Al principio me llamaban 'boomer'. Ahora cobro cuatro veces más que antes con 64 años

"Tienes un pie en la tumba", "Te quedan cuatro días", "Por qué juegas en lugar de trabajar". Los comentarios en el chat de Anabel no eran demasiado amables cuando decidió retransmitir por primera vez una partida de League of Legends en Twitch, la plataforma de streaming propiedad de Amazon. El chat se llenó de personas que la increpaban de todas las formas posibles. Aquel día cerró el directo con lágrimas en los ojos. En los posteriores, la historia volvió a repetirse. Pero aquello no la disuadió de abrir su canal cada tarde con más ganas que la anterior. Quería demostrarle a toda esa gente que no le iban a amedrentar unos cuantos insultos. A las pocas semanas, cansada de tanto odio, tomó una decisión vital que le cambiaría la vida para siempre: convertirse en streamer profesional a los 60 años. Así nacía la Abuela Vengadora.

Hoy, ya con 64 años y sobrellevando como puede un tumor cerebral que le hace "olvidarse de las palabras y jugar peor al LoL", sigue abriendo religiosamente su stream todos los días de la semana. "Soy la misma persona que cuando era niña, no he hecho un giro mental a la adultez. Hago de todo, pero además de haber estudiado y trabajado en esta vida, siempre me he ido por otros derroteros", relata a El Confidencial Anabel Ávila, conocida en internet como Abuela Vengadora.

España no es un país que odie a los mayores. De hecho, en muchas empresas y sectores se les suelen reservar los mejores trabajos. Pero aun así, el edadismo, una forma de discriminación social por cuestión de edad, es algo que afecta a miles de personas en España y se ha convertido en una barrera de entrada en algunos sectores laborales. Las redes sociales y el mundillo de los streamers e influencers no son una excepción.

Anabel lo ha vivido, pero a pesar de ello ha conseguido labrarse una carrera en una plataforma que, a priori, parecía limitada a las generaciones jóvenes. No sólo ha acaparado una sólida base de espectadores que la ven a diario, sino que ha podido ganarse la vida con ello. Al igual que ella, muchos otros creadores de contenido mayores de 50 años también han comenzado sus andaduras en Twitch. Algunos ejemplos de éxito son Siro López, Nico Abad o wowgrandma78.

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En el caso de Abuela Vengadora, su relación con los videojuegos se inició desde niña, cuando las primeras máquinas recreativas apenas asomaban en nuestro país. "Cuando vi la primera me quedé alucinada". Tras trabajar siete años en una fábrica de Gal Perfumerías, decidió emprender su propio negocio de uñas esculpidas, una empresa que mantuvo hasta hace unos años. "Trabajaba 12 horas al día, pero el tiempo libre que arañaba del día era para jugar".

Relata que ha sido incluso más gamer que sus hijos, que ahora tienen 42, 30 y 24 años. "Cuando llegó la crisis, casi me arruino, no podía pagar ni mi casa ni el negocio. Y un día vino mi hijo mayor y me dijo: 'este juego te va a encantar'". Al principio pensé que era demasiado vieja para volcarme en un videojuego tan complicado y que requiere muchos reflejos. Veía a gente muy joven jugándolo y pensaba "¿y yo qué pinto ahí?".

Se trataba del famoso League of Legends, desarrollado por Riot Games y uno de los titulos MOBA (multiplayer online battle arena) con más jugadores activos. Es también el más visto (60.000 millones de horas de reproducción) en Twitch. Esta plataforma de retransmisión de vídeo en directo, propiedad de Amazon desde 2014, acoge a nada menos que 240 millones de espectadores únicos cada mes. Eso sí, el 63% de los usuarios son hombres. Y lo que es más llamativo, el 73% tienen 34 años o menos. Al principio, los mayores no eran bienvenidos en esta red social, pero con el tiempo eso ha cambiado drásticamente. Y hoy en día hay incluso creadores de contenido que superan los 70 años.

"Si retransmitieras tus partidas y yo fuera un desconocido, te vería seguro. No hay mucha gente de tu edad por aquí y seguro que llamas la atención", le insistía a Ávila otro de sus hijos. Después de varios días dándole vueltas a la cabeza, en febrero de 2020 decidió abrirse un canal en Twitch y justo entonces… llegó la pandemia.

