestesió y lo golpeó con muy poco. En los primeros 35 minutos, liquidó el derbi. Lo hizo con un gol de Rodrygo y otro de Fede Valverde en un partido subido de revoluciones en los exteriores del Metropolitano, con lamentables cánticos racistas hacia Vinícius. El gol de Mario Hermoso, a falta de 10 minutos, dio alas a los rojiblancos. Los minutos finales los jugó el Atleti con uno menos por la expulsión de Hermoso.

No le dio para revivir un derbi que estaba visto para la sentencia. Llegó muy tarde el gol de Hermoso en una falta de entendimiento de Courtois y Militao. Fue un derbi con poco espectáculo futbolístico. Con demasiado ruido exterior. Dentro del recinto, se respiró algo más que rivalidad. Una hostilidad contra el brasileño del Madrid que ha sido noticia antes del partido por un asunto absurdo. Si la celebración de sus goles, con bailes, es una provocación y había que impedir que lo hiciera en el Metropolitano. Movilizó a futbolistas brasileños que juegan en otros países (Neymar, a la cabeza) y la imagen que ha dado España ha salido perjudicada.

placeholder Rodrygo celebra el gol con Tchouaméni. (Reuters/Violeta Santos)
Rodrygo celebra el gol con Tchouaméni. (Reuters/Violeta Santos)

Todo este debate artificial, en el que se mueven los violentos, no alteró al Real Madrid. Metió todavía más presión al Atleti. Simeone quiso enviar un mensaje de ambición en la alineación. Se saltó su propósito de ser un hombre de club y metió a Griezmann en el once. Junto con Joao Félix. Prescindió de Morata. Había que saltarse las instrucciones del club si el final era el deseado. No salió nada de lo planeado por Simeone.

Se jugó a lo que quiso el Madrid

Salió el Real Madrid a meterle anestesia al partido. A bajar el ritmo del juego, a que pasaran pocas cosas, y se dedicó a algo que ya hemos visto en muchas ocasiones. El toque-toque con la precisión y seguridad en los pases de Modric y Kroos. Apoyados por un Tchouaméni muy físico y concentrado. El mediocentro se estrenó en un derbi con un partido muy serio. Acompañado por el omnipresente Fede Valverde. El Madrid tocaba y tocaba para atrás, para los lados, sin dar profundidad al juego. No terminaba las jugadas. El Atleti esperaba. No se decidía a ir a la presión y el inicio del derbi salió rollete. Con demasiadas interrupciones y algunas llegadas del equipo rojiblanco. Un cabezazo de Felipe, la verticalidad de Carrasco y un disparo de Kondogbia. El Madrid especulaba y no iba hacia delante.

Pasado el cuarto de hora, rompió Fede Valverde en una acción de verticalidad. El uruguayo está de dulce. Le puso potencia, verticalidad y corazón. Se fue hacia delante y la jugada creció en peligrosidad. Apoyo con Mendy, combinación con Rodrygo y Tchouaméni. El francés elevó la pelota por arriba de la defensa y Felipe, en un salto extraño, no llegó a interceptar. Rodrygo la golpeó al primer toque, con precisión y colocación al lateral de la portería de Oblak. El Real Madrid marcó en su primera llegada a la portería. Lo hizo con la velocidad de Valverde y la inspiración de Tchouaméni y Rodrygo.

Para los morbosos. Sí, hubo baile. Rodrygo lo celebró como no les gusta a los que cantan de forma intolerante. Vinícius se unió al baile. Hubo lanzamiento de objetos desde el fondo sur y el árbitro, Munuera Montero, pidió al delegado que se diera un aviso por megafonía.

