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El Atlético desata la crisis del Sevilla y el Sánchez-Pizjuán apunta a Julen Lopetegui (0-2)
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A un punto del descenso

El Atlético desata la crisis del Sevilla y el Sánchez-Pizjuán apunta a Julen Lopetegui (0-2)

Los goles de Marcos Llorente y Álvaro Morata coronaron el día en que Koke Resurreción se convirtió en el jugador con más partidos en la historia del Atlético de Madrid

Foto: Morata castigó al Sevilla. (Reuters/Marcelo Del Pozo)
Morata castigó al Sevilla. (Reuters/Marcelo Del Pozo)

El Sevilla se ha convertido en un claro candidato a descender si las cosas no cambian mucho de aquí a final de año. En el día en que Koke Resurrección aumentó todavía más su leyenda como jugador del Atlético de Madrid al convertirse en el jugador con más partidos en la historia del club rojiblanco (554 choques), el Sevilla fue un ser inerte zarandeado por los de Simeone. Con Savic y Giménez en la zaga, Koke escoltado por Witsel y Álvaro Morata junto a Matheus Cunha en la delantera, los rojiblancos castigaron todas las dudas de un Sevilla que es un polvorín. Tras un error defensivo en salida de pelota, Marcos Llorente, con asistencia de Koke, abrió la lata en la primera parte y Álvaro Morata, sentenció el encuentro en la segunda mitad... también tras otro gazapo en tareas defensivas sevillistas. Este Sevilla no levanta cabeza.

Desde el inicio quedó claro que la defensiva alineación del Sevilla, plagada de jugadores de corte defensivo como Rekik, Kike Salas, Carmona, Nianzou o Gudelj estaba más diseñada para parar los picotazos del Atlético que para asediar a los colchoneros. El ambiente era extraordinario, pero el Sevilla, tocado mentalmente y muy justo de fútbol, no estaría a la altura. El primer susto lo dio Koke, cuando se centró se envenenó. Por suerte, Bono, uno de los pocos jugadores del Sevilla a buen nivel en este curso, abortaría la ocasión. El Sevilla tocaba y tocaba en horizontal sin ningún tipo de atisbo de peligro o ambición. Una posesión tejida para no perderla y matar de aburrimiento al espectador.

placeholder Julen Lopetegui da órdenes a Óliver Torres. (Reuters/Marcelo Del Pozo)
Julen Lopetegui da órdenes a Óliver Torres. (Reuters/Marcelo Del Pozo)

El Atlético, cómodo y seguro, solo tenía que esperar su turno. Y es que el Sevilla empezó a partirse en dos en los primeros minutos sin asomarse al área rival. Era una sensación de inofensividad total y Dolberg, delantero titular escogido por Julen Lopetegui, no cazaba un balón en condiciones al contragolpe. Sin velocidad arriba, el Sevilla practicaba un juego plomizo y gris. Al Atlético le bastó una jugada veloz con Koke dibujando un balón perfecto para un Morata que falló en su cabezazo para sembrar el pánico. Se le fue arriba. Acto seguido, Saúl soltaría otro latigazo que embolsó Bono.

El Sánchez-Pizjuán silbó al Sevilla

El gol rojiblanco llegaría tras superar el ecuador del partido. De un saque de banda local, el Atlético mordió bien arriba con orden y coordinación tras la acción de Cunha y Morata. La pelota cayó en los pies del cerebro rojiblanco, Koke, que localizó a Marcos Llorente desmarcado y este cruzó la pelota ante Bono. Se adelantó el Atlético y el Sánchez-Pizjuán desató su indignación en una temporada donde el objetivo del Sevilla empieza a ser no descender a Segunda División y luchar por acceder al tercer puesto de su grupo de Champions League que dé acceso a la Europa League.

placeholder Álvaro Morata celebra el segundo tanto. (Reuters/Marcelo Del Pozo)
Álvaro Morata celebra el segundo tanto. (Reuters/Marcelo Del Pozo)

Al descanso, pudo haber sido peor para el Sevilla si el Atlético hubiese mostrado más colmillo ofensivo. Los rojiblancos, bien parapetados en defensa y con la solidez de Savic y Giménez atrás, eran un equipo totalmente diferente. El Sevilla solo había disparado entre los tres palos una vez en los primeros 45 minutos. La superioridad del Atlético en las dos áreas era clara. Lopetegui buscó agitar el encuentro con un doble cambio: entraron Navas y Rakitic y salieron Kike Salas y Delaney. El capitán andaluz dio más profundidad a los suyos y el Sevilla pisó área rival, pero no tuvo efectividad.

El Atlético, en cambio, necesitó media duda entre Carmona y Nianzou para matar el partido. Cunha, muy listo, aprovechó las dudas del canterano, tocó para Morata y el delantero de la Selección Española picó la pelota con clase para batir a Bono. El Pizjuán pitó y Simeone introdujo a Griezmann y Carrasco por Saúl y Morata. Más dinamita... y Cunha acarició el tercero. Bono, por suerte para los suyos, sacó una gran mano. Entraron En-Nesyri y el 'Papu' Gómez en el Sevilla por Óliver Torres y Nianzou y Simeone hizo lo propio con Kondogbia y Correa por Cunha y Koke.

placeholder Simeone, durante el duelo. (Reuters/Marcelo Del Pozo)
Simeone, durante el duelo. (Reuters/Marcelo Del Pozo)

Lamela probó un tímido disparo al lateral de la red, pero aunque Oblak se tuvo que lucir en un disparo de En-Nesyri, estaba más cerca la goleada rojiblanca que la reacción local. Correa primero y luego Griezmann tuvieron en sus botas coronar el encuentro colchonero y ambos perdonaron sus respectivas ocasiones. Con los gritos de "fuera del Sevilla yo te quiero" hacia el presidente José Castro, el Sevilla bajó el telón de un partido que vuelve a abrir la herida profunda de Julen Lopetegui y deja la cabeza del entrenador vasco en la picota.

El Sevilla se ha convertido en un claro candidato a descender si las cosas no cambian mucho de aquí a final de año. En el día en que Koke Resurrección aumentó todavía más su leyenda como jugador del Atlético de Madrid al convertirse en el jugador con más partidos en la historia del club rojiblanco (554 choques), el Sevilla fue un ser inerte zarandeado por los de Simeone. Con Savic y Giménez en la zaga, Koke escoltado por Witsel y Álvaro Morata junto a Matheus Cunha en la delantera, los rojiblancos castigaron todas las dudas de un Sevilla que es un polvorín. Tras un error defensivo en salida de pelota, Marcos Llorente, con asistencia de Koke, abrió la lata en la primera parte y Álvaro Morata, sentenció el encuentro en la segunda mitad... también tras otro gazapo en tareas defensivas sevillistas. Este Sevilla no levanta cabeza.

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