Con mucho tiempo libre y pocas cosas que hacer, su actividad se disparó y también sus suscriptores. Tardo poco en acumular 50.000, algunos movidos por la mera curiosidad de saber qué estaba haciendo una señora tan mayor jugando a un videojuego de estética anime y otros conmovidos por la persona tierna que en realidad es Anabel, respondiendo cada uno de los mensajes que le dedicaban en el chat. "Son unos amores", dice cariñosamente. Aunque confiesa que ha recibido también mucho desprecio.

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"No permito que me insulten. Y si lo hacen, me pongo a banear a todo el mundo. Me dicen que si sigo haciendo esto, me voy a quedar sola, pero me da igual, no voy a soportar a ningún niño rata". Sus suscriptores empezaron a crecer más rápidamente cuando Riot la invitó a uno de sus eventos en España para promocionar un cortometraje. "Aquel día estaba muy ilusionada, pero me sentí un poco ignorada cuando fui a la presentación: el resto de streamers me hacía el vacío y me miraban como 'esta mujer qué pinta aquí'. Soy mayor, sí, pero me ha creado cierto complejo. El resto de streamers son tan jóvenes que no sé ni cómo relacionarme con ellos'".

En lo económico, cuenta que ahora las cosas no le van tan mal: "Entre sponsors como el que tengo con G2A y suscriptores de Twitch he llegado a ganar alrededor de 1.000 euros al mes. Y algunas empresas como Wetaca me mandan algo de comida cuando les hago stories en Instagram".

Desafortunadamente, hace varios meses la aventura heroica de Abuela Vengadora en Internet comenzó a desmoronarse: "Empecé a jugar muy mal, perdía todas las partidas y me dolía mucho la cabeza". La causa la descubrió en diciembre del año pasado, cuando fue al médico y le detectaron un tumor cerebral. Tras varios meses de quimioterapia, algunos de sus espectadores jóvenes preguntan en el chat de su canal que por qué lleva un turbante en la cabeza. "Los médicos dicen que esto se puede reproducir, pero no pienso en ello y me centro en lo que me hace feliz, que es jugar como he hecho toda la vida".

Del 'Chiringuito' a compartir cámara con Ibai

Cuando a Siro López le dijeron que iba a poder ganarse la vida haciendo lo que había hecho toda la vida, pero cuadriplicando su audiencia y sus ingresos, tampoco se lo creía. Pero el día que Ibai llamó a su puerta y trajo con él a más de 100.000 espectadores, Siro supo que una nueva etapa en su vida había llegado.

Periodista especializado en baloncesto y fútbol, había trabajado durante muchos años en distintos medios de comunicación nacionales como contertulio habitual. Algunos lo reconocerán de programas como Punto Pelota o Chiringuito de Jugones. Hace varios años, sin embargo, encontró su hueco en la plataforma de streaming como creador de contenido. Y desde entonces nunca ha mirado hacia atrás. Su historia comienza de forma similar a la de Anabel: por la insistencia de sus hijos y unas ganas imparables de conectar con las generaciones jóvenes.

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"Por aquel entonces, publicaba un programa llamado Colgados del aro, en YouTube y mi hijo, que ahora tiene 23 años, me insistía muchas veces para que probara Twitch. Yo me lo sacaba de encima diciendo que no sabía cómo funcionaba y preguntándole que por qué le iba a interesar a los jóvenes lo que un viejo les puede contar", relata Siro López en conversación con El Confidencial. "Al final, para que me dejara en paz, en febrero de 2021 le dije 'venga, voy a abrir directo, para que no me des la paliza. Pero si no me ven más de 50 espectadores lo cierro'. No iba a estar ahí haciendo el mono para cuatro gatos".

Aquella tarde, más de 600 personas se sentaron frente a las pantallas de sus ordenadores para escuchar a Siro divagando de fútbol y baloncesto. Las próximas, el número de espectadores no dejó de crecer.