Foto: Vinícius celebra un gol contra el Mallorca. (Reuters/Susana Vera)

El Atleti quedó tocado con el gol. Perdió energía. El Madrid se sintió más cómodo y seguro. Dominó los tiempos del juego, quiso más. Con una versión de Rodrygo estirando al equipo, siendo una amenaza en los espacios. Era una pesadilla. Reinildo le derribó con una patada. La tarjera amarilla de la frustración para el lateral del Atleti. En el Madrid, creció el tridente. Fede Valverde, Vinícius y Rodrygo, con su movilidad y verticalidad, ponían en aprietos a una defensa débil. La respuesta del Atleti fue un disparo de Carrasco que desvió Courtois. El portero belga sostuvo al equipo. Algo que también es habitual en un Madrid al que no le hace falta dominar los partidos grandes. Su eficacia está en las dos áreas.

La segunda vez que llegó a la portería de Oblak hizo el segundo tanto. Un pase en profundidad de Modric puso en ventaja a Vinícius. En carrera, con espacios, el brasileño es imparable. Condujo, penetró al área, disparó y el balón pegó en el poste. El rechace salió al otro palo y llegó Fede Valverde, como un cañón, para rematar. El gol hizo daño a una defensa frágil. El Atleti no consigue ser rocoso. Le falta mucha solidez y contundencia en las áreas.

Un Atleti con ansiedad

El Atlético de Madrid tenía que asumir riesgos tras el descanso, ir a por el Madrid con más determinación. El Madrid tiene lo que le gustaría al Cholo. Es un equipo más sólido, sin la pelota y con ella. La estructura del equipo de Ancelotti está más trabajada, cada jugador hace lo correcto en el repliegue y en las transiciones. Con la ventaja de dos goles, el Real Madrid sabía que tenía que sufrir. Este equipo tiene callo para aguantar los arreones. Simeone metió a Cunha y Morata por Rodrigo de Paul y Joao Félix. Otro partido del que el portugués se va sin hacerle un gol al Real Madrid. Otra actuación mediocre.

La reacción del Atlético de Madrid fue dominar y poner cerco al área. No atinaba. No generaba acciones de desequilibrio. El Madrid, con orden y sacrificio, se juntó. Cuando tuvo la pelota, siguió el plan. Dormir el partido, cansar al Atleti, meter ansiedad al equipo de Simeone. Es una de las especialidades de Kroos y Modric. Saben y pueden cómo meter cloroformo a los partidos. Los hacen suyos. No le hizo falta al Real Madrid hacer un encuentro excepcional. Fue serio. Triunfaron el plan de Ancelotti y la energía de los jóvenes.

A falta de 10 minutos llegó el gol de Mario Hermoso en un remate con el hombro. Una mala salida de Courtois, en un saque de esquina, le impidió despejar de puños. El balón lo desvió Militao. Hermoso encontró el gol de la esperanza. Al partido no le faltó la bronca con una tangana entre Hermoso y Carvajal. El final fue caliente y el ímpetu de Mario Hermoso le costó la expulsión. Doble amarilla por el rifirrafe con Carvajal y un empujón a Ceballos. Triunfó la consistencia del Real Madrid. El equipo de Ancelotti se va al parón de selecciones con todos los partidos ganados en este inicio de la temporada.

Los derbis no se juegan solo con el corazón. Se ganan por muchas cosas. Entre ellas, está tener la cabeza fría y un buen plan. El Atleti tuvo intensidad, pero poco fútbol y un juego que sigue anclado en la indefinición. El Real Madrid es uno de los mejores equipos del mundo, por no decir el mejor, que interpreta cómo hay que desenvolverse en las citas grandes. Es un equipo que juega de memoria, que tiene muy claro lo que le interesa. Al Atleti lo anestesió y lo golpeó con muy poco. En los primeros 35 minutos, liquidó el derbi. Lo hizo con un gol de Rodrygo y otro de Fede Valverde en un partido subido de revoluciones en los exteriores del Metropolitano, con lamentables cánticos racistas hacia Vinícius. El gol de Mario Hermoso, a falta de 10 minutos, dio alas a los rojiblancos. Los minutos finales los jugó el Atleti con uno menos por la expulsión de Hermoso.

Vinicius Junior Diego Simeone
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