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Esquí contra natura: la batalla por convertir la 'catedral del Pirineo' en un circo de 100 pistas
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LA AGONÍA DE LA CANAL ROYA

Esquí contra natura: la batalla por convertir la 'catedral del Pirineo' en un circo de 100 pistas

Los socialistas aragoneses ponen una alfombra roja al consorcio que pretende conectar las estaciones de Astún y Formigal usando los fondos europeos para el turismo sostenible

Foto: La Canal Roya es un valle fluvial que muchos consideran el mayor tesoro del Pirineo. (F. B.)
La Canal Roya es un valle fluvial que muchos consideran el mayor tesoro del Pirineo. (F. B.)

“El modelo de desarrollo del Pirineo basado en la nieve está caduco. Si, tal y como dicen, lo están haciendo por nosotros, que se olviden, porque es lo último que necesitamos”, nos dice una camarera llamada Esther Gascón, a quien hallamos en una de esas tiendas de souvenirs que hay frente a la majestuosa estación internacional de Canfranc (Huesca), un viejo edificio de aires clasicistas inaugurado en 1928 por Alfonso XIII y el general Miguel Primo de Rivera. Hoy en día, ha sido reconvertido en un hotel de lujo que cualquiera puede disfrutar, a condición de que disponga de los 274 euros que cuesta la reserva mínima. Esta infraestructura ferroviaria en el corazón del Pirineo fue rehabilitada tras una inversión de 32 millones de euros y posteriormente se otorgó la concesión al Grupo Barceló para su explotación.

Lo que ahora tiene divididos a los vecinos de la Jacetania tiene que ver con un proyecto diferente que consiste en profanar uno de los últimos parajes vírgenes de la cordillera, una fastuosa catedral natural conocida como la Canal Roya, surcada por un río el que le da nombre y docenas de arroyos de aguas salvajes. Los socialistas aragoneses desplegaron la pasada semana una gran alfombra roja para que un consorcio empresarial llamado Formigal SA haga realidad el viejo sueño de conectar las estaciones de esquí de Formigal y Astún a costa de desfigurar la fisonomía de ese rincón. Eufemísticamente, el Gobierno de Aragón vende toda esta idea como "la unión del valle del río Aragón y del valle de Tena mediante una telecabina".

placeholder Inmediaciones de la antigua estación de Canfranc. (F. B.)
Inmediaciones de la antigua estación de Canfranc. (F. B.)

Cierto es que para tender esa telecabina es preciso llenar con cuatro kilómetros de cables y pilonas, de estaciones y tendidos eléctricos subterráneos, un espacio extraordinariamente bello y bien preservado que había sido llamado a convertirse anteriormente en parque natural. La Canal Roya es uno de esos lugares bendecidos por la orografía y apenas mancillados por la mancha humana. Este valle glaciar nace en los ibones de Anayet, a 2.227 metros sobre el nivel del mar, y desciende entre praderas junto al río hasta el Aragón. Debe su designación al color rojo de sus tierras. Muchos lo consideran el mayor de los tesoros que alberga el Pirineo.

Valle profanado más allá del arcoíris

La idea principal con que se acompaña la publicidad del proyecto es que la conexión de los valles del Aragón y Tena dará lugar a un dominio esquiable de 180 kilómetros que atraerá a deportistas de toda Europa, fijará la población, incrementará el empleo y, en fin, colmará el valle de prosperidad económica y felicidad para los trabajadores, los empresarios de la hostelería y esquiadores de todo el mundo. Pero no todo el mundo ve la tierra turística de Oz que prometen los socialistas aragoneses más allá del arcoíris de la telecabina.

Foto: Estación de esquí de fondo de Los Llanos del Hospital, en Benasque. (EFE)

“Quieren destruir la Canal Roya para nada, porque no tiene ningún sentido ampliar las pistas de esquí al tiempo que los organismos científicos nos advierten de que las estaciones aragonesas serán completamente inviables dentro de 20 años”, dice Paco Iturbe, de Ecologistas en Acción. “En este mismo momento, la de Candanchú está en concurso de acreedores porque no pueden pagar ni la electricidad. Conectar Formigal y Astún no va a darles ninguna ventaja por altitud, así que todos nos preguntamos qué hay detrás realmente. Es el clásico proyecto de hace 15 años, con el típico marchamo de la época de la burbuja inmobiliaria y la especulación desbocada”.

