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La predicción de Nouriel Roubini: la cosa pinta mal y las bolsas podrían caer un 50%
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SEIS PREGUNTAS

La predicción de Nouriel Roubini: la cosa pinta mal y las bolsas podrían caer un 50%

La economía mundial podría enfrentarse a lo peor de los años setenta y de la Gran Recesión: una crisis de deuda estanflacionaria que confundiría a los bancos centrales y a las autoridades fiscales

Foto: Bolsa de Nueva York. (EC Diseño)
Bolsa de Nueva York. (EC Diseño)
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Las perspectivas financieras y económicas mundiales para el próximo año se han agravado rápidamente en los últimos meses, y los responsables políticos, los inversores y los hogares se preguntan ahora hasta qué punto deben revisar sus expectativas, y durante cuánto tiempo.

Eso depende de las respuestas a seis preguntas.

Seis preguntas

En primer lugar, ¿el aumento de la inflación en la mayoría de las economías avanzadas será temporal o más persistente? Este debate ha sido intenso durante el último año, pero ahora está prácticamente resuelto: aquellos que apostaron por una inflación persistente han ganado, y los que defendían una inflación transitoria, grupo que anteriormente incluía a la mayoría de los bancos centrales y autoridades fiscales, deben admitir que se han equivocado.

Foto: Antonio Moreno, experto en inflación de la Universidad de Navarra. (Imagen cedida por la UNAV)

La segunda pregunta es si el aumento de la inflación se debió más a un exceso de demanda agregada (políticas monetarias, crediticias y fiscales laxas) o a perturbaciones negativas de la oferta agregada ligadas a la estanflación (incluidos los confinamientos iniciales de la pandemia, los atascos en las cadenas de suministro, la reducción de la oferta de mano de obra, el impacto de la guerra de Rusia en Ucrania sobre los precios de las materias primas y la política 'cero covid' de China).

Aunque tanto los factores de la demanda como los de la oferta estaban presentes, ahora se reconoce ampliamente que los factores de la oferta han desempeñado un papel cada vez más decisivo. Esto es importante porque la inflación impulsada por la oferta es estanflacionaria y, por tanto, aumenta el riesgo de que se produzca un aterrizaje brusco (aumento del desempleo y posible recesión) como resultado del endurecimiento de la política monetaria.

¿Aterrizaje suave o forzoso?

Esto nos lleva directamente a la tercera pregunta: ¿el endurecimiento de la política monetaria FF00 por parte de la Reserva Federal y otros grandes bancos centrales provocará un aterrizaje suave o forzoso? Hasta hace poco, la mayoría de los bancos centrales y la mayor parte de Wall Street sostenían que el resultado sería un aterrizaje suave. Pero el consenso ha cambiado rápidamente, e incluso el presidente de la Fed, Jerome Powell, ha reconocido que es posible que se produzca una recesión y que lograr un aterrizaje suave será "un desafío".

Foto: EC.

Así mismo, un modelo utilizado por el Banco de la Reserva Federal de Nueva York muestra una alta probabilidad de un aterrizaje forzoso, y el Banco de Inglaterra ha expresado opiniones similares. Varias instituciones prominentes de Wall Street han decidido ahora que la recesión es su escenario de referencia (el resultado más probable si todas las demás variables se mantienen constantes). Tanto en Estados Unidos como en Europa, los indicadores prospectivos de la actividad económica y de la confianza de las empresas y de los consumidores están cayendo de forma drástica.

En cuarto lugar, habría que determinar si un aterrizaje forzoso debilitaría la postura de los bancos centrales frente a la inflación. Si dejan de endurecer su política una vez que el aterrizaje forzoso sea probable, podemos esperar un aumento persistente de la inflación y un sobrecalentamiento económico (inflación por encima del objetivo y crecimiento potencial) o estanflación (inflación por encima del objetivo y recesión), dependiendo de si dominan los ‘shocks’ de la demanda o los de la oferta.

La mayoría de los analistas del mercado parecen pensar que los bancos centrales seguirán siendo agresivos, pero yo no estoy tan seguro. He argumentado que acabarán cediendo y aceptando una mayor inflación, seguida de estanflación, una vez que el aterrizaje forzoso sea inminente, porque estarán preocupados por los daños que producen una recesión y una trampa de la deuda, debido a una acumulación excesiva de pasivos privados y públicos tras años de bajos tipos de interés.

Foto: Los presidentes de la Fed, Jerome Powell, y del BCE, Christine Lagarde. (Reuters)

Ahora que el aterrizaje forzoso se está convirtiendo en un punto de referencia para más analistas, surge una nueva (quinta) pregunta: la próxima recesión, ¿será leve y de corta duración? ¿O será más severa y se caracterizará por una profunda angustia financiera?

