Amazon ha dopado a Ibai y elXokas, pero el chollo está a punto de acabar: "Habrá que echar CV"

"El Prime va a acabar desapareciendo porque, para esta gente, es un pozo de dinero. Fijaros la diferencia, es una puta locura. (...) Como quiten el Prime, hermano, va a ocurrir: habrá que echar currículums".

Con esas palabras, Illojuan abordaba hace unos días lo que se ha convertido en el gran temor en el mundo de los streamers: la eliminación de la suscripción gratuita a canales de Twitch para clientes de Amazon Prime. Durante uno de sus directos, el creador de contenido —que ahora mismo es el español con más subs en la plataforma— avisaba de que, si eso ocurría, sus ingresos por ese lado caerían más de un 80% de una tacada.

En realidad, se trata de un fantasma que resuena cada cierto tiempo, pero esta vez lo está haciendo con más fuerza que nunca. La razón está en las recientes declaraciones de Dan Clancy, consejero delegado de Twitch, que han agitado aún más el ya agitado avispero en el que se ha convertido la plataforma, propiedad de Amazon desde hace ya 10 años.

Durante un evento de preguntas y respuestas, el máximo responsable de Twitch recordó que el negocio sigue sin ser rentables, pero también abordó la cuestión de Amazon Prime, un punto clave para su negocio. "Es un programa crítico para muchos streamers", reconocía Clancy, añadiendo que "es importante asegurarnos de que Prime exista de alguna manera" y que "quizá haya algunos cambios".

La ambigüedad de sus palabras hicieron saltar todas las alarmas entre los creadores de contenido de la plataforma, y no es para menos. Si cortan el grifo, pueden rodar cabezas (incluida la propia).

Desde 2016, Amazon ha dopado los ingresos de los streamers en todo el mundo, en un intento de atraer a grandes figuras y sus audiencias a su plataforma. La estrategia no tiene mucha complicación. Entre las ventajas de Prime, los de Seattle decidieron incluir la afiliación a un canal de Twitch sin ningún coste extra. Esto hace que el creador reciba la misma cantidad que si un seguidor hubiera pagado 4,99 euros al mes.

Aquí cabe recordar que el reparto funciona a partes iguales, por lo que el streamer se lleva unos 2,5 euros al mes con cada suscripción de Prime. Teniendo en cuenta que este servicio de Amazon tiene un precio de 4,99 euros al mes —rebajados a 4,16 si se escoge el pago anual—, eso supone que la tecnológica pierde la mitad (o algo más) del dinero de los clientes que optan por apoyar a su creador favorito, pero que siguen teniendo acceso al resto de ventajas, como los envíos en condiciones ventajosas o los servicios de streaming.

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La consecuencia ha sido dopar a los streamers con millones de euros o dólares en todo el mundo, algo que ayuda a explicar el auge en los últimos años de figuras como Ibai Llanos, The Grefg o ElXokas. El problema es que la contraparte ha sido, como señalaba Illojuan, un auténtico agujero de dinero para Amazon. "El año pasado pagamos más de mil millones de dólares a los streamers", reconocía también el propio Clancy.

Sin ir más lejos, Illojuan es el streamer español con más suscriptores y, según los datos de TwitchTracker, está en el puesto número 11 del ranking mundial. Atendiendo a los datos que ofreció él mismo, en diciembre contó con 47.000 suscripciones, de las cuales 40.000 eran de Prime.

Traducido en dinero, eso suponen 100.000 euros de ingresos para el streamer en un solo mes, pero por los que (casi) únicamente ha pagado Amazon. En un año, supone un gasto superior al millón de euros por un único creador de este nivel.

"Amazon querrá beneficios en algún momento"

La situación de Twitch es especialmente complicada. Amazon se dejó 730 millones en comprar la plataforma hace ya una década y, en ese tiempo, no ha conseguido ni hacerse con el mercado ni ser rentable. De hecho, solo ha florecido durante una situación tan excepcional como la pandemia, pero la vuelta a la normalidad no le sentó nada bien.

"En el confinamiento, mucha gente les dio una oportunidad para llenar horas de entretenimiento, porque no sabían ya qué hacer. Además, hubo grandes youtubers, como Auronplay, que migraron a la plataforma en las primeras semanas, y eso también atrajo público", indica Adrián Padilla, profesor e investigador de la Universidad Autónoma de Barcelona, que lleva años analizando el caso de esta plataforma.