Según Blanca Rabena, directiva en 2btube, empresa especializada en marketing de influencers y optimización de plataformas digitales, "no se trata de ganarse la confianza de los jóvenes, sino de las personas mayores que también han comenzado a consumir contenido en estas plataformas. Por un lado, generan contenido para gente como ellos, porque no había nadie que cubriera ese hueco. Y por otro, transmiten lo que saben a los jóvenes. Hay que tener en cuenta que hay un público para cada influencer, y que un 22% de los usuarios en redes sociales tiene entre 45 y 54 años, mientras que un 24% entre 55 y 74, según el Estudio de Redes Sociales 2023 de la IAB".

Pero la situación de Siro cambió drásticamente cuando un día, y de la nada, le escribió Ibai Llanos, uno de los streamers más famosos y reconocidos de nuestro país. "Me preguntó si podía entrar a mi directo, para echarme una mano y para que su gente me conociera también. Y sin darnos cuenta estuvimos hasta las 4 de la mañana hablando de fútbol. Desde ese día, miles de personas venían a verme a diario. Yo siempre he dicho que la mitad de mis seguidores vienen por Ibai. Y ahora me siguen 305.000. Hazte una idea".

Gracias a Twitch, ha podido participar en programas como Out of the Box, de Outconsumer para Esportmaniacos; con Ibai en el Especial por la Palma​, en El Pádel de las Estrellas, la retransmisión de la gala del Balón de Oro o los premios Esland. "Mis excompañeros periodistas siempre dicen que soy un valiente por atreverme a lanzarme a una plataforma de gente joven. Pero la verdad es que también he encontrado algunos desafíos que se me escapan, como los problemas técnicos que a menudo me surgen y que a base de prueba y error voy solucionando como puedo", explica.

A Siro también le ha costado enfrentarse a la forma de expresarse que tiene la generación Z: "Yo, que no sabía tampoco mucho inglés, me llamaban boomer y les decía qué cojones me estáis diciendo". O me decían 'te van a banear' y yo no entendía ni papa. Los chicos me han ido ayudando a entender un lenguaje que para mí era desconocido".

Según Rabena, "hay también un aspecto cultural y generacional, en el que los influencers seniors son expertos y no tienen por qué aprender el idioma de los jóvenes. En un stream de cocina, por ejemplo, los desentendidos serían los jovenes. ¿O van a enseñarle ellos también a una abuela de 60 años?".

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Siro no solo ha conseguido conectar con ellos, sino que con el tiempo ha conseguido establecer toda una estructura económica alrededor de su canal. Descubrió que podía hacer de Twitch un medio de vida. "En estos momentos, a mí me es más rentable dedicarme a Twitch que al periodismo profesional. ¿Podría vivir solo de Twitch? La respuesta es que sí. Además, he recuperado la independencia que algún día perdí en los medios y me permite ser mi propio jefe y decidir los contenidos del canal", nos cuenta.

Siro acapara ingresos de varias fuentes gracias a la red social. Por un lado, le llega dinero de sus suscriptores y por otro, de patrocinadores como Estrella Galicia o Uber Eats, que engrosan su cuenta bancaria cada mes. "No puedo decirte cuánto gano, pero más de 10.000 al mes seguro".

Para la experta en gestión de plataformas, "las marcas no sólo apuestan por perfiles jóvenes para sus campañas publicitarias, también se dirigen a personas de edad avanzada en función del producto o el servicio que ofrecen y, además, cada vez más intentan superar estos estereotipos por una cuestión no sólo de estrategia de venta sino también reputacional".

Preguntado por la dificultad de llevar a cabo una transición tan importante en su carrera laboral, Siro dice que "no ha sido para tanto": "Yo siempre he dicho que soy un poco Peter Pan: una cabeza de 20 en un cuerpo de 67. Y ahora estoy haciendo lo mismo que hace 40 años: ponerme delante de una cámara a hablar de deporte, solo que ahora lo hago desde mi casa".

"Los jóvenes me han aceptado bien porque al final lo que premian es la naturalidad. Se ríen de mí y yo de ellos. Les hablo como un abuelo, como un padre o como un colega. Ibai le da mucho mérito a que yo sea capaz de ponerme a su altura. Lo que importa es estar abierto a todo. Si hay que jugar a Minecraft, pues se juega, aunque lo haga mal. Si hay que hacer una carrera de karts y no me he subido a uno en mi vida, pues se hace. Cuando me felicitan siempre digo que lo más grande que he logrado es conectar con cuatro generaciones diferentes y que salga bien", concluye Siro.