Una visión peligrosamente ingenua

La mayoría de los que han aceptado el aterrizaje forzoso como escenario de referencia tarde y a regañadientes siguen manteniendo que cualquier recesión que se produzca será breve y poco profunda. Sostienen que los desequilibrios financieros actuales no son tan graves como los que se produjeron en el periodo previo a la crisis financiera mundial de 2008, y que el riesgo de una recesión con una grave crisis financiera y de deuda es, por tanto, bajo. Pero esta visión es peligrosamente ingenua.

Hay muchas razones para creer que la próxima recesión estará marcada por una grave crisis de deuda estanflacionaria. En proporción al PIB mundial, los niveles de deuda privada y pública son hoy mucho más altos que en el pasado, habiendo pasado del 200% en 1999 al 350% en la actualidad (con un aumento especialmente acusado desde el inicio de la pandemia).

Foto: Dos trabajadores, en la construcción del gasoducto Nord Stream 2, Alemania. (EFE)

En estas condiciones, la rápida normalización de la política monetaria y el aumento de los tipos de interés llevarán a la quiebra y al impago a hogares, empresas, instituciones financieras y gobiernos altamente apalancados y endeudados.

La próxima crisis no será como las anteriores. En la década de 1970, tuvimos estanflación, pero no hubo crisis de deuda masiva, porque los niveles de deuda eran bajos. Después de 2008, tuvimos una crisis de deuda seguida de baja inflación o deflación, porque la crisis crediticia había generado un ‘shock’ de demanda negativo.

Hoy en día, nos enfrentamos a ‘shocks’ de oferta en un contexto de niveles de deuda mucho más altos, lo que implica que nos dirigimos a una combinación de estanflación al estilo de los años setenta y crisis de deuda al estilo de 2008, es decir, una crisis de deuda estanflacionaria.

La política monetaria y fiscal no ayuda

Cuando se enfrenta a ‘shocks’ de estanflación, un banco central debe endurecer su política incluso cuando la economía se dirige hacia una recesión. La situación actual es, por tanto, fundamentalmente diferente a la de la crisis financiera mundial o a la de los primeros meses de la pandemia, cuando los bancos centrales podían relajar la política monetaria de forma agresiva en respuesta a la caída de la demanda agregada y a la presión deflacionista. El espacio para la expansión fiscal también será menor. La mayor parte de las estrategias fiscales ya se han utilizado, y las deudas públicas se están volviendo insostenibles.

Foto: El presidente de Rusia, Vladímir Putin. (EFE)

Además, dado que el aumento de la inflación actual es un fenómeno mundial, la mayoría de los bancos centrales están endureciendo sus políticas al mismo tiempo, lo que aumenta la probabilidad de que se produzca una recesión mundial sincronizada. Los efectos de este endurecimiento ya se están dejando sentir: las burbujas se están desinflando en todas partes, incluidas las de las acciones públicas y privadas, los bienes raíces, las viviendas, las acciones 'meme', las criptomonedas, las SPAC (sociedades de adquisición con fines especiales), los bonos y los instrumentos de crédito. La riqueza real y financiera está cayendo, y las deudas y las ratios de servicio de la deuda están subiendo.

La renta variable caerá un 50%

Esto nos lleva a la última pregunta: ¿se recuperarán los mercados de renta variable del actual mercado bajista (una caída de al menos el 20% desde el último pico) o se hundirán aún más? Lo más probable es que sigan cayendo.

Foto: Foto: iStock Opinión

Al fin y al cabo, en las típicas recesiones normales, el S&P 500 estadounidense y la renta variable mundial tienden a caer alrededor de un 35%. Sin embargo, dado que la próxima recesión será estanflacionaria y vendrá acompañada de una crisis financiera, el desplome de los mercados de renta variable podría acercarse al 50%.

Independientemente de que la recesión sea leve o grave, la historia sugiere que el mercado de renta variable tiene mucho más margen de caída antes de tocar fondo. En el contexto actual, cualquier rebote, como el de las dos últimas semanas, debería considerarse un rebote de gato muerto, en lugar de la habitual oportunidad de comprar la caída.

Aunque la actual situación mundial nos plantea muchos interrogantes, no hay un verdadero enigma que resolver. Las cosas empeorarán mucho antes de mejorar.

*Contenido con licencia de 'MarketWatch'.

Las perspectivas financieras y económicas mundiales para el próximo año se han agravado rápidamente en los últimos meses, y los responsables políticos, los inversores y los hogares se preguntan ahora hasta qué punto deben revisar sus expectativas, y durante cuánto tiempo.

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