“Este año les sobraban ya todas las pistas que tenían. Lo de tirar nieve a cañón ya no funciona a día de hoy. En Europa, ha habido muchas estaciones que no han abierto porque no les salen los números cuando se ponen a calcular lo que gastan en energía. Claro está, aquí les da igual porque pagan el desastre con dinero público”, afirma Iturbe. “No sabemos qué hay detrás de tanto empeño, pero hemos encontrado ya algunas pastillas de terreno recalificado propiedad de las estaciones de esquí en Candanchú, Canfranc y Astún. Se supone que ahora no valen nada, pero con el proyecto, podrían lanzarse”.

placeholder Infraestructuras de Candanchú. (F. B.)
Infraestructuras de Candanchú. (F. B.)

La referida alfombra roja que tendió el miércoles pasado el presidente aragonés, Javier Lambán, ha consistido en ignorar el informe desfavorable anteriormente emitido por la Dirección General de Ordenación del Territorio y en aprobar a toda prisa una orden que confiere a este plan un interés general y autonómico. En efecto, el proyecto va para adelante, pese o justamente a causa de que está creciendo la oposición dentro de su propio Gobierno y entre los vecinos, y ello incluye también a empresarios de la zona que no se acaban de creer las postales idealizadas del proyecto de Lambán y del consorcio empresarial al que favorece.

Incompatibilidades compatibles

Según el ecoactivista Paco Iturbe, la orden publicada el día 29 ha sido aprobada y firmada por María Teresa Pérez Esteban como consejera de Economía para que no incurriera en incompatibilidades la titular original del cargo, Marta Gastón Menal. “Me explico. Lo de Aragón es la versión 2.0 de las puertas giratorias. Gastón no solo era titular del departamento que lo impulsa, sino también presidenta del consejo de administración de la sociedad privada que lo promueve y empleada de Ibercaja, que es la sociedad que posee esa misma sociedad, Formigal SA. Es un sistema perfecto porque se conceden las ayudas a sí mismos”.

Otro de los grandes adalides institucionales del proyecto de la Canal Roya —el presidente de la Diputación Provincial de Huesca (DPH), Miguel Gracia— fue igualmente en su día consejero de Aramon. Supuestamente, renunció a ese cargo en vísperas de una votación “para no incurrir en incompatibilidades”. En resumen, Ibercaja es copropietaria de Aramon, Aramon es accionista de Formigal SA y el socialista Miguel Gracia era hasta no hace mucho consejero de Aramon. Al decir de Iturbe, todo queda en casa.

placeholder Turistas en la Canal Roya. (Juan Valiente)
Turistas en la Canal Roya. (Juan Valiente)

El Confidencial ha intentado de manera infructuosa contactar con el presidente de la DPH, pero este no ha querido atendernos. En las mismas fechas, sin embargo, ha defendido su proyecto ante la prensa aragonesa con gran elocuencia. La principal cabecera regional de periódico —El Heraldo de Aragón— y una de las principales productoras que manufacturan contenidos para la Televisión de Aragón son propiedad de los Yarza, accionistas mayoritarios de Ibernieve, la sociedad titular de la estación de Candanchú, lo que a juicio de Iturbe explicaría la mordaza de silencio mediático que se cierne sobre Aragón.

No obstante, se han producido cambios. La sorpresa se produjo la semana pasada, cuando el presidente de la DPH manifestó sus dudas de que el plan sea viable tal y como se ha concebido. En otras palabras, teme que no sea posible cumplir con los plazos de ejecución que establece Bruselas para la financiación del proyecto y que estos deban ser devueltos, ocasionando un serio revés económico a la Administración provincial. El frente de los defensores de la intervención del valle se ha agrietado a partir de este hecho. Al socialista le sentó fatal el haberse enterado, como casi todos los mortales, del contenido del proyecto a través del BOA. Lo que no dijo en su comparecencia es que, tal y como los opositores al proyecto afirman, es más que probable que el dinero deba ser devuelto incluso en el supuesto de que los plazos se cumplieran, si se acabara dando el caso de que estuvieran haciendo un uso indebido del dinero. Sea como fuere, el Gobierno de Aragón ha acelerado la licitación del plan.

Uso ilegal de los fondos europeos

Los promotores de esta iniciativa desean financiar los 28 millones más IVA del proyecto con cargo a los fondos Next Generation de la UE, en teoría planteados para impulsar una Europa más verde y sostenible. Incluso la propia orden que declara el proyecto de interés reconoce literalmente que "ninguna estación de esquí en el mundo es cien por cien sostenible ecológicamente y nunca pasa desapercibida en el entorno".

