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Las primeras víctimas de la crisis: repuntan los impagos en hostelería y bienes duraderos
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DATOS DEL BANCO DE ESPAÑA

Las primeras víctimas de la crisis: repuntan los impagos en hostelería y bienes duraderos

La morosidad de la banca baja del 4,29% al 4,19% en el año, pero hay segmentos donde ya se ven las primeras señales de alarma por la crisis

Foto: Terraza en un bar de Madrid. (EFE/J. P. Gandul)
Terraza en un bar de Madrid. (EFE/J. P. Gandul)
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Primeros datos inquietantes en la banca española. El sector financiero registró en abril una nueva mejora en la tasa de morosidad, que baja del 4,29% al 4,19% en el año. Sin embargo, la alegría va por barrios y hay dos segmentos en que la tasa de impagos se ha disparado a máximos de los últimos años: hostelería y bienes de consumo duraderos.

Estos dos son sectores muy tocados por la crisis. La hostelería se vio sacudida por el confinamiento de 2020 y por las restricciones sanitarias. Aunque desde entonces la actividad se ha recuperado, las empresas de este sector afrontan el nuevo panorama con más endeudamiento, lo que dificulta sus finanzas.

Fruto de ello, la morosidad de las compañías de hostelería se disparó hasta el 8,74%, el nivel más alto desde septiembre de 2018. Desde el mínimo que alcanzó en septiembre de 2020, en el 5,1%, la tasa de impagos ha crecido 3,5 puntos porcentuales, y el volumen de créditos dudosos, en más de 1.000 millones de euros.

En el caso de los bienes de consumo duraderos (vehículos de transporte, electrodomésticos y muebles, entre otros), figura entre el tipo de créditos al consumo sobre los que el Banco de España viene alertando desde el principio de la crisis del covid: "El crédito para consumo ha venido creciendo a tasas elevadas y, de acuerdo con la experiencia histórica, esta es una de las primeras obligaciones financieras que los hogares impagan cuando se produce un deterioro de sus rentas".

Debate supervisor

En esta línea, la morosidad de este tipo de créditos ha crecido en los últimos meses hasta el 4,34% de marzo, frente al 4% de hace un año, y en máximos desde 2015. Estas cifras encajan con las que presentan las financieras de consumo, cuya tasa de impagos ha crecido ininterrumpidamente desde la pandemia del 5% que tenía hasta el 7,12%.

El Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de España siguen de cerca todas estas cifras y las perspectivas económicas, sobre las que hay bastante incertidumbre por la guerra de Ucrania, la inflación y los problemas de suministro de las empresas. Por ello, el vicepresidente de la institución europea, Luis de Guindos, pidió hace dos días prudencia a las entidades: “Seguramente la morosidad va a subir, por eso es muy importante que los bancos sean prudentes y mantengan unos niveles de provisiones adecuados. No podemos quedarnos con el espejismo de los tipos de interés a corto plazo”.

placeholder Luis de Guindos, vicepresidente del BCE. (Reuters)
Luis de Guindos, vicepresidente del BCE. (Reuters)

Frente a esta visión, los bancos insisten en que la cifra que importa es la de morosidad total del sector, que sigue bajando, y reiteran que sus previsiones internas no reflejan ningún repunte dramático de la morosidad en los próximos meses. "Todos los análisis que hemos hecho no parecen arrojar cifras preocupantes de morosidad", señaló el pasado martes el CEO de Banco Sabadell, César González-Bueno.

Frente a los malos augurios de la hostelería o el consumo, que no representan las mayores exposiciones de su balance, las entidades subrayan la caída que ha habido en los últimos años de la morosidad en hipotecas, que ha pasado durante la pandemia del 5,4% al 4,7%; en empresas industriales, que en el mismo periodo ha bajado del 5,4% al 5,2%; las de comercio, que pasan del 8,2% al 6,2%, y las inmobiliarias, que bajan del 5,2% al 4,3%.

Primeros datos inquietantes en la banca española. El sector financiero registró en abril una nueva mejora en la tasa de morosidad, que baja del 4,29% al 4,19% en el año. Sin embargo, la alegría va por barrios y hay dos segmentos en que la tasa de impagos se ha disparado a máximos de los últimos años: hostelería y bienes de consumo duraderos.

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