"Cuando se vuelve la normalidad, las audiencias bajan, aunque no de forma drástica, y se estabiliza tras esa caída, más allá de grandes eventos", agrega Padilla. Por ejemplo, La Velada de Ibai reventó los audímetros de Twitch y batió el récord mundial con 3,3 millones de dispositivos conectados. Sin embargo, las Campanadas de Ibai se ven menos cada año. Pese a haber contado con compañeros como TheGrefg o DjMaRiiO, este año han registrado su peor dato, casi tres veces menor que el máximo de 2021-2022.

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Ese contexto es el que explica que Twitch comenzara 2024 despidiendo al 35% de su plantilla; es decir, cerca de 500 personas, que se sumaban a las 400 que habían echado en marzo del año anterior.

"Desafortunadamente, todavía tenemos trabajo que hacer para ajustar el tamaño de nuestra empresa", dijo Clancy entonces, admitiendo que la dimensión de la empresa "es más grande que el tamaño del negocio". "La organización se ha dimensionado en función de dónde esperamos estar en tres años o más, no de dónde estamos hoy", deslizó.

"Amazon querrá beneficios en algún momento, y los despidos son parte de eso", remarca por su parte Padilla, que hace énfasis en los costes operativos de la plataforma. "Cada vez que un streamer abre un directo, le cuesta un dinero a Amazon, que tiene que poner una infraestructura en marcha para que funcione. Le cuesta prácticamente lo mismo si hay un espectador o miles", destaca, algo que lleva a sugerir: "La pregunta no es si Amazon va a quitar la suscripción a Twitch con Prime, sino cuándo va a hacerlo y si los streamers estarán preparados para ese momento".

Los streamers que sí tendrán que echar el CV

Según las cifras mostradas por Illojuan, este streamer contaba el pasado diciembre con algo más de 6.700 suscriptores de pago, por lo que, si se elimina Prime, recibiría algo menos de 18.000 euros mensuales. Es un recorte enorme, pero supone recibir un ingreso cada 30 días superior al salario mínimo anual.

"También tenemos que preguntarnos si los streamers tienen que ganar tanto dinero. Se ha generado esa imagen de figuras exitosas que ingresan grandes sumas, pero igual es algo demasiado hinchado", sugiere Padilla.

Además, los grandes nombres en Twitch suelen tener acuerdos comerciales con la plataforma, sean de permanencia, exclusividad o de ingresos publicitarios. No parece que sean ellos los que vayan a tener que echar currículums, pero sí el resto. "Los streamers pequeños y medianos van a ser los más perjudicados. Son gente que aspira a tener un sueldo de mileurista", avisa este profesor, que recuerda que nombres como los mencionados no son ni un 1% de los creadores en Twitch.

"Hay muy poca gente que se pueda ganar la vida con Twitch. Excepto los creadores que todos conocemos, el resto apenas llega a vivir de esto, porque las audiencias están muy concentradas", continúa Padilla. Es algo que puede volverse aún más en contra de Amazon, donde han generado una dependencia sobre estas figuras. "Si uno de los grandes streamers se va, puede producir un cambio sustancial en las audiencias. Tienen que cuidarlos para que no se vayan, pero al mismo tiempo conseguir la rentabilidad", enfatiza.

Entre las alternativas para estos creadores, sobresale el nombre de Kick, una plataforma calcada a Twitch, pero que es propiedad del criptocasino Stake.com, algo que ha supuesto un torrente de dinero para fichar a creadores estadounidenses con cantidades astronómicas.

Por figuras como xQc o Amouranth, esta empresa ha firmado contratos bianuales de 100 millones de dólares. Para tener algo de perspectiva, basta recordar que es lo mismo que el Real Madrid desembolsó la temporada pasada en pagar la suma de los salarios de Benzema, Modric y Kroos.

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Con todo, es un modelo que no termina de cuajar, y otros ya se cansaron de quemar dinero hace tiempo. Fue el caso de más grandes tecnológicas, como se vio en los intentos fallidos de Facebook Gaming o Mixer, de Microsoft, mientras que la parte de YouTube dedicada al mundo de los streamers es más bien testimonial.

"Se ha pensado muchas veces que iba a ser el futuro del entretenimiento, pero al final todas han cerrado y Twitch no acaba de despegar", recuerda Padilla, que hace hincapié en que "la lógica es muy distinta a la de otras plataformas", debido a cuestiones como el compromiso activo (y económico) del público.

"Es muy difícil prever qué van a hacer y cuáles pueden ser las consecuencias. Además, el interés empresarial de Amazon también es un punto a tener en cuenta", sugiere el profesor.