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El proyecto habla, entre otras cosas, de instalar una conexión monocable con 116 cabinas de 10 plazas sentadas. Las estaciones motrices se ubicarían en el collado de Espelunciecha y en la estación intermedia del valle de Canal Roya. La estación de reenvío se ubicaría en el Collado de Astún, en el término municipal de Jaca, y en el dominio esquiable de Astún. El trazado es prácticamente en línea recta y tendría una longitud aproximada de cuatro kilómetros. Este desarrollo obligaría asimismo a construir una línea subterránea de media tensión de otros 4.033 metros de longitud, dividida a su vez en dos tramos y centros de transformación.

“Lo que es una barbaridad es que se pretenda financiar la telecabina con dinero destinado al turismo sostenible”, continúa Iturbe. “Bruselas fiscaliza los proyectos a posteriori, de modo que es probable que obligue a devolver los fondos cuando el daño esté ya hecho. En tal caso, seremos los contribuyentes quienes pagaremos las irregularidades y las deudas del consorcio privado. Eso explica que se haya producido una contestación social brutal. Uno de los pocos que defienden esta iniciativa es el propio alcalde de Canfranc. Antes decía que no habría ni carreteras, ni subestaciones, ni pilonas. Ahora sabemos que habrá subestaciones, carreteras y pilonas”.

Interpelamos al aludido, Fernando Sánchez, acerca de su opinión sobre el proyecto y el alcalde de Canfranc no nos deja duda alguna de que, a su juicio, el futuro de su valle pasa por explotar la nieve. Literalmente sostiene que, sin ella, el territorio "casi desaparecería".

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“Ha sido el motor fundamental que ha permitido mantener la población y creemos que lo puede seguir siendo”, asegura. “Existe un informe del observatorio del cambio climático de Jaca que demuestra que nuestras estaciones tendrán nieve durante al menos 40 años más y la vida media de una empresa española es de 30. No niego el fenómeno del calentamiento. Habrá menos espesor y menos días de innivación, pero habrá nieve. Para producirla con cañones, utilizamos agua que regresa al ciclo del agua y nos servimos de energía limpia que proporcionan nuestros propios saltos hidroeléctricos. Ni queremos destruir la Canal Roya ni construir una urbanización. Se trata solo de un remonte que irá de una punta de Astún a otra de Formigal. Tampoco nos posicionamos rotundamente a favor. Lo que pedimos es que se tramite el proyecto y se hagan los estudios medioambientales pertinentes y que, al final, lo decidamos todo en un ambiente sosegado”.

"La gente que vive en Madrid o Zaragoza no nos puede dar lecciones"

“La gente que vive en Madrid o Zaragoza no nos puede dar lecciones”, concluye el primer edil. “No todas las inversiones van a ir a la capital y a mantener sus ministerios. Somos solidarios, producimos energía limpia, lavamos el CO2 y creemos en la diversidad. Yo nací aquí hace 47 años y todo lo que deseo es morirme aquí y que el colegio no se cierre. Los valles con estaciones de esquí tienen más población. En Francia, las pistas son en su mayoría municipales y suelen mantenerse aunque produzcan pérdidas directas porque generan otros beneficios en el entorno. Al final, tendremos que irnos todos y se acabará el mundo rural”. Su opinión, sin embargo, ha sido contestada por los habitantes de estos valles.

No son "cuatro insurgentes"

¿Cuántos son los alzados contra esta seria tentativa de destrucción de la Canal Roya? ¿Son mayoría o se trata tan solo de un puñado de insurrectos? Dentro de la orden publicada el pasado miércoles en el Boletín Oficial de Aragón, se insinúa que el proyecto goza de la bendición de los valles implicados, precisando que han dado ya su apoyo expreso los tres principales ayuntamientos afectados (Jaca, Sallent de Gállego y Canfranc), además de diversas entidades y asociaciones locales, de las que proporciona una larga lista. Durante nuestra breve visita al valle de Aragón, vamos marcando con una equis las personas favorables y desfavorables a la iniciativa a las que abordamos por la calle y al caer la noche, hemos sido incapaces de encontrar un solo ciudadano dispuesto a defender en público el proyecto, si exceptuamos al propio alcalde de Canfranc, Fernando Sánchez, con quien habíamos hablado por teléfono días antes de visitar su pueblo y a quien hallamos a la salida del hotel de la estación.

Por el contrario, recabamos 14 testimonios de residentes que se oponen a este plan, tantos como personas interpelamos, a excepción del estanquero y el churrero de la población. Estos dicen que prefieren no manifestarse, así que nos quedamos con la duda acerca de su posición. “Prueba en la gasolinera de Villanúa. Allí hay alguien que lo apoya”, nos sugiere alguien. Y, en efecto, probamos, pero el aludido se resiste a hablar. Esta liviana toma de contacto con la atmósfera social del valle del Aragón no tiene el valor representativo ni siquiera de un muestreo, pero sugiere que son muchos quienes recelan de las instituciones y abominan de la iniciativa, pese al apoyo social que el proyecto se arroga en el texto publicado esta semana.

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“Yo diría que la mayoría de la gente de por aquí nos oponemos y, especialmente, los trabajadores”, dice la camarera Esther Gascón. “Ya de entrada, hoy en día, no podemos permitirnos los alquileres de apartamentos turísticos y este es un plan que sigue apostando por un modelo de trabajo estacional y de supervivencia laboral en precario que aún agrandará más esos problemas”. Gascón es oriunda de Zaragoza, aunque lleva 20 años en el valle del Aragón, el río que dio nombre, primero, al condado, y después al reino y la comunidad autónoma. “Tampoco es verdad que sin la nieve se vacíe la montaña”, añade. “En noviembre, no había ni un copo y no he parado de currar. L'Aínsa, en el Sobrarbe, ha tenido unos llenazos increíbles en febrero y jamás ha tenido una estación de esquí. La gente quiere estar en la naturaleza; no solo viene aquí a esquiar”. El Sobrarbe es para muchos el modelo del Pirineo del futuro que el resto de los valles debería imitar.

La confrontación que ha generado este proyecto ha abierto la caja de los truenos de dos visiones diferentes de lo que debe ser el desarrollo de las tierras altas. Hace ya algunos años que hay signos visibles de la llamada ibizificación del territorio, tal y como ha sucedido en Cerler o en la Val d'Aran, donde los trabajadores tienen a menudo que vivir en autocaravanas porque no pueden pagar un alquiler con los salarios de Aramon.

placeholder Javier Martín, comerciante en Canfranc, no cree que la telecabina aporte más trabajo al valle. (F. B.)
Javier Martín, comerciante en Canfranc, no cree que la telecabina aporte más trabajo al valle. (F. B.)

“No es que esté a punto de pasar. Es que ya lo sufrimos”, dice Javier Martín, empresario de comercio de Canfranc. “Aquí hay gente que tiene que dormir en una furgoneta tanto en invierno como en verano. Y no olvidemos que ese modelo de economía estacional basado en la nieve es cada vez más corto. Hay inviernos como este en el que trabajas de verdad tres meses. Es preciso cuidar las pistas que tenemos, pero sin dejar de buscar alternativas. Ni siquiera tengo claro que la conexión de la Canal Roya nos vaya a dar más trabajo a la gente de los valles. Sospecho que tendría mucho más futuro vender un espacio cuidado y preservado que un paraje construido que ni siquiera podrá usarse ya para la nieve a la vuelta de unos años”.

"El modelo de economía basado en la nieve es cada vez más corto, hay inviernos en que trabajas de verdad tres meses"

“Hace tiempo que vemos cómo mantienen vivo con el dinero de todos el esperpento económico de Formigal y Panticosa”, precisa un hostelero de Candanchú llamado Luis Mestre. “Este año se han gastado veintipico millones en un telesilla que no era viejo y ahora pretenden gastarse otros 40 o los que sean en destrozar la Canal Roya. Dicen que esto pondrá Aragón en el mapa del esquí, pero Aragón ya está en el mapa del esquí. Prometen no hacer pistas y ya veremos lo que pasa. De momento, quieren echarle la mano y luego se tirarán a por todo. No sé qué sentido tiene crear un complejo de invierno en un lugar que ha ido creciendo como destino turístico todo el año”.

“El modelo de desarrollo del Pirineo basado en la nieve está caduco. Si, tal y como dicen, lo están haciendo por nosotros, que se olviden, porque es lo último que necesitamos”, nos dice una camarera llamada Esther Gascón, a quien hallamos en una de esas tiendas de souvenirs que hay frente a la majestuosa estación internacional de Canfranc (Huesca), un viejo edificio de aires clasicistas inaugurado en 1928 por Alfonso XIII y el general Miguel Primo de Rivera. Hoy en día, ha sido reconvertido en un hotel de lujo que cualquiera puede disfrutar, a condición de que disponga de los 274 euros que cuesta la reserva mínima. Esta infraestructura ferroviaria en el corazón del Pirineo fue rehabilitada tras una inversión de 32 millones de euros y posteriormente se otorgó la concesión al Grupo Barceló para su explotación.

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